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Posturas maternas que favorecen el trabajo de parto

Posturas maternas que favorecen el trabajo de parto

Autora principal: María Sampietro Palomares

Vol. XV; nº 20; 1012

Maternal postures that favor labor

Fecha de recepción: 09/10/2020

Fecha de aceptación: 24/10/2020

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XV. Número 20 –  Segunda quincena de Octubre de 2020 – Página inicial: Vol. XV; nº 20; 1012

Autores

  1. María Sampietro Palomares. Enfermera especialista en obstetricia y ginecología. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España.
  2. Alejandra Franco Villalba. Enfermera especialista en obstetricia y ginecología. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
  3. Sandra Peña De Buen. Enfermera especialista en obstetricia y ginecología. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
  4. Marta Doñate Cuartero. Enfermera especialista en obstetricia y ginecología. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
  5. María Rodríguez Sánchez. Enfermera especialista en obstetricia y ginecología. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.

RESUMEN

Introducción: A lo largo de la historia las mujeres elegían parir en posiciones verticales, como en cuclillas o sentadas, ya que favorecían la consecución de un parto y un nacimiento fisiológicos. En la época moderna, se empezó a colocar a las gestantes en posiciones horizontales durante el parto, ya que esto facilitaba la realización de maniobras por parte de la persona encargada de atender el parto; pero también se vio influenciado por la aparición de la analgesia epidural en el mundo de la obstetricia. A pesar de ello, se debe animar a las mujeres a adoptar cualquier posición que encuentren cómoda a lo largo del periodo de dilatación y a movilizarse si así lo desean.

Objetivo: Evaluar las posiciones maternas más adecuadas para una correcta evolución del proceso de parto en las gestantes.

Conclusiones: La libertad de movimientos y cambio de postura durante el parto es muy importante para que este se desarrolle de forma fisiológica. Hay múltiples variantes de posiciones posibles, y en muchas ocasiones la mujer las realiza de forma instintiva; dependiendo del momento del parto en el que se encuentre. Existen diferentes posiciones que pueden adoptar y cada una de ellas va a favorecer la evolución del parto, modificando la funcionalidad de la pelvis dependiendo del momento de encajamiento en que se encuentre la cabeza fetal. La posición decúbito supino no está recomendada según la evidencia científica consultada, ya que conlleva un mayor número de complicaciones fetales.

Palabras clave: libertad de movimientos, trabajo de parto, verticalidad, posturas.

ABSTRACT

Introduction: Throughout history, women chose to give birth in vertical positions, such as squatting or sitting, as they favored the attainment of a physiological birth and birth. In modern times, parturient began to be placed in horizontal positions as this facilitated the performance of maneuvers by the person in charge of attending the delivery; but it was also influenced by the appearance of epidural analgesia in the world of obstetrics. Despite this, women should be encouraged to adopt whatever position they find comfortable throughout the period of dilation and to mobilize if they wish.

Objective: To evaluate the most appropriate maternal positions for a correct evolution of the birth process in pregnant women.

Conclusions: Freedom of movement and change of posture during childbirth is very important for this to develop physiologically. There are multiple variants of possible positions, and in many cases the woman performs them instinctively; depending on the time of delivery where they are. There are different positions that they can adopt and each one of them will favor the evolution of the birth, modifying the functionality of the pelvis depending on the moment of engagement in which the fetal head is located. Supine position is not recommended according to the scientific evidence consulted, since it involves a greater number of fetal complications.

Keywords: freedom of movement, labor, verticality, postures.

INTRODUCCIÓN

          A lo largo de la historia la mujer eligía dar a luz  en diferentes variantes de la posición de pie, como lo demuestran los grabados, cerámicas y esculturas de prácticamente todas las culturas en el mundo1; y estas posiciones estaban caracterizadas por la movilidad y la verticalidad.

          Conforme pasaban los años, comenzaron a aparecer diferentes instrumentos para facilitar la adquisición de estas posturas, como fue por ejemplo la fabricación de sillas especiales para el parto vertical2 y que las mujeres podían utilizar como apoyo. Ellas elegían parir en posiciones verticales, como en cuclillas o sentadas, ya que favorecían así un parto y un nacimiento fisiológicos.

          Esta evolución nos lleva hasta la época moderna, donde se empezaron a colocar a las gestantes en posiciones horizontales en el momento en el que se iba a producir la expulsión del feto, sin posibilidad de movimientos3; ya que esto facilitaba el trabajo de la persona que se estaba encargando de la asistencia del parto y de esta manera pudiera realizar maniobras de forma más cómoda para el profesional4.

          Los factores que influyen en la posición que adoptan las mujeres durante el parto están influidos de manera importante por las normas culturales; por las expectativas y las exigencias de los profesionales que asisten, así como por las restricciones que pueden provocar procedimientos médicos como es la monitorización fetal, el tratamiento intravenoso, o la analgesia epidural5, que va a limitar de manera importante los movimientos autónomos de la mujer.

          Las dudas acerca de la posición a la hora de parir surgieron al observarse que hay ciertas posturas en las que se aprovecha la fuerza de la gravedad y a consencuencia de esto, los partos parecían ir más rápido6, 7 y, sobre todo, que cuando la mujer podía decidir cómo colocarse, se sentía más competente, aumentaba su confianza, y el riesgo de depresión posparto era menor6. Es decir, se sentía más partícipe del proceso cuando podía elegir cómo parir y menos cuando debía adoptar posiciones con tan poca libertad como la de litotomía.

          Actualmente, gracias a la evidencia científica existente, se comprueba la eficacia de la libertad de movimientos y la postura vertical durante el parto8, y se reafirman en la importancia de ello para que el parto se desarrolle de la manera más fisiológica posible; pero a pesar de esto, la mayoría de las veces se sigue manteniendo a la mujer inmóvil durante el parto.

          Se debe animar a la mujer a adoptar posiciones diferentes y a deambular durante el proceso de parto, con el fin de conseguir un mayor nivel de comodidad, controlar el dolor y lograr un proceso de dilatación de correcta evolución9. Tal y como contempla la Guía de Práctica Clínica de Atención al Parto Normal del Ministerio de Sanidad10, “se debe alentar y ayudar a las mujeres, incluso a las que utilizan analgesia epidural, a adoptar cualquier posición que encuentren cómoda a lo largo del periodo de dilatación y a movilizarse si así lo desean, previa comprobación del bloqueo motor y propioceptivo.”

          Alternar las diferentes posiciones ayudará a la mujer durante el proceso de dilatación, de parto activo, siempre teniendo en cuenta sus preferencias personales, individualizando, y comprobando si es necesario una vigilancia fetal estrecha o no.

            La permisividad de que adopten diferentes posturas, se va a ver influida de manera importante con la introducción de la analgesia epidural en el campo de la obstetricia.  En la década de los 70 aparece la analgesia epidural para eliminar el dolor durante el parto. Esto requiere una mayor vigilancia, monitorización materna y fetal y por lo tanto dificulta la movilidad11.  Aunque muchas mujeres inicialmente expresan preferencias de posición para su parto, el dolor es muy importante para ellas y al final muchas de ellas terminan eligiendo la analgesia epidural para aliviar el dolor del proceso.

          De esta manera, se obliga a mantenerlas en posición horizontal o semisentadas12, ya que en posición vertical, habría que considerar el riesgo de una caída por diferentes causas, debido a la disminución de la función motora y de la sensibilidad propioceptiva de los miembros inferiores, hipotensión o aturdimiento13. A pesar de ello, los profesionales sanitarios debemos saber comprobar el bloqueo motor de la gestante, para que ella adopte la posición que le sea más cómoda durante el proceso del parto.

          Existen diferentes posiciones que pueden adoptar y cada una de ellas va a favorecer la evolución del parto, modificando la funcionalidad de la pelvis dependiendo del momento de encajamiento en que se encuentre la cabeza fetal; aunque en muchas ocasiones, será la mujer la que las realice de forma instintiva; dependiendo del momento del parto en el que se encuentre.

          En el proceso de dilatación básicamente van a ser tres las que van a crear una correcta funcionalidad de la pelvis: de pie con las rodillas ligeramente flexionadas, sentada sobre un balón de esferodinamia o de rodillas apoyada sobre las manos (cuadrupedia) 14.

          Añadido a estas posiciones; diferentes estudios realizados en la década de los 60, mostraron que caminar durante el periodo de dilatación mejoraba la calidad de las contracciones, acortaba la duración del trabajo de parto y podía hacer más tolerable el dolor15.

          Para el periodo de expulsivo, existen diferentes posiciones facilitantes según el momento y situación en que se encuentre la cabeza fetal16, intentando conseguir los mayores diámetros pélvicos posibles.

          En el primer periodo de encajamiento fetal, la cabeza se encuentra libre, el feto está por encima del estrecho superior de la pelvis materna; por tanto las posturas que se pueden adoptar son aquellas que consigan una mayor apertura del estrecho superior para que el feto comience un correcto descenso por la excavación pélvica.

          Esto se puede conseguir con una flexión de las caderas junto a una rotación externa de estas (se juntan los isquiones y se abren los huesos ilíacos), así como realizando una retroversión pélvica y contranutación del sacro (bascular el sacro hacia atrás) 6, 14, 16. Un ejemplo de posiciones con las cuales podrían conseguirlo son: sentada sobre una pelota de partos, suspendida de unas telas colgadas del techo, decúbito lateral, o realizando presión manual sobre el sacro para provocar contranutación.

          En el segundo periodo es el momento en el que comienza el descenso de la cabeza fetal así como este inicia la rotación cefálica guiado por la musculatura del suelo pélvico.

          En este momento lo que se quiere conseguir es que la pelvis se encuentre lo más libre posible, iniciando una nutación del sacro y realizando una rotación interna de las caderas para conseguir que los isquiones comiencen a separarse 6, 14, 16. Estas posiciones podrían ser: de rodillas con las piernas paralelas, decúbito lateral con asimetría de los miembros inferiores, así como cualquier postura vertical, que ayudará al descenso fetal.

          Por último en el momento del desprendimiento de la cabeza fetal donde este se encuentra orientado hacia el hiato urogenital, posiciones facilitantes serás aquellas donde la pelvis se encuentre libre, exista nutación sacra (isquiones separados) y de esta manera se consiga una mayor apertura del estrecho inferior 6, 14, 16. Algunas opciones serían: De cuclillas, de pie con las caderas semiflexionadas, cuadrupedia, decúbito lateral…

          La evidencia revisada coincide en la no utilización de la postura decúbito supino de manera rutinaria, ya que los inconvenientes de esta posición son mayores que las ventajas. En esta posición, la saturación de oxigeno del feto es menor y la tasa de partos instrumentales parece estar aumentada así como la realización de episiotomías; sin embargo la posibilidad de hemorragias postparto es menor17.

          Con respecto a posturas que se pueden utilizar para corregir malposiciones fetales, un ensayo clínico aleatorizado que se realizó en Madrid18 acerca de la posición fetal occipito-posterior (distocia frecuente en el proceso de parto); concluyó que la adopción durante la dilatación de una modificación de la posición de Sims sobre el lado en el que está colocado el dorso fetal es más efectiva que el libre mantenimiento de otras posiciones para alcanzar la rotación del occipucio fetal hacia una posición anterior.

OBJETIVOS

Objetivo principal: Evaluar las posiciones maternas más adecuadas para una correcta evolución del proceso de parto en las gestantes.

Objetivos específicos:

  1. Identificar los beneficios y riesgos del uso de las diferentes posiciones en el trabajo de parto.
  2. Identificar las posibles complicaciones materno-fetales que puedan provocar estas posiciones.
  3. Valorar la satisfacción en las mujeres cuando pueden decidir la posición que prefieren en el proceso de parto.

METODOLOGÍA

Se ha realizado una búsqueda sistemática de libros y también se han consultado articulos en diferentes bases de datos como Pubmed, Cochrane, CUIDEN, Scielo…, seleccionando aquellos más recientes. También se han consultado las distintas GPC acerca de la atención al Parto Normal (Ministerio de Sanidad, NICE,…)

CONCLUSIONES

La libertad de movimientos y cambio de postura durante el parto es muy importante para que este se desarrolle de forma fisiológica, se debe animar a la mujer a que lo realice ya que conseguirá un mayor nivel de comodidad, controlará el dolor y logrará un proceso de dilatación de correcta evolución.

– Los profesionales sanitarios debemos conocer la manera de valorar el bloqueo motor en aquellas gestantes que escojan analgesia epidural para que ellas también puedan adoptar la postura en la que se encuentren más cómodas.

– En el periodo de encajamiento fetal, son posturas facilitantes aquellas que consigan una apertura del estrecho superior de la pelvis materna.

– En el periodo de descenso de la cabeza fetal, son posturas facilitantes aquellas que hacen que los isquiones comiencen a separarse.

– En el periodo de desprendimiento de la cabeza fetal, son posturas facilitantes aquellas que consigan una apertura del estrecho inferior de la pelvis materna.

– La posición decúbito supino no está recomendada según la evidencia científica consultada, ya que conlleva mayor complicaciones fetales como la menor saturación de oxígeno, y aumenta la tasa de partos instrumentales.

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