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Revisión bibliográfica de la obesidad infantil, un problema de salud pública actual

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REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

En una encuesta realizada en la Comunidad Valenciana, con datos de los años 2000 – 2004 obtiene que, la televisión (que es considerada la principal actividad de ocio y tiempo libre, esto provoca una disminución de la actividad física, que afecta negativamente a la salud de los niños) y los cambios que se producen en la dieta (que son significativos por un consumo de alimentos de origen animal, comidas o picoteos en forma de snaks y bebidas blandas, o, una alta ingesta de grasa en especial saturada y trans y azucares refinados).

Los resultados obtenidos concluyen que se ha producido un incremento del sedentarismo, de tiempo dedicado a la televisión, videojuegos o bien ordenador, y, todo ello, determinada un aumento de la obesidad infantil y disminución de la actividad física.

En el año 2005 se elaboró un Plan Integral de Obesidad, Nutrición y Actividad Física, bajo las directrices del Ministerio de Sanidad y Consumo, bajo el nombre “Estrategia Naos”. La finalidad era invertir la tendencia de la obesidad. El objetivo de este proyecto era modificar la dieta de los españoles, e intensificar la actividad física, en especial interés en la población infantil.

Un Plan Integral, es un modelo innovador, con enfoque y manejo de problemas de salud, que cubre aspectos sanitarios y comunitarios, abordando los problemas desde su origen y dando soluciones a las cuestiones planteadas.

No hay documentos públicos, donde se haya propuesto el objetivo de disminuir las tasas actuales de obesidad infantil, ya que, son muchos los problemas sociales y económicos para contemplarlo como algo realista. Pero si coinciden en plantearse, el frenar la tendencia ascendente de la obesidad. Aún así, debe asumirse que, hasta pasados 5 ó 10 años, no es perceptible el efecto.

Para conseguir el objetivo final, la población tiene que estar sensibilizada sobre la necesidad de mantener un peso saludable, consecuencia de unos buenos hábitos alimenticios (lo cual, se ve dificultado por la presión continua que ejercen las empresas fabricantes de alimentos, cuyo diseño y comercialización no se adaptan al prototipo de alimentación equilibrada), además de la práctica de ejercicio físico (donde las familias no permiten a los niños juegos al aire libre por percibir variados peligros en el entorno físico, esto desencadena que niños y niñas de todas las edades dediquen cada vez más tiempo a entretenimientos de tipo pasivo).

Debe recuperarse el papel educativo de la familia, con diseños imaginativos para facilitar el cambio de hábitos y proporcionar formación sobre dinámicas familiares. El sistema sanitario juega un papel importante en la detección precoz y en el tratamiento del mismo, además de la posibilidad para la prevención primaria. Los profesionales pueden realizar intervenciones eficaces, pero tienen problemas de tipo organizativo y gestión del propio sistema.

La formación médica tradicional da más importancia a la patología y la terapéutica que a la prevención. Los abordajes preventivos requieren de unas habilidades de comunicación y exploración de creencias individuales, el profesional tiene que observar la existencia de barreras percibidas o las soluciones intentadas por los usuarios, que son la base para proporcionar esquemas individualizados.

Las administraciones deben involucrar a diferentes estamentos sociales: escuelas, industria alimentaria, restaurantes, asociaciones ciudadanas y medios de comunicación. También promover la investigación, así como el desarrollo normativo, aunque requiere de la participación de estamentos superiores.

La educación para la salud, forma parte de los contenidos educativos en las enseñanzas obligatorias en el sistema escolar andaluz, donde la importancia de la dieta es uno de los pilares que la estructuran. Para mejorar los contenidos relacionados con la nutrición, se ha diseñado un material de apoyo enmarcado dentro de un Plan de Alimentación Saludable. También, se crearon numerosos comedores escolares que ofertaban unos menús saludables con actividades lúdico-educativas, y, la implantación de un Plan de Deporte en la Escuela que contempla la dotación de monitores con la realización de campeonatos interprovinciales y una amplia oferta de modalidades deportivas.

La OMS, tiene como objetivo impulsar una serie de acciones para mejorar los hábitos alimentarios y promover la actividad física entre los niños: Celebración de debates con la industria alimentaria transnacional y el sector privado; Trabajo conjunto con los Centros Colaboradores de la OMS para crear redes de investigación y formación sobre las necesidades de los países en desarrollo en materia de aplicación de la Estrategia; Apoyo y promoción de la investigación en áreas prioritarias para posibilitar la aplicación y evaluación del programa, en estrecha colaboración con las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y otros órganos intergubernamentales, tales como la FAO, UNESCO, UNICEF, Universidad de las Naciones Unidas, etc, e institutos de investigación y otros asociados; Apoyo a la actuación de los programas a petición de los Estados Miembros.

Para combatir la obesidad infantil, la OMS defiende la prevención antes que la curación. Por ello, en su Estrategia Mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud, para luchar contra la obesidad infantil sugiere una serie de recomendaciones a diferentes niveles, desde los padres hasta el papel de los gobiernos y autoridades locales, como medio de actuación para asegurar la prevención de la obesidad infantil.

Las principales recomendaciones son: Potenciar el consumo de frutas, hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos; Moderar la ingesta total de grasas y reemplazar las saturadas por las instauradas; Disminuir la ingesta de azúcares; Realizar actividad física, un mínimo de 60 minutos diarios de intensidad moderada o vigorosa, que sea adecuada para la fase de desarrollo y consista de actividades diferentes; Recomendación de 10 horas de sueño para los niños hasta los 10 años de edad.

Para reducir los factores de riesgo (alimentarios y de actividad física) en la Obesidad Infantil, la Asociación Española de Pediatría, a través de su Comité de Nutrición, ha elaborado un documento facilitando a los Pediatras, información, consejos básicos y material educativo para los familiares.

“Niñ@s en Movimiento”, es un programa multidisciplinar elaborado con material didáctico para niños, padres y educadores, que se preocupa de la salud del niño, no sólo del peso y la alimentación sino también del ejercicio físico. Va dirigido a niños entre 7 y 12 años de edad con sobrepeso y a su entorno familiar.

El objetivo de este programa es realizar cambios en el estilo de vida, ganancia de peso, trastornos emocionales y hábitos alimentarios. Ayuda a los participantes a introducir cambios en su conducta alimentaria y en su actividad física, con el objeto de conseguir una disminución progresiva del IMC (no persigue disminuciones rápidas del IMC, sino que se plantean a medio y largo plazo, sabiendo que el niño está en época de crecimiento y que la realización de una alimentación equilibrada, contribuirá a la normalización progresiva de su IMC) y asentar las bases que contribuyan a prevenir la obesidad en un futuro.

Los datos demuestran que la aplicación de dicho programa fue satisfactorio, facilitando la pérdida de peso, modificando los hábitos alimentarios y de actividad física, además de los aspectos emocionales que contribuyeron al desarrollo de la obesidad.

El Programa PERSEO (Programa piloto escolar de referencia para la salud y el ejercicio contra la obesidad), impulsado por los Ministerios de Sanidad y Consumo y de Educación, Política Social y Deporte, junto con las Consejerías de Sanidad y Educación de 6 Comunidades Autónomas, tiene como objetivo promover hábitos de vida sanos entre los alumnos y sus familiares, actuando, también, en el entorno escolar, que facilitara la elección de las opciones más sanas.

El Programa, que se dirigió a la población escolar de 6 a 10 años en el curso 2008/2009, recoge una serie de indicadores sobre la actividad física de los escolares y sobre sus hábitos alimentarios. No nos aporta resultados, pero si se evidencia una tendencia más saludable.

Estudios recientes sobre el desarrollo óseo presentan notoriamente que una estimulación mecánica de los tejidos hace que las células madre se distingan en células óseas y musculares antes que en células de grasa. Dado que la AFV (Actividad Física Vigorosa) ofrece dicha estimulación a los tejidos, sería más conveniente tener en cuenta la profilaxis de la obesidad infantil y juvenil en función de la cantidad adecuada de AFV en lugar de hacerlo a través de la disminución calórica. Estos resultados, indican que, más que nunca, es preciso utilizar índices de