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Propuesta de Intervención Capacitante al Médico General Integral sobre la hipoacusia del anciano

diferentes ambientes sociales. En la respuesta del paciente a la enfermedad se ponen de manifiesto no solo las características reguladoras de esta como hecho biológico, sino también y sobre todo, las del sujeto como persona actuando en una situación específica. (28)

Se ha visto la influencia del estrés y su relación con el envejecimiento, en especial con la percepción psicológica que el individuo puede hacer acerca del mismo: percepción de amenaza o reto, capacidad de afrontamiento, identificándose diferentes eventos estresantes en esta etapa de la vida; la percepción por parte del adulto mayor como causante de pérdida o amenazas y el factor tensión ante que el propio envejecimiento puede ser en sí mismo. (29, 30,31). Otros autores han señalado que el envejecimiento en sí no tiene que provocar estrés, (13) aún cuando la tercera edad puede estar acompañada de diversos eventos vitales, que el sujeto puede verlos como amenazas: jubilación, muerte de contemporáneos, nido vacío, pérdida de algunas capacidades sensoriales, el envejecimiento por sí mismo no tiene que provocar estrés, dependerá en primer lugar de la evaluación subjetiva que el individuo realice de su situación y de factores moduladores del estrés. (32, 33,34)

Se han ofrecido diversas definiciones de afrontamiento en función del marco teórico en que se han desarrollado. Las estrategias de afrontamiento son muy variadas incluso en una misma situación puede utilizarse varias con igual efectividad, unas personas tienden a seleccionar unas y otras no, lo cual solo significa que intentan controlar la situación de manera distinta porque sus recursos y habilidades son también diferentes. Una vez que la situación ha sido valorada como amenaza real o potencial, las actuaciones del individuo dirigidas a frenar, amortiguar y a ser posible, anular el impacto y los efectos de la situación amenazante, constituyen las estrategias de afrontamiento. (35)

Existen numerosos datos disponibles que han hecho evidente la diferencia notable que existe en cuanto a los efectos del impacto de los estímulos estresantes, según el organismo se enfrente o no a la amenaza, y según la forma en que la cual lo haga. Según Lazarus y Folkman (1984) los modos de afrontamiento dependen principalmente de los recursos disponibles y de las limitaciones que puedan dificultar el uso de dichos recursos en el contexto de una interacción determinada. Se entiende por afrontamiento el esfuerzo cognitivos y conductuales del individuo desagradable vinculado a él. (22, 34,32)

En la actualidad se tiende a considerar que el afrontamiento ejerce un papel destacado como componente mediador entre las circunstancias estresantes y la salud.

El modelo procesual considera que el afrontamiento es independiente de los resultados, es decir, puede ser adaptativo o no, dependiendo del contexto y de la evaluación de lo que puede hacerse o no para cambiar la situación.

La teoría del afrontamiento como proceso establece dos funciones principales, una focalizada en el problema y dirigida a cambiar la relación ambiente persona actuando sobre uno u otra para alterar la fuente generadora de estrés y otra focalizada en la emoción y dirigida a regular la respuesta emocional del estrés cambiando el modo en que se trata (por ejemplo, vigilancia, evitación) o interpreta lo que está ocurriendo (por ejemplo, negación, reevaluación) para mitigar el estrés. En la práctica, ambas formas de afrontamiento pueden facilitarse o interferirse mutuamente.

Al profundizar en el tema, el propio Lazarus (1993) realiza una revisión de las investigaciones hasta 1992, concluyendo lo siguiente: (36)

• El afrontamiento es un fenómeno complejo y la gente usa la mayoría de las estrategias básicas de afrontamiento en cada situación estresante con laque se enfrenta.

• El afrontamiento depende de la valoración que indique que algo “puede ser hecho” para cambiar la situación. Si la valoración indica que algo puede ser hecho, predominará el afrontamiento centrado en al problemas; caso contrario predominara el afrontamiento centrado en la situación.

• Cuando la situación provocadora de estrés se mantiene en el tiempo (por ejemplo estrés relacionado con la salud) las personas tienden a mostrar similares patrones de afrontamiento.

• Algunas estrategias de afrontamiento son más estables que otras a través del tiempo y otras aparecen asociadas a contextos.

• Las estrategias de afrontamiento cambian de una etapa a otra del proceso o acontecimiento estresante.

• El afrontamiento actúa como poderoso mediador de los resultados emocionales, de modo que ciertas estrategias de afrontamiento están asociadas a resultados emocionales positivos, mientras que otras lo están a resultados emocionales negativos

• La utilidad de cada estrategia de afrontamiento varia con el tipo de estrés, el tipo de personalidad y la modalidad de resultado que se estudia (por ejemplo bienestar subjetivo, funcionamiento social o salud), en el sentido que la estrategia que resulta exitosa en un contexto puede resultar contraproducente para otro.

Bermúdez (1996), señala que existe un apreciable consenso en agrupar las diferentes estrategias en dos amplias categorías:

Estrategias centradas en el problema: Cuando el individuo se propone como objetivo hacer frente a la situación y buscar solución al problema a que se enfrenta.

Estrategias centradas en el control emocional: Cuando pretende la regulación de las consecuencias emocionales activadas por la presencia de la situación estresante (Mechanic, 1962; Murphy, 1974; Pearlin y Schooler, 1978; Lazarus y Folkman, 1980).

Ambas funciones incluyen estrategias cognitivas y comportamentales sin que, a priori, unas sean consideradas más eficaces que otras.

Por su parte Millon (1999) define; los patrones de conducta, sentimientos, pensamientos y relaciones con los demás característico de un individuo frente a otro los estilos de personalidad. Afirmando que cada estilo de personalidad es también un estilo de afrontamiento.

2. Cuadro Interno de la Enfermedad.

La valoración correcta del enfermo en relación con su enfermedad es una de las tareas principales del médico y sus colaboradores. Esta importante cuestión conocida como “Cuadro Interno de la Enfermedad” constituye en esencia la percepción subjetiva que el paciente tiene de su trastorno y debe ocupar un lugar destacado en el enfoque psicológico que hagamos del paciente. (37)

La percepción que tiene el paciente sobre la