Inicio > Psicología > Abordaje y recursos para prevenir enfermedades causadas por estrés > Página 4

Abordaje y recursos para prevenir enfermedades causadas por estrés

ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO DEFENSIVAS:

Autocontrol: Representan los esfuerzos por regular y controlar los propios sentimientos y actos.

 – Intento controlar mis sentimientos y que no me domine el problema.

 – Procuro que los demás no se enteren de lo mal que lo estoy pasando.

 – Intento no actuar precipitadamente, ni dejarme llevar por corazonadas

o impulsos momentáneos.

 – Hago todo lo posible para que mis sentimientos no interfieran en mis actividades.

Distanciamiento: Representa el esfuerzo por mantenerse alejado del problema como forma de autocontrol.

 – Procuro distraerme y no pensar demasiado en el problema.

 – Procuro seguir como si nada hubiera ocurrido.

 – Intento olvidarme del problema por unos días.

 – Me niego a tomar el problema demasiado en serio.

Reevaluación positiva: Consiste en buscar posibles aspectos positivos en la situación o tras ella.

 – Pienso que pasar por esta experiencia me va a enriquecer.

 – Intento cambiar de algún modo la visión que tenía de mi mismo.

 – La situación me ayuda a centrar mi esfuerzo en las cosas que son realmente importantes en la vida.

Aceptación de la responsabilidad: Autoinculpación. Se asume la responsabilidad en el problema y el propósito de hacer las cosas mejor en el futuro.

 – Asumo que yo me había buscado el problema.

 – Me prometo que las cosas serán diferentes la próxima vez.

 – Acepto mi responsabilidad e intento compensar los errores cometidos.

 – Me siento culpable de lo ocurrido.

Escape evitación: Son los deseos e intentos de escapar, huir y evitar el problema.

 – Fantaseo y sueño con tiempos mejores.

 – Intento sentirme mejor comiendo, bebiendo, fumando, tomando drogas o medicándome.

 – Confío en que ocurra un milagro.

 – Me niego a aceptar que lo que me atormenta haya sucedido realmente.

La utilidad de estas estrategias reactivas depende de las peculiaridades características de la situación o problemas que se estén confrontando, así como de la evaluación del proceso de afrontamiento en sí mismo.

Las situaciones de estrés producirán un aumento general de al activación fisiológica del organismo. Este aumento fue descrito por Selye (1956,1976) como síndrome general de activación, distinguiéndose tres fases en su desarrollo:

  1. Fase de alarma; Ante una situación de estrés el organismo produce de manera inmediata una intensa activación fisiológica. Si este esfuerzo extraordinario permite superar el estrés se pone fin al SGA. Si la situación de estrés se mantiene, al no poder mantener mucho tiempo este esfuerzo extra, el organismo evolucione a una segunda fase.
  2. Fase de resistencia; El organismo, en su intento por utilizar recursos excepcionales para superar la situación, mantiene una activación fisiológica superior a la normal, pero menos intensa a la anterior. Si este esfuerzo mantenido permite llegar a una solución se pondrá fin al SGA. De lo contrario, esta hiperactivación puede mantenerse durante un tiempo mayor facilitando más recursos del organismo, que se están gastando a mayor velocidad de lo que se adquieren. Si no es posible solucionar la situación de estrés, se pasa a la última fase.
  3. Fase de agotamiento; El organismo se agota y pierde su capacidad de activación, que cae incluso por debajo de niveles normales. La intensidad de la respuesta del organismo junto a las condiciones.

La experiencia continuada al estrés puede afectar de manera negativa a la vida de la persona, perjudicando su actividad profesional, social y familiar, incrementado el malestar psicológico y físico, deteriorando, en una palabra, el nivel general de bienestar y calidad de vida.

No podemos decir que el estrés cause la enfermedad en sí, pero sí impide la recuperación de enfermedades, especialmente cuando se une con otros factores de salud, como el tabaquismo, falta de ejercicio, dieta inadecuada,…

De entre los posibles efectos del estrés, reviste particular significación su incidencia sobre la salud del individuo al incrementar su susceptibilidad y vulnerabilidad a una amplia gama de trastornos físicos, pues baja las defensas del organismo aumentando la sensibilidad de las personas a los problemas físicos que han existido anteriormente.

ENFERMEDADES AGRAVADAS POR EL ESTRÉS:

  • Alteraciones cardíacas.
  • Asmas
  • Trastornos digestivos
  • Úlceras
  • Síndrome de colon irritable
  • Hipercolesterinemia
  • Mareos
  • Insomnio
  • Hipertensión arterial (HTA)
  • Diabetes
  • Trastornos endocrinos
  • Cáncer, sida, alergias
  • Catarro, gripe
  • Dolores musculares y de espalda.
  • Caída del cabello
  • Cefaleas tensionales.

TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS:

  1. Conductas de ansiedad.
  2. Depresión y otros trastornos afectivos.
  3. Trastornos esquizofrénicos.
  4. Consumo de drogas
  5. Conductas obsesivo compulsivas
  6. Conductas de exhibicionismo y travestismo.
  7. Problemas de insomnio.
  8. Conductas de alimentación alteradas (obesidad, anorexia, bulimia)
  9. Trastornos de la personalidad.

El deterioro de un órgano diana depende de si es activado de forma reiterada o intensa y de la fortaleza o estado físico de dicho órgano. Pero no hay que olvidar posibles factores de tipo constitucional. Es evidente que unas personas están más predispuestas que otras a desarrollar determinado tipo de trastorno tanto físico como psíquico.

Habitualmente se habla de predisposición biológica para señalar que una persona con determinadas características tiene mayores posibilidades de desarrollar un determinado trastorno que otra sin esas características.

Tan importante es la predisposición biológica como la