RESULTADOS Y DISCUSIONES
De las 166 muestras estudiadas, 163 (98,2%) resultaron positivas para parásitos intestinales y 3 (1,8%) fueron negativas para enteroparásitos. El 88,6% de la población presento poliparasitismo y el 9,6% presento monoparasitismo encontrándose 12 especies de parásitos, entre las cuales seis fueron protistas y seis helmintos. En estudios realizados en comunidades indígenas en Colombia y de América Latina, también se observa una alta prevalencia de parasitosis, con resultados muy similares, en los trabajos realizados por Puerta, Salazar, Velásquez y Vélez (2011), Menghi et al (2007) y Salcedo et al (2011). En otros estudios realizados por Navone, Gamboa, Oyhenart y Orden 2006; Rivero et al (2007); Díaz et al (2006). y Maldonado et al (2008)., reportan parasitosis intestinal en una proporción ligeramente inferiores a los encontrados en esta investigación. Estas similitudes en los resultados se deban probablemente a que la población indígena de todas estas regiones, se encuentra en igual situación económica, sanitaria y social.
En el 96,3 % de los niños parasitados se encontraron protozoos y en el 39,9 % helmintos. El protozoos que se encontró con mayor frecuencia fue Blastocystis hominis (17,5%), Entamoeba coli (16.9%), seguido de Endolinax nana (15,5%), Iodamoeba bustchlii (13,8%), cabe destacar que los protozoarios potencialmente patógenos son, complejo Entamoeba histolitica/dispar (13,1%) y Giardia duodenalis (10,2%). En cuanto a los helmintos se encontró una mayor prevalencia de Ascaris lumbricoides (6,0%), seguido de Hyminolepis nana (2,5%), Uncinaria (2,3%), Trichuris trichiuras (1,5%), Larvas de Strongyloides stercoralis (0,6%) y Enterobius vermicularis (0,2%). Estos resultados guardan relación con otras investigaciones realizadas por Devera et al. (2006), en y Rivero et al. (2007).
La patogenicidad del Blastocistis hominis es muy controversial, algunos lo consideran no patógeno y otros lo asocian a múltiples desordenes intestinales. En este estudio y el de otros autores se encontró que entre los helmintos, el Áscaris lumbricoides fue el parasito más prevalente o encontrado como primera causa de parasitismo por helmintos, excepto en los estudios realizados por Zonta et al. (2007). y Rivero et al. (2007). y donde este parasito ocupó el segundo lugar de frecuencia de los helmintos.
El 75,3 % de los niños investigados estaban asintomáticos y el 24,7% presentaba síntomas diarreicos. Los niños sintomáticos presentaron asociación con patógenos intestinales, donde los parásitos más frecuentes fueron Giardia duodenalis 14,8%, complejo Entamoeba histolitica/dispar 13,3%, Áscaris lumbricoides 6,7%. También se observó diarrea asociada con algunos parásitos comensales como Blastocystis hominis 14,1%, Entamoeba coli 16,3%, Endolimax nana 13,3%.
Los enteroparasitos de importancia medica, encontrados con mayor frecuencia fue el complejo Entamoeba histolytica/dispar 36,4%, Giardia duodenalis 28,3%, Ascaris lumbricoides 16,6%, Hyminolepis nana 7,0%, Uncinaria 5,3%, Trichuris trichiuras 4,3%, larvas Strongyloides stercoralis 1,6% y Enterobius vermicularis 0,5%. En estudios realizados por Maldonado et al. (2008) y Meningui et al. (2007), también se encontró el complejo Entamoeba histolytica/dispar y Giardia duodenalis liderando los parásitos patógenos.
Se encontraron diferencias de protozoos y helmintos patógenos por comunidad evidenciándose en los protozoos un 97,2% en La Laguna,78,8% en Marocazo, 69,2% en Sabana Joaquina, 64,8% en Piñoncito y 48,4% en la Múcura. Con relación a los helmintos se encontraron diferencias en las comunidades con una prevalencia de un 71% en La Múcura, 47,2% en La Laguna, 33,3% en Piñoncito, 23,1% en la Sabana de Joaquina y 10,5% en Marocazo.
Con relación a la prevalencia de parasitismo según el sexo, en el sexo masculino se observo un porcentaje de 98.5% y el sexo femenino un porcentaje del 98.0%, no se observaron diferencias de géneros en estas comunidades; estos resultados son muy similares a los encontrados por Devera et al.(2006) y Rivero et al.(2007).
Cuando se analizó la parasitosis y su distribución por grupo etario, se evidenció que en todos los grupo etarios de la población objeto de estudio había parásitos y en todos los grupos se presento predominio de Blastocystis hominis seguido del complejo Entamoeba histolytica/dispar. La mayor prevalencia de parásitos se encontró en la franjas etarias entre 6 a 8 años de edad y del grupo de 9 a 11 años, con menor frecuencia entre 3-5 y 12-15 años de edad; estos resultados coinciden con otros estudios realizados por Devera et al.(2006) y Rivero et al.(2007).
Los resultados fueron entregados a los docentes de las escuelas Marocazo, La Múcura, Sabana de Joaquina, La Laguna y Piñoncito y a las autoridades sanitarias DUSAKAWI IPSI a quienes compete el problema, para que tomaran medidas correctivas pertinentes en las escuelas.
CONCLUSIONES
Se encontró una elevada prevalencia de parásitos intestinales (98,2%) en niños que asisten a las escuelas de la comunidad WIWA en la cuenca del río Marocazo y Ranchería, con un predominio de protozoarios sobre helmintos siendo más prevalente en las escuelas de esta comunidad el Blastocystis hominis.
Los resultados de los exámenes realizados fueron entregados a los profesores de los niños de las diferentes comunidades y a la entidad encargada de establecer el previo tratamiento antiparasitario (DUSAKAWI IPSI).
Este estudio revela el problema de salud pública que constituyen las parasitosis intestinales en los niños indígenas de las escuelas de la comunidad WIWA estudiadas.