La albúmina en la práctica clínica: revisión de sus usos y limitaciones
Autor principal: Luis Josué Sánchez Madriz
Vol. XX; nº 05; 155
Albumin in clinical practice: review of its uses and limitations
Fecha de recepción: 23/01/2025
Fecha de aceptación: 28/02/2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 05 Primera quincena de Marzo de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 05; 155
Autores
Dr. Luis Josué Sánchez Madriz
https://orcid.org/0009-0002-0717-4225
Afiliación: Universidad de Iberoamérica
País: Costa Rica
Dra. Gioconda Agüero Gómez
https://orcid.org/0009-0003-1888-3905
Afiliación: Universidad de Iberoamérica
País: Costa Rica
Dra. Jeniffer Fabiola Shion Pérez
https://orcid.org/0009-0005-8381-3940
Afiliación: Universidad de Ciencias Medicas
País: Costa Rica
Dra. Nikol Paola Camacho Arias
https://orcid.org/0009-0005-8127-0313
Afiliación: Universidad Latina de Costa Rica
País: Costa Rica
Dr. Luis Diego Palma González
https://orcid.org/0009-0001-2729-3750
Afiliación: Universidad Autónoma de Centro América
País: Costa Rica
RESUMEN
La albúmina, una proteína plasmática abundante sintetizada en el hígado, desempeña roles esenciales en la fisiología humana, incluyendo el mantenimiento de la presión oncótica, el transporte de diversas sustancias como hormonas, ácidos grasos y fármacos, así como la modulación de la respuesta inflamatoria, lo que la convierte en un componente crucial en diversas condiciones clínicas y su amplia utilización en la práctica médica. En este artículo de revisión, se llevó a cabo una búsqueda exhaustiva en bases de datos como PubMed, Cochrane Library, Springer y Taylor & Francis para identificar artículos de investigación publicados entre 2018 y 2024. La albúmina demuestra una multifacética funcionalidad y versatilidad en el manejo de pacientes críticamente enfermos; sin embargo, enfrenta limitaciones significativas como su elevado costo, disponibilidad limitada debido a la dependencia de donaciones de plasma, necesidad de administración intravenosa y evidencia mixta sobre su eficacia en ciertas indicaciones. Además, los riesgos de sobrecarga de volumen y reacciones adversas subrayan la necesidad de una evaluación individualizada en cada caso clínico. Por lo tanto, es esencial que futuras investigaciones clarifiquen los contextos específicos en los que la albúmina ofrece beneficios significativos y desarrollen estrategias más eficientes y accesibles para su uso, asegurando así una integración óptima en los protocolos terapéuticos para mejorar el cuidado y pronóstico de los pacientes.
Palabras clave: terapia con albúmina”, “uso clínico de la albúmina”, “limitaciones de la albúmina”, “albúmina en cuidados críticos”, “albúmina en cirrosis hepática”, “albúmina y síndrome nefrótico”, “albúmina en shock”, “albúmina en quemaduras”, “albúmina en edema cerebral”, “costo-efectividad de la albúmina” y “efectos adversos de la albúmina”.
ABSTRACT
Albumin, an abundant plasma protein synthesized in the liver, plays essential roles in human physiology, including maintaining oncotic pressure, transporting various substances such as hormones, fatty acids, and drugs, as well as modulating the inflammatory response, making it a crucial component in various clinical conditions and widely used in medical practice. In this review article, a comprehensive search was conducted in databases such as PubMed, Cochrane Library, Springer, and Taylor & Francis to identify research articles published between 2018 and 2024. Albumin demonstrates multifaceted functionality and versatility in the management of critically ill patients; however, it faces significant limitations such as its high cost, limited availability due to reliance on plasma donations, need for intravenous administration, and mixed evidence on its efficacy in certain indications. Furthermore, the risks of volume overload and adverse reactions underscore the need for individualized assessment in each clinical case. Therefore, it is essential that future research clarifies the specific contexts in which albumin offers significant benefits and develops more efficient and accessible strategies for its use, thus ensuring optimal integration into therapeutic protocols to improve patient care and prognosis.
Keywords: albumin therapy”, “clinical use of albumin”, “albumin limitations”, “albumin in critical care”, “albumin in liver cirrhosis”, “albumin and nephrotic syndrome”, “albumin in shock”, “albumin in burns”, “ albumin in cerebral edema”, “cost-effectiveness of albumin”, and “adverse effects of albumin”.
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
INTRODUCCIÓN
La albúmina, una proteína plasmática abundante sintetizada en el hígado, desempeña roles esenciales en la fisiología humana, incluyendo el mantenimiento de la presión oncótica, el transporte de diversas sustancias como hormonas, ácidos grasos y fármacos, así como la modulación de la respuesta inflamatoria. Su versatilidad y presencia predominante en el plasma la convierten en un componente crucial en diversas condiciones clínicas, lo que ha llevado a su amplia utilización en la práctica médica(1).
En el ámbito clínico, la albúmina se emplea en el manejo de pacientes con hipovolemia, síndrome nefrótico, cirrosis hepática, sepsis, quemaduras extensas y en el soporte nutricional, entre otras indicaciones. Además, su papel como agente expansor del plasma ha sido fundamental en situaciones de shock hipovolémico y en la administración de fármacos que requieren una adecuada distribución plasmática. Sin embargo, a pesar de sus múltiples aplicaciones terapéuticas, el uso de la albúmina no está exento de controversias y limitaciones. Aspectos como el costo elevado, la disponibilidad limitada, la variabilidad en las concentraciones de albúmina en diferentes condiciones patológicas y la existencia de evidencia mixta sobre su eficacia en ciertos contextos clínicos han suscitado debates continuos en la comunidad médica(2).
Este artículo de revisión tiene como objetivo proporcionar una visión integral de los usos actuales de la albúmina en la práctica clínica, evaluando tanto sus beneficios terapéuticos como sus limitaciones inherentes. A través de un análisis detallado de la literatura reciente, se explorarán las indicaciones más comunes para la administración de albúmina, se discutirán las evidencias que respaldan su uso y se identificarán las áreas donde se requieren investigaciones adicionales. Asimismo, se abordarán las consideraciones económicas y logísticas asociadas con su utilización, ofreciendo una perspectiva equilibrada que facilite la toma de decisiones informadas en el manejo de pacientes que podrían beneficiarse de esta proteína esencial.
METODOLOGÍA
Esta revisión narrativa se ejecutó mediante una búsqueda exhaustiva en bases de datos como PubMed, Cochrane Library, Springer y Taylor & Francis con el fin de identificar artículos de investigación originales publicados en el periodo de 2018 a 2024 cuyo contenido y contexto estuvieran relacionados con el uso clínico de la albúmina, sus aplicaciones terapéuticas y sus limitaciones. Para dicha búsqueda se empleó descriptors en inglés y español como: “terapia con albúmina”, “uso clínico de la albúmina”, “limitaciones de la albúmina”, “albúmina en cuidados críticos”, “albúmina en cirrosis hepática”, “albúmina y síndrome nefrótico”, “albúmina en shock”, “albúmina en quemaduras”, “albúmina en edema cerebral”, “costo-efectividad de la albúmina” y “efectos adversos de la albúmina”.Se incluyeron estudios tanto clínicos como preclínicos que aportaran información relevante sobre la eficacia, seguridad y avances en el manejo de la albúmina en diferentes contextos clínicos. Además, se incorporaron revisiones sistemáticas y metaanálisis para complementar las evidencias existentes y ofrecer un panorama completo sobre las tendencias actuales y futuras en el uso de la albúmina.
RESULTADOS
Generalidades
La albúmina es la proteína plasmática más abundante en el suero humano, representando aproximadamente el 60% de las proteínas totales en el plasma. Sintetizada principalmente en el hígado, la albúmina desempeña funciones cruciales en el mantenimiento de la presión oncótica, lo que es fundamental para la regulación del volumen intravascular y la prevención del edema tisular. Además, actúa como transportador de una variedad de sustancias endógenas y exógenas, incluyendo hormonas, ácidos grasos, bilirrubina, fármacos y iones metálicos, facilitando su distribución y disponibilidad en diferentes tejidos. La estructura de la albúmina, compuesta por una única cadena polipeptídica con múltiples sitios de unión, le confiere una alta capacidad de unión y transporte, lo que la convierte en un componente esencial para la homeostasis corporal (3).
La hipoalbuminemia se refiere a la disminución de los niveles de albúmina en el plasma sanguíneo, una condición que puede tener múltiples etiologías y repercusiones clínicas. Entre las causas más comunes se encuentran la desnutrición, enfermedades hepáticas como la cirrosis, y estados inflamatorios crónicos que incrementan la catabolización de proteínas. Además, condiciones renales como el síndrome nefrótico pueden llevar a la pérdida excesiva de albúmina a través de la orina. La hipoalbuminemia se asocia con una serie de complicaciones, incluyendo edema, alteraciones en el transporte de fármacos y hormonas, y una mayor susceptibilidad a infecciones debido a la disminución de las funciones inmunológicas de la albúmina. Diagnosticar y manejar adecuadamente la hipoalbuminemia es crucial para prevenir estas complicaciones y mejorar el pronóstico de los pacientes afectados (4).
El mecanismo de acción de la albúmina en el contexto clínico es multifacético, abarcando desde su función como expansor del plasma hasta su papel en la modulación de respuestas inflamatorias y antioxidantes. Como expansor del plasma, la albúmina ayuda a restaurar el volumen intravascular en situaciones de hipovolemia, contribuyendo a mantener una adecuada perfusión tisular y presión arterial. Además, su capacidad para unirse y transportar diversas sustancias facilita la distribución y eliminación de fármacos, influenciando su eficacia y toxicidad. La albúmina también posee propiedades antioxidantes, protegiendo a las células y tejidos del daño oxidativo mediante la captura de radicales libres(5). Asimismo, puede interactuar con componentes del sistema inmunológico, modulando la respuesta inflamatoria y contribuyendo a la regulación de procesos patológicos asociados con la inflamación crónica. Estas múltiples acciones hacen de la albúmina una herramienta terapéutica valiosa, aunque su uso debe ser cuidadosamente considerado en función de las indicaciones clínicas y las condiciones específicas de cada paciente.
Aplicaciones específicas
Schock Hipovolémico
El uso de albúmina en casos de shock hipovolémico se fundamenta en su capacidad para actuar como un expansor del plasma eficaz, ayudando a restaurar el volumen intravascular perdido y a mantener la presión oncótica necesaria para una adecuada perfusión tisular. Al administrarse, la albúmina aumenta el volumen sanguíneo circulante, lo que contribuye a mejorar la presión arterial y a optimizar el flujo sanguíneo hacia órganos vitales, reduciendo así el riesgo de disfunción multiorgánica asociada al shock hipovolémico. Además, su capacidad para transportar diversas sustancias y moderar respuestas inflamatorias puede ser beneficiosa en el contexto de trauma o sepsis concomitante. Sin embargo, la elección entre albúmina y soluciones cristaloides debe considerar factores como el costo, la disponibilidad y la evidencia clínica existente, que en algunos estudios ha mostrado resultados mixtos respecto a la superioridad de la albúmina sobre otras soluciones de resucitación(6). Por lo tanto, el uso de albúmina en el manejo del shock hipovolémico debe ser evaluado individualmente, teniendo en cuenta las características específicas del paciente y las circunstancias clínicas particulares.
Síndrome nefrótico
El uso de albúmina en el síndrome nefrótico se fundamenta principalmente en la corrección de la hipoalbuminemia severa y en el manejo de las complicaciones asociadas a esta condición, como el edema generalizado y las alteraciones hemodinámicas. El síndrome nefrótico, caracterizado por una pérdida excesiva de proteínas a través de la orina, conduce a una disminución significativa de los niveles plasmáticos de albúmina, lo que resulta en una reducción de la presión oncótica y facilita la formación de edema en tejidos periféricos. La administración de albúmina exógena puede ayudar a restaurar los niveles séricos de esta proteína, mejorando la presión oncótica y promoviendo la reabsorción de líquidos desde el espacio intersticial hacia el compartimento intravascular, lo que contribuye a la reducción del edema(7).
Además de su papel en la corrección de la hipoalbuminemia, la albúmina puede ser utilizada en el síndrome nefrótico para facilitar la diuresis mediante la administración concomitante de diuréticos, especialmente en casos refractarios al tratamiento convencional. Al aumentar el volumen intravascular, la albúmina mejora la eficacia de los diuréticos, permitiendo una eliminación más efectiva de líquidos y sodio. Sin embargo, el uso de albúmina en el síndrome nefrótico no está exento de limitaciones. Factores como el alto costo, la necesidad de administración intravenosa y la falta de consenso en cuanto a los protocolos de tratamiento óptimos han generado debates sobre su efectividad y rentabilidad. Además, la evidencia clínica disponible muestra resultados mixtos respecto a los beneficios a largo plazo de la suplementación con albúmina en estos pacientes. Por lo tanto, la decisión de utilizar albúmina en el manejo del síndrome nefrótico debe ser individualizada, considerando el estado clínico del paciente, la severidad de la hipoalbuminemia y la respuesta a otras intervenciones terapéuticas(8).
Cirrosis hepática
La albúmina desempeña un papel esencial en el manejo de pacientes con cirrosis hepática, una enfermedad crónica que conlleva múltiples complicaciones sistémicas debido a la disfunción hepática avanzada. En este contexto, la administración de albúmina se utiliza principalmente para prevenir y tratar condiciones como el síndrome hepatorrenal, la peritonitis bacteriana espontánea y la ascitis refractaria. Por ejemplo, en la paracentesis de gran volumen, la infusión de albúmina ayuda a mantener la presión oncótica plasmática, reduciendo el riesgo de hipotensión y de síndrome hepatorrenal post-paracentesis. Además, en pacientes con síndrome hepatorrenal, la albúmina, en combinación con vasopresores como la terlipresona, puede mejorar la perfusión renal y revertir la disfunción renal(9).
La albúmina también contribuye a la modulación de la respuesta inflamatoria y posee propiedades antioxidantes, lo que puede ser beneficioso para mitigar el estrés oxidativo asociado con la cirrosis. No obstante, el uso de albúmina en cirrosis hepática debe considerarse cuidadosamente debido a factores como el alto costo, el riesgo de sobrecarga de volumen y la necesidad de individualizar el tratamiento según el estado clínico del paciente. Por lo tanto, su administración debe basarse en guías clínicas actualizadas y en una evaluación detallada de los beneficios potenciales frente a las limitaciones en cada caso específico(10).
Quemaduras
El uso de albúmina en el manejo de pacientes con quemaduras severas se centra en la reposición de volumen y la mejora de la estabilidad hemodinámica durante las fases aguda y de recuperación del tratamiento. Las quemaduras extensas provocan una pérdida significativa de líquidos y proteínas a través de la permeabilidad aumentada de los vasos sanguíneos, lo que puede llevar a hipovolemia, disminución de la presión oncótica y edema tisular. La administración de albúmina ayuda a restaurar el volumen intravascular, mantener la presión oncótica necesaria para prevenir la fuga de líquidos hacia los tejidos intersticiales y facilitar una adecuada perfusión de órganos vitales. Además, la albúmina puede actuar como transportador de fármacos y antioxidantes, contribuyendo a reducir el estrés oxidativo y la inflamación sistémica asociada con las quemaduras graves (11).
Sin embargo, el uso de albúmina en pacientes con quemaduras debe ser cuidadosamente equilibrado debido a posibles riesgos de sobrecarga de volumen y costo elevado, especialmente en contextos donde los recursos son limitados. La evidencia sobre la eficacia de la albúmina en este contexto es variada, lo que requiere una evaluación individualizada basada en la gravedad de las quemaduras, el estado hemodinámico del paciente y la respuesta al tratamiento inicial con soluciones cristaloides. Por lo tanto, la decisión de utilizar albúmina en el manejo de quemaduras debe ser guiada por protocolos clínicos actualizados y consideraciones específicas de cada caso para optimizar los resultados terapéuticos(12).
Trasplante de órganos
En el contexto de los trasplantes de órganos, la albúmina se utiliza tanto en donantes como en receptores para prevenir el edema y la pancreatitis posterior a la revascularización, especialmente en trasplantes de páncreas. Su administración es crucial en el período intraoperatorio, particularmente en pacientes con hipoalbuminemia severa, donde ayuda a mantener la presión oncótica y a reducir el riesgo de complicaciones asociadas al edema. En el caso del trasplante hepático, se recomienda su uso para evitar complicaciones relacionadas con la hipoalbuminemia y el edema, asegurando así un mejor manejo postoperatorio del paciente (9).
Edema cerebral
La administración de albúmina en el manejo del edema cerebral se fundamenta en su capacidad para aumentar la presión oncótica plasmática, lo que puede contribuir a reducir la acumulación de líquido en el tejido cerebral. En condiciones como el traumatismo craneoencefálico, el accidente cerebrovascular o las infecciones intracraneales, el edema cerebral puede elevar la presión intracraneal y comprometer la perfusión cerebral, aumentando el riesgo de daño neuronal adicional. Al infundir albúmina, se busca restaurar el equilibrio de fluidos entre el compartimento vascular y el intersticial, facilitando la movilización del exceso de agua desde el cerebro hacia el torrente sanguíneo y disminuyendo así la presión intracraneal (13).
Además, la albúmina posee propiedades antioxidantes y efectos antiinflamatorios que pueden proteger las células neuronales del estrés oxidativo y la inflamación asociada al edema. Sin embargo, el uso de albúmina en el edema cerebral presenta ciertas limitaciones, como el riesgo de sobrecarga de volumen, especialmente en pacientes con insuficiencia cardíaca o renal, y la variabilidad en los resultados de estudios clínicos que evalúan su eficacia y seguridad. Por lo tanto, la decisión de utilizar albúmina en el tratamiento del edema cerebral debe ser individualizada, considerando las características específicas del paciente y basándose en las guías clínicas más actualizadas y la evidencia científica disponible (14).
Limitaciones en el uso de albúmina
El uso de albúmina en la práctica clínica, a pesar de sus múltiples aplicaciones terapéuticas, presenta diversas limitaciones que deben ser consideradas para optimizar su utilización y garantizar la seguridad del paciente. Una de las principales restricciones es el alto costo asociado a su adquisición y administración, lo que puede representar una barrera significativa, especialmente en entornos con recursos limitados o en sistemas de salud con presupuestos ajustados. Este factor económico puede limitar el acceso a la albúmina y favorecer el uso de alternativas más económicas, aunque potencialmente menos efectivas en ciertos contextos clínicos (15).
Otra limitación importante es la disponibilidad limitada de albúmina, ya que su producción depende de la donación de plasma humano, lo que puede generar escasez en momentos de alta demanda o en situaciones de emergencias sanitarias. Además, la albúmina requiere de una administración intravenosa, lo que implica la necesidad de infraestructura adecuada y personal capacitado para su manejo, incrementando la complejidad logística y los costos asociados al tratamiento (4).
Desde el punto de vista clínico, la evidencia sobre la eficacia de la albúmina en algunas indicaciones específicas es mixta o insuficiente, lo que ha generado controversias y debates en la comunidad médica. En ciertos casos, estudios han mostrado beneficios limitados o no significativos en comparación con soluciones alternativas como los cristaloides, lo que dificulta la estandarización de protocolos de tratamiento y la definición clara de indicaciones óptimas para su uso(2). Además, el uso de albúmina puede estar asociado a riesgos de efectos adversos, tales como sobrecarga de volumen, que puede agravar condiciones preexistentes como la insuficiencia cardíaca o renal, y reacciones alérgicas en algunos pacientes (5).
Finalmente, la variabilidad en las concentraciones de albúmina en diferentes estados patológicos y la respuesta individualizada de los pacientes añaden una capa adicional de complejidad en su administración. La necesidad de ajustar las dosis según las características específicas de cada paciente y la evolución de su condición clínica requiere una evaluación constante y un monitoreo riguroso, lo que puede incrementar la carga de trabajo del personal de salud y la demanda de recursos clínicos (16).
En resumen, aunque la albúmina es una herramienta valiosa en el manejo de diversas condiciones clínicas, sus limitaciones en términos de costo, disponibilidad, evidencia de eficacia y potenciales riesgos adversos deben ser cuidadosamente sopesadas. La toma de decisiones informadas y basadas en guías clínicas actualizadas, así como la consideración de alternativas terapéuticas cuando sea apropiado, son esenciales para maximizar los beneficios y minimizar las desventajas asociadas a su uso (17).
CONCLUSIONES
En conclusión, la albúmina se erige como una proteína plasmática fundamental en la práctica clínica debido a su multifacética funcionalidad que abarca desde el mantenimiento de la presión oncótica hasta el transporte de diversas sustancias y la modulación de respuestas inflamatorias. Su utilización en condiciones como el shock hipovolémico, el síndrome nefrótico, la cirrosis hepática, las quemaduras severas y el edema cerebral resalta su versatilidad y la relevancia en el manejo de pacientes críticamente enfermos. Sin embargo, a pesar de sus evidentes beneficios terapéuticos, el uso de la albúmina enfrenta importantes limitaciones que deben ser cuidadosamente consideradas por los profesionales de la salud.
Las principales restricciones incluyen su elevado costo, la disponibilidad limitada derivada de la dependencia de donaciones de plasma humano, y la necesidad de una administración intravenosa que implica infraestructura y personal especializado. Además, la evidencia científica sobre su eficacia en ciertas indicaciones presenta resultados mixtos, lo que genera incertidumbre respecto a su superioridad frente a alternativas más económicas como los cristaloides. Los riesgos potenciales de sobrecarga de volumen y reacciones adversas también subrayan la importancia de una evaluación individualizada en cada caso clínico. Por lo tanto, es imperativo que futuras investigaciones se enfoquen en clarificar los contextos específicos en los que la albúmina ofrece beneficios significativos, así como en el desarrollo de estrategias más eficientes y accesibles para su uso. Solo a través de un enfoque equilibrado que considere tanto sus ventajas como sus limitaciones, la albúmina podrá integrarse de manera óptima en los protocolos terapéuticos, potenciando así el cuidado y el pronóstico de los pacientes.
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