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Relación paciente con ACV y consumidor de cocaína, revisión bibliográfica

Relación paciente con ACV y consumidor de cocaína, revisión bibliográfica

Autor principal: Carlos Gimillo Monterde

Vol. XIX; nº 19; 879

The relationship between stroke patients and cocaine users: A literature review

Fecha de recepción: 28/08/2024

Fecha de aceptación: 10/10/2024

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 19 Primera quincena de Octubre de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 19; 879

AUTORES:

Carlos Gimillo Monterde (enfermero Ud. Ictus y Crónico complejo HOP)

Isabel Moreno Lucente (F.E.A. Medicina Interna HOP)

Hospital Obispo Polanco de Teruel, España.

RESUMEN

La revisión bibliográfica examinó la relación entre el consumo de cocaína y el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV). Se encontró una asociación significativa entre el consumo de cocaína y un mayor riesgo de ACV, respaldado por múltiples estudios que destacan los efectos nocivos de la cocaína en el sistema cardiovascular. Los mecanismos fisiopatológicos subyacentes incluyen vasoconstricción, estrés oxidativo, activación plaquetaria y disfunción autonómica. Además, se identificaron factores de riesgo adicionales, como la hipertensión arterial, el tabaquismo y la diabetes mellitus, que interactúan con la cocaína para aumentar aún más el riesgo de ACV.

Estos hallazgos tienen importantes implicaciones clínicas y de salud pública, subrayando la necesidad de programas de prevención y educación dirigidos a usuarios de cocaína, así como estrategias de intervención médica para reducir el riesgo cardiovascular en esta población. Se destacó la importancia de una evaluación integral de los factores de riesgo cardiovascular y un enfoque multidisciplinario para el diagnóstico y tratamiento del ACV en personas con adicción a la cocaína.

Se sugieren áreas de investigación futura, incluyendo estudios prospectivos para evaluar la incidencia y los factores de riesgo del ACV en personas consumidoras de cocaína, así como investigaciones sobre los mecanismos biológicos subyacentes y nuevas estrategias de prevención y tratamiento. En conclusión, esta revisión resalta la necesidad de abordar el riesgo de ACV en personas con adicción a la cocaína a través de intervenciones preventivas, diagnósticas y terapéuticas integrales, así como de continuar investigando para desarrollar intervenciones más efectivas para esta población vulnerable.

Palabras clave: Droga, ACV, Monitorización, Tensión arterial, Riesgo cardiovascular, derrame, hemorragia.

ABSTRACT

In summary, the literature review examined the relationship between cocaine use and the risk of stroke. A significant association was found between cocaine use and an increased risk of stroke, supported by multiple studies highlighting the harmful effects of cocaine on the cardiovascular system. Underlying pathophysiological mechanisms include vasoconstriction, oxidative stress, platelet activation, and autonomic dysfunction. Additionally, additional risk factors such as hypertension, smoking, and diabetes mellitus were identified, which interact with cocaine to further increase the risk of stroke. These findings have important clinical and public health implications, underscoring the need for prevention and education programs targeting cocaine users, as well as medical intervention strategies to reduce cardiovascular risk in this population. The importance of comprehensive assessment of cardiovascular risk factors and a multidisciplinary approach to the diagnosis and treatment of stroke in people with cocaine addiction was highlighted. Areas for future research were suggested, including prospective studies to evaluate the incidence and risk factors of stroke in cocaine users, as well as research on underlying biological mechanisms and new prevention and treatment strategies. In conclusion, this review emphasizes the need to address the risk of stroke in people with cocaine addiction through comprehensive preventive, diagnostic, and therapeutic interventions, as well as ongoing research to develop more effective interventions for this vulnerable population.

Keywords: Drug, Stroke, Monitoring, Blood pressure, Cardiovascular risk, Cerebrovascular accident, Hemorrhage.

DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS.

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.

INTRODUCCIÓN

El accidente cerebrovascular (ACV) es una condición neurológica aguda que resulta de la interrupción del flujo sanguíneo cerebral, con consecuencias que abarcan desde déficits neurológicos transitorios hasta discapacidades permanentes y muerte. Se ha establecido que la cocaína, una droga de abuso común, está relacionada con un incremento en el riesgo de ACV. Este fenómeno plantea un desafío significativo en el ámbito clínico y de investigación, dado que implica comprender los mecanismos patofisiológicos subyacentes y diseñar estrategias de prevención y manejo adecuadas.

JUSTIFICACIÓN

La investigación sobre la incidencia de ACV en consumidores de cocaína es esencial por varias razones. En primer lugar, el consumo de cocaína sigue siendo un problema de salud pública, con una prevalencia significativa en muchas poblaciones. Comprender cómo esta sustancia afecta la fisiología cardiovascular y, por ende, el riesgo de ACV, es fundamental para abordar las consecuencias clínicas y sociales asociadas. Además, la identificación de factores de riesgo específicos y la  caracterización de la población en riesgo pueden informar estrategias preventivas y de intervención personalizadas.

OBJETIVOS:

  1. Realizar una revisión exhaustiva de la literatura científica disponible para evaluar la asociación entre el consumo de cocaína y la incidencia de ACV.
  2. Identificar y analizar los mecanismos fisiopatológicos implicados en la patogénesis del ACV en consumidores de cocaína, incluyendo efectos directos e indirectos sobre el sistema cardiovascular.
  3. Discutir las implicaciones clínicas derivadas de los hallazgos, con énfasis en estrategias de prevención, diagnóstico precoz y manejo terapéutico en esta población de alto riesgo.

Definición de ACV:

El accidente cerebrovascular (ACV) comprende un conjunto diverso de eventos cerebrovasculares agudos que incluyen el infarto cerebral isquémico, la hemorragia intracerebral y la hemorragia subaracnoidea. En el caso del infarto cerebral isquémico, se produce una obstrucción en la arteria que irriga una región del cerebro, lo que conlleva a la pérdida de función cerebral. Por otro lado, la hemorragia intracerebral ocurre cuando un vaso sanguíneo cerebral se rompe, provocando sangrado en el tejido cerebral circundante. La hemorragia subaracnoidea implica una hemorragia en el espacio subaracnoideo entre las membranas que cubren el cerebro. Las consecuencias de un ACV pueden ser devastadoras, incluyendo discapacidad neurológica permanente e incluso la muerte.

Cocaína y su impacto en el sistema cardiovascular:

La cocaína es conocida por sus efectos estimulantes sobre el sistema nervioso central, pero también ejerce un impacto significativo en el sistema cardiovascular. Al ser un potente vasoconstrictor, la cocaína provoca estrechamiento de los vasos sanguíneos, lo que aumenta la resistencia vascular y la presión arterial. Este aumento en la presión arterial puede predisponer a la ruptura de vasos sanguíneos cerebrales, dando lugar a hemorragias intracerebrales o subaracnoideas. Además, la cocaína puede aumentar la agregación plaquetaria y la formación de coágulos sanguíneos, lo que contribuye al riesgo de obstrucción de los vasos cerebrales y, por lo tanto, al infarto cerebral isquémico.

Mecanismos de acción:

Los mecanismos mediante los cuales la cocaína aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) son multifacéticos y complejos, involucrando una interacción entre los efectos directos e indirectos de la droga en el sistema cardiovascular y otros sistemas fisiológicos. Entre los principales mecanismos de acción se incluyen:

    1 Vasoconstricción: La cocaína inhibe la recaptación de neurotransmisores como la dopamina, la noradrenalina y la serotonina en las sinapsis neuronales. Este aumento en los niveles de neurotransmisores estimula la actividad del sistema nervioso simpático, lo que provoca la constricción de los vasos sanguíneos. En el contexto cerebral, esta vasoconstricción puede reducir el flujo sanguíneo cerebral y aumentar la resistencia vascular, predisponiendo a la formación de coágulos y al infarto cerebral.

    2 Estrés oxidativo: La cocaína induce estrés oxidativo en las células endoteliales vasculares al aumentar la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS). Este estrés oxidativo conduce a la disfunción endotelial, promoviendo la inflamación, la activación plaquetaria y la disminución de la biodisponibilidad de óxido nítrico, un potente vasodilatador. La disfunción endotelial resultante contribuye al desarrollo de aterosclerosis y a la formación de placas ateroscleróticas, aumentando así el riesgo de eventos trombóticos y embólicos que pueden precipitar un ACV.

    3 Activación plaquetaria y coagulación: La cocaína induce la agregación plaquetaria y aumenta la coagulabilidad sanguínea, lo que puede favorecer la formación de trombos intravasculares y la oclusión de los vasos cerebrales. Además, la cocaína puede activar el sistema de la coagulación al incrementar la expresión de factores de coagulación y reducir la actividad fibrinolítica, lo que contribuye a la formación y estabilización de los trombos.

   4 Disfunción autonómica: La cocaína altera la función autonómica del sistema nervioso, aumentando la actividad simpática y suprimiendo la actividad parasimpática. Esta disfunción autonómica puede resultar en una variabilidad del ritmo cardíaco anormal, con episodios de taquicardia, hipertensión y arritmias cardíacas, todos los cuales son factores de riesgo conocidos para el ACV.

En conjunto, estos mecanismos de acción de la cocaína interactúan de manera compleja para aumentar el riesgo de ACV en los usuarios de esta droga. Es importante comprender estos procesos fisiopatológicos para desarrollar estrategias de prevención y tratamiento dirigidas a mitigar los efectos perjudiciales de la cocaína en el sistema cardiovascular y reducir la incidencia de ACV en esta población vulnerable.

Factores de riesgo adicionales:

Además de los efectos directos de la cocaína en el sistema cardiovascular, existen una serie de factores de riesgo adicionales que pueden contribuir al desarrollo de accidente cerebrovascular (ACV) en personas consumidoras de cocaína. Estos factores pueden interactuar de manera compleja con los efectos de la droga, aumentando aún más el riesgo de eventos cerebrovasculares. Algunos de estos factores incluyen:

   – Hipertensión arterial: La hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de ACV, y su prevalencia es significativamente mayor entre los usuarios de cocaína. La cocaína aumenta la presión arterial tanto por su efecto directo vasoconstrictor como por la activación del sistema nervioso simpático. Esta combinación de factores puede resultar en una carga adicional sobre los vasos sanguíneos cerebrales, predisponiendo al desarrollo de eventos cerebrovasculares.

    –Tabaquismo: El consumo de tabaco es otro factor de riesgo conocido para ACV, y frecuentemente coexiste con el consumo de cocaína. El tabaquismo aumenta la formación de placas ateroscleróticas y la agregación plaquetaria, lo que puede potenciar los efectos procoagulantes de la cocaína y aumentar el riesgo de trombosis intravascular y embolia cerebral.

    –Diabetes mellitus: La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica común que puede estar asociada con el consumo de cocaína. La diabetes aumenta la rigidez arterial, la inflamación vascular y la formación de placas ateroscleróticas, lo que incrementa el riesgo de eventos cerebrovasculares isquémicos. Además, la diabetes puede afectar negativamente la función endotelial y la respuesta vascular a la cocaína, exacerbando los efectos adversos de la droga en el sistema cardiovascular.

   – Otros factores de riesgo cardiovascular: Además de los mencionados anteriormente, los usuarios de cocaína pueden presentar una variedad de factores de riesgo cardiovascular adicionales, como obesidad, dislipidemia, sedentarismo y consumo excesivo de alcohol. Estos factores pueden interactuar de manera sinérgica con los efectos de la cocaína, aumentando la carga sobre el sistema cardiovascular y potenciando el riesgo de ACV.

En conjunto, estos factores de riesgo adicionales pueden contribuir al desarrollo de ACV en personas consumidoras de cocaína, exacerbando los efectos adversos de la droga en el sistema cardiovascular y aumentando la susceptibilidad a eventos cerebrovasculares. Es fundamental abordar estos factores de riesgo de manera integral en la evaluación y manejo de pacientes con consumo de cocaína, con el fin de reducir la incidencia y la gravedad de los eventos cerebrovasculares en esta población vulnerable.

INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS

La interpretación de los resultados obtenidos de la revisión bibliográfica revela una asociación significativa entre el consumo de cocaína y el aumento del riesgo de accidente cerebrovascular (ACV). Los estudios revisados consistentemente sugieren que los usuarios de cocaína tienen un riesgo sustancialmente mayor de ACV en comparación con la población general, independientemente de otros factores de riesgo cardiovascular. Este hallazgo refleja los efectos perjudiciales de la cocaína en el sistema cardiovascular, incluida la vasoconstricción, la activación plaquetaria y la predisposición a la formación de coágulos sanguíneos, que pueden precipitar eventos cerebrovasculares isquémicos y hemorrágicos.

Además, se observa una interacción compleja entre la cocaína y otros factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión arterial, el tabaquismo y la diabetes mellitus, que aumentan aún más la susceptibilidad a eventos cerebrovasculares en los consumidores de cocaína. Estos factores de riesgo adicionales pueden potenciar los efectos procoagulantes y vasoconstrictores de la cocaína, exacerbando así el riesgo de ACV y contribuyendo a la gravedad de los eventos cerebrovasculares.

La comprensión de los mecanismos fisiopatológicos subyacentes también es fundamental para interpretar estos resultados. La cocaína ejerce efectos directos e indirectos sobre el sistema cardiovascular, promoviendo la vasoconstricción, la disfunción endotelial, la activación plaquetaria y la inflamación vascular, que son factores clave en la patogénesis del ACV. Estos mecanismos biológicos proporcionan una explicación plausible para la asociación observada entre el consumo de cocaína y el aumento del riesgo de ACV.

IMPLICACIONES TÉCNICAS

Los hallazgos de esta revisión bibliográfica tienen importantes implicaciones clínicas para la prevención, diagnóstico y tratamiento del accidente cerebrovascular (ACV) en personas con adicción a la cocaína. Además, señalan áreas importantes para la investigación futura que podrían mejorar nuestra comprensión de esta relación y guiar intervenciones clínicas más efectivas.

Prevención:

    La educación y la concienciación sobre los riesgos del consumo de cocaína para la salud cardiovascular son fundamentales para prevenir el ACV en esta población. Se deben implementar programas de prevención que aborden específicamente los peligros del consumo de drogas y promuevan estilos de vida saludables.

    La identificación temprana de personas en riesgo de ACV debido al consumo de cocaína puede permitir intervenciones preventivas más efectivas, como la reducción del consumo de drogas, la modificación de factores de riesgo cardiovascular y la implementación de estrategias de tratamiento de la adicción.

Diagnóstico:

    Los profesionales de la salud deben estar alerta a la posibilidad de ACV en pacientes que presentan consumo de cocaína, incluso en ausencia de otros factores de riesgo tradicionales. Se deben realizar evaluaciones exhaustivas de los factores de riesgo y la historia clínica del paciente para identificar aquellos que pueden beneficiarse de una evaluación más detallada y pruebas de imagen neurológica.

    Es importante tener en cuenta que el ACV en personas consumidoras de cocaína puede presentarse a una edad más temprana y con características clínicas atípicas, lo que puede dificultar su diagnóstico. Se requiere una alta sospecha clínica y un enfoque multidisciplinario para garantizar un diagnóstico preciso y un manejo adecuado.

Tratamiento:

    El tratamiento del ACV en personas con adicción a la cocaína debe abordar tanto los aspectos agudos del evento cerebrovascular como los factores subyacentes de riesgo cardiovascular. Esto puede implicar la administración de terapia trombolítica o procedimientos de revascularización, según el tipo y la gravedad del ACV, junto con intervenciones para controlar la presión arterial, el ritmo cardíaco y el metabolismo de la glucosa.

    La atención integral y la participación de equipos multidisciplinarios son esenciales para abordar las necesidades médicas, psicológicas y sociales de los pacientes con ACV y adicción a la cocaína. Se deben proporcionar servicios de rehabilitación integral para maximizar la recuperación funcional y prevenir complicaciones a largo plazo.

CONCLUSIONES

Recapitulación de los hallazgos clave:

En esta revisión bibliográfica se han identificado varios hallazgos clave que resaltan la asociación entre el consumo de cocaína y el aumento del riesgo de accidente cerebrovascular (ACV). Se ha demostrado de manera consistente que los usuarios de cocaína tienen un riesgo significativamente mayor de ACV en comparación con la población general, independientemente de otros factores de riesgo cardiovascular. Los mecanismos fisiopatológicos subyacentes incluyen vasoconstricción, estrés oxidativo, activación plaquetaria y disfunción autonómica, que contribuyen a la patogénesis del ACV. Además, se observa una interacción compleja entre la cocaína y otros factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión arterial, el tabaquismo y la diabetes mellitus, que aumentan aún más la susceptibilidad a eventos cerebrovasculares en los consumidores de cocaína.

Importancia de la investigación para la práctica clínica y la salud pública:

Los hallazgos de esta revisión tienen importantes implicaciones para la práctica clínica y la salud pública. La identificación de la cocaína como un factor de riesgo independiente para el ACV subraya la necesidad de programas de prevención y educación dirigidos a usuarios de drogas, así como estrategias de intervención médica para reducir el riesgo cardiovascular en esta población. Además, estos hallazgos resaltan la importancia de una evaluación integral de los factores de riesgo cardiovascular en personas con adicción a la cocaína, así como un enfoque multidisciplinario para el diagnóstico y tratamiento del ACV en esta población vulnerable.

Sugerencias para investigaciones futuras:

Para avanzar en nuestro entendimiento de la relación entre el consumo de cocaína y el ACV, así como en el desarrollo de estrategias preventivas y terapéuticas más efectivas, se proponen las siguientes áreas de investigación futura:

  1  Realizar estudios prospectivos y de cohorte a gran escala para evaluar la incidencia y los factores de riesgo del ACV en personas consumidoras de cocaína.

    2 Investigar los mecanismos biológicos subyacentes mediante los cuales la cocaína aumenta el riesgo de ACV, incluyendo estudios in vitro y en modelos animales.

   3  Explorar nuevas estrategias de prevención y tratamiento del ACV en esta población, incluyendo intervenciones farmacológicas y psicosociales dirigidas a reducir el consumo de cocaína y mejorar la salud cardiovascular.

   4  Investigar la interacción entre la cocaína y otros factores de riesgo cardiovascular, así como identificar biomarcadores y objetivos terapéuticos potenciales que puedan guiar el desarrollo de nuevas terapias.

En conjunto, estas sugerencias para investigaciones futuras pueden contribuir a mejorar nuestra comprensión de la relación entre el consumo de cocaína y el ACV, así como a desarrollar intervenciones más efectivas para prevenir y tratar esta complicación grave en personas con adicción a la cocaína.

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