La identidad sexual y el desarrollo de la sexualidad en el ámbito educativo: una revisión de la literatura científica
Autor principal: Eduardo Beltrán Ravelo
Vol. XVI; nº 12; 634
Sexual identity and the development of sexuality in the educational field: a review of the scientific literature
Fecha de recepción: 05/04/2021
Fecha de aceptación: 28/06/2021
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 12 – Segunda quincena de Junio de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 12; 634
Autor:
Eduardo Beltrán Ravelo, Universidad Privada del Norte, Trujillo- Perú
El presente artículo describe los resultados sintetizados de diferentes investigaciones con el propósito de comprender la calidad de los temas de educación sexual en un entorno educativo. La información recolectada en diversas revistas indexadas y metabuscadores como Dialnet, Scopus, ProQuest, ScienceDirect y Repositorios Institucionales de la Pontifica Universidad Católica del Perú, Universidad Privada del Norte, Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de los Andes Colombia, aún no ha sido sistematizada adecuadamente. Por consiguiente, con base en los buscadores mencionados anteriormente, se llevó a cabo la revisión sistemática de la literatura para analizar las acciones realizadas por los docentes en este ámbito de la sexualidad, sus experiencias, promoción y aceptación de la educación sexual por parte tanto de los jóvenes, como de ellos mismo. Por tanto, se realizó la revisión sistemática mediante la técnica de selección bibliográfica por bola de nieve, y se obtuvo una muestra total de 111 resultados, de los cuales, por criterios de inclusión y exclusión como la temporalidad no mayor a 10 años, el idioma, su fuente y relación con la temática, fueron seleccionados únicamente 16.
PALABRAS CLAVE: “Sexualidad” / “identidad sexual” / “educación sexual” / “maestros y sexualidad”
This article describes the synthesized results of different investigations with the purpose of understanding the quality of sexual education topics in an educational environment. The information collected in various indexed journals and metasearch engines such as Dialnet, Scopus, ProQuest, ScienceDirect and Institutional Repositories of the Pontifical Catholic University of Peru, Private University of the North, National Autonomous University of Mexico and the University of the Andes Colombia, has not yet been properly systematized. Therefore, based on the aforementioned search engines, a systematic review of the literature was carried out to analyze the actions carried out by teachers in this area of sexuality, their experiences, promotion and acceptance of sexuality education by both the young, as of themselves. Therefore, the systematic review was carried out using the snowball bibliographic selection technique, and a total sample of 111 results was obtained, of which, by inclusion and exclusion criteria such as temporality of no more than 10 years, the language , their source and relationship with the theme, only 16 were selected.
KEYWORDS: «Sexuality» / «sexual identity» / «sexual education» / «teachers and sexuality»
El autor de este manuscrito declara que:
Han participado en su elaboración y no tienen conflictos de interés.
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Se ha obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Se ha preservado las identidades de los pacientes.
La presente está dedicada a mi familia, quienes, desde mi mediana edad, siempre demostraron su apoyo y compromiso para mi desarrollo, tanto profesional como de ser humano, priorizando en forjarme en rectitud, coraje e integridad.
De igual manera, este trabajo está dedicado a todo aquel lector que sienta ese cosquilleo y ese afán por aprender siempre un poco más, indistintamente de su profesión, género, edad o estatus social. A ti estimado lector te dedico está presente, con el deseo de motivarte a buscar siempre más; cree en ti y los demás también lo harán.
Creer en el mundo es lo que más nos hace falta…
Quiero agradecer a mi madre, quien desde el primer momento me demostró su apoyo y afecto en el camino de mi instrucción profesional, siempre estando ahí para mi cuando la he necesitado, dispuesta a aconsejar y alentar oportunamente.
A su vez, agradecer a mi enamorada por su apoyo continuo, su esfuerzo, dedicación y motivación; continuamente me dabas alegrías y ánimos por aspirar a más.
La educación sexual contextualiza dentro de la educación para la salud, y forma parte de los contenidos de la misma; esta tiene como fin promocionar el bienestar personal y social de las personas (Font, 2002)
Dado que muchos de los procesos relacionados con la fusión de identidades se llevan a cabo durante el curso escolar, se considera imprescindible en cualquier currículo escolar actual. Estableciendo un espacio escolar que ayude a hacer de la conciencia y el conocimiento sexual un aspecto inherente al proceso de desarrollo humano, cultivando el autoconocimiento, el autoconcepto, la autoestima y la confianza en las propias capacidades. A su vez contribuyendo al desarrollo de la autoeficacia de la población adolescente para afrontar los problemas sexuales. Sin embargo, se ha descubierto que en comparación con otras áreas del currículo (matemáticas, ciencias naturales o estudios sociales), el enfoque que se le da a la sexualidad es prácticamente nulo (Vargas Trujillo, et al, 2015).
Existe evidencia en la literatura de que una de las principales razones del bajo nivel de cobertura e implementación del proyecto es la baja participación de todas las partes involucradas. Según los estudios revisados por equipos evaluadores de Programas de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía, esto ocurre cuando el responsable de la acción o los actores involucrados piensan que la intervención no es muy relevante; cuando el tema o acción propuesta es negativa en el contexto, si las directivas o quienes se encargan de tomar decisiones no expresan su entusiasmo, compromiso y apoyo frente a la iniciativa (Vargas Trujillo et al, 2015).
De acuerdo a esto, López (1995) y Font (2002) señalaron que la mayoría de los educadores no realizan educación sexual, sino que se limitan a tratar determinados temas, como la procreación o previsión. Para estos autores, la sexualidad en nuestra cultura latinoamericana está sujeta a miedos, ignorancias y mitos infundados que afectan a padres, educadores, políticos, etc., por ello resulta difícil una educación formal en materia de sexualidad en las escuelas.
Así pues, se define a la sexualidad como uno de los muchos aspectos de la identidad personal. Este incluye una colección de atributos, comportamientos y evaluaciones que las personas usan para describir nuestro sexo, género y orientación sexual al confrontarnos con la cuestión de ¿quién soy yo? (Vargas Trujillo, 2007-2013).
De acuerdo con la American Psychological Association – APA (2011) el sexo hace énfasis al estado biológico de una persona, ya sea masculino, femenino o intersexual, que está determinado por una variedad de indicadores que incluyen cromosomas sexuales, gónadas, órganos sexuales internos y órganos sexuales externos (incluido los genitales). El género es la razón de las actitudes, sentimientos y comportamientos que la cultura asocia con el sexo biológico de las personas. La orientación sexual se refiere al sexo de las personas por las que se experimenta una atracción romántica o atracción sexual.
Dado que la sexualidad es un aspecto de la identidad, su desarrollo comienza desde el nacimiento y continúa hasta la muerte en el proceso de socialización. En este proceso de socialización han intervenido familias, jardines de infancia, escuelas, universidades, agencias de salud y medios de comunicación, es decir, todas las personas e instituciones.
Así pues, desde el día de su nacimiento, las personas pasan a formar parte del entorno social, compuesto por diversos planes que clasifican y organizan las características y comportamientos que pueden adoptar en su vida. Por tanto, una de las principales tareas del desarrollo de los individuos es establecer su propia identidad, esta tarea implica organizar, ajustar e integrar elementos personales como preferencias, expresiones, sentimientos y comportamientos según las características de un plan o esquema predeterminado (Barrientos, Gutiérrez, Ramírez, Vega y Zafirri, 2016).
Vemos que la sexualidad es una de las dimensiones más relevantes al tratar la identidad sexual. Esta es una asunción total de la orientación sexual combinada con los aspectos biológicos, psicológicos y culturales de la sexualidad del individuo, y que no puede darse antes de la adolescencia ni desarrollarse por completo antes de la etapa adulta, porque antes no habría conciencia de sí mismo (Castañeda, 2011).
Elzo (2004) afirma que los jóvenes no están educados sobre la responsabilidad propia y se encuentran en una sociedad que se ha vuelto muy tolerante en el campo del comportamiento individual. En símil a esto, Pindado (1996), enfatiza en la enorme influencia de los medios de comunicación en la vida de los jóvenes: las imágenes que se les brinden en las series de televisión afectarían la forma que tienen de pensar los jóvenes y su identificación con estos roles.
La sexualidad, sus connotaciones y significados dependen del orden social establecido y del impacto en los proyectos de vida, así pues, se vuelve un factor determinante en las decisiones futuras de los jóvenes. En la actualidad, el surgimiento de la autonomía y concientización es más aceptado, propiciando el empoderamiento de las mujeres, pero este trabajo de concientización no solo debe incluir a las mujeres, sino también cooperativamente a los hombres, para cambiar así conductas de riesgo que perpetuán la masculinidad errada, la violencia y la opresión contra las féminas (Morales, 2017).
A juzgar por la subjetividad de los jóvenes, la conducta sexual o desarrollo de la sexualidad se ha reducido a la mala información brindada por las escuelas y las familias; situación que los jóvenes buscan subsanar con la ayuda de amigos y medios de comunicación, pero estos últimos no se sustentan en valores morales símiles con los derechos humanos y de base científica, sino que, en resumidas cuentas aborda o hace uso de recursos débiles que agravan la confusión e irresponsabilidad de los jóvenes, y reitera o refuerza el modelo actual (Morales, 2017).
La educación sexual es la principal estrategia que se ha adoptado para resolver diversos problemas relacionados con la salud sexual y reproductiva de la población joven. Así pues, los aportes de diferentes estudios revisados indican que un alto porcentaje de esta población lo considera necesario en la currícula educativa, lo que demuestra que esas acciones son valoradas por ellos (Grajales, Cardona, 2012).
Del mismo modo, un índice considerable de jóvenes cree que los padres son la mejor fuente de información; sin embargo, según los registros, generalmente optan por discutir estos temas con amigos, lo que puede indicar que no tienen el espacio necesario dentro del hogar para que los miembros de la familia puedan discutir sobre esta temática (Grajales, Cardona, 2012).
Por otro lado, al analizar los métodos de los maestros, una de las razones u obstáculos que los maestros mencionan con mayor frecuencia para no impartir educación sexual es la falta de capacitación en esta temática y las complicaciones para integrarlas (Martínez, Carcedo, Vicario, Fuertes, Fernández y Orgaz, 2011).
Por tanto, vemos que, dado que esta formación no está implementada en los planes de estudio de muchas universidades, la formación inicial docente en material de educación sexual se puede catalogar como escasa. A su vez, selectiva, porque en la mayoría de los casos se imparte como asignatura optativa, y solo en determinadas carreras; dispersa, porque no cuenta con la formación requerida, ni criterios en cuanto a los contenidos a tratar y las actitudes que se debe promover; también heterogénea, porque los nombres de las materias no son uniformes y enfatizan diferentes aspectos de la sexualidad, como biológicos, psicológicos o aspectos sociales, sin estudiar la interdisciplinariedad de la sexualidad. (Martínez, Carcedo, Vicario, Fuertes, Fernández y Orgaz, 2011).
Así pues, cuando se analizan los métodos de los programas de educación sexual muchas veces propuestos, se encuentra que no hay un consenso sobre los métodos de educación sexual que deberían adoptarse. Tenemos por verbigracia que, un enfoque restrictivo y preventivo se basa en la conceptualización de la sexualidad, considerada como algo que se hace, y no como algo que se es (Vargas Trujillo, Ibarra, Rojas y Hermosa, 2016). Esta definición de sexualidad lleva a las personas a creer que la educación en esta área incluye evitar los peligros para la salud de las relaciones sexuales, como las penetrativas, vaginales, orales o anales.
Desde la perspectiva de los métodos socioecológicos de la psicología, la sexualidad es producto de la interacción continua entre el ser humano y el medio ambiente, por lo que, para promover el bienestar en este aspecto, es necesario cambiar las condiciones ambientales que dificultan o interfieren con su desarrollo. Se debe formular un plan integral de educación sexual para que la sexualidad sea considerada como uno de los múltiples aspectos de la identidad, promoviéndose su diseño comprometido con el desarrollo evolutivo del individuo, no solo limitándose a los momentos críticos de este. Con el propósito de generar condiciones idóneas para el desarrollo integral de todo sujeto, aceptando que el bienestar físico, psicológico y social de los jóvenes está determinado por muchos factores, que interactúan de forma compleja en diferentes estadios de influencia, como individuales, personales, interpersonales y contextuales.
Ahora, a través de la presente revisión sistemática de la literatura, se busca lograr un conocimiento más acertado de la calidad de la educación sexual que reciben los centros educativos con el fin de promover la identidad sexual y la sexualidad de los jóvenes y adolescentes; a su vez interpretar la perspectiva de los docentes como fuentes de información confiable para los jóvenes. El propósito de la presente revisión sistemática de la literatura fue la de determinar la calidad y la aceptación de la educación sexual, tanto por parte de los jóvenes alumnos, como de los maestros por ser un motor impulsor del proceso de implementación curricular en el contexto de la educación escolar. Asimismo, los objetivos específicos que se pueden desglosar en la presente revisión sistemática son: a) Identificar las bases de datos académicos consultados respecto a los constructos de sexualidad e identidad sexual. b) Identificar el número de artículos publicados en revistas indexadas en función a los años de publicación comprendidos en los últimos 10 años. c) Identificar el tipo de investigación en función a las fuentes de consultas respecto a los constructos. d) Identificar el número de artículos publicados en revisas indexadas en función al país de publicación.
Ante la aparente falta de conocimiento sobre educación sexual e identidad sexual, que ha conllevado a un aumento en la tasa de embarazos no deseados, muertes por abortos clandestinos y enfermedades de transmisión sexual entre los jóvenes; es particularmente interesante comprender la educación sexual recibida en los centros educativos, tanto a nivel de los alumnos, como de los docentes que imparten la asignatura o tratan de abordarla, así, a partir de esta base tomar medidas de actualización y amplificación de la calidad educativa con respecto a la sexualidad para brindar información útil a toda la comunidad educativa acerca de los diversos factores que inciden en la correcta implementación de los planes de salud sexual en la currícula de los centros educativos.
El presente estudio de revisión sistemática de la literatura, es definido según las palabras de (Fink, 2005) como “un método sistemático, explícito y reproducible para identificar, evaluar y sintetizar el cuerpo existente del trabajo realizado y registrado por investigadores, académicos y profesionales”. Se trata en resumidas cuentas de una “síntesis de la evidencia disponible”, en símil representa “un estudio de estudios” (Manterola, 2009).
Dentro de la presente se tomaron en cuenta 16 artículos de investigación, libros, documentos institucionales y tesis únicamente en el idioma español, aceptadas y publicadas, que incluyeran contenidos referidos a la identidad sexual y la sexualidad en el marco educativo, con o sin aplicaciones en un contexto educativo inclusivo. Asimismo, este estudio consideró artículos investigativos publicados en revistas indexadas entre los años 2010 y 2020.
Todo el material de investigación tomado en cuenta fue seleccionado de bases de datos de revistas indexadas y metabuscadores como Dialnet, Scopus, ProQuest, ScienceDirect, y repositorios institucionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú, de la Universidad Privada del Norte, Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad de los Andes Colombia.
Para optimizar la sensibilidad del proceso de búsqueda se definieron como palabras claves los siguientes términos: “identidad sexual” “educación sexual” “sexualidad”. Asu vez, se definió como base de datos especializada para la búsqueda a ScienceDirect y ProQuest y como motor de búsqueda a Scopus; como base de datos multidisciplinaria se eligió a Dialnet, y como buscador genérico se empleó Google Academic. En todos estos buscadores se usaron las palabras claves descritas con anterioridad, además de percatarse de solo usar investigaciones en español, científicas y en un periodo de tiempo no mayor a 10 años.
Como criterio de exclusión se definió que el abordaje de la identidad sexual y sexualidad se orientara a la evaluación de ésta en el ámbito educativo o que se hubiera tomado como referente un concepto de estas en la currícula. Además, se descartaron artículos de revistas no indexadas, o que no estuviesen dentro de las fuentes ya mencionadas; trabajos de grado, memorias de eventos, reseñas, ensayos o informes técnicos. Asu vez, artículos que no pasasen filtros tales como el idioma, temporalidad, y el no demostrar requisitos mínimos de cientificidad.
En la presente revisión sistemática se identificaron un total de 112 resultados dentro de la temporalidad ya mencionada líneas antes, de los cuales se descartaron un total de 57 artículos por no contar con los criterios mínimos de inclusión para su revisión sistematizada, y un total de 37 artículos por no estar finalizados, no reflejar coherencia en sus resultados o abordar temas no relacionados a esta investigación.
Para seleccionar los datos de los estudios obtenidos se utilizó un protocolo que permitió organizar la información de cada artículo. Este recogía información de las siguientes áreas: título de la investigación, año de publicación, país donde tuvo lugar el estudio, breve resumen de los participantes de los estudios y los resultados obtenidos. Se tuvo en cuenta también que los artículos de investigación fueran de naturaleza metodológica de revisión y descripción tanto descriptiva cuantitativa o cualitativamente (Ver Tabla n° 1: Artículos incluidos en la revisión según las palabras clave utilizadas al final del artículo) (Ver Figura 01: Estrategia de búsqueda empleada al final del artículo).
Después de pasar por los filtros de inclusión y exclusión, la presente revisión sistemática que en un inicio tuvo un total de resultado de 112 investigaciones, optó por seleccionar los 16 más significativos para el propósito de esta investigación (Ver Tabla n°02: Bases de datos académicos consultados respecto a los constructos de sexualidad e identidad sexual; Tabla n°03: Número de artículos publicados en revistas indexadas en función a los años de publicación comprendidos en los últimos 10 años; Tabla n°04: Tipos de investigación en función a las fuentes de consulta respecto a los constructos de sexualidad e identidad sexual; Tabla n°05: Número de artículos publicados en revistas indexadas en valor del país de publicación, al final del artículo.
De la sexualidad en general.
Como nos afirma Tapia, L. (2018) Con el tiempo, la conducta sexual se ha reducido a solo un estado biológico o reproductivo, lo cual es errado, puesto que el término no involucra únicamente a los genitales o dar la concepción de hijos, sino que este es un aspecto del sujeto que aparecerá en toda su vida, involucrando factores o procesos culturales, psicológicos, sociales e incluso históricos.
A veces el término de sexualidad es considerado como una etapa, que únicamente ocurre en la pubertad, no obstante, se sabe que no solo surge en ella, sino más bien que es en esta misma, donde el organismo se aglomera de procesos de índole tanto hormonales, mentales, emocionales y físicos; que por ende conducirían al individuo a variadas funcionalidades, por consecuente genera que la expresión de la sexualidad sea distinta, y no solo reducida a un enfoqué reproductivo (Tapia, L., 2018).
Continuando con los aportes de Tapia, L. (2018) sabemos que, hace ya mucho tiempo, más precisamente en la época de los griegos, hablar de sexo no se criticaba como en la actualidad. Esto se inicia a raíz de las ideas religiosas de aquellos tiempos, donde se comenzó a interpretar la sexualidad únicamente con fines reproductivos, y aparece la iglesia en son de un ente regulador de la temática, tomando todo el poder y castigando con mano de hierro el acto sexual.
Así pues, ya en los siglos XVIII y XIX o en la famosa época victoriana, los comportamientos sexuales como la masturbación se consideraban inapropiados y se atribuían a enfermedades como la epilepsia (Villegas, B., 2019).
No fue sino hasta mediados de los siglos mencionados, que se comenzó a dar un significado científico a la sexualidad: por ende, alrededor de estos nace una sediciosa política, económica y tecnológica de hablar de sexo. No tanto como una teoría general sobre el comportamiento sexual, sino, una forma de análisis, contabilidad, clasificación y especificidad, en margen de investigación cuantitativa o exploración causal (Tapia, L., 2018).
En consecuente, y contrariamente a la creencia generalizada de la existencia de una prohibición acerca de hablar sobre la sexualidad, es en estos siglos donde había una necesidad casi incendiaria de sacar el tema a la luz de la mesa, para así tomar distancia de las conjeturas represivas del sexo, y replantear el análisis del desarrollo de esta misma (Traslaviña, J., 2019).
En materia de esto, se afirmó a través de una conferencia de la UNESCO en el setenta y uno que: en este enfoque, todos los países creían que la educación sexual debería ser cumplida y dictada enteramente por las escuelas, porque se estimaba que los padres, que mantienen un papel primario en el desarrollo evolutivo de los jóvenes y niños, no estaban completamente capacitados para abordarlos. (Wainerman, Di virgilio, Chami, 2008.
Es así que afín a abordar la sexualidad en los planteles educativos sabemos que, Europa comenzó a impartir cursos de educación sexual en instituciones educativas, sin embargo, en la década de los ochenta, cuando se daría comienzo a la epidemia del SIDA, se cambiaron afín a la lucha de eta. En consecuente, los conservadores llevaron de regreso la visión al temor y los variados mitos de abordarían a la sexualidad (Tapia, L., 2018).
No obstante, y ya enmarcando América Latina y el Caribe, el país de Colombia es el que refleja una mayor tasa de natalidad entre jóvenes de edades alrededor de los 15 a 19 años, ocupando así el quinto lugar de incidencias; de acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y Salud difundida por la organización de Profamilia, en los últimos 10 años, la tasa de embarazos no deseados dentro del país, en las adolescentes aumentó del 11 % al 19% (Traslaviña, J., 2019).
Bajo estas premisas, y teniendo en cuenta que el núcleo del hogar no se encuentra capacitado en el abordaje de la sexualidad, son las entidades educativas las que optan por intervenir por medio de planes y programas, entre los que se encuentran las entidades que realizan educación sexual para mejorar la calidad de esta. (Tapia, L., 2018).
La perspectiva docente. _
Cuando entramos en el marco del perfil docente, una de las razones u obstáculos más comunes para no impartir la educación sexual en las escuelas en su aparente falta de preparación en este campo y la dificultad que se tiene al obtener capacitación en esta temática. (Martínez, J.; González, E.; Vicario, I.; et al 2012).
De acuerdo con estos autores; dentro de los años setenta y ochenta, varios profesionales se ocuparon de adiestrarse o formar a otros en el campo de la educación sexual, como verbigracia, el Ayuntamiento de Barcelona, el Instituto de Ciencias Sexológicas de Madrid, la Sociedad Sexológica Madrileña y los equipos de trabajo del profesor Boix en Cataluña, José Luis García en Navarra, Javier Zapiain en el País Vasco, Fernando Barragán en Canarias o Félix López en Salamanca.
Podemos clasificar esta formación en educación sexual como a) escasa, porque no se han implementado en muchas carreras universitarias; b) selectiva, ya que, en la mayoría de los casos, la asignatura es tomada como optativa; c) dispersa, por la no existencia de uniformidad ni estándar mínimo en la formación requerida; y d) heterogénea, al tener nombres de asignaturas desiguales que enfatizan en diferentes aspectos de la sexualidad. (Martínez, J.; González, E.; Molina, I.; Fernández, A.; et al., 2012).
A raíz de esto, Martínez, Orgaz y otros (2011) obtuvieron como resultado de sus investigaciones que solo un número muy reducido de profesores manifestaron haber recibido formación universitaria (12%) o continua (25%) en el campo de la educación sexual. A su vez se aprecia que, en comparación con los maestros varones, de mayor edad, de ESO y/o bachillerato; las docentes más jóvenes y las de educación infantil y/o primaria tienen una mayor preparación universitaria en esta temática.
Así pues, los docentes avalan que los nuevos problemas a la ahora de impartir clases de índole de educación sexual son diversos, desde el responsable de los métodos integrales, la carencia de bibliografía y otros materiales adecuados para la edad y las dificultades de los estudiantes, la falta de contacto con demás actores sociales, la organización nacional y el planteamiento directivo y dificultades de planificación de la currícula interna y externa. (Losa, T., 2013)
Podemos inferir a partir de esto en palabras de Martínez et al. (2011) que, en el pasado, las oportunidades de formación en el ámbito universitario de la temática de la sexualidad eran escasas, dispersas y muy diferentes.
De hecho, esto significa que actualmente solo alrededor de uno de cada nueve profesores han recibido una formación universitaria en cabida de la educación sexual. Si se tiene en cuenta la preparación permanente de los docentes, esta proporción aumentaría a uno entre cuatro maestros. En ambos casos, el nivel es insuficiente y a la vez preocupante (Martínez, Orgaz et al., 2011).
Esto porque en primera instancia los profesionales encuentran obstáculos estructurales en su labor como docentes, verbigracia la falta de tiempo, espacio institucional, y algunas dificultades para realizar trabajo colectivo. Y, en segundo lugar, se enfrentan a barreras culturales inherentes a las normas de socialización local sexual como miedos y creencias al abarcar la temática, y la negación por parte de los padres a perder el monopolio de la relación con sus hijos (Losa, T., 2013).
Otra dificultad aparente es que, para la aplicación de programas integrativos en el marco educacional, se formula un nuevo plan con leyes y reglamentos en búsqueda de plantear nuevos requisitos a los profesionales de la educación: estos deben asistir a nuevas reuniones, diseñar recomendaciones de agencias, planificar cursos, y muchas veces pagar por las constantes capacitaciones, incluyendo el resolver todas las dudas de los padres con respecto a esta temática. (Losa, T., 2013).
No obstante, uno de los primordiales comentarios de los maestros es el de incluir material en la currícula escolar del nivel de educación primario para conseguir un mayor tiempo de educación sexual oportuna e integradora. Sensibilizando al equipo administrativo, e involucrando a los miembros de la familia con fine de compartir preocupaciones y conocimientos (García, J.; Ordoñez, A.; Magadán, S., 2014).
Al hablar de la juventud. _
Para muchos adolescentes, la masturbación es su primer contacto con la conducta sexual. De hecho, a pesar de varios factores, a menudo experimentan sentimientos de culpa o vergüenza alrededor del 75% de los jóvenes y un tercio de las chicas que lo han practicado. Si bien es cierto que este comportamiento no supone ninguna amenaza a la salud, los mitos acerca de ella suponen un riesgo por la curiosidad de los jóvenes (López, M.; 2019).
De esto encontramos que una séptima parte de los habitantes de la tierra tienen entre 10 y 19 años. Por lo que, aunque la tasa de mortalidad es muy baja durante la adolescencia, son más propensos a las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y embarazos no deseados al inicio de su vida sexual en sectores de recursos económicos bajos (González, J.; Hernández, A.; Salamanca, J.; et al, 2019).
Así pues, se estima que hay alrededor de 46 millones de abortos en el mundo cada año, de los cuales 20 0000 son ilegales, y la proporción de abortamiento en adolescentes es de 16%. No obstante, con respecto a quién debe educar a los jóvenes en educación sexual, la Encuesta Nacional Demográfica y Salud (ENDS) de 2015 encontró que el 80% de los padres quieren asumir la responsabilidad de resolver el comportamiento inquietud en la sexualidad de sus hijos. (González, J.; Hernández, A.; Salamanca, J.; et al, 2019).
Por consecuente, y al juzgar por la subjetividad de los jóvenes, la sexualidad se ve reducida a la mala información que brindan las escuelas y las familias, situación que buscan mejorar y ampliar con la ayuda de amigos y medios de comunicación, pero estos últimos tienen una base débil científica, generando confusión e irresponsabilidad entre los adolescentes, reiterando el escenario actual (Morales, Y., 2017).
Analizando la importancia del comportamiento de amigos y compañeros de clase en el inicio de la actividad sexual adolescente. Obtenemos que, si un amigo cercano del joven inicia un acto sexual en un año determinado, esto aumentará la probabilidad de que el adolescente inicie una relación sexual en el mismo año en una escala de 5 puntos; mostrando que las normas de los grupos de amistades de la escuela tienen un impacto significativo en los porcentajes de iniciar comportamientos sexuales (Shubik, R., 2012).
De igual forma los diferentes estudios han demostrado que las actividades sexuales de los adolescentes están más relacionadas con las normas descriptivas de los pares, que con la presión de la participación de estos en actividades de índole penetrativo. Para las normas sociales descriptivas, el impacto es mayor que el impacto en la descripción y la presión de los compañeros (Cortés, D.; Flórez, C.; Ibarra, M.; et al., 2016).
Por lo tal, en conocimiento de que a los adolescentes les gusta hablar de estos temas con sus amigos; la educación sexual siempre ha sido la principal estrategia destinada a llamar la atención de los jóvenes sobre diversas cuestiones relacionadas con la salud sexual y reproductiva (Atehortúa, I.; Arango, D.; 2011).
Esto al encontrar en los estudios que a pesar de todo lo descrito, más del 80% de los adolescentes lo consideraba necesario, demostrando que estos comportamientos de actualización educativa en marco de la sexualidad son valorados y aceptados por ellos (Atehortúa, I.; Arango, D.; 2011).
Ya que, en palabras de Ibarra, L. (2019) la consideran como uno de los factores claves que promueve el proceso de formación de la identidad al dar cabida a la búsqueda constante de aspectos comunes con personas que pertenecen a un mismo entorno, y a su vez, facilitando la discriminación de diferencias que marcan nuestra personalidad.
Puesto que por el descubrimiento de las diferencias entre culturas y diferentes naturalezas o correlaciones a través de ellas los jóvenes garantizan en cierta medida su individualidad, en otras palabras, consolidan e integran su identidad para con su sexualidad (Ibarra, L., 2019).
CAPÍTULO IV. DISCUSIÓN DE RESULTADOS
En líneas al primer objetivo de esta investigación, el cual, está referido a determinar la calidad y la aceptación de la educación sexual, tanto por la perspectiva del joven alumnado, como de los maestros por ser un motor impulsor del proceso de implementación curricular en el contexto de la educación escolar. Podemos afirmar que, acorde a lo propuesto por las investigaciones de Atehortúa y Arango (2011), las contribuciones de los centros educativos en materia de la educación sexual, son bien valoradas por los adolescentes, esto por considerarlas como fundamentales en su desarrollo social; no obstante, incluso hasta nuestra actualidad, como nos lo describe Losa (2013), los maestros presentan dificultades en símil a la aplicabilidad de programas integrativos en las aulas, la congruencia con las leyes y reglamentos internos de cada institución, el diseño de las agencias educacionales, e incluso las escasas y aranceladas capacitaciones.
En consecuente con los objetivos específicos, enfatizando en el primero, que fue el de identificar las bases de datos académicas consultadas respecto a los constructos de sexualidad e identidad sexual. Según los resultados, el 45.5% de ellos pertenecen al Repositorio de la Universidad de los Andes Colombia, el 19.9% al Repositorio de la Universidad Nacional Autónoma de México, el 8.1% a ScienceDirect y a su vez, un 7.5% a buscadores como Scopus. Demostrando que las investigaciones están al alcance de los profesionales para nuevas contribuciones.
Considerando también el segundo objetivo específico de esta revisión sistemática, el de identificar el número de artículos publicados en revistas indexadas en función a los años de publicación comprendidos en los últimos 10 años. Se pudo determinar que el 22.8% de las investigaciones seleccionadas son de la fecha de publicación de 2016, el 20.7% de 2013, un 20.5% de 2019 y el 15.6% acorde al 2018. A su vez, el 20.4% representó a artículos que oscilaban entre los años del 2010, 2011, 2012 y 2017. Se puede observar una disminución en las investigaciones sobre las variables propuestas, debido al enfoque en la psicopatología más profundizada que el enfoque social, coincidiendo con las investigaciones de Petty et al (1997).
Seguido a esto, acorde con el tercero de los objetivos específicos, el cual dictamina, identificar el tipo de investigación en función a las fuentes de consultas respecto a los constructos, se obtuvo un porcentaje de 80.4% que reflejaban las investigaciones propias a artículos científicos de revistas indexadas y metabuscadores, y un 19.6% referenciando doctorados afines a las variables propuestas a inicios de la presente revisión sistemática, indicando que estas mantienen un porcentaje considerable de investigación constante, brindando confiabilidad para su sistematización continua.
En el cuarto de los objetivos específicos se planteó identificar el número de artículos publicados en revistas indexadas en función al país de publicación, se pudo observar que el 45.3% de las investigaciones obtenidas provenían de trabajos propios de Colombia, un porcentaje de 25.3% de publicaciones de España, y un 23.5% de México. Guardando a su vez un porcentaje de 5.9% que oscilaban entre países como Argentina y Perú. Difiriendo estos resultados de los obtenidos por Trujillo (2016) donde se observó que las fuentes consultadas provenían en gran medida de su ubicación a nivel local o nacional.
La sexualidad es una manifestación multidimensional que va variando entre las distintas culturas, contexto social e histórico en que se desarrolle. Aun cuando los apuntes históricos sobre esta datan de más de cinco mil años, los datos disponibles son escasos.
En esta revisión se sintetizaron los resultados de 16 estudios centrados en la educación sexual y la sexualidad publicados en revistas indexadas y repositorios institucionales. De los cuales se considera haber cumplido con dar respuesta al objetivo planteado en la presente investigación.
En primeras investigaciones, la temática de la sexualidad se habría reducido a solo una postura biológica o reproductora, llevándola a una perspectiva únicamente genital y de concepción. Aunque, actualmente se haya dado un poco más de apertura sobre el tema debido a incrementos de embarazos adolescentes, reportes de abusos, acosos sexuales y violaciones. El personal encargado de formar a los jóvenes en materia afín a esta no se encuentra del todo capacitado para hacerlo.
Asimismo, aunque más del 80% de los adolescentes consideren la educación sexual necesaria en las actualizaciones de la currícula escolar, y alrededor del 70% contemplen a los padres como la mejor fuente de información; solo un porcentaje del 12% del profesorado manifiesta tener alguna formación universitaria en este campo y únicamente un 25% una actualización continua.
Esto unido a obstáculos como la falta de preparación en este campo y dificultades para acceder a ella, confirmarían un panorama actualmente insuficiente, dado que se pone de manifiesto la carencia que hasta ahora ha tenido el sistema educativo en el ámbito de la educación sexual.
En definitiva, pese a la predisposición de la población juvenil y el profesorado, estos tienen prácticamente las mismas posibilidades formativas en educación sexual que de antaño. Suponiendo que solo 1 de cada 9 docentes aproximadamente tiene actualmente alguna formación universitaria en esta temática, y que, con las formaciones permanentes, subiría a 1 de 4. En resumidas cuentas, se obtendría un panorama aún insuficiente para la alta demanda actual de conocimiento.
Como sugerencia a futuras investigaciones en el marco educativo, se debe tener en cuenta que, para una promoción adecuada de cualquier programa de educación sexual, deberá ser desde un enfoque integral; donde además de los conocimientos biológicos relacionados con la sexualidad humana y los métodos anticonceptivos, se contemple paralelamente la diversidad cultural de las aulas y la incidencia que tienen en los jóvenes sus marcos culturales.
Ver anexo
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