Intoxicación tras ingesta de sopa de altramuces. Valoración en el servicio de urgencias. Caso clínico
Autora principal: María Moreno González
Vol. XVI; nº 20; 963
Poisoning after lupin soup intake. Assessment in the emergency department. Clinical case
Fecha de recepción: 20/07/2021
Fecha de aceptación: 22/10/2021
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 20 – Segunda quincena de Octubre de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 20; 963
AUTORES:
María Moreno González
Alejandro Del Caño Garrido
Camino Gómez Peñalba
SERVICIO DE URGENCIAS HOSPITAL UNIVERSITARIO PUERTA DE HIERRO DE MAJADAHONDA (MADRID, ESPAÑA)
RESUMEN:
La cultura popular y la medicina tradicional a menudo ponen de manifiesto múltiples remedios para el tratamiento de dolencias comunes. En un mundo globalizado en el que cada vez es más frecuente la importación de la cultura propia de cada región, tenemos que estar alerta ante posibles síndromes que nos son ajenos y en los que debemos reparar para hacer un diagnóstico correcto y tratar al paciente. Más frecuente en algunos países latinos y asiáticos, el consumo de sopa de altramuces puede dar lugar a un síndrome anticolinérgico que puede amenazar la vida del paciente si no se actúa rápido y con determinación. A continuación se expone un caso del Servicio de Urgencias de un Hospital Terciario de la Comunidad de Madrid (España).
PALABRAS CLAVE MeSH:
Lupinus, síndrome anticolinérgico, intoxicación
ABSTRACT:
Mass culture and traditional medicine usually bring out the use of a wide range of remedies for different illnesses or diseases. In the globalized world, regional traditions from different countries are commonly adopted or acquired and introduced into the local gastronomy. For this reason, health care professionals should be aware for potential reactions or severe syndromes derived from the consumption of certain local foods. Lupin beans and lupin derived recipes and products are frequently consumed in Latin America and Asia. The ingestion of this legume can cause a severe life-threatening condition known as anticholinergic syndrome that must be immediately diagnosed and treated. This article describes a case report that took place in the Emergency Room of a Hospital in Madrid (Spain).
KEYWORDS MeSH:
Lupinus, anticholinergic syndrome, poisoning
LOS AUTORES DECLARAMOS QUE NO EXISTEN CONFLICTOS DE INTERESES. NO HA HABIDO FINANCIACIÓN NI SE HA RECIBIDO COMPENSACIÓN ECONÓMICA DE NINGÚN TIPO.
EN TODO MOMENTO SE HA PRESERVADO LA PRIVACIDAD E IDENTIDAD DEL PACIENTE.
EL MANUSCRITO ES ORIGINAL Y NO CONTIENE PLAGIO.
EL MANUSCRITO NO HA SIDO PUBLICADO EN NINGÚN MEDIO Y NO ESTÁ EN PROCESO DE REVISIÓN EN OTRA REVISTA.
INTRODUCCIÓN:
Las semillas del género Lupinus, leguminosas de la familia de las fabáceas, más conocida como “altramuz” o “chocho”, tiene su origen como cultivo en la civilización Inca en los Andes, principalmente en los países de Perú, Bolivia y Colombia1. Sus excelentes propiedades nutricionales entre las que se encuentran su efecto hipolipemiante o su papel en la homeostasis de la glucosa, entre otras, le han convertido en un alimento muy consumido a nivel mundial en el ámbito de la medicina tradicional y la cultura popular desde hace muchos años en diversas culturas, con una expansión internacional a día de hoy. Los problemas y la limitación en su uso es el alto contenido en alcaloides que confiere un sabor amargo y la potencial toxicidad anticolinérgica para el ser humano e incluso letalidad si se superan niveles de 25mg/kg de peso en adultos y 10mg/kg de peso en niños2. Existen distintas especies con mayor o menor concentración de alcaloides, siendo las variedades dulces las destinadas al consumo. Esto hace imprescindible eliminar los alcaloides dejando las semillas en remojo y lavándolas cuidadosamente y repetidas veces como ya hacían los Incas.
A continuación se presenta el caso de una paciente que acudió al Servicio de Urgencias con síntomas sugestivos de síndrome anticolinérgico tras consumo de sopa de altramuces sin haber llevado a cabo una preparación adecuada por desconocimiento de la misma.
CASO CLÍNICO:
Acude al Servicio de Urgencias una tarde de primavera, remitida por su Médico de Atención Primaria, una mujer de 57 años de raza asiática sin alergias medicamentosas conocidas y como único antecedente personal, colelitiasis en seguimiento por el Servicio de Digestivo y su Médico de Atención Primaria. La paciente no refería tratamiento habitual ni reciente de forma aguda ni cirugías o vacunas previas. El motivo de consulta en el Servicio de Urgencias era principalmente sensación de malestar general que la paciente identificaba como sequedad de mucosas, mareo con sensación de inestabilidad, visión borrosa y parestesias en los miembros superiores sin una distribución específica, que habían aparecido después de comer ese mismo día. No refería alteraciones gastrointestinales ni vómitos tras la ingesta. Además refería que había realizado una deposición sin productos patológicos inmediatamente después y no presentaba dolor abdominal. La paciente no había presentado ningún traumatismo craneoencefálico ni refería cuadros clínicos previos similares. Tampoco había sido expuesta a ninguna situación estresante ni refería ninguna otra sintomatología en días previos. En la exploración física destacaba una intensa xerostomía y midriasis bilateral arreactiva sin otros datos de focalidad añadidos en la exploración neurológica minuciosa. No presentaba alteraciones de la marcha, déficit de fuerza, alteraciones de la sensibilidad, nistagmo, inestabilidad ni dismetría. Tampoco presentaba diplopía ni restricción de los movimientos oculares. No presentaba asimetrías faciales. En el resto de la exploración física sistemática no presentaba signos meníngeos ni apofisalgias a ningún nivel de la columna vertebral. Se encontraba consciente y orientada en persona, espacio y tiempo y no presentaba labilidad emocional ni ánimo depresivo aunque se mostraba ansiosa e intranquila por el cuadro clínico que presentaba. Ante la pregunta de una posible ideación autolítica la paciente lo negó y tampoco presentaba antecedentes de intentos autolíticos previos. Estaba afebril y eupneica con tensión arterial de 134/83mmHg y frecuencia cardiaca de 82 latidos por minuto, sin arritmia a la auscultación. Saturaba 96% con aire ambiente y no refería sensación subjetiva de disnea ni presentaba sibilancias ni roncus. La auscultación cardiopulmonar y el abdomen eran anodinos, con ruidos hidroaéreos normales, sin signos de irritación peritoneal, dolor a la palpación ni masas o megalias perceptibles. No presentaba alteraciones a nivel cutáneo ni lesiones en cavidad oral. La paciente negaba consumo de tóxicos ni medicación ni presentaba fétor enólico o signos de venopunción. No había realizado viajes recientes ni había tenido contacto con animales salvajes. No tenía mascotas en su domicilio. No había realizado trabajos de jardinería ni había estado en contacto con fertilizantes ni compuestos organofosforados. En su puesto de trabajo no manipulaba sustancias químicas ni estaba expuesta a riesgos biológicos o radiológicos. Tampoco presentaba lesiones sugestivas de picaduras. Había comido en su domicilio aproximadamente 5 horas antes un plato compuesto de cordero y col china sin otros ingredientes sospechosos de producir los signos clínicos que presentaba y que ella misma había preparado para sus familiares, los cuales se encontraban asintomáticos. Preguntando a la paciente más en profundidad refería que lo único diferente que había consumido tras la comida respecto al resto de sus familiares era una sopa amarga que había preparado cociendo una escasa cantidad de altramuces, sin saber precisar cantidad exacta, que no había lavado previamente. Había consumido el caldo con el fin de reducir sus niveles de colesterol por recomendación de una amiga que acostumbraba a hacerlo y la clínica que presentaba había comenzado escasos minutos después. Entre las pruebas complementarias realizadas a la paciente se le solicitó una tomografía cerebral urgente sin contraste informada sin alteraciones por el Servicio de Radiología de Urgencias, un electrocardiograma en ritmo sinusal sin alteraciones agudas de la repolarización, una radiografía de tórax sin presencia de infiltrados ni otros signos sugestivos de patología y una analítica de sangre y orina sin objetivar presencia de drogas de abuso ni tóxicos, con hemograma y bioquímica con electrolitos, función renal y hepática sin alteraciones. También se realizó una gasometría venosa y un estudio de coagulación con parámetros analíticos dentro de la normalidad. Ante la sospecha de síndrome anticolinérgico por consumo de altramuces se monitorizó a la paciente con control de diuresis y aporte de suero salino fisiológico durante 24 horas aproximadamente hasta ser dada de alta tras resolución del cuadro y comprobar una correcta evolución clínica, manteniendo en todo momento la normalidad de los parámetros analíticos.
DISCUSIÓN:
El diagnóstico del síndrome anticolinérgico por intoxicación por alcaloides tras consumo de altramuces es clínico y para llegar al mismo es imprescindible una correcta anamnesis dado que no se dispone en el Servicio de Urgencias de ninguna prueba que nos permita medir los niveles de alcaloides de forma directa. Los síntomas que acompañan a este síndrome incluyen principalmente piel seca y caliente, sequedad de mucosas, ligera hipertermia, midriasis, taquicardia, retención aguda de orina y disminución de ruidos abdominales. En función de la dosis de alcaloides ingeridos se puede desarrollar un síndrome anticolinérgico central en el que los pacientes también pueden presentar síndrome confusional, agitación y alucinaciones, además de los síntomas descritos con anterioridad. El tratamiento inicial es principalmente de soporte con sueroterapia ajustada por peso y monitorización en el Servicio de Urgencias, con un estricto control de diuresis y vigilando el estado neurológico de la paciente y las principales constantes, requiriendo en ciertas ocasiones ingreso y monitorización en la Unidad de Cuidados Intensivos. En algunas ocasiones puede ser necesario el empleo de benzodiacepinas por agitación o incluso fisostigmina3 como antídoto para revertir el síndrome anticolinérgico4 en sus formas más graves dado que la evolución fatal puede conducir a convulsiones, coma e incluso muerte por parada cardiorrespiratoria en el peor de los casos. Los síntomas aparecen aproximadamente 20 minutos después del consumo del tóxico y el efecto máximo aparece aproximadamente a las 4 o 5 horas de la ingesta del tóxico5. La paciente se mantuvo hemodinámicamente estable en todo momento, con micción espontánea con balance hídrico correcto que no requirió sondaje vesical y no precisó ingreso en Unidad de Cuidados Intensivos ni antídoto. Tampoco fue necesario la administración de benzodiacepinas por agitación y no presentó alucinaciones ni otra clínica que hiciera pensar en un cuadro central en ningún momento durante su estancia en Urgencias. La paciente fue dada de alta tras mejoría clínica a las 24h tras el tratamiento referido con anterioridad y resolución de la intoxicación, explicándole los riesgos derivados del consumo de altramuces y el agua de su cocción sin una preparación previa adecuada. Se recomendó vigilancia estrecha por sus familiares durante las siguientes horas en domicilio y control por su Médico de Atención Primaria, explicando posibles datos de alarma por los que regresar, sin haber precisado nueva atención en el Servicio de Urgencias en los días siguientes.
CONCLUSIONES:
En la práctica médica general y más importante aún si cabe en el Servicio de Urgencias, es fundamental la anamnesis completa y exhaustiva con el paciente, atendiendo a todos los datos que éste refiera por muy extraños e inconexos que pudieran parecer en un inicio. Una de las limitaciones con las que cuentan los especialistas de Urgencias es la necesidad de llegar a un diagnóstico correcto en el menor tiempo posible pero es fundamental invertir el tiempo que sea necesario para poder realizar una historia clínica detallada, porque en muchas ocasiones nos permitirá un manejo más acertado con la realización de las pruebas indicadas en cada caso. Conocer las características del síndrome anticolinérgico es fundamental para el especialista de Urgencias ya que son más de 600 las sustancias que pueden conducir a una intoxicación de este tipo: ciertos antihistamínicos antagonistas del recepto H1 como por ejemplo la hidroxicina, algunos fármacos antiparkinsonianos, la atropina, antipsicóticos de primera generación como la clorpromazina, relajantes musculares como la tizanidina, algunas plantas como la Trompeta de Ángel, la belladona o el estramonio…6 En las intoxicaciones es fundamental realizar una exploración física minuciosa y conocer el entorno epidemiológico y los alimentos, drogas y preparados de homeopatía ingeridos previos al inicio de los síntomas, dado que en muchas ocasiones se desconoce el potencial riesgo de ciertos productos naturales al alcance de la población general. También es importante asegurar si la intoxicación ha sido accidental o voluntaria y en ocasiones la anamnesis con los familiares puede alertarnos de posibles trastornos psiquiátricos añadidos. Por ello, es importante para los especialistas de Urgencias recabar información acerca de los productos consumidos y, aunque en nuestro país no es tan frecuente como en ciertos países de América Latina y Asia el consumo de sopa de altramuces, la globalización y la constante migración de poblaciones, hace que sea necesario estar actualizado y conocer estos productos de consumo más o menos frecuentes en otras regiones. En los casos de intoxicaciones los médicos de Urgencias deben estar alerta ante indicios que sugieran una posible ideación autolítica y preguntar de forma activa al paciente por si precisara atención psiquiátrica y otras medidas adicionales una vez resuelta la intoxicación en el momento agudo, así como una vigilancia más estrecha en el Servicio de Urgencias. Las pruebas complementarias son importantes para descartar ciertos procesos y establecer un correcto diagnóstico diferencial pero sin una correcta aproximación diagnóstica y una sospecha clínica adecuada, el tratamiento y evolución del paciente pueden verse perjudicados llegando a un desenlace fatal.
BIBLIOGRAFÍA:
- Atchison GW, Nevado B, Eastwood RJ, et al. Lost crops of the Incas: Origins of domestication of the Andean pulse crop tarwi, Lupinus mutabilis. Am J Bot. 2016;103(9):1592- 1606. doi:10.3732/ajb.1600171 2.
- Cortés-Avendaño P, Tarvainen M, Suomela JP, GlorioPaulet P, Yang B, Repo-Carrasco-Valencia R. Profile and Content of Residual Alkaloids in Ten Ecotypes of Lupinus mutabilis Sweet after Aqueous Debittering Process. Plant Foods Hum Nutr. 2020;75(2):184-191. doi:10.1007/s11130-020-00799-y
- Moore PW, Rasimas JJ, Donovan JW. Physostigmine is the antidote for anticholinergic syndrome. J Med Toxicol. 2015 Mar;11(1):159-60. doi: 10.1007/s13181-014-0442-z. PMID: 25339374; PMCID: PMC4371033.
- Jamali S. Dilated pupils, dry mouth and dizziness – a case study. Aust Fam Physician. 2011 Oct;40(10):789-90. PMID: 22003481.
- EFSA Panel on Contaminants in the Food Chain (CONTAM), Schrenk D, Bodin L, Chipman JK, Del Mazo J, Grasl-Kraupp B, Hogstrand C, Hoogenboom LR, Leblanc JC, Nebbia CS, Nielsen E, Ntzani E, Petersen A, Sand S, Schwerdtle T, Vleminckx C, Wallace H, Alexander J, Cottrill B, Dusemund B, Mulder P, Arcella D, Baert K, Cascio C, Steinkellner H, Bignami M. Scientific opinion on the risks for animal and human health related to the presence of quinolizidine alkaloids in feed and food, in particular in lupins and lupin-derived products. EFSA J. 2019 Nov 5;17(11):e05860. doi: 10.2903/j.efsa.2019.5860. PMID: 32626161; PMCID: PMC7008800
- Su M K, Goldman M. Anticholinergic poisoning. En Traub S J, Burns M M (Ed.), UpToDate. Actualizado el 4 de Junio de 2021, en www.uptodate.com/contents/anticholinergic-poisoning