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Relación entre alimentación y síndrome del intestino irritable. Revisión bibliográfica

Relación entre alimentación y síndrome del intestino irritable. Revisión bibliográfica

Autora principal: Ana Ricón Bona

Vol. XV; nº 9; 354

Relationship between diet and irritable bowel syndrome. Bibliographic review

Fecha de recepción: 12/02/2020

Fecha de aceptación: 06/05/2020

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XV. Número 9 –  Primera quincena de Mayo de 2020 – Página inicial: Vol. XV; nº 9; 354

AUTORES

Ana Ricón Bona. Graduada en Enfermería. Medicina Interna y Endocrinología. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.

Marta Serrano Sánchez. Graduada en Enfermería. Cirugía General. Hospital Universitario Miguel Servet.

Paula Ferrer Loren. Graduada en Enfermería. Urgencias. Hospital Royo Villanova.

Laura Munera Cabello. Graduada en Enfermería. Máster Universitario en Urgencias, Emergencias y Cuidados Críticos, Universidad de Castilla La Mancha. Oncología. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.

Ana Millán González. Graduada en Enfermería. Máster Universitario en Urgencias, Emergencias y Cuidados Críticos, Universidad de Castilla La Mancha. Traumatología. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.

RESUMEN

El síndrome del intestino irritable, comunmente denominado colon irritable, es considerado el trastorno funcional digestivo más frecuente. Crónico y recurrente, su clínica se caracteriza por la presencia de malestar y/o dolor abdominal (con o sin distensión abdominal) y cambios en el patrón evacuatorio. Además, puede presentarse moco en las deposiciones y sensación de evacuación incompleta.

Las causas del síndrome del intestino irritable son desconocidas, si bien se acepta que la dieta está ligada a su fisiopatología. Además se ha encontrado asociación entre síntomas y factores como el estrés o compontes psicológicos.

El objetivo de este trabajo es realizar una revisión bibliográfica sobre la relación entre la alimentación y el síndrome del intestino irritable.

PALABRAS CLAVE: síndrome intestino irritable, colon irritable, alimentación, dieta, FODMAP, revisión bibliográfica.

SUMMARY

Irritable bowel syndrome is considered the most common functional digestive disorder. Chronic and recurrent, its symptoms are characterized by the presence of abdominal discomfort and pain (with or without abdominal distension) and changes in the bowel pattern. In addition, there may be mucus in the stool and a feeling of incomplete evacuation.

The causes of irritable bowel syndrome are unknown, although it is accepted that diet is linked to its pathophysiology. In addition, an association has been found between symptoms and factors such as stress or psychological components.

The aim of this paper is to conduct a literature review on the relationship between diet and irritable bowel syndrome.

KEYWORDS: Irritable bowel syndrome, Irritable bowel, nutrition, diet, FODMAP, bibliographic review.

INTRODUCCIÓN

El síndrome del intestino irritable o colon irritable hace referencia a un conjunto de síntomas digestivos que se presentan al mismo tiempo dándose con más frecuencia en jóvenes y mujeres. En la población Española se estima que cerca de un 10% sufre dicha patología que se caracteriza por producir alteraciones del ritmo intestinal, manifestándose con predominio de estreñimiento o descomposición y diarrea. En función de los síntomas y la gravedad de estos, pueden llegar a afectar a la vida social y laboral de la persona. Existen muchas terapias y tratamientos para aliviar los síntomas predominantes, aunque ningún método consigue la curación completa de esta patología1.

El síndrome del intestino irritable habitualmente se diagnostica cuando se descartan otras enfermedades del tracto digestivo como la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn, la enfermedad celíaca, el cáncer colorrectal, etc.

Es importante completar la historia clínica y realizar un examen físico exhausto enfocado todo ello a los hábitos de intestino, tipo de dieta, ejercicio, etc… y así diferenciarlo de otros trastornos que pueden cursar con síntomas similares2.

Actualmente la etiopatogenia del síndrome del intestino irritable es desconocida, no existe una causa realmente definida ni un agente etiológico único. Es una alteración que debe ser tratada desde un enfoque biopsicosocial a causa de los múltiples componentes que participan en su desarrollo3. Generalmente se acepta que la dieta, el estrés o compontes psicológicos están íntimamente relacionados4.

Las personas que presentan síndrome del intestino irritable suelen padecer también otros trastornos funcionales; entre los más frecuentes se encuentra la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, la migraña, la cefalea tensional, los síntomas urinarios, la dispareunia y el dolor pélvico crónico5.

El tratamiento de esta patología es multidisciplinario e incluye una buena relación entre el médico y el paciente, dieta, fármacos para controlar los síntomas y terapias asociadas, como psicoterapia, hipnoterapia, psicofármacos y probióticos y antibióticos6.

No existe una dieta específica para personas que sufren síndrome del intestino irritable, por lo que es recomendable mantener una dieta equilibrada, sin muchas restricciones, que evite la aparición de déficits de micronutrientes y desnutrición calórico-proteica4. Entre las dietas desaconsejadas encontramos aquellas que poseen elevada carga osmótica y bajas en fibra. Además, se deben descartar posibles intolerancias alimentarias7.

OBJETIVO

Realizar una búsqueda bibliográfica sobre la relación entre la alimentación y el síndrome del intestino irritable.

METODOLOGÍA

Para elaborar la presente revisión se ha realizado una búsqueda bibliográfica en las bases de datos más conocidas en el ámbito de la salud como; PubMed, Medline, Cuiden, Cochrane y ScieLo.

Así mismo se ha consultado artículos publicados en las revistas electrónicas de Elsevier, PortalesMedicos, Revista Española de Enfermedades Digestivas, International Journal of Colorectal Disease, British Journal of Nutrition, Journal of Gastroenterology and Hepatology, International Journal of Clinical Practice, y la pagina web del Gobierno de la Rioja (Rioja Salud).

RESULTADOS

Algunas investigaciones hablan de que el desencadenamiento y el agravamiento de la elevada motilidad gastrointestinal pueden estar explicados por la dieta, el estrés, los factores emocionales, los fármacos, la variación en la actividad hormonal etc8.

El tratamiento sigue siendo sintomático, y los resultados dependen del caso. En cuanto a los fármacos utilizados, ninguno es curativo, y no siempre son capaces de mejorar los síntomas más molestos como puede ser la distensión abdominal4.

Las intervenciones dietéticas deben estar personalizadas a cada paciente estando dirigidas a identificar y restringir selectivamente aquellos alimentos que puedan desencadenar los síntomas intestinales.

Las dietas bajas en oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables (FODMAP; por Fermentable Oligosaccharides, Disaccharides, Monosaccharides, And Polyols), sin gluten y con alto contenido en fibra son las más estudiadas por reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida en un alto porcentaje de pacientes, particularmente en aquellos con distensión abdominal9. Si bien, la recomendación dietética de realizar una dieta rica en fibra, o añadir suplementos de fibra, en pacientes con síndrome del intestino irritable (especialmente si hay estreñimiento) es más que discutible. Además, no todos los tipos de fibra son iguales ni funcionan del mismo modo en todas las personas. Hoy en día no existen evidencias científicas concluyentes para la recomendación de aumentar la fibra en personas que sufren este trastorno. Puestos a adoptarla es recomendable utilizar las fibras solubles por ser mejor toleradas. Además, para minimizar sus posibles efectos adversos (como la distensión y dolor abdominal) se aconseja comenzar con dosis bajas e ir incorporándolas progresivamente10.

El bajo consumo de FODMAP puede ser beneficioso al aumentar el volumen del bolo fecal, mejorar la absorción de calcio y aumentar la producción de ácidos grasos de cadena corta. En algunos estudios también se describe un efecto positivo al crecimiento y función de la microbiota intestinal y una estimulación selectiva sobre algunos componentes de la microbiota como el bifidobacterium11, 12.

Normalmente, esta dieta se separa en dos fases. La primera supone una restricción rigurosa de FODMAP durante un periodo de 4 a 8 semanas mientras que en la segunda se van reintroduciendo alimentos anteriormente excluidos a la vez que se comprueba la tolerancia de cada persona con el fin de identificar su tolerancia13.

Son muchos los alimentos que contienen FODMAP lo que implica una dieta muy restrictiva si se quieren descartar, que prescindiría de nutrientes esenciales que también son necesarios. En general el procedimiento a seguir es el de sustituir aquellos alimentos que son descartados por otros con iguales propiedades dentro de cada grupo alimentario (verduras, frutas, etc.). El grupo con mayor dificultad para sustituir es el de las legumbres, ricas en glucanos y fructanos. En aquellos casos en los que la ingesta de verduras frutas, y lácteos permitidos no alcanzase los requerimientos se debería valorar añadir vitaminas y minerales13. Por todo ello, se hace indispensable el control por parte de un dietista y en ningún caso generalizar dicha dieta14.

Un aspecto fundamental a la hora de llevar a cabo la dieta es que esta se adapte a cada país, disponiendo en cada lugar de una tabla de composición de alimentos de consumo habitual. Se debe detallar y actualizar el contenido en FODMAPs y tener en cuenta las distintas especies, formas de cultivo, etc. De manera que el plan propuesto pueda ser extrapolable a la población de cada país. Además, existen materiales interesantes que pueden motivar a su seguimiento como apps, libros con recetas, video-tutoriales…13.

Cabe destacar que existen investigaciones en las que se concluye que la dieta no sólo atenúa los síntomas digestivos, sino que puede mejorar, al mismo tiempo, el humor y los signos incipientes de depresión, disminuye el cansancio y mejora la calidad de vida de los pacientes15, 16, 17,18.

CONCLUSIÓN

Si bien la evidencia actual ha mostrado eficacia en el alivio de los síntomas del síndrome del intestino irritable con una dieta baja en FODMAPs, aún se requieren más estudios que avalen su uso. Existen artículos que defienden que una dieta saludable es efectiva sin la necesidad de excluir dichos alimentos.

BIBLIOGRAFIA

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