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Incidencia de depresión en el anciano de inicio tardío

Incidencia de depresión en el anciano de inicio tardío

Autora principal: Ana Goñi Navarro

Vol. XV; nº 21; 1088

Incidence of depression in the late onset elderly

Fecha de recepción: 01/10/2020

Fecha de aceptación: 03/11/2020

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XV. Número 21 – Primera quincena de Noviembre de 2020 – Página inicial: Vol. XV; nº 21; 1088

Autores:

Ana Goñi Navarro1 , Jorge Sánchez Monroy2 , Concepción De la Cámara Izquierdo1 , Patricia Gracia García2

  1. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España.
  2. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.

RESUMEN:  La población está envejeciendo rápidamente. Entre 2015 y 2050 la proporción de la población mundial mayor de 60 años se multiplicará casi por dos, pasando del 12% al 22%. La depresión se sitúa como una enfermedad frecuente entre la población en esta franja de edad. Además, está considerada como una enfermedad incapacitante y aumenta la morbi-mortalidad de los pacientes mayores. El objetivo principal de este trabajo es la realización de una revisión sistemática sobre la bibliografía médica disponible sobre la incidencia de depresión de inicio tardío en la población mayor de 55 años sin antecedente de depresión. Existe poca bibliografía médica que estudie la incidencia de depresión de inicio tardío.

Palabras clave: incidencia, depresión, anciano, psiquiatría.

SUMMARY: The population is aging rapidly. Between 2015 and 2050, the proportion of the world’s population over 60 years of age will almost double, from 12% to 22%. Depression is a common disease among the population in this age group. In addition, it is considered a disabling disease and increases morbidity and mortality in older patients. The main objective of this work is to carry out a systematic review of the available medical literature on the incidence of late-onset depression in the population over 55 years of age without a history of depression. There is little medical literature that studies the incidence of late-onset depression.

Keywords: incidence, depression, elderly, psychiatry.

INTRODUCCIÓN:

La población está envejeciendo rápidamente. Entre 2015 y 2050 la proporción de la población mundial mayor de 60 años se multiplicará casi por dos, pasando del 12% al 22%, según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud en 2018 (1). En España, el porcentaje actual de adultos mayores de 65 años se encuentra en torno al 18.4% de la población total, siendo uno de los países con una tasa más alta de población de mayor edad (2).

La depresión se sitúa como una enfermedad frecuente entre la población de más edad, si bien es cierto que es menos prevalente entre ancianos que entre los adultos de mediana edad (3) , además está considerada como una enfermedad incapacitante y aumenta la morbi-mortalidad de los pacientes mayores (4).

Más de la mitad de los casos de depresión en el anciano, aparecen como primer episodio (late-life depression) durante esta franja de edad (5). Teniendo esto en cuenta, podemos observar la importancia de estimar y calcular la tasa de incidencia y los factores de riesgo para la depresión, entre una población a nivel mundial que aumenta día a día.

CARACTERÍSTICAS DEL TRASTORNO DEPRESIVO EN POBLACIÓN DE MAYORES

La depresión de inicio tardío presenta características específicas de este periodo de la vida, ya que es menos frecuente la aparición de síntomas afectivos, en contraposición de la aparición de cambios a nivel cognitivo, síntomas somáticos y, con más probabilidad, pérdida de interés que entre los adultos de mediana edad (5). Durante la vejez, es más frecuente que el trastorno del estado de ánimo se presente como insomnio, fatiga, lentitud psicomotora, desesperanza y pérdida de interés. También es frecuente la aparición de quejas subjetivas sobre fallos mnésicos y pérdida de concentración, seguramente producto de una disfunción ejecutiva y disminución de la velocidad de procesamiento (6).

Por otra parte, la depresión que aparece de novo en la última etapa de la vida (LLD) presenta un peor pronóstico, un curso más crónico y menor tasa de remisión que en comparación con adultos jóvenes (7).  A pesar de que sigue siendo una enfermedad potencialmente tratable en todos los grupos de edad (8).

Hashem et al describe diferencias entre la depresión de inicio tardío (LLD) e inicio temprano (EOD) en un estudio de casos y controles, donde los pacientes con LLD presentan mayor severidad de depresión, así como, mayor afectación en los campos de memoria, fluencia verbal, lenguaje y capacidades visoespaciales (9).

Además, tal y como apuntan algunos autores, aquellos adultos que sufren depresión antes de la vejez (EOD) tienen más probabilidad de tener antecedentes familiares de depresión que aquellos que sufren depresión en las últimas etapas de la vida (5). Esto podría deberse a la influencia genética de dicha presentación, así como la importancia de la personalidad, en este caso, neuroticismo.

PREVALENCIA DE DEPRESIÓN DEL ANCIANO DE INICIO TARDÍO:

La prevalencia de síntomas depresivos y de depresión mayor en población geriátrica es considerable según la literatura médica consultada. (10). Los datos varían según el estudio consultado, pero todos ellos hacen hincapié en la importancia de la prevención de la depresión y síntomas depresivos en el anciano, así como la búsqueda de sus factores de riesgo (11).

Hasin et al, (12) en su investigación epidemiológica llevada a cabo en Estados Unidos, apunta a una prevalencia de síntomas depresivos clínicamente significativos llegando al 15%.

Estudios realizados en Estados Unidos señalan una prevalencia de depresión en el anciano que varía entre las siguientes cifras: 8% al 20%, mientras que en Taiwan indican una prevalencia entre el 13-26% (13).

Da Costa et al, (14) señala una prevalencia de síntomas depresivos unipolares en población de personas mayores de 10-38% de la población anciana, clasificándolas entre 35,3% leves, 51,9% moderadas y 12% severas. La prevalencia para depresión no unipolar (trastorno bipolar) en el anciano sería del 1-5/ ‰ personas.

Djernes et al, (15) apuntan que, aunque existen diferencias claramente establecidas en cuanto al género, siendo más prevalente en mujeres, el escalón de género se acorta, asemejándose ambas prevalencias.

En cuanto a la raza o etnicidad, parece que existen pequeñas diferencias, Swenson et al, (16) describen un pequeño aumento de prevalencia de clínica depresiva entre ancianas hispanoamericanas con respecto a ancianas no hispanoamericanas.

INCIDENCIA DE DEPRESIÓN EN EL ANCIANO

Respecto la incidencia de depresión en el anciano, existe un claro déficit de bibliografía, justificada probablemente, entre otros motivos, por la creencia de que estos síndromes inician siempre en las primeras etapas de la vida o por la dificultad de llevar a cabo estudios longitudinales para la determinación de la incidencia.

Swenson et al, (16) en su investigación epidemiológica llevada a cabo en Estados Unidos, apunta a una incidencia de depresión mayor en adultos mayores de 65 años, que varía entre el 1% al 5%(17).

Uno de los pocos estudios sobre incidencia llevados a cabo es el estudio sueco Lundby, que realizó un seguimiento a lo largo de 25 años, donde se obtuvo como resultado un riesgo año/ persona de 2,4 ‰ para hombre y de 4,5 ‰ para mujer (18).

El estudio Lundby fue ampliado unos años más tarde, realizándose la comparación entre dos amplios períodos de tiempo: 1947–1972 y 1972–1997. Entre 1947–1972, las cifras correspondientes fueron 22.8% en hombres y 35.7% en mujeres.

La probabilidad acumulada de desarrollar una depresión fue del 22,5% para los hombres y del 30,7% para las mujeres 1972–1997. La incidencia anual durante este segundo período fue de 3.3% para hombres y de 7.7% para mujeres. La tasa promedio anual total de depresión para la población en riesgo fue para el período 1947–1972 de 4,4 por 1000 personas-año, en comparación con 3,5  por cada 1000 personas  en el período 1972–1997 (Mattisson, 2005)(19).

Otros estudios consultados muestran una incidencia de depresión en el anciano que varía en torno a las siguientes cifras: 7‰   a 22.7‰ de población general (11).

Cabe destacar una revisión sistemática pionera en la bibliografía disponible sobre la incidencia de depresión en el paciente mayor, realizada en Alemania en 2012. Bütchtemann et al (20).

Obtienen como resultado que la depresión mayor (DM) es menos frecuente que la depresión que no cumple todas las características (minor). La tasa de incidencia de DM fue de 0.2 a 14.1 % y la incidencia de síntomas depresivos clínicamente que no cumple criterios de DM fue de 6.8%. La incidencia de depresión entre las mujeres fue notablemente mayor que entre los hombres. La asociación entre la edad y la incidencia resultó ser bastante inconsistente entre los estudios.

No obstante, los autores de esta revisión señalan la escasa bibliografía publicada entre 1985 y 2011 sobre el tema que nos concierne, así como la necesidad de investigación sobre los factores de riesgo que pueden provocar depresión en el anciano (19).

Faravelli et al, (21) apunta en su estudio sobre depresión y ansiedad según edad y sexo, que, pese a que la literatura clásica siempre ha hallado una mayor prevalencia de trastorno del estado de ánimo muy superior en las mujeres, las diferencias entre ambos sexos podrían minimizarse tras la menopausia,  encontrando como resultado, que la incidencia de nuevos casos en esta franja de edad, no difería tan apenas entre hombres y mujeres (8.6% mujeres post menopáusicas; 5.8% hombres).

PREVENCIÓN DE DEPRESIÓN EN EL ANCIANO:

Fiske, et al (5) proponen como medidas preventivas: psicoeducación sobre enfermedades crónicas, terapia cognitivo-conductual, reestructuración cognitiva, entrenamiento en la resolución de problemas y pertenecer a un grupo de apoyo.

Van Zoonen et al, 2014 en un metaanálisis realizado en 2013 sobre ensayos clínicos aleatorizados, encuentran que el tratamiento psicoterapeútico preventivo en grupos de ancianos no diagnosticados de depresión disminuye un 21% la incidencia de depresión sobre grupos control tras el seguimiento prospectivo (22). Bütchtemann et al, ratifican la importancia de la prevención de depresión en el anciano, haciendo hincapié en la influencia de factores psicosociales y de salud mental como variables clave en el desarrollo de esta enfermedad, como resultado del estudio de análisis multivariables que apuntan a la importancia de estos factores por encima del factor género, en esta franja de edad (20).

CONCLUSIONES:

1.La población a nivel mundial está envejeciendo y se prevé que se dupliqué entre 2025 y 2050, siendo la depresión una de las patologías más prevalentes en cuanto a salud mental se refiere, que comporta un gran gasto a nivel sociosanitario y económico.

2.Existe poca bibliografía científica que estudie la incidencia de depresión de inicio tardío y los factores de riesgo asociados en población general mayor de 65 años.

3.La incidencia media hallada en esta revisión sistemática de depresión de inicio tardío en el anciano es de 9.78%.

BIBLIOGRAFÍA:

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  2. Villagrasa B, Olaya B, Lopez-Anton R, de la Cámara C, Lobo A, Santabárbara J. Prevalence of anxiety disorder among older adults in Spain: A meta-analysis. J Affect Disord [Internet]. 2019 Mar 1 [cited 2019 May 1];246:408–17. Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30597303
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  5. Fiske A, Wetherell JL, Gatz M. Depression in Older Adults. Annu Rev Clin Psychol [Internet]. 2009 Apr [cited 2018 Dec 16];5(1):363–89. Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19327033
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  9. Hashem AH, M N, Gomaa MA, Khalaf OO. Late versus Early Onset Depression in Elderly Patients: Vascular Risk and Cognitive Impairment. Curr Aging Sci [Internet]. 2017 Jul 30 [cited 2019 Aug 21];10(3):211–6. Available from: http://www.eurekaselect.com/151309/article
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