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Manejo de la leucoplasia oral. Revisión de la literatura

desaparece, se considerará clínicamente una leucoplasia, mientras que si desaparece se trataría de una queratosis friccional.

Dentro de las pruebas complementarias que debemos realizar a los pacientes en los que sospechemos una leucoplasia, están la analítica sanguínea, con hemograma y bioquímica completos con el fin de detectar posibles estados sistémicos asociados. (2)

El diagnóstico definitivo, nos lo va a dar el estudio histopatológico de las lesiones que persisten después de eliminar los posibles factores etiológicos (5).

La biopsia debe de realizarse en todos los casos, aunque se trate de leucoplasias homogéneas con rasgos clínicos de benignidad (2).

Cuando la lesión es pequeña, lo indicado sería extirparla completamente incluyendo márgenes sanos, mediante una biopsia excisional. Sin embargo, si se trata de lesiones extensas, a veces es necesario tomar más de una muestra.

La decisión de la muestra donde realizar la biopsia, dependerá en gran medida del aspecto clínico de la lesión, de forma que debemos incluir siempre aquellas zonas sospechosas de malignidad (áreas eritroplásicas, zonas engrosadas, ulceradas, etc.) La tinción con azul de toluidina, puede ser de ayuda en lesiones extensas o con múltiples localizaciones, para elegir la zona a biopsiar pero no debe de ser utilizado como método de diagnóstico (18). Tampoco es útil como método de diagnóstico la citología exfoliativa (19

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

El diagnóstico diferencial de la leucoplasia debe de realizarse con todos aquellos cuadros que cursan con lesiones blancas (queratósicas) que no pueden ser desprendidas con el raspado. Debemos de considerar (2).

  • LEUCOEDEMA.
  • LIQUEN PLANO ORAL:

1) Blanco: Reticular y en placa

2) Rojo: Atrófico y erosivo

  • LESIONES LIQUENOIDES ORALES
  • LUPUS ERITEMATOSO
  • NEVUS ESPONJOSO BLANCO.
  • QUERATOSIS FRICCIONAL.
  • LEUCOPLASIA VELLOSA.
  • ESTOMATITIS NICOTÍNICA.

TRATAMIENTO

Como se ha mencionado anteriormente, cuando se nos presenta un paciente con una lesión blanca en mucosa oral, que no desprende al raspado, debemos eliminar los posibles factores etiológicos. Se eliminarán los factores irritativos de tipo protésico o dentario, confirmando con ello el diagnóstico. Además es de suma importancia indicar la necesidad de abandonar los hábitos tabáquico y enólico. La mayoría de las leucoplasias mejoran con estas medidas y al dejar el hábito tabáquico desaparecen en 6-12 meses del 50 al 60% (20).

Es importante recordar la frecuente asociación, bien como agente primario o bien como carácter oportunista, de la infección por Candidas. Es más común en leucoplasias no homogéneas, sobre todo de localización retrocomisural, pero también puede darse en las de tipo homogéneo. Por ello estaría indicada la administración de antifúngicos tópicos o incluso sistémicos y volver a revisar la lesión a los 15 días (2) ya que en muchos casos cambia el aspecto clínico hacia una forma homogénea, y evoluciona histológicamente de manera favorable hacia una hiperqueratosis e incluso disminuye el grado de displasia (5).

A las 2-3 semanas se revisará al paciente y si las lesiones no presentan mejoría o no desaparecen se le practicará una biopsia para obtener el estudio histopatológico de la lesión, descartar la existencia de malignidad y determinar si hay displasia y el grado de la misma (2).

Si no existe displasia se aconseja un seguimiento cada 6 meses (21) y si existe displasia la situación más deseable sería la extirpación quirúrgica. Esto es factible en leucoplasias únicas y de pequeño tamaño, sin embargo, en lesiones con múltiples localizaciones o extensas, la actitud terapéutica dependerá del aspecto clínico, localización y grado de displasia.

TRATAMIENTO QUIRÚRGICO

Normalmente se realiza la extirpación con cirugía convencional y posteriormente el análisis histológico de la lesión completa (22).

La cirugía con láser CO2 es efectiva y conlleva una baja morbilidad, sin embargo, debido al riesgo de recidiva de estas lesiones, el seguimiento es muy importante durante los dos primeros años posteriores al tratamiento (23).

La criocirugía tampoco parece ser muy beneficiosa, con altos porcentajes de recidivas (20­71,4%) y rangos de transformación maligna que oscilan entre 7 y 25% (24).

Aunque la cirugía es el primer tratamiento de elección en el manejo de la leucoplasia por la mayoría de los especialistas, no existen estudios que demuestren que previene la transformación maligna, además, las recidivas de la leucoplasia tras el tratamiento quirúrgico, oscilan entre 10% y un 35% de los casos.

TRATAMIENTO NO QUIRÚRGICO

No existe discusión en cuanto a que el tratamiento de elección de la leucoplasia, es su extirpación quirúrgica, sobre todo en aquellas que presenten displasia moderada o severa. Sin embargo, en el caso de lesiones muy extensas, en localizaciones de difícil acceso y en pacientes en los que, por sus problemas médicos, esté contraindicada la