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Revisión bibliográfica sobre golpes de calor en personas mayores

Revisión bibliográfica sobre golpes de calor en personas mayores

Autor principal: Carlos Gimillo Monterde

Vol. XIX; nº 19; 882

Literature review on heat strokes in elderly people

Fecha de recepción: 28/08/2024

Fecha de aceptación: 10/10/2024

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 19 Primera quincena de Octubre de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 19; 882

AUTORES:

Carlos Gimillo Monterde (enfermero Ud. Ictus y Crónico complejo HOP)

Isabel Moreno Lucente (F.E.A. Medicina Interna HOP)

Hospital Obispo Polanco de Teruel, España.

RESUMEN

En esta revisión bibliográfica se abordó el tema de los golpes de calor en personas mayores, destacando su impacto en la salud y las medidas necesarias para comprender, prevenir y tratar esta condición. Se identificaron los factores de riesgo específicos que hacen a las personas mayores más susceptibles a los golpes de calor, incluyendo cambios biológicos relacionados con el envejecimiento y factores socioeconómicos como la falta de acceso a aire acondicionado. Se exploraron los mecanismos fisiopatológicos detrás de los golpes de calor en esta población, resaltando la disminución de la función cardiovascular y renal como factores clave. Además, se discutieron los síntomas comunes y los métodos de diagnóstico, así como las estrategias de tratamiento que incluyen técnicas de enfriamiento, rehidratación y vigilancia de complicaciones. Se enfatizó la importancia de la prevención, como mantenerse hidratado y evitar la exposición directa al sol, y se destacó la necesidad de políticas de salud pública y educación para mejorar la conciencia y la atención hacia los golpes de calor en personas mayores. En conclusión, se recomienda una aproximación integral que involucre la investigación, la práctica clínica y las políticas de salud pública para abordar eficazmente esta importante preocupación de salud pública.

PALABRAS CLAVE:

Insolación, desmayo, calor, temperatura, verano, refrescarse, anciano, tercera edad.

ABSTRACT:

This literature review addressed the topic of heat strokes in older adults, highlighting their impact on health and the necessary measures to understand, prevent, and treat this condition. Specific risk factors that make older adults more susceptible to heat strokes were identified, including biological changes related to aging and socioeconomic factors such as lack of access to air conditioning. The pathophysiological mechanisms behind heat strokes in this population were explored, emphasizing the decline in cardiovascular and renal function as key factors. Additionally, common symptoms and diagnostic methods were discussed, along with treatment strategies including cooling techniques, rehydration, and monitoring for complications. The importance of prevention, such as staying hydrated and avoiding direct sun exposure, was emphasized, as well as the need for public health policies and education to raise awareness and attention to heat strokes in older adults. In conclusion, a comprehensive approach involving research, clinical practice, and public health policies is recommended to effectively address this significant public health concern.

KEYWORDS:

Sunstroke, fainting, heat, temperature, summer, cool off, elderly, senior citizen.

  1. INTRODUCCIÓN

Los golpes de calor, conocidos médicamente como hipertermia, son una manifestación grave de disfunción termorreguladora que resulta en un aumento anormal de la temperatura corporal. Aunque pueden afectar a personas de todas las edades, las personas mayores son particularmente vulnerables debido a cambios fisiológicos relacionados con el envejecimiento que comprometen su capacidad para regular la temperatura interna de manera eficaz.

El golpe de calor se caracteriza por un aumento rápido y peligroso de la temperatura corporal, lo que puede llevar a complicaciones graves e incluso a la muerte si no se trata adecuadamente. La importancia de comprender los factores de riesgo, los síntomas, así como las estrategias de prevención y tratamiento de los golpes de calor en esta población vulnerable no puede ser subestimada.

En la población geriátrica, factores de riesgo intrínsecos como la disminución de la capacidad del organismo para regular la temperatura, la menor sensibilidad a la sed y la presencia de enfermedades crónicas como la diabetes y la enfermedad cardiovascular aumentan la susceptibilidad a los golpes de calor. Además, factores extrínsecos como la exposición prolongada a altas temperaturas, la falta de acceso a entornos frescos y la incapacidad para buscar refrigerio adecuado pueden agravar aún más este riesgo.

La presentación clínica de los golpes de calor en personas mayores puede variar desde síntomas inespecíficos como fatiga y confusión hasta manifestaciones graves como convulsiones, coma e incluso fallo orgánico multi-sistémico. Por lo tanto, la identificación temprana de los síntomas y la intervención rápida son cruciales para prevenir complicaciones y mejorar los resultados clínicos.

En esta revisión bibliográfica, exploraremos en detalle los factores de riesgo, los mecanismos fisiopatológicos, los síntomas característicos, así como las estrategias de prevención y tratamiento de los golpes de calor en personas mayores. Al profundizar en estos aspectos, no solo ampliaremos nuestra comprensión de este fenómeno médico, sino que también proporcionaremos información práctica y clínicamente relevante para la atención y el manejo de pacientes geriátricos en riesgo de golpe de calor.

  1. FACTORES DE RIESGO

Los factores biológicos juegan un papel fundamental en la susceptibilidad de las personas mayores a los golpes de calor, dado que el proceso de envejecimiento afecta múltiples sistemas fisiológicos relacionados con la termorregulación y la respuesta al estrés térmico. Estos factores incluyen:

  1. Disminución de la capacidad de termorregulación: Con el envejecimiento, se produce una disminución en la eficacia de los mecanismos de termorregulación del cuerpo. Por ejemplo, la capacidad de sudoración puede disminuir, lo que limita la capacidad del cuerpo para perder calor a través de la evaporación del sudor. Además, la respuesta vasomotora, que implica la dilatación de los vasos sanguíneos en la piel para liberar calor, puede ser menos eficaz en las personas mayores, lo que dificulta la disipación del calor corporal durante los períodos de calor extremo.
  2. Cambios en la percepción de la sed: Con la edad, las personas pueden experimentar una disminución en la sensación de sed, lo que puede llevar a una ingesta inadecuada de líquidos. La deshidratación resultante puede afectar negativamente la capacidad del cuerpo para regular la temperatura, ya que el sudor se vuelve menos efectivo para enfriar la piel y disminuye la cantidad de sangre disponible para transportar el calor desde los tejidos hacia la superficie corporal.
  3. Mayor prevalencia de enfermedades crónicas: Las personas mayores tienen una mayor incidencia de enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y enfermedades pulmonares, que pueden afectar la capacidad del cuerpo para responder al estrés térmico. Por ejemplo, la diabetes puede afectar la función de los vasos sanguíneos y los nervios periféricos, lo que puede interferir con la respuesta vasomotora y la sudoración. Del mismo modo, las enfermedades cardiovasculares pueden afectar la circulación sanguínea, lo que dificulta la distribución efectiva del calor corporal.
  4. Uso de medicamentos: Las personas mayores suelen tomar múltiples medicamentos para tratar enfermedades crónicas, algunos de los cuales pueden afectar la capacidad del cuerpo para regular la temperatura. Por ejemplo, ciertos medicamentos, como los diuréticos, pueden aumentar el riesgo de deshidratación al aumentar la excreción de líquidos y electrolitos a través de la orina. Otros medicamentos, como los betabloqueantes, pueden interferir con la respuesta cardiovascular al estrés térmico, lo que puede dificultar la regulación eficaz de la temperatura corporal.

III. FISIOPATOLOGÍA

La fisiopatología de los golpes de calor en personas mayores implica una interacción compleja entre varios sistemas fisiológicos, incluyendo el sistema cardiovascular, renal y nervioso, que se ven comprometidos debido al estrés térmico. A continuación, se describen los mecanismos fisiológicos detrás de los golpes de calor en personas mayores:

  1. Disfunción de la termorregulación central: El golpe de calor se desencadena por una elevación incontrolada de la temperatura corporal que supera la capacidad del cuerpo para regularla. En las personas mayores, la capacidad de la termorregulación central se ve comprometida debido a cambios en el hipotálamo, la región del cerebro responsable de controlar la temperatura corporal. Se cree que estos cambios incluyen una disminución en la sensibilidad de los receptores de temperatura y una reducción en la capacidad de respuesta de los mecanismos que regulan la sudoración y la vasodilatación periférica.
  2. Alteraciones en la función cardiovascular: La respuesta cardiovascular al estrés térmico se ve afectada en las personas mayores debido a cambios relacionados con la edad en la estructura y la función del sistema cardiovascular. Por ejemplo, la capacidad del corazón para bombear sangre eficientemente puede disminuir con la edad debido a cambios en la estructura del músculo cardíaco y la rigidez de las arterias. Esto puede dificultar la redistribución de la sangre hacia la piel para facilitar la pérdida de calor durante los períodos de calor extremo.
  3. Disminución de la función renal: La función renal también puede verse comprometida en personas mayores, lo que afecta la capacidad del cuerpo para mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos durante los períodos de estrés térmico. La disminución de la función renal puede resultar en una menor capacidad para excretar el exceso de calor y mantener la homeostasis de líquidos, lo que aumenta el riesgo de deshidratación y complicaciones asociadas con los golpes de calor.
  4. Respuesta inflamatoria y estrés oxidativo: Durante un golpe de calor, se produce una respuesta inflamatoria sistémica en el cuerpo como resultado del estrés térmico. Esta respuesta inflamatoria puede desencadenar la liberación de mediadores inflamatorios y citocinas proinflamatorias, que contribuyen al daño tisular y la disfunción de múltiples órganos. Además, el estrés oxidativo causado por la producción excesiva de especies reactivas de oxígeno puede contribuir aún más al daño celular y tisular durante un golpe de calor.
  1. SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO

Los golpes de calor en personas mayores pueden manifestarse con una variedad de síntomas que reflejan la respuesta del organismo al estrés térmico. A continuación, se enumeran los síntomas comunes y se discuten los métodos de diagnóstico:

  1. Síntomas comunes:
  • Fatiga y debilidad: La fatiga extrema y la sensación de debilidad son síntomas comunes de los golpes de calor en personas mayores. Estos síntomas pueden ser el resultado de la deshidratación y el estrés térmico en el cuerpo.
  • Confusión y alteración del estado mental: La confusión y la alteración del estado mental pueden ser signos de compromiso cerebral debido a la elevación de la temperatura corporal. En personas mayores, estos síntomas pueden ser especialmente preocupantes y deben ser evaluados cuidadosamente.
  • Náuseas y vómitos: La sensación de náuseas y la presencia de vómitos pueden indicar deshidratación y afectación gastrointestinal secundaria al golpe de calor.
  • Mareos y vértigos: Los mareos y vértigos pueden ocurrir debido a la alteración en la perfusión cerebral secundaria a la disminución del volumen sanguíneo por deshidratación y vasodilatación periférica.
  • Taquicardia y aumento de la frecuencia respiratoria: El corazón y los pulmones pueden responder al estrés térmico aumentando la frecuencia cardíaca y respiratoria como mecanismo de compensación.
  1. Métodos de diagnóstico:
  • Evaluación clínica: El diagnóstico de un golpe de calor en personas mayores comienza con una evaluación clínica exhaustiva. Esto incluye la revisión de los antecedentes médicos del paciente, la evaluación de los síntomas actuales y la realización de un examen físico completo para detectar signos de deshidratación, alteraciones del estado mental y otros hallazgos relevantes.
  • Pruebas de laboratorio: En casos graves o cuando se sospecha de complicaciones, pueden realizarse pruebas de laboratorio para evaluar la función renal, los electrolitos séricos y otros marcadores de daño tisular. Los análisis de sangre pueden revelar niveles anormales de sodio, potasio y creatinina, lo que indica desequilibrios electrolíticos y disfunción renal.
  • Pruebas de imagen: En algunos casos, pueden indicarse pruebas de imagen como radiografías o tomografías computarizadas para evaluar la presencia de complicaciones como edema pulmonar o daño cerebral.
  • Pruebas de función cardíaca: La evaluación de la función cardíaca, que puede incluir electrocardiogramas (ECG) y ecocardiografías, puede ser útil para evaluar el impacto del golpe de calor en el sistema cardiovascular y descartar complicaciones como arritmias cardíacas.
  1. PREVENCIÓN

La prevención de los golpes de calor en personas mayores es fundamental y requiere la implementación de estrategias efectivas para reducir el riesgo de sobrecalentamiento y deshidratación. A continuación, se revisan algunas estrategias de prevención eficaces:

  1. Mantenerse hidratado:
  • La hidratación adecuada es esencial para prevenir los golpes de calor. Se recomienda que las personas mayores beban suficientes líquidos a lo largo del día, incluso cuando no sientan sed. El agua es la mejor opción, pero también se pueden consumir bebidas deportivas o soluciones de rehidratación oral para reponer los electrolitos perdidos durante la sudoración.
  1. Evitar la exposición directa al sol:
  • Se aconseja a las personas mayores evitar la exposición directa al sol durante las horas más calurosas del día, generalmente entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Si es necesario salir, se recomienda buscar áreas sombreadas o utilizar sombreros de ala ancha y ropa que cubra la piel para protegerse de la radiación solar.
  1. Usar ropa adecuada:
  • Se recomienda usar ropa ligera y transpirable durante los días calurosos para ayudar a mantener una temperatura corporal confortable. Las telas naturales como el algodón son preferibles, ya que permiten que la piel respire y facilitan la evaporación del sudor. Además, es importante usar ropa de colores claros que reflejen la luz solar en lugar de absorberla.
  1. Ventilación adecuada en el hogar:
  • Es importante asegurar una buena ventilación en el hogar para evitar que se acumule calor en espacios cerrados. Se recomienda abrir ventanas y puertas para permitir el flujo de aire y utilizar ventiladores o aire acondicionado si está disponible. Durante los días especialmente calurosos, se pueden usar cortinas o persianas para bloquear la luz solar directa y reducir la temperatura interior.
  1. Disponibilidad de lugares frescos durante olas de calor:
  • Durante períodos de calor extremo, es importante tener acceso a lugares frescos y seguros donde las personas mayores puedan refugiarse del calor. Esto puede incluir centros comunitarios, bibliotecas, centros comerciales o instalaciones de enfriamiento designadas por las autoridades locales. Es fundamental que estas instalaciones estén equipadas con aire acondicionado y agua potable para garantizar la comodidad y la seguridad de quienes las utilizan.
  1. TRATAMIENTO

El tratamiento de los golpes de calor en personas mayores implica una intervención terapéutica urgente y multifacética para mitigar la hipertermia, corregir la deshidratación y abordar cualquier complicación potencial. Las medidas de tratamiento incluyen:

  1. Enfriamiento:
  • Alejar de la exposición al calor: La primera medida es alejar al individuo del ambiente caluroso y llevarlo a un lugar fresco y sombreado para minimizar la exposición al calor ambiental.
  • Aplicación de técnicas de enfriamiento externo: Se pueden aplicar compresas frías o toallas mojadas en agua fría en áreas de alta vascularización, como el cuello, la axila y la ingle, para facilitar la transferencia de calor y promover la disipación del calor corporal.
  • Inmersión en agua fría: En casos de hipertermia grave, se puede considerar la inmersión en agua fría o la aplicación de compresas frías en áreas corporales extensas para inducir una rápida disminución de la temperatura central.
  1. Rehidratación:
  • Restauración de volumen intravascular: La rehidratación es esencial para corregir la deshidratación y mantener la perfusión tisular adecuada. Se deben administrar líquidos intravenosos isotónicos para restaurar el volumen intravascular y corregir cualquier desequilibrio electrolítico asociado.
  • Monitorización de la diuresis: La diuresis debe ser monitorizada estrechamente para evaluar la respuesta a la terapia de rehidratación y prevenir la sobrecarga de volumen en pacientes con insuficiencia cardíaca o renal.
  1. Vigilancia de complicaciones:
  • Evaluación clínica continua: Se debe realizar una evaluación clínica continua para detectar signos de deterioro neurológico, cardiovascular, renal y metabólico. Esto incluye la monitorización de signos vitales como la temperatura corporal, la presión arterial, el pulso y la frecuencia respiratoria.
  • Análisis de laboratorio: Se pueden realizar pruebas de laboratorio para evaluar la función renal, los electrolitos séricos y la función hepática para detectar y tratar cualquier complicación sistémica, como insuficiencia renal, desequilibrios electrolíticos o disfunción hepática.
  • Tratamiento de complicaciones: En caso de complicaciones como insuficiencia renal, síndrome de disfunción orgánica múltiple o shock, se debe proporcionar un tratamiento agresivo y específico para estabilizar al paciente y prevenir el deterioro clínico adicional.

VIII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La revisión exhaustiva de los golpes de calor en personas mayores pone de relieve la complejidad y la gravedad de esta condición médica. Es evidente que las personas mayores enfrentan un riesgo significativamente mayor debido a una combinación de factores biológicos y socioeconómicos que afectan su capacidad para regular la temperatura corporal y protegerse del calor extremo.

En términos fisiopatológicos, la comprensión de los mecanismos subyacentes revela una interacción intrincada entre diversos sistemas fisiológicos, incluyendo la termorregulación, la función cardiovascular y renal, así como la respuesta inflamatoria. Estos mecanismos pueden verse comprometidos en personas mayores, lo que aumenta su vulnerabilidad a los efectos adversos del calor.

El diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno son fundamentales para prevenir complicaciones graves y mejorar los resultados clínicos en personas mayores con golpes de calor. La identificación precoz de los síntomas y la implementación de medidas terapéuticas, como el enfriamiento y la rehidratación, pueden marcar la diferencia entre la recuperación y el deterioro clínico.

Sin embargo, la prevención sigue siendo el pilar principal en la gestión de los golpes de calor en personas mayores. Estrategias simples, como mantenerse hidratado, evitar la exposición directa al sol y proporcionar refugio en lugares frescos durante períodos de calor extremo, son fundamentales para reducir el riesgo de hipertermia y deshidratación en esta población vulnerable.

Las recomendaciones para futuras investigaciones y acciones van de la mano con estos hallazgos. Se necesita más investigación para profundizar en los mecanismos fisiopatológicos y desarrollar intervenciones más específicas y eficaces. Además, es esencial abogar por políticas de salud pública que promuevan la conciencia sobre los riesgos de los golpes de calor en personas mayores y proporcionen recursos adecuados para la prevención y el manejo de esta condición.

La educación continua dirigida a personas mayores, cuidadores y profesionales de la salud también desempeña un papel crucial en la prevención y el manejo de los golpes de calor. Al fomentar una mayor conciencia y comprensión de los factores de riesgo, los síntomas y las medidas preventivas, podemos trabajar hacia el objetivo de reducir la carga de esta enfermedad y mejorar la calidad de vida de las personas mayores en nuestra sociedad.

BIBLIOGRAFÍA

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