que son sintetizadas por las células plasmáticas. (7)
Además de vehiculizar las células de la sangre, el plasma también lleva los alimentos y las sustancias de desecho recogidas de las células. El suero sanguíneo es la fracción fluida que queda cuando se coagula la sangre y se consumen los factores de la coagulación. (9)
Elementos figurados
Glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos
Están presentes en la sangre y transportan el oxígeno hacia el resto de las células del cuerpo.)(9)
Los eritrocitos son los elementos figurados más abundantes de la sangre y ocupan normalmente aproximadamente el 45% del volumen sanguíneo total. (7, 11)
Constituyen aproximadamente el 96% de los elementos figurados. Su valor normal (conteo) en la mujer promedio es de alrededor de 4.800.000, y en el varón, de aproximadamente 5.400.000 hematíes por mm³ (o microlitro). (9)
Miden aproximadamente 7 µ de diámetro (3000 eritrocitos en fila ocupan 2,5 cm). (7)
Contienen algunas vías enzimáticas y su citoplasma está ocupado casi en su totalidad por la hemoglobina, una proteína encargada de transportar oxígeno. El dióxido de carbono, contrario a lo que piensa la mayoría de la gente, es transportado en la sangre (libre disuelto 8%, como compuestos carbodinámicos 27%, y como bicarbonato, este último regula el pH en la sangre). En la membrana plasmática de los eritrocitos están las glucoproteínas (CDs) que definen a los distintos grupos sanguíneos y otros identificadores celulares. (9)
Los eritrocitos tienen forma de disco, bicóncavo, deprimido en el centro; esta forma aumenta la superficie efectiva de la membrana. Los glóbulos rojos maduros carecen de núcleo y orgánulos (solo en mamíferos), porque lo expulsan en la médula ósea antes de entrar en el torrente sanguíneo, por lo cual no pueden ser considerados estrictamente células (esto no ocurre en aves, anfibios y ciertos animales). Los eritrocitos en humanos adultos se forman en la médula ósea. (9)
Pueden deformarse sin lesionarse para poder pasar por los más estrechos capilares. Este grado de deformidad influye en la rapidez del flujo sanguíneo por la microcirculación. (7)
El área total de superficie de los eritrocitos de un adulto equivale a la de un campo de fútbol. (7)
Esta superficie será la encargada del intercambio de gases respiratorios entre la hemoglobina y el líquido intersticial. (7)
Hemoglobina
Un eritrocito contiene 200 o 300 millones de moléculas de Hb. (7)
Una molécula de Hb consiste en la combinación de una molécula de globina (que es una proteína) con cuatro moléculas de un compuesto pigmentado llamado hem. Cada molécula de hem posee un átomo de hierro (Fe2+), por lo tanto una molécula de Hb puede a cuatro moléculas de oxígeno y formar oxihemoglobina, por medio de una reacción reversible. La Hb también puede combinarse con dióxido de carbono para formar carbaminohemoglobina, también por una reacción reversible. El CO2 se une a la porción globínica de la molécula de Hb. (7)
En la hemoglobina normal del adulto (HbA), dos de estas cadenas son del tipo alfa y las otras dos son beta. Cada subunidad de la hemoglobina puede unirse en forma reversible con una molécula de oxígeno. Por eso, cada molécula de hemoglobina puede combinarse con un máximo de cuatro moléculas de oxígeno. (11)
En un varón adulto normal, 100 ml de sangre contienen 14 a 16 g de Hb; la sangre de la mujer contiene 12 a 14 g de Hb por 100 ml. Cualquier adulto que tenga menos de 12 g/100 ml se diagnostica como anémico (del griego a, sin, y haima, sangre). Este término también se usa para describir la reducción del número o del volumen de eritrocitos funcionales en una unidad específica de sangre total. (7)
La cantidad de hemoglobina que contiene un eritrocito influirá en la intensidad de su color. Si el contenido es elevado, el color es intenso y la célula se llama hipercrómica (del griego hyper, mayor, y chroma, color). Las concentraciones bajas de hemoglobina producen eritrocitos hipocrómicos. Y los de contenido promedio se consideran normocrómicos. (7)
Constituye el 90% de los eritrocitos y, como pigmento, otorga su color característico, rojo, aunque esto sólo ocurre cuando el glóbulo rojo está cargado de oxígeno. (9)
Tras una vida media de 120 días, los eritrocitos son destruidos y extraídos de la sangre por el bazo, el hígado y la médula ósea, donde la hemoglobina se degrada en bilirrubina y el hierro es reciclado para formar nueva hemoglobina. (9)
Formación (eritropoyesis)
El proceso de formación de eritrocitos se denomina eritropoyesis (del griego poiesis, producción). (7)
Los eritrocitos se forman en la médula roja ósea a partir de células madres o hemocitoblastos, bajo el control de la hormona renal eritropoyetina. (7)
Estas cédulas se dividen por mitosis, pasando por varias etapas en las que el núcleo se vuelve más pequeño hasta desaparecer. Los eritrocitos recién formados dejan la médula ósea y entran a la sangre, contienen Hb y un retículo en su citoplasma, y por eso se los llama reticulocitos. (7)
El recuento de reticulocitos sirve para monitorear el ritmo de la eritropoyesis. (7)
Aproximadamente 0,5 a 1,5% de los eritrocitos de la sangre normal son reticulocitos. El recuento mayor de 1,5% es frecuente después del tratamiento de la anemia. (7)
Los reticulocitos son unos 20% más grandes que los eritrocitos maduros y su promedio de vida en sangre es de 30 horas. (7)
Destrucción
La vida de un eritrocito circulante en el torrente circulatorio es de unos 120 días en promedio. (7)
Se fragmentan en los capilares y son fagocitados por las células reticuloendoteliales de la cubierta de los vasos sanguíneos en hígado, bazo y médula ósea. (7)
En el proceso se libera el hierro de la hemoglobina (Hb) y se forma el pigmento bilirrubina. Ambos son transportados al hígado, en el cual el hierro se almacena temporalmente y la bilirrubina es excretada por la bilis. La médula ósea usa la mayor parte del hierro almacenado para la síntesis de nuevos eritrocitos. (7)
Mecanismo homeostático de los eritrocitos
En estado de salud, en cada hora se forman unos 100 millones de eritrocitos para restituir a un número igual que se destruye en el mismo tiempo. Para mantener constante el número de eritrocitos, deben operar mecanismos homeostáticos eficientes. El mecanismo exacto no se conoce, pero se sabe que si disminuye el número de manera importante o si aparece hipoxia tisular (deficiencia de oxígeno en los tejidos), se acelera el ritmo de producción. Cualquiera de estas alteraciones estimula al riñón (y quizás a algunos otros tejidos) para que aumente su