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Plan de cuidados para paciente diagnosticado de epistaxis

Plan de cuidados para paciente diagnosticado de epistaxis

Autora principal: Raquel Turón Monroy

Vol. XV; nº 21; 1097

Care plan for a patient diagnosed with epistaxis

Fecha de recepción: 23/09/2020

Fecha de aceptación: 28/10/2020

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XV. Número 21 – Primera quincena de Noviembre de 2020 – Página inicial: Vol. XV; nº 21; 1097

Autores:

-Raquel Turón Monroy. Graduada en Enfermería. Enfermera de la sexta planta de traumatología del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.

-Adrián Palomar Gimeno. Graduado en Enfermería. Enfermero del Centro de Salud Seminario. Zaragoza, España.

-Laura Palomar Gimeno. Graduada en Enfermería. Enfermera del Laboratorio del Hospital Royo Villanova. Zaragoza, España.

RESUMEN

El término epistaxis proviene del griego “fluir gota a gota” y fue utilizado por primera vez por Cullen en 1785 e introducido en el lenguaje médico por Pinel en 1818. Dicho término es considerado como un signo clínico frecuente que suele ser benigno pero que a veces puede comprometer el estado hemodinámico del paciente pudiendo requerir de tratamientos invasivos e ingreso hospitalario. Cabe afirmar que la mayor incidencia se encuentre en edades de entre 10 y 13 años y por encima de los 50 años. De forma global el 60% de la población ha tenido un episodio de epistaxis durante su vida.

La epistaxis puede ser anterior o posterior siendo más frecuente la primera y deben ser tratadas inicialmente valorando la vía aérea, la propia respiración y el estado de la circulación para posteriormente utilizar un tratamiento que corte el sangrado ya sea mediante cauterización o taponamiento nasal.

Por último, cabe destacar que el aumento en el consumo de anticoagulantes orales no antivitamínicos K produce a su vez un incremento de los casos de epistaxis tratados a nivel tanto hospitalario como ambulatorio.

PALABRAS CLAVE

Epistaxis, sangrado nasal, taponamiento nasal, plan de cuidados enfermero.

ABSTRACT

The term epistaxis comes from the Greek “Flow drop by drop” and was used for the first time by Cullen in 1785 and introduced into medical language by Pinel in 1818. This ter mis considered a frequent sign that is usually benign but can sometimes compromise the hemodynamic status of the patient and may require invasive treatment and hospital admission. It can be stated that the highest incidence is found in ages between 10 and 13 years and above 50 years. Globally, 60% of the population has had an episode of epistaxis during their life.

Epistaxis can be anterior or posterior, the former being more frequent and should be treated before assessing the airway, breathing itself, and the state of circulation to later use a treatment that cuts the bleeding either by cauterization or nasal packing.

Lastly, it should be noted that the increase in the consuption of oral anticoagulants not K antivitamins produces in turna n increase in cases of epistaxis treated at both hospital and outpatient levels.

KEYWORDS

Epistaxis, nasal bleeding, nasal packing, nursing care plan.

INTRODUCCIÓN

El término epistaxis fue acuñado por Cullen y Pinel en 1785 y 1818 respectivamente cuyo significado en griego es “fluir gota a gota”. (1, 2). La epistaxis es un signo clínico muy frecuente en servicios de urgencias que suelen afectar mayormente a edades entre los 10 y 13 años y en mayores de 50 años. A nivel de otorrinolaringología representa entre el 10 y el 12% de las consultas mostrando como dificultad la gran vascularización presente en la zona y la posible complicación del estado hemodinámico del paciente requiriendo en los casos más graves la hospitalización de este. Suelen ser casos benignos y que se resuelven fácilmente la mayor parte de las veces mostrando además una casuística multifactorial. (1).

Teniendo en cuenta datos de la revista “Acta Otorrinolaringológica Española” se puede afirmar que la mayor parte de las epistaxis reciben un tratamiento conservador (75%) mientras que la embolización y la intervención por endoscopia suponen conjuntamente un 23%. (3). Además, cabe resaltar que a nivel global el 60% de la población tiene al menos un episodio a lo largo de su vida necesitando solamente entrono a un 10% asistencia médica. (2, 4).

Si se profundiza a nivel de la etiología de la epistaxis se puede afirmar que existen causas locales y sistémicas. En las primeras está incluida la epistaxis benigna (siendo la más habituales), estructural, inflamatoria tras un traumatismo en la zona. Mientras que la segunda incluye causas hepáticas, hematológicas, renales, genéticas, cardiovasculares, etc. (4). También es interesante resaltar que se pueden producir epistaxis anteriores y posteriores siendo más frecuentes las primeras (90%). (2, 4).

La actuación frente a este signo es en primer lugar la revisión de la vía aérea, la propia respiración y el estado de la circulación, es decir, el conocido “ABC”. Además, es importante valorar si el sangrado se produce por algún tratamiento crónico activo, por alguna patología basal del paciente, por antecedentes en relación a alteraciones en la coagulación, por alguna lesión traumática, por el consumo de alguna sustancia como drogas o tabaco, etc. (4). La parte fundamental es tratar de cortar el sangrado nasal mediante la cauterización o el taponamiento nasal siendo precisamente esto la primera controversia discutiendo cual es la forma más adecuada de tratamiento según la situación concreta del paciente. (3, 4).

Cabe destacar que el aumento del uso de los nuevos fármacos de prevención de la enfermedad tromboembólica en concreto los anticoagulantes orales no antivitaminicos K, están ocasionando un aumento en la aparición de epistaxis secundarias a estos tanto a nivel hospitalario como ambulatorio. (5).

PRESENTACIÓN DEL CASO

Hombre de 33 años tras golpe en un partido de baloncesto acude a urgencias con sangrado abundante de ambas fosas nasales desde hace 45 minutos. Tras placa de cráneo y huesos propia queda descartada fractura. El paciente es diagnosticado de epistaxis por lo que el otorrinolaringólogo le realiza un taponamiento nasal con el que controla el sangrado y el equipo de enfermería realiza una cura externa de las excoriaciones presentes en el rostro del paciente.

OBJETIVO

El objetivo general es la creación de un plan de cuidados enfermero para un paciente de 33 años que tras un accidente durante un partido de baloncesto es diagnosticado de epistaxis siendo tratado por el servicio de urgencias. El fin último es ofrecer los cuidados necesarios para su recuperación.

METODOLOGÍA

Para realizar una búsqueda bibliográfica de calidad se han utilizado bases de datos como Google Académico y Pubmed. Los MESH utilizados son epistaxis, sangrado nasal, taxonomía NANDA, NOC y NIC en relación a la patología. No se han utilizados aquellos artículos, resultantes de la búsqueda, con más de 10 años de antigüedad.

DESARROLLO

Se ha utilizado la nomenclatura NANDA, NOC y NIC para realizar la taxonomía enfermera (6, 7, 8).

CONOCIMIENTOS DEFICIENTES

-Hace referencia a una deficiencia en los conocimientos básicos de la propia epistaxis y como realizar los cuidados oportunos.

-NOC:

  • Conducta terapéutica: enfermedad o lesión (1609).
  • Conocimiento: actividad prescrita (1811).
  • Conocimiento: régimen terapéutico (1813).

-NIC:

  • Educación sanitaria (5510).
  • Enseñanza: proceso de enfermedad (5602).

-Actividades:

  • Indicar al paciente que no debe realizar esfuerzo.
  • Indicar al paciente que no debe realizar maniobras de Valsalva.
  • Indicar al paciente que debe estornudas con la boca abierta.
  • Indicar al paciente que no debe retirarse los taponamientos hasta pasados 48 horas en su centro de salud.
  • Indicar al paciente que tras la retirada del taponamiento nasal debe tener cuidado de no producirse alguna herida nasal que inicio un nuevo sangrado.
  • Indicar pauta a seguir si se produce una reactivación del sangrado nasal.
  • Valorar la capacidad del paciente para seguir la adherencia al tratamiento.
  • Valorar el nivel de entendimiento del paciente respecto a la información ofrecida.

DOLOR AGUDO

-Hace referencia en este caso al dolor derivado del propio golpe durante el partido de baloncesto.

-NOC:

  • Control de dolor (1605).
  • Dolor: efectos nocivos (2101).
  • Nivel del dolor (2102).

-NIC:

  • Aplicación de calor o frío (1380).
  • Manejo del dolor (1400).
  • Administración de analgésicos (2210).

-ACTIVIDADES:

  • Explicar al paciente la utilización del frío y el calor en la zona afectada para lograr una mayor mejoría.
  • Indicar al paciente que siempre que se ponga calor o frío debe hacerlo envolviendo la bolsa con un trapo para evitar quemaduras cutáneas.
  • Comprobar que el paciente no es alérgico a los analgésicos más indicados en relación a este tipo de patología.
  • Analizar el tipo de dolor, la intensidad, la duración con el fin de ofrecer un tratamiento farmacológico de tipo analgésico para aliviar el dolor.
  • Indicar las pautas a seguir en caso de que la analgesia no sea suficiente combinando varios analgésicos.
  • Indicar al paciente que en caso de no tolerar el dolor con la analgesia pautada acuda a su médico de cabecera.
  • Indicar al paciente que debe acudir a su centro de salud para que el equipo de enfermería le retire el taponamiento nasal pasadas 48 horas.

RIESGO DE INFECCIÓN

-Hace referencia al riesgo de infección como consecuencias del traumatismo nasal y la ruptura de la integridad cutáneo-mucosa.

-NOC:

  • Integridad tisular: piel y membranas mucosas (1101).
  • Conocimientos: control de la infección (1807).

-NIC:

  • Cuidados de las heridas (3660).
  • Control de infecciones (6540).

-ACTIVIDADES:

  • Valorar si los apósitos están manchados y se requiere curar la zona.
  • Realizar curas en el centro de salud siguiendo las pautas del equipo de enfermería.
  • Valorar si existe algún síntoma o signo de infección en las excoriaciones que el paciente tiene en el rostro.
  • Anotar la evolución y el tipo de curas realizadas en dichas heridas.
  • Indicar la retirada del taponamiento nasal y su evolución.
  • Aplicar algún antibiótico tópico en las heridas si existen signos de infección evitando el empeoramiento de dicha situación.
  • Realizar las curas mediante técnicas de asepsia.
  • Realizar el lavado de manos antes y después de la cura de las heridas.
  • Proteger las heridas del sol hasta su completa curación.
  • Aplicar algún ungüento o crema para el adecuado cuidado de las cicatrices en el rostro evitando con ello que queden marcas.

DETERIORO DE LA MOVILIDAD FÍSICA

-Hace referencia al deterioro de la movilidad física y la limitación de las actividades y esfuerzos que el paciente puede realizar de forma posterior e inmediata debido a la posibilidad de que se reactive el sangrado nasal.

-NOC:

  • Deambulación: caminata. (0200).
  • Cuidados personales: actividades de la vida diaria (0300).
  • Conocimiento: actividad prescrita (1811).
  • Nivel de dolor (2102).

-NIC:

  • Ayuda al autocuidado (1800).
  • Terapia de actividad (4310).
  • Enseñanza: actividad/ejercicio prescrito (5612).

-ACTIVIDADES:

  • Valorar la capacidad del paciente para mantener sus autocuidados de la vida diaria debido al dolor, heridas y al propio taponamiento nasal.
  • Realizar las indicaciones pertinentes al paciente en relación al propio autocuidados y cuidado de las heridas y taponamiento nasal por parte del equipo sanitario.
  • Indicar al paciente cuales son las actividades que no debe realizar como consecuencias del traumatismo nasal, del propio taponamiento nasal y de las heridas en el rostro.
  • Mantener un reposo y evitar actividades que requieras cualquier tipo de esfuerzo como realizar deporte, levantar pesos, etc.
  • Valorar el nivel de conocimientos que tiene el paciente en relación a las actividades y limitaciones que tiene el paciente e incluso a su movilidad física.
  • Realizar recomendaciones generales sobre cómo debe actuar en los próximo 7 días con el fin de garantizar que el tratamiento ofrecido en urgencias logre su objetivo.
  • Enseñar al paciente la importancia y los efectos de administrarse calor o frío en la zona nasal.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Vázquez IL, Iznaga NL, Pérez T, Pequero AR, Toledo C. Caracterización de la epistaxis. Rev Cubana Otorrinolaringol Cirug Cabeza Cuello. [Internet]. 2019; [citado 3 Sep 2020]. 3 (2): 1-11. Disponible en: http://www.revotorrino.sld.cu/index.php/otl/article/view/86
  2. Hellín E, Merina E, Hellín D. Estudio retrospectivo sobre la incidencia y tratamiento de epistaxis en un área de salud en el período 2011 a 2017. Rev ORL. [Internet]. 2018; [citado 3 Sep 2020]. 10 (1): 45-56. Disponible en: https://gredos.usal.es/handle/10366/141995
  3. García P, Fernández L, Pedregal D, Menéndez M, Murias E, Vega P, Llorente JL, Rodrigo JP, López F. Manejo de las epistaxis graves y/o refractarias. Acta Otorrinolaringológica Española. [Internet]. 2019; [citado 3 Sep 2020]. 70 (4): 185-191. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0001651918300682
  4. Medina NV, Fung MP, Quesada C. Epistaxis: abordaje inicial en el servicio de emergencias. Rev méd sinerg. [Internet]. 2020; [citado 3 Sep 2020]. 5 (5): e369. Disponible en: https://revistamedicasinergia.com/index.php/rms/article/view/369
  5. García FJ, López I, Oishi N, Reboll RM, Sánchez A, Arribas M. Afecto de los nuevos anticoagulantes orales en las epistaxis. Asistencia otorrinolaringológica no hospitalaria. An Orl Mex. [Internet]. 2018; [citado 3 Sep 2020]. 63 (4): 136-149. Disponible en: https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=84841
  6. Herdman TH, Kamitsuru S. NANDA International, Inc. Diagnósticos enfermeros: Definiciones y clasificación. Barcelona: Elsevier; 2018-2020.
  7. Moorhead S, Jhonson M, Maas ML, Swanson E. Clasificación de Resultados de Enfermería (NOC). 6ª ed. Barcelona: Elsevier; 2018.
  8. Bulechek GM, Butcher HK, Dochterman JM, Wagner CM. Clasificación de Intervención de Enfermería (NIC). 7ª ed. Barcelona: Elsevier; 2018.