En atención a lo antes planteado queda en evidenciada, la necesidad de canalizar en estos adolescentes más información sobre el VIH/SIDA a través de un programa educativo dirigido a adolescentes con edades comprendidas entre 15 y 16 años.
Puesto que dichos resultados se asemejan a los estudios realizados por Lozada (2009) el cual concluyó la realización de un programa de estrategias que cubra la falta de información con respecto a las prácticas sexuales de riesgo en los adolescentes.
Por otro lado, es importante destacar, que el aporte brindado por los estudios mencionados, configura una visión más clara a las autoras de este proyecto, en lo que respecta al diseño del Programa Educativo a implementar a los Estudiantes de tercero y cuarto año de la U.E. Colegio “Del Santísimo”.
Cuadro 3. Distribución absoluta y porcentual de los resultados, según la dimensión VIH/SIDA: SIDA.
Gráfico 2. Distribución promedio de los resultados, según la dimensión VIH/SIDA: SIDA.
En el cuadro 3 y gráfico 2, están contenidos los datos aportados por los sujetos de estudio con respecto a la dimensión VIH/SIDA: SIDA, comprendida entre los ítems 3 al 5. Se observa que en el ítems 3 el 65% señala que a veces demuestran curiosidad por saber sobre el VIH, mientras que un 32% afirma que casi nunca muestran curiosidad por buscar dicha información.
En cuanto al ítem 4, se obtuvo que el 40% de los adolescentes encuestados consideren que en líneas generales el SIDA, Casi Nunca lo provoca el VIH, mientras que un 32% manifiestan que Siempre una cosa desemboca a la otra.
Y un 28% está consciente que Casi Siempre tienen relación, dando a entender esta información que no hay una información asertiva en cuanto al VIH y el SIDA. Con estos resultados se verifica lo planteado por la publicación realizada por el personal del Centro de recursos para mujeres jóvenes. 2008 (C.R.M.J.) con respecto a el sistema inmunológico; en dicho artículo se afirma que si el sistema inmunológico está débil, no puede proteger al cuerpo y es fácil de enfermarse, debido a que este, es quien a menudo encuentra y mata a los virus con relativa rapidez.
En consecuencia se manifiesta el SIDA.
Por lo que respecta al ítem 5, se observa que el 54% de los encuestados señaló que casi siempre buscan información al respecto y consideran que se debería implementar más estrategias para difundir el tema, en tanto que el 46% de los sujetos, respondió que siempre se han interesado en el virus.
En promedio, se observa que el 29% de los adolescentes encuestados, divididos por igual en la escala Siempre y Casi Siempre se preocupan por investigar sobre el virus es decir la mayoría, mientras que el 21% por igual entre las opciones a veces y casi nunca. No les preocupa este flagelo. Si se cotejan estos resultados con la anterior dimensión, se observa que hay correspondencia con respecto a la apatía que muestran los adolescentes encuestados en lo que respecta al virus estudiado.
Cuadro 4: Distribución absoluta y porcentual de los resultados, según la dimensión VIH/SIDA: SÍNTOMAS
Gráfico 3. Distribución promedio de los resultados, según la dimensión VIH/SIDA: SÍNTOMAS
Se evidencian en el cuadro 4 y gráfico 3, los resultados correspondientes a la dimensión VIH/SIDA: SÍNTOMAS, encontrando que en el ítem 6, la mayoría de los encuestados, establecido en el 72%, Casi Siempre asocian la pérdida de peso en las personas con el virus en estudio. Por otro lado el 14% en igualdad de condiciones se ubica entre las opciones Siempre y A veces.
No obstante el resultado en el ítem 7, se observó que el 59% de los adolescentes se ubico en la opción casi siempre, en la cual se señala que el tiempo en que los síntomas tardan en aparecer no es igual para todas las personas y un 41% cree A Veces es igual para todos.
En promedio, se tiene que el 69% de los sujetos de estudio, casi siempre asume que los síntomas del VIH/SIDA no son igual para todas las personas, mientras que un 23% manifiesta que A Veces sí lo son. El resto de los encuestados que conforman el 8% afirma que siempre estos síntomas son los mismos para todos los infectados. Sobre la base de las consideraciones anteriores se puede decir que una persona ha desarrollado el SIDA sólo cuando se presenta un conjunto de signos y síntomas que indican que las defensas están disminuidas porque se contagió el virus. Es posible estar infectado con el VIH, es decir, ser VIH positivo o portador del virus, y todavía no haber desarrollado el SIDA, por lo tanto, los síntomas pueden variar de acuerdo al control de defensas de cada paciente.
Por su lado, investigaciones realizadas por el Instituto de estudios de la mujer en el 2010 (CEMUJER) han demostrado que desde el momento en que el virus ingresa al cuerpo puede transcurrir mucho tiempo sin que se desarrolle la enfermedad. Cuando el sistema inmunológico de una persona se ve excedido por el SIDA, señala el estudio que los síntomas pueden incluir: debilidad o cansancio extremo, pérdida rápida de peso, episodios frecuentes e inexplicables de fiebre, transpiración abundante por la noche, inflamación de los ganglios linfáticos, infecciones menores que producen erupciones cutáneas y llagas en la boca, manchas blancas en la boca o garganta, diarrea crónica, tos persistente y hasta problemas para recordar.
Cuadro 5: Distribución absoluta y porcentual de los resultados, según la dimensión VIH/SIDA: TRATAMIENTO
Gráfico 4. Distribución promedio de los resultados, según la dimensión VIH/SIDA: TRATAMIENTO
El cuadro 5 y gráfico 4, presenta la información aportada por los sujetos de estudio con relación a la dimensión VIH/Sida: Tratamiento. La misma fue explorada con el ítem 8, donde se obtuvo el mayor porcentaje (41%) en la opción Algunas Veces, seguido por el 32% en la alternativa Casi siempre. Se entiende con estos datos, que más de la mitad de los encuestados, consideran que el virus del VIH/SIDA puede prevenirse, mientras que un 27% cree que casi nunca se puede prever lo cual es una cifra alarmante que lleva a los autores de esta investigación a confirmar la propuesta.