musicoterapia parece haberse demostrado como la más eficaz y no dañina. Son varios los trabajos que han demostrado que la memoria de la música está relativamente preservada en pacientes con deterioro cognitivo moderado a grave. Algunos estudios han descrito que en el caso del Alzheimer, la memoria de la música también está alterada, aunque permanecen intactos los estímulos musicales. 5 La musicoterapia tiene la capacidad de mejorar la cognición, la memoria autobiográfica y semántica, capacidad lingüística, o síntomas neuropsiquiátricos. 1, 4, 5, 6 Es a partir de 1990 cuando se empiezan a llevar a cabo estudios científicos y sistemáticos sobre la eficacia de la música y de la musicoterapia como coadyuvante en el tratamiento de las demencias. 17, 18
También se ha demostrado que la música puede facilitar el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, ya que en las primeras fases de la enfermedad algunos de los síntomas se pueden confundir con los cambios fisiológicos y normales que se producen en el envejecimiento. La música aquí actúa valorando el comportamiento de los pacientes respecto a su coordinación motora y las habilidades en el uso de instrumentos musicales, así como la comunicación interpersonal que la música requiere. 9, 15 A nivel bioquímico parece que la música aumenta la secreción de 17β-estradiol, testosterona y melatonina, además de reducir la agitación y ansiedad en este tipo de pacientes, lo que conlleva efectos beneficiosos cognitivos. 7
A nivel cerebral, la música produce activación de diferentes áreas, ya que el ritmo, la tonalidad y las emociones que produce escuchar o practicar música se procesan en diferentes áreas. En concreto, se activan grandes áreas corticales y subcorticales, especialmente áreas límbicas y paralímbicas, que son responsables de la percepción y la elaboración de emociones. 9, 15 También se ha demostrado que el ritmo musical, por “arrastre” puede sincronizar los ritmos biológicos mejorando ciertas funciones fisiológicas. 15, 17, 18, 19 La literatura sugiere que las actividades musicales se conservan aunque otras funciones cognitivas fallen. En pacientes con Alzheimer, a pesar de la afasia y pérdida de memoria, pueden cantar y bailar canciones que han sido importantes para ellos en su pasado. Es destacable, que en varios casos de afasia, un indicador de mejoría ha sido que tras escuchar una pieza musical, el paciente afásico ha podido repetirla silbando de manera espontánea. Esto se puede explicar porque, aunque los fundamentos de del lenguaje y de la música son los mismos, ésta última es anterior a la semántica y el léxico, y el procesamiento musical requiere de los dos hemisferios cerebrales, al contrario que el lenguaje que sólo se procesa en el dominante. 9 También la música puede contribuir a frenar o reducir el aislamiento social el máximo tiempo posible. 11
También se han encontrado diferencias de efectividad entre la música pregrabada y la música en directo en sesiones de musicoterapia, siendo ésta última la que mejores resultados ha dado. 6
Los tipos de intervenciones que podemos encontrar en la terapia musical son muchos y diversos, desde la participación en grupos de canto y corales hasta simplemente escuchar de fondo una melodía mientras se realiza otro tipo de actividades. 14, 15 Una buena intervención es la de aplicar música personalizada que el paciente pueda escuchar en ocasiones que requieran relajación y bienestar, reduciendo los trastornos conductuales. 12, 15 Probablemente el uso más extendido de esta práctica es como parte de rehabilitación de tipo neurológico, por los múltiples enfoques que se pueden ofrecer, y por la evidencia de la activación de áreas de percepción que producen los estímulos musicales. 10, 14, 15
También se ha considerado importante la participación de los cuidadores en sesiones de musicoterapia, ya que existen evidencias de una mejora en el estado anímico general y calidad de vida, y una menor sensación de burn-out. La interacción y la comunicación entre enfermos y cuidadores se pueden potenciar, e incluso mejorar, mediante experiencias musicales estructuradas. También es una manera de hacerles partícipes de cómo mejoran los problemas conductuales de un paciente con demencia. 9, 14, 15, 17, 19, 20
La aplicación rehabilitadora de la música sobre la demencia, es que ésta mejora el estado de ánimo, depresión y ansiedad. 10 Pero no sólo en la demencia se ha demostrado eficaz, en casi cualquier tipo de rehabilitación de tipo neurológico se han obtenido resultados beneficiosos en adultos, niños y ancianos. 15, 17 En estudios pediátricos se ha demostrado que la musicoterapia es muy efectiva en el tratamiento de la epilepsia, especialmente utilizando en la terapia la sonata para dos pianos en Re mayor de Mozart , que produce efectos positivos antiepilépticos. La relajación que produce esta pieza musical antes de irse a dormir llegó a reducir en un 30% los ataques de epilepsia de los niños sometidos a la terapia. 2, 17, 19, 21
En nuestra búsqueda bibliográfica, encontramos diferentes estudios de intervención con pacientes que ponen de manifiesto la eficacia de la terapéutica musical.
En el estudio realizado por Arroyo-Anlló EM et. al. 5 entre 2009 y 2011, pero publicado en 2013, se examina el impacto de la intervención musical familiar frente a la intervención musical no familiar, entendiendo intervención musical familiar como el uso de melodías conocidas por los sujetos del estudio en la terapia, en relación con la autoconciencia en individuos con enfermedad de Alzheimer, con la hipótesis de que los individuos que escuchen canciones conocidas tendrán mejores resultados en la autoconciencia. Un total de 40 pacientes diagnosticados de Alzheimer fueron reclutados a través de la Clínica de la Memoria en Salamanca, entre 2009 y 2011. Todos eran de nacionalidad española, y vivían en sus domicilios de las provincias de Salamanca, Cáceres, Valladolid y Zamora, con sus cuidadores principales, que en la mayoría de casos eran esposos o hijos de los sujetos.
Ninguno de los pacientes del estudio tenía formación musical previa, o participación en grupos corales, baile, ni presentaba problemas de audición. Fueron divididos en dos grupos iguales, eligiendo al azar el grupo control y el grupo experimental. A los pacientes que formaron parte de este último se les pidió su música favorita en español, y en concreto alguna canción que fuera importante para ellos. Para el grupo control se eligieron 5 canciones conocidas, pero no españolas. Se les facilitó el material necesario para que los pacientes pudieran escuchar estas canciones en sus casas, durante 3 meses, 12 semanas o 36 sesiones.
En los resultados, se obtuvo que los dos grupos no presentaban diferencias en sus características sociodemográficas ni en los niveles de autoconciencia, medidos a través de escalas estandarizadas, antes de aplicar la intervención. Tras la terapia musical, se encuentran ligeras diferencias en la puntuación total del cuestionario de autoconciencia para aquellos sujetos que habían recibido estimulación musical conocida, aunque sin llegar a superar el umbral de significación estadística. El grupo control sí que experimentó un deterioro en la puntuación final de autoconciencia, por lo que en comparación, ambos grupos sí tienen diferencias pre/post-intervención. Sin embargo, no se puede distinguir si este deterioro en el grupo control se debió a la evolución de la enfermedad o a la intervención de la música. No obstante, sí que se podría considerar que la música familiar es un potenciador no sólo en el plano de la autoconciencia, sino en la enfermedad de Alzheimer.
En la misma línea y estudiando la significación de la música familiar en los pacientes con demencia, Hsu MH et. al. 4 realizan un ensayo controlado aleatorio en dos residencias de ancianos en 2011 en Reino Unido, con un total de 16 participantes elegidos al azar, todos con diagnostico clínico de demencia. En cada centro, se asignó aleatoriamente un grupo intervención y un grupo control. Los datos que se recogieron fueron cualitativos y cuantitativos, con niveles de bienestar y presencia de síntomas recogidos mediante entrevistas a través de encuestas estandarizadas, y las percepciones de los profesionales que aplicaban la terapia. Los participantes del grupo de intervención recibieron terapia musical una vez a la semana durante 5 meses, con sesiones de 30 min. Se utilizaron canciones conocidas con las características musicales definidas por los terapeutas: ritmo, tempo, tono y melodía.
En función de la respuesta que esperaban obtener de los participantes, hubo una u otra selección. El