Lesiones en pacientes con quemadura eléctrica
Autora principal: Irene Torán Bellido
Vol. XIX; nº 14; 447
Injuries in patients with electrical burns
Fecha de recepción: 16/06/2024
Fecha de aceptación: 18/07/2024
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 14 Segunda quincena de Julio de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 14; 447
AUTORES
Irene Torán Bellido (Enfermera Especialidades HOP Teruel)
Andrea Ibáñez Romero (Enfermera Especialidades HOP Teruel)
Carlos Gimillo Monterde (Enfermero Especialidades HOP Teruel)
Isabel Moreno Lucente (F.E.A. Medicina Interna HOP Teruel)
Centro: Hospital Obispo Polanco de Teruel, España.
RESUMEN
Las quemaduras eléctricas son producidas por contacto directo o indirecto de la superficie corporal con una corriente eléctrica. Los daños ocasionados resultan múltiples y varían dependiendo de varios factores tanto exógenos; tipo de electricidad, voltaje, tiempo de exposición, etc, como endógenos; resistencia que oponen los diferentes tejidos del cuerpo a la energía eléctrica.
Es considerada por la OMS un problema de salud pública por su elevada morbimortalidad, siendo necesario un abordaje interdisciplinar con cuidados integrales e intensivos, lo que a su vez supone un alto gasto sanitario.
Estas lesiones comprometen no solo la integridad de la piel, sino también de las estructuras internas de nuestro organismo, debido al efecto directo de la corriente eléctrica, la conversión a energía térmica y/o traumatismo mecánico. Todo ello puede provocar la destrucción de gran cantidad de tejido interno y consecuente disfuncionalidad orgánica, así como la aparición de shock, coma e incluso la muerte.
PALABRAS CLAVE: quemadura eléctrica, lesiones por electricidad, daño orgánico, complicaciones.
ABSTRACT
Electrical burns are produced by direct or indirect contact of the body surface with an electrical current. The damages caused are multiple and vary depending on several factors, both exogenous; type of electricity, voltage, exposure time, etc., as endogenous; resistance that the different tissues of the body oppose to electrical energy.
It is considered by the OMS to be a public health problem due to its high morbidity and mortality, requiring an interdisciplinary approach with comprehensive and intensive care, which in turn entails high health expenditure.
These injuries compromise not only the integrity of the skin, but also the internal structures of our body, due to the direct effect of electrical current, conversion to thermal energy and/or mechanical trauma. All of this can cause the destruction of a large amount of internal tissue and consequent organic dysfunction, as well as the appearance of shock, coma and even death.
KEYWORDS: Electric burn, electrical injuries, organ damage, complications.
DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
INTRODUCCIÓN
Según la OMS, las quemaduras eléctricas son mundialmente consideradas como un problema de salud pública, causante de aproximadamente 180.000 muertes anuales. En países desarrollados constituyen el 5-8% del total de quemaduras, resultando aumentada la prevalencia en el género masculino, con una relación 9:1 (hombre:mujer). La afectación más común corresponde a la de las extremidades, siendo necesaria hasta en un 20% de los casos totales el ejercicio de una amputación, cifra que asciende al 60% en casos en los que existe compromiso vascular y nervioso. (1,3)
En cuanto a las causas asociadas a las quemaduras eléctricas se encuentran mayormente tanto en los accidentes en el hogar como en el ambiente laboral, aunque también pueden deberse a otras fuentes como armas paralizantes o rayos eléctricos. Entre los 11 y los 20 años de edad se sitúan un gran número de accidentes por electricidad derivados del déficit de conocimiento en la manipulación de enchufes u otros objetos eléctricos. En el caso de los adultos también se han registrado casos de electrocución como método suicida, aunque son muy poco frecuentes. (1,2)
Cuando la corriente eléctrica atraviesa el organismo, se producen lesiones profundas, las cuales conllevan a complicaciones que pueden traducirse en una grave amenaza para la vida. Las principales complicaciones se corresponden con: alteraciones cardíacas, paro respiratorio, insuficiencia renal aguda, alteraciones neurológicas centrales y periféricas, sepsis… Entre ellas, las dotadas de mayor letalidad se corresponden con las respiratorias, neurológicas y cardiológicas, cuya importancia radica en el factor tiempo, ya que el 10% de los casos se ocasiona fallecimiento por taquicardia ventricular, fibrilación ventricular o asistolia en las primeras 24 horas. (1,2)
El abordaje de esta revisión bibliográfica adquiere relevancia en el alto porcentaje de morbimortalidad en este tipo de lesiones, que demandan una elevada cantidad de cuidados y gasto sanitario también vinculado a la necesidad de participación de un equipo multidisciplinar capacitado y dotado de gran experiencia. (3)
DEFINICIÓN
Las quemaduras eléctricas se asocian a lesiones producidas por una fuente exógena de electricidad que toma contacto con el cuerpo humano de forma directa o indirecta, comprometiendo la integridad de la piel y estructuras internas, pudiendo ocasionar fallo orgánico e incluso la muerte. (1,5)
CARACTERÍSTICAS Y FACTORES RELACIONADOS
Las lesiones superficiales que provoca este tipo de quemaduras, a menudo son leves o de escasa extensión, aunque en ocasiones resulta necesario hacer uso de técnicas de desbridamiento y reconstrucción quirúrgica de difícil manejo. Pero son las lesiones internas las que no deben de subestimarse, ya que, pese a que a priori puedan permanecer ocultas cobran mayor importancia, pues pueden enmascarar graves estados de compromiso vital. A este fenómeno se le denomina signo del Iceberg (5, 2,1).
Cuando la corriente eléctrica se pone en contacto con los tejidos, es transformada a energía térmica, generando quemaduras internas en vísceras, secundarias al calor producido, provocando las denominadas úlceras de curling en estómago o duodeno. Además, también existe un daño térmico manifestado como quemadura química secundarias a las reacciones químicas producidas en el interior del organismo. (3,4)
La gravedad resultante en órganos y tejidos profundos por los que viaja el flujo de energía eléctrica dependerá de varios factores, entre los que se encuentran más destacables:
- La naturaleza de la corriente.
Considerándose más peligrosa la alterna que la continua, ya que da lugar a una estimulación continua de las fibras musculares y por tanto contracción sostenida en el tiempo denominada tetania.
- Potencial eléctrico.
Alto voltaje si se trata de una tensión mayor a 1000 voltios, cuya peligrosidad es más elevada que el de bajo voltaje. Un ejemplo de este último serían las procedentes a los accidentes domésticos, con unas cifras de 125 a 220 voltios, o los industriales de más 380 voltios. (1,5)
- El tiempo de exposición a la electricidad.
Directamente proporcional a las dimensiones de la lesión. (1)
- Recorrido que traza la corriente a través del cuerpo: punto de entrada-salida o “fuente”-”tierra”.
Las alteraciones dotan de gravedad cuando la trayectoria es horizontal (brazo-brazo), atraviesa el tórax y por tanto llega al corazón produciendo arritmias, o cuando el punto de entrada es la cabeza, pudiendo afectar al SNC. Los casos más frecuentes son trayectorias verticales de mano-pies. (1,4)
- Resistencia ejercida por los diferentes tipos de tejidos corporales.
Es importante conocer el nivel de resistencia que los tejidos presentan, correspondiendo por orden de menor a mayor con: nervios, vasos, músculo, tendón y por último los huesos. La densidad de corriente aumenta a medida que atraviesa tejidos que oponen mayor resistencia, por lo que el paso por las articulaciones supondrá mayor daño tisular (4,5)
COMPLICACIONES
Cabe destacar en este punto las fulguraciones por rayo, vinculadas a corrientes unidireccionales de gran voltaje: 30 millones de voltios, que se dirigen al suelo atravesando el cuerpo a razón de milisegundos. Un accidente por rayo constituye un alto riesgo de morbimortalidad, afectando principalmente en cuestión de milisegundos tanto al sistema nervioso central, dañando el cerebro, como al sistema nervioso periférico. (4,5)
Como anteriormente se ha mencionado, las complicaciones que más riesgo supone derivadas de una corriente eléctrica en contacto con el cuerpo humano son las provocadas por daños internos del organismo, pudiendo desembocar en un desenlace letal. Principalmente cobran importancia, por su gran repercusión para la salud, las cardiovasculares, respiratorias, neurológicas y renales. (1)
- Cardiovasculares
Se producen lesiones en el sistema cardiovascular bien sea de forma directa, generando aneurismas o necrosis en el miocardio y/o en grandes vasos asociada a la electrocución por alto voltaje; o de manera indirecta: despolarización de tejido cardiaco que provoca paro cardiaco o distintos tipos de arritmias, siendo la fibrilación ventricular la causa más mortal y frecuente por descargas de bajo voltaje. (1,5)
Los pequeños vasos resultan más vulnerables, respondiendo con liberación de mediadores inflamatorios, vasoconstricción, otorgando un ambiente óptimo para la formación de trombosis. Esta aparición de trombos, junto con la dificultad del drenaje linfático, consecuente edema y necrosis, suponen grave riesgo para las extremidades. (1,2)
Es precisa la monitorización cardiaca, en especial las primeras 6-12 horas, prestando gran atención al electrocardiograma y su evolución para una detección precoz de posibles cambios eléctricos del miocardio. El tratamiento es generalmente sintomático. (4)
- Respiratorias
En caso de caída tras el choque de electricidad, es posible la aparición de una contusión pulmonar, hemotórax o lesión aguda de los tejidos por traumatismo directo. (1)
Sin embargo, el paro respiratorio constituye una de las complicaciones más altamente mortales, que puede presentarse de manera fugaz secundaria a la tetanización de los músculos respiratorios; el diafragma y músculos intercostales, al paro cardiaco o a la inhibición del centro respiratorio por alteración del SNC. (1)
- Neurológicas
El tejido nervioso es característico por ofrecer la menor resistencia a la corriente eléctrica, convirtiéndose en el mayor conductor y por tanto genera fácilmente destrucción de las membranas celulares, desanturalización de proteínas, necrosis coagulativa en el nervio, lesión en las vainas de mielina, y otros daños que resultan altamente irreversibles, tanto en el SNC como en el periférico (80-86%). (1,2)
Este tipo de daños producidos por corriente eléctrica, cursan en la víctima con alteración del estado de conciencia; confusión, amnesia, cefalea y falta de concentración, convulsión, problemas neuropsicológicos y en situaciones más graves se alcanza el coma o incluso la muerte. En caso de producirse traumatismo craneoencefálico o de columna, se deberá prestar especial atención a posibles lesiones espinales, cervicales u otras asociadas por dichas causas, mediante exploraciones neurológicas periódicas y exhaustivas. (1,4)
- Renales
Derivado de la destrucción del tejido musculoesquelético, se produce la lisis de los eritrocitos y mioglobina, formándose como resultado depósitos de hemoglobina en estructuras renales y provocando fallo renal. Además, se presenta isquemia en la corteza renal y la filtración glomerular disminuye debida del contexto de hipovolemia, lo que aumenta el daño y dificulta su abordaje. (1,3)
Si a esto se le suma la aparición mioglobinuria, resultará primordial mantener una adecuada hidratación y vigilar el balance hídrico, haciendo hincapié en el mantenimiento de una producción de orina adecuada (100 ml / h en adultos y 1.5 ml / kg / h en niños). El control de la hipotensión, el equilibrio hidroelectrolítico, la desbridación de tejido necrótico y la alcalinización de la orina contribuye a reducir el riesgo de instauración de una insuficiencia renal mioglobinúrica. (4)
- Otras complicaciones
Tras un incidente eléctrico por alto voltaje, es frecuente la asociación a explosiones que provocan quemaduras en la piel ya sea de 1er, 2º o 3er grado. También pueden surgir caídas o traumatismos, los cuales podrían afectar al sistema óseo y manifestar fracturas de los huesos, luxaciones, dislocaciones, traumas o necrosis en el periostio. (2,1)
Además, en lesiones por alto voltaje es frecuente la aparición de síndrome compartimental acompañado de tumefacción e incluso isquemia muscular por traumatismos asociados a posibles caídas tras el incidente. El tratamiento de elección es la fasciotomía, que, si se realiza a tiempo, disminuye en gran medida la morbilidad, aunque no estará indicada en casos de necrosis muscular ya establecida por el alto riesgo de infección. Esta técnica tiene como objetivo descomprimir los compartimentos afectados, y su éxito conlleva a evitar la práctica de la amputación. (2,4)
Por otra parte, si el trazado de la corriente eléctrica atravesa cabeza y cuello, cabe esperar la aparición de lesiones en los oídos como otorragia y/o perforación timpánica además de alteraciones oculares como desprendimiento de retina, coroidoretinitis, hemorragia vítrea, afectación corneal (queratitis actínica) atrofia ocular o cataratas. Las cataratas se presentan como un efecto tardío, pudiendo aparecer desde días posteriores al accidente eléctrico, hasta incluso años. (1,2)
CONCLUSIONES
Se debe considerar la permanencia de este tipo de paciente bajo un manejo interdisciplinar (cuidados intensivos, hematológicos, quirúrgicos, traumatológicos, etc) en unidades de quemados dotados de equipos multidisciplinares con profesionales altamente cualificados, y cuidados integrales que aseguren una óptima recuperación. (3,5)
Además, el abordaje general de esta patología resulta sumamente impredecible, la cual puede llegar a requerir una atención y cuidados de gran complejidad. Por ejemplo, la reconstrucción miocroquirúrgica necesaria a aplicar en determinados casos, es considerada un reto para los cirujanos plásticos debido a la alta especificidad y baja incidencia de casos que se presentan, y por la dificultad de manejo que supone el paciente quemado con este tipo de lesiones.(3,1)
Este tratamiento qurúrgico debe llevarse a cabo en un contexto de estabilidad del paciente, tras la realización de desbridamientos que garanticen una óptima diferenciación entre las zonas de necrosis y tejido viable, previniendo en cualquier caso las infecciones sobreañadidas. (3)
Por último, mencionar que la mayoría de estos accidentes por electricidad son evitables, por lo que se debe asegurar una adecuada prevención para disminuir la incidencia de casos. En edades tempranas y a lo referido a los infortunios domésticos, incidir en el uso de protectores de enchufes, dejar fuera del alcance de los niños los objetos eléctricos, etc. Por otro lado, invertir en servicios de protección, educación y vigilancia que sean capaces de reducir dichos riesgos de electrocución en contexto laboral.
BIBLIOGRAFÍA
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- Manejo del paciente con lesiones por electrocución. 2021 [cited 2024 Jun 6]; Available from: https://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/manejo-del-paciente-con-lesiones-por-electrocucion/