lo anteriormente planteado tenemos la intención de presentar algunas ideas para potenciar la motivación en la clase, espacio de formación de recursos humanos en Ciencias Médicas, por su importancia en la eficiencia del proceso de enseñanza aprendizaje y su impacto en el desarrollo de la personalidad en los estudiantes.
Por todo lo expuesto la intención del presente estudio es: argumentar la importancia de la motivación profesional en la clase dado su impacto en la eficiencia en el proceso de formación de recursos humanos en Ciencias Médicas.
Valorando el concepto de motivación, según la MSc. María Elisa Acosta y otros, no es más que el proceso psicológico en el cual surgen, se desarrollan y se realizan los móviles de la conducta humana.
Los elementos básicos de la motivación humana, sobre los cuales se conforma todo el desarrollo del proceso motivacional son las necesidades y los motivos. El móvil de la conducta humana es siempre una necesidad.
Se asume este concepto en el presente estudio, pues refiere la interrelación dialéctica entre necesidades y motivos como base en el desarrollo del proceso motivacional. La dirección asertiva de estos componentes por parte del docente en su rol director facilitador del proceso pedagógico, potencia el desarrollo en los estudiantes y de un aprendizaje desarrollador.
En la práctica educativa en el proceso de formación de recursos humanos en Ciencias Médicas, se reconocen problemas en la calidad del aprendizaje por la falta de motivos e intereses de los estudiantes por aprender y por la insuficiente preparación metodológica y pedagógica de algunos docentes, lo cual para nada propicia una educación desarrolladora que motive al estudiante por construir sus propios aprendizajes desde la dirección del proceso docente educativo que realizan los profesores de la educación Médica Superior.
Atendiendo a las características generales y especiales del Sistema Nacional de Salud y al modelo educativo de las Ciencias Médicas, se propone un escenario ideal para propiciar esta motivación, porque los estudiantes están en contacto directo con los objetos de la profesión desde las formas de la educación en el trabajo. Desde el primer año de estudio conocen cómo será en el futuro su profesión, las necesidades por aprender elementos de las disciplinas propias del currículo de la carrera – clínicas y preclínicas- haciendo así realidad el precepto martiano de conocer es resolver.
Una clase eficiente depende de un sistema de componentes pedagógicos, su integración obedece a la maestría pedagógica del profesor, siendo uno de los retos más importantes el desarrollo de la motivación de la actividad docente, donde se pone de manifiesto su independencia y creatividad profesional.
Nuestros niños, desde edades tempranas, nos regalan su disfrute motivacional por la escuela y sus maestros y maestras, asistimos con júbilo a su desarrollo tanto en el orden instructivo como educativo. Sin embargo, en el momento de cumplimentar nuestro rol como educador, hay momentos en que la motivación de la clase se hace un problema insoluble que afecta la calidad de la misma. Podemos sorprendernos como la desmotivación de nuestros estudiantes llega hasta nosotros, fenómeno letal en el crecimiento profesional y humano al que aspiramos lograr en ellos.
Consolidar altos niveles de motivación en clases conllevaría a la creación de un clima psicológico positivo que favorezca las condiciones necesarias para el desarrollo del pensamiento lógico y creador en los estudiantes, una mejor comunicación grupal e individual, la creación de valores humanos que permitan asumir de forma consciente los postulados de la ética médica entre otros aspectos esenciales en correspondencia con las exigencias del perfil de egreso.
Un proceso de enseñanza – aprendizaje resulta motivante cuando produce satisfacción, responde a los intereses del alumno y propicia el surgimiento de otros nuevos y de motivos cognoscitivos y sociales que impulsen al alumno a actuar. (5)
Como resultado del trabajo metodológico y de la práctica educativa sistemática en actividades como cursos, talleres, reuniones metodológicas, entre otras, se derivaron un grupo de ideas en relación a potenciar la motivación de los estudiantes en la clase, las que ponemos a su consideración.
1- Aplique el diagnóstico a sus estudiantes, en su carácter sistémico, sistemático e integral en el orden instructivo, educativo y emocional. Tenga presente que este valioso instrumento no es un fin, sino un medio para el desarrollo de futuras estrategias educativas encaminadas a elevar la calidad de la clase, célula fundamental del proceso de enseñanza aprendizaje. Conozca las características de sus alumnos, insuficiencias, potencialidades, necesidades y motivos tanto en lo grupal como en lo individual, toda información que pudiera resultar de interés para encauzar acciones que propicien su desarrollo profesional y humano.
2- Desarrolle un estilo de dirección comunicativo, asuma un rol director – facilitador, esto conllevaría a la creación de un clima psicológico positivo que propicie el debate, la reflexión y la libre expresión de las ideas por parte de los estudiantes, lo que genera un bienestar emocional, condición fundamental en la formación de un sentimiento de pertenencia al grupo, a la asignatura, a la profesión. Promueva la cooperación y no la competencia en los alumnos, evite la rutina y sea creativo. Lo anterior favorece el desarrollo de un aprendizaje formativo y de su crecimiento personal. Debe ser prioridad la atención diferenciada a nuestros estudiantes tanto individual como grupal, donde se involucren además los problemas de aprendizaje en el plano profesional y personal. Cultive una relación afectiva con sus alumnos desde su rol y sobre principios éticos. Usted podría citar múltiples ejemplos de excelentes lazos afectivos fruto de una comunicación genuina con un docente y su decisiva influencia en su formación profesional y humana.
3- Es imprescindible la integración entre el componente académico, el laboral e investigativo en el proceso de formación profesional del estudiante. Por ejemplo, el alumno debe descubrir cómo se integra el sistema de conocimientos obtenido en el componente académico del currículo de la carrera con la educación en el trabajo y su actividad investigativa. Demuestre con argumentos sólidos el carácter sistémico del proceso docente en el cual están inmersos. Conviene propiciar que el alumno participe de forma activa en la búsqueda, detención y solución de problemas relacionados con su especialidad tanto de forma grupal como individual bajo este principio, priorizando la vinculación básico – clínica. A continuación trataremos de ilustrar con algunas acciones la posible integración de estos componentes.
Tema: Convulsiones febriles en los niños.
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