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Adquisición de la lectura en una niña síndrome de Down. Estudio de caso

parte, la literatura es una vía para comprender nuestra realidad interior y la de otras personas; proporciona distintas perspectivas para examinar nuestros pensamientos, sentimientos, creencias, prejuicios y acciones; enseña que hay múltiples posibilidades, muchas verdades y ninguna resolución definitiva. Por último, la literatura estimula la imaginación, ella constituye la base de la creatividad, en esto consiste uno de los aportes más destacables.

Es importante considerar que, el criterio que se tiene sobre lo que se entiende por leer, está sujeta a lo que conceptualmente se derivan de las teorías sobre el lenguaje y la lectura y el mismo acto de leer y los procesos cognoscitivos. Una descripción que representa claramente las concepciones del método que aquí se presenta, son las expresadas por Brasvsky (1991, citada por Troncoso y Del Cerro, 2009; disponible en web); quien afirma que:

“leer es comprender y recrear significados de un código escrito, relacionándolos con experiencias y conocimientos anteriores”; y “alfabetizar es lograr que el niño y la niña lleguen a escribir con significación y a leer comprensivamente. Para lo cual se requiere que, desde el principio, el niño o niña conozca el sentido de los propósitos de la lectura y escritura, y que, a partir de las primeras manifestaciones de un desarrollo natural en su propio medio, logren llegar al final del primer o del segundo nivel básico, a la fase simbólica, como forma compleja del comportamiento cultural, para enriquecer progresivamente su producción y comprensión de las distintas tipologías discursivas” (p. 34).

Por la importancia que reviste el aprendizaje de la lectura para alcanzar una vida autónoma, independiente y con participación social, es que, la lectura se debe plantear como un objetivo alcanzable a lograr para todos los y las estudiantes, incluyendo a quienes presentan necesidades educativas especiales. Por sus particularidades, en algunos casos, se deberá emplear más tiempo y hacer uso de diferentes estrategias educativas para lograr que además de leer, sean capaces de progresar lo suficiente como para analizar, razonar, enjuiciar, criticar, valorar. Se trata entonces de que la escuela, abra los espacios y cree los contextos necesarios para que alumnos y alumnas “vivan el lenguaje” en diferentes situaciones reales.

Las grandes diferencias interindividuales de los niños, que ya hemos destacado repetidas veces, así como los distintos modelos educativos y ambientales, producen resultados diferentes. Más aún, en la actualidad y como consecuencia de los diferentes modelos educativos y ambientes, todavía es frecuente encontrar adolescentes, jóvenes y adultos con síndrome de Down que no han aprendido a leer y a escribir, aunque lo hayan deseado y tengan capacidad para ello (Troncoso y Del Cerro, 2009; disponible en web). Describen que ara mediar el aprendizaje de la lectura será preciso comprobar que los estudiantes tengan un conocimiento previo. Si no es así, será necesario trabajar en ello.

Este trabajo se adaptó a sus intereses y necesidades respetando la edad de la informante, su madurez y su motivación. La ventaja en este caso la informante es que desde el comienzo de la observación y registro de la información se pudo observar la actuación de la niña tanto en la lectura, como la lectura global y silábica porque su madurez perceptiva y manipulativa se lo permitieron. En este caso en particular no logró alcanzar niveles semejantes a los de los niños que inician los programas en edades tempranas. A pesar de ello, se evidencia la necesidad de seguir trabajando para que más adelante adquiera una lectura de carácter funcional y darle la oportunidad de avanzar y de progresar cuanto pueda.

Según los registros categorizados se puede evidenciar y afirmar que el modelo presentado en esta investigación en relación a la niña bien adaptado a sus necesidades e intereses se puede lograr mejores resultados en estudiantes con esta diversidad como el síndrome de Down que han aprendido a leer después de cumplir los 15 años.

A manera de síntesis conclusiva de la observación de los hallazgos encontrados del caso de la niña suelen apreciarse las siguientes características en el área cognitiva:

– Ausencia de un patrón estable o sincronizado en algunas actividades.

– Retraso en la adquisición de las diversas etapas del método perceptivo discriminatorio de Troncoso, específicamente de la tercera etapa.

– La secuencia de adquisición en la lectura, en líneas generales, suele ser similar a la de los niños que no tienen síndrome de Down, pero a veces la niña presentó algunas diferencias cualitativas.

– Se notó retraso en la adquisición de las palabras y reconocimientos de sílabas; una vez adquirido, puede manifestarse de modo inestable.

– La asociación de palabras con imagines ilustrativas del contenido del texto va apareciendo del mismo modo que en otros niños, conforme avanzan en edad mental. Pero en general, más restringido, repetitivo y propenso a ejecutar estereotipias. Presentan dificultades en las etapas finales de la asociación simbólica.

– En su lenguaje expresivo, manifiestan poco sus demandas concretas aunque tengan ya la capacidad de mantener un cierto nivel de conversación.

– Pudo evidenciarse episodios de resistencia creciente al esfuerzo en la realización de una tarea relacionada con la lectura, expresiones que revelan poca motivación en su ejecución, e inconstancia en la ejecución, no por ignorancia sino, rechazo, o miedo al fracaso.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Se puede considerar, sin ninguna contrariedad que la lectura es una de las capacidades más importantes en un mundo de crecimiento vertiginoso instruido, tecnologizado, cambiante y complejo, obviamente saturado de comunicación