- y por disfunción endotelial que condiciona limitación del flujo en las extremidades en el ejercicio.
- Sudoración. A veces es abundante y se produce porque el calor no se libera adecuadamente por la vasoconstricción cutánea.
PROCEDIMIENTOS DIAGNÓSTICOS
El diagnóstico de la insuficiencia cardiaca se fundamenta básicamente en la adecuada anamnesis y recogida de datos clínicos. La sintomatología en la IC no sólo es necesaria en el diagnóstico, sino que las mismas se relacionan con la gravedad de la insuficiencia cardiaca y con el pronóstico.
Es imprescindible una exploración física cuidadosa en todo paciente en los que se sospeche una IC. El objetivo es complementar a la anamnesis (síntomas) para establecer la causa de la insuficiencia cardiaca, valorar la gravedad del síndrome y obtener información añadida respecto a la situación hemodinámica y la respuesta al tratamiento con el fin de establecer un pronóstico.
El fundamento para hacer el diagnóstico consiste en tener un elevado índice de sospecha basado en la sintomatología y exploración física, especialmente en los que tienen alto riesgo de presentar una IC. De todos modos, si un enfermo presenta síntomas o signos compatibles con insuficiencia cardiaca se deben de realizar pruebas complementarias adicionales para confirmar el diagnóstico.
Las pruebas complementarias básicas en el diagnóstico de insuficiencia cardiaca son: analítica de sangre, electrocardiograma, radiografía de tórax y ecocardiograma.
- Analítica: Se debe realizar un hemograma, coagulación y bioquímica con función hepática y renal en todo enfermo con sospecha de insuficiencia cardiaca. En función de la gravedad y sospecha de la etiología, se debe completar con la realización de una gasometría arterial basal, hormonas tiroideas, niveles de digoxina y enzimas de daño miocárdico. Recientemente, la determinación en plasma de los péptidos natriuréticos (BNP y NT-proBNP) se han mostrado útiles, en el diagnóstico de la insuficiencia cardiaca (por su elevado valor predictivo negativo) y en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca crónica (la presencia de estos niveles elevados, implica un mal pronóstico).
- Electrocardiograma: Su realización es siempre necesaria al ingreso del paciente y en presencia de dolor torácico. En la insuficiencia cardiaca aguda, la normalidad de esta prueba excluye el diagnóstico de insuficiencia cardiaca por disfunción sistólica hasta en el 98% de los casos.
- Radiografía de Tórax: Se debe solicitar al ingreso y durante el ingreso, según la evolución, sobre todo con el empeoramiento de los síntomas. Suele demostrar la presencia de cardiomegalia y también signos de redistribución vascular pulmonar, derrame pleural y datos de congestión pulmonar.
- Ecocardiograma: En la mayor parte de los casos, es la pieza fundamental para el diagnóstico de insuficiencia cardiaca. La ecocardiografía establece el estado estructural y funcional del corazón al evaluar, entre otras cosas, las dimensiones de las cámaras cardiacas, la fracción de eyección, el funcionamiento de las válvulas, anomalías de los movimientos de las paredes ventriculares, la hipertrofia ventricular o el derrame pericárdico. Ver foto nº6: Ecocardiograma (al final del artículo)
TRATAMIENTO
- Terapia farmacológica: Los objetivos del tratamiento farmacológico en la insuficiencia cardiaca aguda son la estabilización clínica e intentar mejorar el pronóstico vital.
- Diuréticos. Furosemida i/v a dosis altas.
- Mórficos. Muy útiles por su capacidad vasodilatadora, ansiolítica y para el alivio de la disnea.
- Nitroglicerina sublingual o i/v en perfusión continua.
- Inotropos positivos. Dopamina y dobutamina. En pacientes con hipoperfusión periférica.
- Oxigenoterapia. Ver foto nº7: Oxigenoterapia (al final del artículo)
- Reposo relativo para reducir el trabajo cardíaco, según el grado de IC.
- Dieta hiposódica.
- Restricción hídrica de 1-1,5 litros/día.
- Analgésicos.
- Tratamiento quirúrgico: valvulopatías, estenosis coronaria, miocardiopatías… sólo si la causa es corregible con cirugía.
- Última elección: trasplante cardiaco.
OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO
- Administración de agentes farmacológicos, para mejorar la fuerza contráctil del miocardio y la eficacia como bomba del corazón.
- Reposo, para reducir la carga de trabajo del corazón.
- Administración de diuréticos, que eliminarán el exceso de líquidos del cuerpo.
- Dieta adecuada y equilibrada, para prevenir la retención hídrica y favorecer la defecación.
- Prevención de las complicaciones que puedan