intolerancia a la glucosa. Hasta el 90% de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 tienen síndrome metabólico. En algunas revisiones se responsabiliza a la resistencia a la insulina del 6% de los casos de enfermedad arterial coronaria no asociada a diabetes y hasta en un 45% en los casos de diabetes. Al momento del diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2 ya existen anormalidades vasculares en 50% de los pacientes. (5)
Colesterol
El colesterol es una grasa presente en todas las células del organismo. La mayoría de los tejidos pueden producir colesterol, pero se sintetiza principalmente en el hígado y en el intestino delgado. Se sintetiza aproximadamente el 50% de las necesidades de colesterol mientras que el resto se obtiene de los alimentos de origen animal presentes en la dieta. Las lipoproteínas de baja densidad transportan 2/3 del COL plasmático y son las encargadas de hacerlas llegar a todas las células de la economía, aunque el hepatocito y las células de síntesis de las hormonas esteroideas también lo recibe vía HDL. La importancia de las LDL en el transporte del COL hace que sean quasi sinónimos los términos hipercolesterolemia y elevaciones del C-LDL. Esta afirmación tiene excepciones en los sujetos con elevación del C-HDL, que puede dar lugar a “falsas hipercolesterolemias”.
Hoy día la mayoría de los sujetos que reciben tratamiento para reducir los niveles de colesterol total, no los tienen elevados en valores absolutos sino “relativos” en relación con su riesgo cardiovascular. Aunque seguimos conservando el termino de hipercolesterolemia, para referirnos a s u elevación necesitamos otro término, aún no acuñado, para describir la situación precisamente más frecuente, la del sujeto que ha sufrido un IAM o es diabético, y que precisa tratamiento aunque tenga los valores normales para su edad y sexo. Esta situación sería, en definitiva una “hipercolesterolemia relativa”. (6)
Triglicéridos
Los triglicéridos, llamados también grasas neutras, son esteres, de la glicerina o glicerol y ácidos grasos, que constituyen reservas de energía en los mamíferos.
Los ácidos grasos que más corrientemente se encuentran en la naturaleza formando esteres con la glicerina son los de 16 y 18 átomos de carbono, entre los saturado, tenemos el “palmíticos” y “estérico”, que tiene, respectivamente, ese número de eslabones carbonados y que dan lugar a grasas solidas a la temperatura ordinaria.
Por el contrario, si tienen dobles enlaces, se les llama insaturados; las grasas que resultan son liquidas a temperatura ambiente y los denominados aceites; entre los ácidos grasos instaurados de 18 átomos de carbono tenemos el “oleico”, con una insaturación, y el “linoleico”, con 2 insaturaciones.
Las grasas que ingerimos en la dieta se utilizan en pequeña proporción para el suministro directo de energía y suelen almacenarse en el tejido adiposo, alcanzando alrededor de un 20% de peso en los varones y un 25% de peso en las mujeres, aumentando su contenido con la edad, generalmente. Y estas grasas de reserva del organismo no proceden necesariamente del consumo de grasas, sino también de la glucosa de los azucares y almidones y también de los aminoácidos si se toman proteínas en exceso. Cuando se han completado las reservas de glucógeno (almidón animal) del hígado y del musculo, los hidratos de carbono se almacenan en forma de triglicéridos. (7)
Dieta
La dieta constituye la piedra angular en el tratamiento de los pacientes con DMNID. De ser seguida adecuadamente, sería el tratamiento único para más de 50 por 100 de estos pacientes, haciendo innecesario recurrir a los antidiabéticos orales o a la insulina. Desgraciadamente, la adherencia es pobre, de ahí que el 80 por 100 de los pacientes con DMNID requiere antidiabéticos orales o insulina. En los últimos años, las recomendaciones dietéticas varían poco de las aconsejadas a la población con riesgo cardiovascular, existiendo un gran consenso sobre la idoneidad para la población general.
Síndrome metabólico y ejercicio
El síndrome metabólico definido anteriormente como una combinación de tres o más factores de riesgo cardiovascular entre los que se cuentan: obesidad central, hipergliceridemia, hipertensión arterial, intolerancia a la glucosa y bajos niveles de HDL, considerado actualmente como una epidemia a nivel mundial; debe ser manejado de una manera integral en donde el manejo del peso, los cambios en el estilo de vida y la actividad física juegan un papel primordial para su prevención y tratamiento.
La actividad física mejora la sensibilidad a la insulina debido a un aumento en el número y la actividad de los trasportadores de glucosa a nivel del musculo y del tejido adiposo, la actividad física y acondicionamiento cardiorrespiratorio fueron asociados con la disminución de tres o más factores de riesgo en pacientes de raza blanca. Recientemente los estudios mostraron que la resistencia a la insulina e hiperinsulinemia pueden contribuir a la patogénesis de la hipertensión arterial y que el ejercicio aeróbico disminuye la resistencia a la insulina en pacientes hipertensos.
Así como se recomienda para los pacientes con hipertensión arterial y dislipidemia, los pacientes con síndrome metabólico deben realizar ejercicio aeróbico (correr, caminar, nadar, montar en bicicleta.) a la misma intensidad, duración y tiempo en la semana, descrito anteriormente. Además se le puede adicionar ejercicio con pesas para mejorar la fuerza muscular e incrementar el acondicionamiento físico. El ejercicio en el síndrome metabólico es el arma más eficaz y barata, tanto para la prevención como para el tratamiento y se debe hacer énfasis todos los días si se quiere disminuir la mortalidad cardiovascular y disminuir costos en los sistemas de salud. (10)
Reflexiones
En esta investigación se pudo evidenciar el alto índice de dislipidemia, hiperglucemias, aumento de índice de masa corporal (IMC), hipertensión, en edades comprendidas de 25 – 50 años, variando según la edad y el cargo dentro de la empresa, pero de igual forma con un aumento de los niveles mencionados según la OMS.
Es por ello que se realizó una planificación de actividades tales como sesiones educativas con temas relevantes, donde se consiguió más debilidad por parte de los trabajadores, recibiendo de su parte receptividad y deseo de cambiar sus estilos de vida.
Bibliografía
1. Gutiérrez, J. (2012) Aumentan casos de síndrome metabólico en Venezuela. Artículo publicado en Revista Salud y Medicina. [Online] Disponible en: http://lasaludylamedicina.blogspot. consultado: 12/05/2013
2. Vivero, E. (2010) Caracterización de pacientes hipertensos no controlados con Síndrome Metabólico. Artículo publicado en Portales Médicos [OnLine] consultado: 12/05/2013
3. Endocrinología. Edición a cargo de Víctor M. Arce, Pablo F. Catalina, Federico Mallo. (2006) (Pág 262-263) Universidad de Santiago de Compostela. Universidad de Vigo.
4. Wikipedia. Síndrome Metabólico [OnLine] Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_metab%C3%B3lico
5. Revista Mexicana de Cardiología. Volumen 13 Numero 1 Enero- Marzo (2002) Consenso Mexicano sobre el Tratamiento Integral del Síndrome Metabólico.
6. Control Global del Riesgo Cardiometabólico. La disfunción endotelial como diana preferencial. Volumen 1. José Sabán Ruiz (2012). (P488). Editorial Díaz de Santos.
7. Colesterol, triglicéridos y su control. Ana María Lajusticia Bergasa (2002-2011). Editorial EDAF Madrid, España.(P88)
8. F. Casanueva Freijo, J.A. Vázquez García. (1995). Endocrinología Clínica. Ediciones Díaz de Santos S.A. Madrid, España.