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La sangre. Importancia en la práctica médica

practicaba el baño sustituyendo el agua por el rojo y viscoso líquido sanguíneo, tal como hacía el emperador Constantino, El Grande. En la Edad Media se tomaba la sangre o se frotaba el cuerpo con ella para fortalecer el organismo, sanar encantamientos y conjuros mágicos. (14)

En Roma era tradición suicidarse cortándose las venas. Antes que los romanos, ya los griegos (ese pueblo que pensó acerca de todo lo pensable y buena parte de lo impensable) venían coqueteando con la idea de transfusiones entre cuerpos distintos. Pero al final de la Edad Antigua, la fruta, lejos de madurar, se volvió todavía más verde. (1,6)

Pero para llegar a la transfusión sanguínea con todos los requerimientos, los médicos tuvieron que poseer datos anatómicos y fisiológicos sobre la circulación. Aunque estaban reseñados ya en manuscritos árabes, no los tomaron en cuenta. (14)

Hubo varios hombres de ciencia que investigaron las posibilidades de transfundir sangre de un individuo a otro en siglos pasados. (14) Hasta que el científico William Harvey (1579-1657), que es recordado por haber puesto sobre la mesa en el año 1628 la teoría de la circulación de la sangre, dio a conocer el enlace entre la vida y la sangre. Era la primera piedra: se abría una nueva senda en todo el campo de la fisiología y, por ende, en el conjunto de la medicina. (1,6)

Una vez conocida la circulación dentro del cuerpo humano, surgió la idea de aportar sangre de una persona a otra, o hasta de un animal a un ser humano, lo cual sabemos ahora que es imposible por la incompatibilidad. (14)

Poco después, en la Francia de aquel monarca que declaraba ser el estado en persona, un médico de la corte, Jean Baptiste Denys, hizo los primeros ensayos de transfusión. (1)

Probó con un joven algo trastornado como receptor. El emisor de sangre fue… ¡un cordero! Lo estupefaciente es que el experimento no resultó catastrófico. Antes bien, las cosas marcharon bien. Pura casualidad. Animado, Denys hizo nuevos ensayos. Esta vez los resultados fueron desastrosos para los pobres receptores. (1)

Hubo escándalo, juicio y condena. La vía de investigación se cerró durante más de dos siglos. (1)

Con el surgimiento del instrumental médico necesario, el propósito de la transfusión sanguínea resultó más viable. La idea de pasar la sangre de una vena a otra se atribuye a Jerónimo Cardanos y Magnus Pegelius en el siglo XVI, y a Andrea Libavius la de arteria a vena en 1615. El monje Roberto Galats describió el método con que hacía las transfusiones en 1656, auxiliado por una bolsa de cuero. (14)

Muchos sucesos desastrosos trajeron aquellas iniciales transfusiones, con las consiguientes reclamaciones judiciales y polémicas científicas. Tuvieron que pasar muchos años para que esa técnica se pudiera realizar exitosamente y sin riesgos. (14)

Hasta que, en los albores del siglo XX, en Viena (curiosamente la ciudad acaso más clasista y decadente de entonces, pero también, y sobre todo, la que tenía el mayor empuje y el mayor número de genios y talentos por metro cuadrado), Karl Landsteiner observó la reacción que se produce entre la sangre de personas diferentes, identificando los grupos sanguíneos A, B, AB y 0. (1)

Landsteiner, al que le dieron el Nobel en 1930, dio con la clave de las transferencias sanguíneas: que los grupos sean compatibles. En el descubrimiento del hereditario Rh, y su carácter positivo o negativo, también estuvo metido el bueno de Landsteiner. (1)

En Cuba, según recogen las revistas médicas, hay referencias de transfusiones de sangre a niños y enajenados en 1885. Después se realizaron de forma esporádica en los inicios del siglo XX. (14)

El primer banco de sangre en la Isla se inauguró en 1945, y la idea surgió para restituir la sangre que perdían los combatientes en la II Guerra Mundial, con beneficios, por supuesto, para los Estados Unidos. Ya en esa fecha, en numerosos países la compra y venta de sangre se iba convirtiendo en un gran negocio. (14)

En la etapa anterior a la Revolución, muchas personas humildes vendían su sangre como único recurso para atenuar la miseria. Una nueva concepción de lo que es el donante surgió a partir de 1962, cuando los Comités de Defensa de la Revolución y el Ministerio de Salud Pública comenzaron a desarrollar un movimiento voluntario en ese frente. (14)

Cada año en el país se realizan más de medio millón de donaciones, bajo las más estrictas medidas de seguridad para garantizar su óptima calidad y evitar la transmisión de enfermedades como el SIDA, la hepatitis B y C y la sífilis. A lo largo del país hay una moderna red de bancos de sangre y se ha visto, en muchas ocasiones, cómo los cubanos responden acudiendo masivamente a donar cuando ocurre alguna catástrofe en el país o en otras naciones. (14)

La transfusión sanguínea puede ser una intervención salvadora. Sin embargo, como todo tratamiento, puede resultar en complicaciones agudas o tardías y conlleva el riesgo de infecciones transmisibles por transfusión, incluyendo VIH, hepatitis virales, sífilis, malaria y la enfermedad de Chagas. (11)

La transmisión de agentes infecciosos por sangre o productos sanguíneos ha enfocado la atención en los riesgos de la transfusión. (11)

La tragedia del SIDA, impulsó a los médicos y científicos a adoptar más medidas para hacer más y brindar más seguridad a las intervenciones quirúrgicas sin sangre. (6)

De acuerdo a los estándares de trabajo para bancos de sangre las donaciones de sangre y componentes son sometidas a una serie de determinaciones analíticas entre las que se incluyen el grupo sanguíneo ABO y Rh (D) (incluyendo las formas débiles), rastreo de anticuerpos irregulares, el antígeno de superficie del virus de la hepatitis B , los anticuerpos contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) 1 y 2, anticuerpos contra el virus de la Hepatitis C (VHC), anticuerpos contra el T. cruzi (prueba de Chagas) y una prueba anticuerpo Treponema pallidum (prueba de sífilis). (15)

Las pruebas para el antígeno de superficie del virus de la hepatitis B, los anticuerpos contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) 1 y 2, anticuerpos contra el virus de la Hepatitis C (VHC), anticuerpos contra el T. cruzi deben realizarse por inmunoensayos enzimáticos ELISA y para sífilis la prueba de RPR u otros de acuerdo a los avances científicos del momento validado por una institución externa acreditada. (15)

Complicaciones de la transfusión (16)

  • El 1% de las transfusiones de glóbulos rojos ocasiona fiebre.
  • El 20% de los pacientes transfundidos de plaquetas presenta reacción urticarial, alergia.
  • La reacción hemolítica aguda se ve en una de mil transfusiones.
  • La reacción hemolítica tardía es más rara, pero más grave.
  • La enfermedad injerto-huésped también es rara.
  • El daño pulmonar agudo relacionado con la transfusión también es raro, pero muy grave.

Pruebas cruzadas.

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