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Revisión bibliográfica sobre el sarampión

Revisión bibliográfica sobre el sarampión

Autora principal: Celia López Diego

Vol. XIX; nº 8; 229

Literature review on measles

Fecha de recepción: 10/03/2024

Fecha de aceptación: 19/04/2024

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 8 Segunda quincena de Abril de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 8; 229

Autores:

Celia López Diego. Centro de Salud Las Fuentes. Zaragoza

Isabel María Funes Julián. Centro de Salud Almozara. Zaragoza

Cristina Álvarez Sanagustín. Centro de Salud Fernando el Católico. Zaragoza.

Blanca Ascaso Adiego. Centro de Salud Torrero- La Paz. Zaragoza.

José Peinado Pérez. Centro de Salud Las Fuentes. Zaragoza.

Teresa Mahave Carcelen. Las Fuentes Norte. Zaragoza.

María Mercedes Martínez Mendieta. Centro de Salud Híjar. Teruel

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación

relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales

de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El manuscrito es original y no contiene plagio.

El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados. Han preservado las identidades de los pacientes.

RESUMEN

El sarampión es una enfermedad infecciosa aguda altamente contagiosa provocada por el virus del sarampión. Afecta sobre todo a los niños y se transmite por gotículas procedentes de la nariz, boca y faringe de las personas infectadas. Los síntomas iniciales, que suelen aparecer entre 8 y 12 días después de la infección, consisten en fiebre alta, rinorrea, inyección conjuntival y pequeñas manchas blancas en la cara interna de la mejilla. Varios días después aparece un exantema que comienza en la cara y cuello, y se va extendiendo gradualmente al resto del cuerpo. No hay tratamiento específico para el sarampión, y la mayoría de los pacientes se recuperan en 2 o 3 semanas. Sin embargo, el sarampión puede causar complicaciones graves, tales como ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones del oído y neumonía, sobre todo en niños malnutridos y pacientes inmunodeprimidos. El sarampión es una enfermedad prevenible mediante vacunación.

Palabras clave: sarampión, vacunas, fiebre

ABSTRACT

Measles is a highly contagious acute infectious disease caused by the measles virus. It mainly affects children and is transmitted by droplets from the nose, mouth and pharynx of infected people. Initial symptoms, which usually appear 8 to 12 days after infection, include high fever, rhinorrhea, conjunctival injection, and small white spots on the inside of the cheek. Several days later a rash appears that begins on the face and neck, and gradually spreads to the rest of the body. There is no specific treatment for measles, and most patients recover within 2 to 3 weeks. However, measles can cause serious complications, such as blindness, encephalitis, severe diarrhea, ear infections and pneumonia, especially in malnourished children and immunocompromised patients. Measles is a vaccine-preventable disease.

Keywords: measles, vaccine, fever.

Introducción

El sarampión probablemente se convirtió en una enfermedad de la población humana hace 5.000 a

10.000 años, cuando las primeras civilizaciones alcanzaron un número suficiente de individuos que garantizase la transmisión del microorganismo de un humano a otro. El virus del sarampión probablemente evolucionó desde una zoonosis en un contexto social próximo de los humanos con el ganado.

Esta enfermedad ha sido una de las principales causas mundiales de morbilidad y mortalidad infantil antes de la introducción de las vacunas contra el sarampión en la década de 1960, siendo responsable de más de dos millones de muertes al año antes de la cobertura mundial de la vacuna en la década de 1980. Desde este momento la incidencia y mortalidad disminuyeron de forma significativa. Sin embargo, a pesar de este enorme progreso, el sarampión sigue ocasionando mundialmente más de 100.000 muertes al año con destacados brotes de infección incluso en zonas con acceso a la vacunación.

Etiología.

El virus del sarampión es un virus de cadena sencilla de ARN que pertenece al género Morbillivirus de la familia de los Paramyxoviridae. Se reconoce la existencia de 23 genotipos diferentes del virus del sarampión.

El reservorio de este microorganismo es exclusivamente el ser humano. Se transmite por diseminación de gotitas expulsadas o suspendidas en el aire hasta dos horas o por contacto directo con las secreciones nasales o faríngeas de personas infectadas.

El virus del sarampión es uno de los patógenos humanos conocidos más contagiosos. En una población 100% susceptible, un solo caso de media resulta en 12 a 18 casos secundarios, en promedio.

Epidemiología.

La iniciativa para la eliminación del sarampión y la rubéola, acordada y sufragada por la Organización Mundial de la Salud, la Cruz Rosa Americana, UNICEF y la Fundación de las Naciones Unidas, logró entre los años 2000 y 2021 evitar 56 millones de muertes en todo el mundo debido al sarampión a través de la vacunación universal. Entre los años 2000 y 2017 la incidencia de casos de sarampión se redujo de forma global un 83%. Mientras que en el año 2000 se registraron 545.000 muertes secundarios a esta enfermedad infecciosa, diecisiete años después se estimaban los fallecimientos en 109.000 en todo el mundo.

Las cifras mínimas de casos en todo el mundo se obtuvieron en 2016 y se mantuvieron por debajo de 200.000 casos hasta 2018, año en que se comunicaron 360.296 casos de sarampión en todo el mundo. Un año después se produjo un gran brote a escala mundial, 873.022 casos, afectando sobre todo a países africanos y asiáticos. Durante 2020 y 2021 tuvo un descenso significativo de los casos, posiblemente en relación a la pandemia ocasionada por COVID -19, sin embargo, en 2023 el incremento de casos ha vuelto a estar presente.

En España la vacunación frente al sarampión se introdujo en 1978 primero con una monocomponente, y posteriormente se incorporó la triple vírica en 1981. Nuestro país cuenta con altas coberturas de vacunación, que le permitieron alcanzar la certificación de país libre de transmisión endémica por parte de la OMS en 2017.

Cuadro clínico

El sarampión es una enfermedad febril aguda asociada a una erupción maculopapular eritematosa característica.

El cuadro clínico comienza tras 8 y 12 días después del contacto con el agente infeccioso, consisten en fiebre alta, rinorrea, inyección conjuntival. En la mucosa moral pueden aparecer unas lesiones eritematosas con el centro blanquecino, conocidas como las manchas de Koplik, lesiones patognomónicas de esta enfermedad infecciosa, y brindan la oportunidad de diagnosticar clínicamente el sarampión uno o dos días antes de la erupción cutánea en el 70% de los casos en los que aparecen. El exantema maculopapular eritematoso aparece entre el tercer y séptimo día tras el inicio de la sintomatología, inicialmente en la región facial, se extiende progresivamente en dirección craneocaudal.

Complicaciones

Las complicaciones del sarampión pueden afectar a la mayoría de los sistemas orgánicos, son más comunes en los lactantes y en los adultos mayores de 20 años, mujeres embarazadas y personas inmunocomprometidas o desnutridas, particularmente población pediátrica con deficiencia de vitamina A. Las complicaciones se deben a la replicación viral o la sobreinfección bacteriana, incluyendo otitis media, laringotraqueobronquitis, neumonía, diarrea y encefalitis.

Durante el periodo de gestación, la infección por el virus del sarampión se asocia a incremento de riesgo de bajo peso al nacer, aborto espontáneo, muerte fetal intrauterina y muerte materna.

La afectación del sarampión en el sistema nervioso central puede ocasionar cuadros clínicos y complicaciones de gran gravedad, aunque afortunadamente son complicaciones muy poco frecuentes.

  • Encefalitis aguda diseminada. Enfermedad autoinmune desmielinizante desencadenada por el virus del sarampión. Ocurre aproximadamente en 1 cada 1000 casos, caracterizándose por fiebre, convulsiones y otros déficits neurológicos.
  • Encefalitis por cuerpos de inclusión del sarampión. Infección progresiva del cerebro por el virus, provocando deterioro neurológico y muerte en individuos con inmunidad celular deteriorada a los pocos meses del cuadro agudo de la enfermedad.
  • Panencefalitis esclerosante subaguda. Complicación tardía del sarampión, aproximadamente 1 caso cada 10.000 casos, sobre todo cuando la primoinfección tiene lugar en población menor de dos años. La clínica aparece 5-10 años después de la enfermedad aguda, consiste en convulsiones, deterioro progresivo de la función cognitiva y motora, posteriormente el

Diagnóstico

El sarampión es fácilmente reconocido por médicos familiarizados con la enfermedad en personas con sintomatología compatible, particularmente durante brotes o antecedente de viajes recientes a zonas endémicas. Sin embargo, este diagnóstico clínico puede ser un desafío para profesionales médicos no habituados a esta patología o en aquellos pacientes con clínica menos evidente, la erupción cutánea típica del sarampión puede estar ausente en personas con deterioro de la inmunidad celular.

El diagnóstico diferencial incluyen infecciones por rubeola, dengue, parvovirus B19 o herpes virus tipo 6 entre otras. La definición de caso de sarampión, fiebre junto con exantema característico, tos, coriza o conjuntivitis, tiene una alta sensibilidad (75-90%) pero un valor predictivo positivo bajo en entornos de baja incidencia por lo que se indica la necesidad de confirmación con prueba de laboratorio.

Las pruebas de laboratorio que permiten confirmar la infección por el virus del sarampión son:

  • Serología. Detección de anticuerpos IgM específicos en sangre. Hay que tener en cuenta que estos anticuerpos no se detectan en aproximadamente el 25% de las personas durante las primeras 72 horas tras la aparición del exantema, manteniéndose cuatro días después de la erupción cutánea.
  • Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real, detecta el ARN del virus en orina, sangre o fluido oral.

Tratamiento

No existe medicación antiviral específica disponible frente al sarampión por lo que la actitud terapéutica consiste en tratamiento de soporte con objetivo de prevenir deshidratación y déficits nutricionales. En los casos de sarampión grave en población pediátrica, la administración de vitamina A a dosis altas ha demostrado disminuir la mortalidad y el riesgo de complicaciones en países en vías de desarrollo. Además, la terapia con vitamina A debe administrarse en niños con inmunosupresión, con déficit de vitamina A demostrada o hayan emigrado recientemente de otros países con alta mortalidad por sarampión.

Profilaxis postexposición

Tras la exposición al sarampión, en personas susceptibles se puede administrar la vacuna en las primeras 72 horas o la inmunoglobulina humana los 6 primeros días con objetivo de prevenir o atenuar la enfermedad.

La indicación de la vacuna en este contexto abarca a todas las personas expuestas que no tienen contraindicaciones para la misma y no cuentan con la pauta de dos dosis de vacunación previa. La adminsitración de inmunoglobulina es particularmente crítica en pacientes con riesgo de desarrollar enfermedad grave, incluidos lactantes, mujeres embarazadas sin evidencia de inmunidad frente al sarampión y personas gravemente inmunocomprometidas. Se recomienda administrar una dosis de 0,5 ml por cada kilogramo de peso en personas con peso inferior a 30 kilogramos totales y una dosis de 400 miligramos por kilogramo de peso en personas con peso superior a 30 kilogramos. La inmunidad conferida a través de la administración de la inmunoglobulina es temporal, por ello posteriormente deben recibir la vacuna a partir de los 6 meses de haber administrado la inmunoglobulina intramuscular u ocho meses en caso de haber utilizado la vía intravenosa previamente.

Los pacientes con un estado de inmunosupresión grave como receptores de trasplante de médula ósea o infección grave por virus de la inmunodeficiencia humana, deben recibir profilaxis siempre que se encuentren expuestos al contagio del sarampión con inmunoglobulina independientemente de su estado inmunológico o de vacunación previa.

Inmunoprevención

La estabilidad del genoma del virus del sarampión, con escasas variaciones durante décadas, ha condicionado que las vacunas hayan mantenido una efectividad muy alta a lo largo del tiempo. Todas ellas compuestas por una cepa atenuada del virus, combinada con otros componentes en forma de triple vírica (sarampión, rubéola y parotiditis) o bien tetravírica (con varicela añadida), esta última comercializada recientemente en España. Actualmente no están disponibles en nuestro país vacunas monocomponentes frente a ninguno de los integrantes de la triple vírica.

La vacunación induce respuestas inmunitarias específicas de células T, anticuerpos neutralizantes y no neutralizantes. La respuesta celular específica protege frente a la enfermedad, incluso aunque el título de anticuerpos neutralizantes se encuentre por debajo del dintel protector. Además, la vacunación frente a la enfermedad es superior al 95%, y proporciona protección heterotípica con disminución de hospitalizaciones y muertes debidas a otras infecciones. En resumen, dos dosis de vacuna frente al sarampión mantienen una alta efectividad con el tiempo.

Los programas de control del sarampión en todo el mundo han demostrado que el sarampión se elimina si se aplican plenamente los calendarios nacionales de vacunación y se logra una alta cobertura de vacunación de forma mantenida. Cuando no se alcanza una extensa cobertura de vacunación en la población se suceden brotes de sarampión.

La vacunación frente al sarampión está indicada en todos los niños a partir de los 12 meses de edad y en adolescentes y adultos sin antecedentes de vacunación completa. Además, se debe hacer un esfuerzo en identificar y vacunar a personas que están en alto riesgo en función de la exposición o la frecuencia de contacto.

Se recomienda la vacunación con dos dosis de triple vírica, con una separación mínima de 4 semanas, a las personas nacidas en España a partir de 1978 que no hayan padecido la enfermedad y que no tengan historia de vacunación con dos dosis. En caso de que el adulto hubiera recibido con anterioridad una única dosis, se administra una segunda dosis.

El futuro del sarampión

En las últimas décadas, se han logrado grandes avances en la reducción de los casos de sarampión en todo el mundo, así como la morbilidad y mortalidad que conlleva esta infección. Sin embargo, las cifras de cobertura vacunal se han estancado en los últimos años. El movimiento antivacunas ha crecido dentro de la sociedad, en parte debido al éxito del control de la propia enfermedad actual.

Se necesitan esfuerzos para mejorar las estimaciones de vigilancia y cobertura de vacunación a través de la promoción, educación y fortalecimiento de los sistemas de vacunación sistemática. También es necesario reunir voluntad política y recursos económicos para alcanzar objetivos en la eliminación regional y posteriormente mundial del sarampión.

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