promedio fue de 67 años con 39,9%, 73,3% son del sexo femenino. El 80 % manifestó recibir algún tipo de maltrato: 45% de forma psicológica; por negligencia el 35% y de ellos 57% pertenecían a familias que procedían del medio rural; maltrato financiero 15%; abuso sexual 5%; no hubo reporte de maltrato físico. (15)
De acuerdo con las cifras antes señaladas, el maltrato constituye un problema social, con escaso interés real para la sociedad, se tiende a evitar los aspectos relacionados con la vejez, es decir, la discriminación por la edad ha sido una norma a lo largo de la historia, perdiéndose la sensibilidad cognitiva, emocional y axiológica de las personas hacia este grupo etáreo. El adulto mayor es una persona que no siempre necesita ayuda para valerse por sí misma, por consiguiente, a la hora de recibir la atención necesaria es cuando surgen los problemas, si el anciano tiene alguna enfermedad, aumenta el riesgo de abusos por parte de la familia o cuidador. Los cambios sociales, culturales y los estereotipos negativos sobre el envejecimiento fomentan la discriminación en esta edad.
Evidentemente, en la actualidad se sigue exhibiendo formas distintas de violencia hacia el envejeciente, “esto es un reflejo de los modelos que el individuo copia como sociedad, así mismo el quebranto de las normas culturales y en los modos de ser agresivo dentro y fuera de la familia. (16) A través del tiempo, se ha luchado contra la violencia y maltrato hacia las personas, socializar con la gente es verdaderamente problemático dada la complejidad del hombre como ente social, se añade, la existencia de fenómenos particulares, con dogmas, culturas y valores en diversos contextos de la vida, los cuales incrementan el problema hacia los grupos vulnerables, entre ellos el adulto mayor.
En ese mismo orden, “muchos factores colindan con la violencia como la pobreza, el desempleo, debilidad en los servicios públicos y limitaciones para accesar a ellos.(17) Detectar el maltrato en este grupo se logra a través de la sensibilización, la conciencia, y el conocimiento individual y colectivo para comprender el proceso de envejecimiento, y reflexionar en relación con la dificultad que suelen presentarse durante el mismo, para enfrentar los problemas sociales, psicológicos y de otra índole que emergen durante el mismo.
Además, se añade, la imperiosa necesidad de concienciar a la sociedad en intervenir con el cuidado hacia los ancianos, articulando, los programas y políticas sociales dirigidas hacia este sector y a su vez sean ejecutadas efectivamente disminuyendo el trauma que origina el maltrato hacia esta población.
En el contexto de la práctica de Enfermería el cuidado trasciende más allá de una relación terapéutica, es compleja por lo tanto, conlleva escuchar atentamente, tocar y sentir la condición de las personas, para que el cuidado sea significativo, debe comprenderse las dimensiones elementales del adulto mayor; es decir, la biológica los aspectos psicológicos, y el contexto social, en consecuencia las dificultades presentes son tratadas bajo un enfoque multidimensional por lo que el cuidado se tornara holístico.
De acuerdo con lo expresado, el maltrato al adulto mayor, lleva al equipo multidisciplinario a actuar de manera consciente y sensible creando un ambiente favorable para evitar traumas a la persona de la tercera edad.
En ese orden de ideas, el proceso de cuidar para la enfermera se facilita a través de un acuerdo entre ella y este grupo etáreo, como acto de reciprocidad que tiende a ofrecer a cualquier persona hasta que adquiere su propia autonomía o a quienes temporal o definitivamente, requieren ayuda para asumir sus necesidades vitales. (18)
Sin duda, el profesional de Enfermería debe considerar esta señal para planificar y ejecutar el cuidado mirándolo desde las creencias, los valores y la cultura del adulto mayor, incluyendo lo espiritual y ecológico.
En ese contexto, Florence Nightingale, en su teoría propugnaba que el medio ambiente jugaba un papel determinante para el restablecer la salud del individuo, así mismo Leininger se basó en la disciplina de la antropología y Enfermería centrando sus estudios en el análisis de las diferentes culturas del mundo con respecto a los valores sobre el cuidado; así, como las creencias, en tanto, Watson, destaco la necesidad de atender al sujeto desde lo espiritual, estas premisas, proporcionan a la enfermera el conocimiento y las herramientas para desarrollar habilidades y aplicarlas en un entorno favorable para el cuidado.
Sin embargo, el cuidado no se puede contemplar desde un enfoque reduccionista atendiendo al sujeto solo en la práctica hospitalaria, sino, que es necesario impulsar la investigación para determinar cuantitativamente y/o cualitativamente el fenómeno en estudio, este aportará información pertinente y útil para fortalecer la practica comunitaria con un compromiso social e institucional, apoyadas a través de las universidades, organismos no gubernamentales y el estado como ente garantizador del bienestar, permitiendo disminuir el maltrato al adulto mayor en los diferentes escenarios sociales, tanto en la familia, en el orden político, económico, educativo y asistencial.
En otro orden de ideas, la violencia se ha constituido en un problema de salud pública en muchos países del mundo actualmente la misma se describe como:
- Maltrato físico, como infligir daño físico, heridas, coerción física, acoso sexual, y limitación de la libertad física.
- Maltrato psicológico, que se refiere a infligir angustia mental.
- Abuso material, la explotación ilegal o de cualquier forma impropia y/o el uso de dinero u otros recursos.
- Negligencia activa, es decir, cuando se rehúsa (o se fracasa) en el cuidado de la persona anciana, incluyendo las acciones intencionadas o conscientes de infligirle estrés emocional o físico.
- Negligencia pasiva, que se refiere a cuando se rehúsa o se fracasa en el cuidado, pero excluyendo acciones intencionadas o conscientes para producir estrés físico o emocional a la persona anciana. (19)
Con el fin de conocer el perfil de las personas maltratadas; los estudios demuestran que es la mujer es la principal víctima de abusos, siguiendo con los mayores de de 75 años, impedidos físicamente, con disminución mental y/o comportamiento infantiloide, aislados socialmente o deprimidos.
Otros presentan actitud hipercrítica, y han sufrido maltratado/a en el pasado por un progenitor, otra condición es, que son demasiados pobres como para vivir de forma independiente.
De igual manera, las personas que ejercen el abuso presentan características peculiares, a saber: familiares que han estado cuidando de un anciano durante muchos años (promedio de 9 años y medio), el cónyuge ha sido un elemento que mas abuso ha cometido, seguido de los hijos, parientes extenuados por el estrés, el desempleo, antecedentes policiales, alcoholismo, problemas