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Revisión de la Pancreatitis en niños, generalidades

Revisión de la Pancreatitis en niños, generalidades

Autora principal: Melissa Peraza Rojas

Vol. XX; nº 06; 224

Review of pancreatitis in children, generalities

Fecha de recepción: 06/02/2025

Fecha de aceptación: 19/03/2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 06 Segunda quincena de Marzo de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 06; 224

Autores:

Melissa Peraza Rojas 1

William González Villegas 2

Carlos González Murrillo3

César López Acevedo4

Daniela González Mejia5

  1. Médico general. Medico Independiente, Costa Rica. Universidad de Ciencias Médicas. Costa Rica, ORCID: 0000-0002-8027-7952
  2. Médico general. Médico de Emergencias Médicas del continente, Costa Rica. Universidad de Ciencias Médicas. Costa Rica, ORCID: 0000-0002-4434-6105
  3. Médico general. Médico de Emergencias Médicas del continente, Costa Rica. Universidad de Iberoamerica, Costa Rica, ORCID: 0009-0008-9834-0113
  4. Médico general. Medico en Hospital Mexico, Costa Rica. Universidad Latina, Costa Rica, ORCID: 0009-0001-1848-6710
  5. Médico general. Medico Independiente, Costa Rica. Universidad de Ciencias Médicas, Costa Rica, ORCID: 0009-0009-3929-1128

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.

Resumen:

Las formas aguda, aguda recurrente y crónica de pancreatitis se han diagnosticado cada vez más en niños en las últimas 2 décadas. La pancreatitis no se debe a una única etiología, sino a la atribución de factores de riesgo. Estos factores de riesgo son muy diferentes en los niños en comparación con los adultos que presentan factores ambientales como alcohol y tabaco. Los factores de riesgo para niños más conocidos son los factores obstructivos y anomalías pancreáticas para la PA (pancreatitis aguda), y mutaciones genéticas principalmente para la PAR (pancreatitis aguda recurrente) Y PC (pancreatitis crónica). No obstante se puede deber  también a medicamentos, trauma, infecciones y PAI (pancreatitis autoinmune). La pancreatitis aguda recurrente se define como dos episodios distintos de pancreatitis aguda, suele ser un precursor de la pancreatitis crónica, la cual es una inflamación persistente del páncreas,  y se cree que ambas se encuentran en el mismo continuo de la enfermedad. Los factores genéticos en particular, están asociados con la progresión temprana de PAR a PC. El diagnóstico de PC, como en PA, se basa en hallazgos clínicos, pruebas bioquímicas y estudios de imágen.

El diagnóstico temprano es la clave para el manejo y recuperación del niño. En la PA el manejo debe centrarse en la reanimación con líquidos, la monitorización de los órganos diana, el tratamiento del dolor y la nutrición temprana. La PAR debe impulsar a un estudio de mayor profundidad para buscar posibles factores genéticos, anatómicos y metabólicos, esto para abordar a tiempo al paciente y evitar cronicidad de la enfermedad, la cual requeriría un abordaje multidisciplinario para manejo de las complicaciones, y en especial disminuir el riesgo de  la insuficiencia pancreática exocrina, diabetes y  el cáncer de páncreas en el futuro. Por lo que es importante que los médicos conozcan el enfoque diagnóstico y los métodos de tratamiento actuales para derivar a los pacientes a tiempo para un manejo oportuno.

Palabras clave : Pancreatitis aguda en pediatría, pancreatitis recurrente, pancreatitis crónica,, complicaciones, factores de riesgo, mutaciones genéticas.

Abstract: Acute, acute recurrent, and chronic forms of pancreatitis have been increasingly diagnosed in children over the last 2 decades. Pancreatitis is caused by more than one contributing factor; therefore, it is more appropriate to attribute risk factors to the development of pancreatitis than to list a single etiology.

Risk factors are very different in children compared to adults, who present environmental factors such as alcohol and tobacco. The best known risk factors for children are obstructive factors and pancreatic abnormalities for AP (acute pancreatitis), and genetic mutations mainly for ARP (acute recurrent pancreatitis) and CP (chronic pancreatitis). However, it can also be due to medications, trauma, infections and AIP (autoimmune pancreatitis). Recurrent acute pancreatitis is defined as two distinct episodes of acute pancreatitis and is usually a precursor to chronic pancreatitis, which is a persistent inflammation of the pancreas, and both are believed to be on the same disease continuum. Genetic factors in particular are associated with early progression from ARP to CP. The diagnosis of CP, as in PA, is based on clinical findings, biochemical tests, and imaging studies.

Early diagnosis is the key to the management and recovery of the child. In AP, management should focus on fluid resuscitation, monitoring of target organs, pain management, and early nutrition. The ARP should encourage a more in-depth study to search for possible genetic, anatomical and metabolic factors in order to approach the patient in time and avoid chronicity of the disease, which would require a multidisciplinary approach to manage complications, and especially to reduce the risk of exocrine pancreatic insufficiency, diabetes and pancreatic cancer in the future. Therefore, it is important that physicians know the diagnostic approach and current treatment methods to refer the patients in time for opportune management.

Keywords: Acute pancreatitis in pediatrics, recurrent pancreatitis, chronic pancreatitis, complications, risk factors, genetic mutations.

Introducción:

Esta revisión de pancreatitis pediátrica está organizada con las generalidades sobre el espectro de pancreatitis aguda (PA), pancreatitis aguda recurrente (PAR) y, finalmente, pancreatitis crónica (PC) que se han diagnosticado cada vez más en niños en las últimas 2 décadas. Los factores de riesgo en el grupo pediátrico son amplios y parecen ser diferentes en comparación con la cohorte de adultos. (8)

Si bien cada uno de estos diagnósticos requiere una definición estricta, existe cierta superposición en el enfoque de diagnóstico y las opciones de manejo. La mayoría de los niños con PA se recuperan sin complicaciones; sin embargo, algunos desarrollarán ataques recurrentes, con un subconjunto que desarrollará daño pancreático irreversible consistente con PC. (10)

Esta revisión resume las definiciones, la incidencia, los factores de riesgo, el diagnóstico y el manejo de la pancreatitis pediátrica según la evidencia más actualizada, incluida la información de la cohorte INSPPIRE (International Study Group of Pediatric Pancreatitis: In search for a cure). (8)

Método:

Para la elaboración de esta revisión, se consultó un total de 15 artículos entre el 2017 y el 2021 según la fecha de su publicación. Para su búsqueda se utilizaron bases de datos como Pubmed, Elsevier y UpToDate principalmente, con búsqueda enfocada en términos como pancreatitis aguda en pediatria, pancreatitis recurrente, pancreatitis crónica, complicaciones pancreáticas, mutaciones genéticas, la cuales fueron palabras clave para la investigación. Se utilizaron referencias bibliográficas  tanto en el idioma inglés como español con un enfoque dirigido a encontrar generalidades sobre el tema y evidencia reciente de actualizaciones que resultaron apropiados para el desarrollo de esta revisión.

Epidemiología e incidencia:

Actualmente se reconoce que la carga de la enfermedad en los niños es más impactante de lo que se pensaba anteriormente, aunque hay menos niños con pancreatitis en comparación con los adultos. (8)

La incidencia de PA en la literatura pediátrica se estima entre 3 a 13 por cada 100.000 niños con tasas crecientes de diagnósticos a nivel mundial (11,8), esta tendencia puede estar relacionada con una mayor conciencia de las etiologías de la PA y los cambios en las prácticas de derivación y diagnóstico. (4) Ademas, se ha encontrado en los estudios que la PA pediátrica ha sido mas frecuente en el sexo masculino y con edades comprendidas entre los seis y los 10 años. (4)

Aproximadamente un 15 a 35% de los pacientes con PA desarrollarán PAR, que igualmente además de ser poco frecuente, su magnitud ha crecido en los últimos años. (3)

La PC pediátrica se presentó en un estudio reciente  por Sellers y col, con una incidencia de 2 casos por cada 100.000 personas por año (4), esta puede presentarse en la primera infancia con una edad media de diagnóstico de aproximadamente 10  años. (13)

Así también, la PAI (pancreatitis autoinmune) pediátrica es una entidad relativamente rara y representa sólo el 4% de las pancreatitis pediátricas. Es más prevalente en la adolescencia, con ligero predominio masculino con una edad mediana al diagnóstico de 13 años. (1,11)

Patogenésis y factores de riesgo:

En más de una quinta parte de los casos en niños, la pancreatitis se debe a más de un factor contribuyente; por lo tanto, es más apropiado atribuir factores de riesgo al desarrollo de pancreatitis que enumerar una única etiología. (8)

Los factores de riesgo de la pancreatitis aguda pediátrica varían según la edad y difieren de las causas en adultos. Mientras que la mayoría de los casos de PA en adultos están asociados con el consumo de alcohol y cálculos biliares, que representan del 40% al 70%, los casos de PA en niños se han asociado con diversas etiologías, lo que presenta desafíos a la preparación para el diagnóstico y manejo. (10)

Factores obstructivos y anomalías pancreáticas: Al igual que en los adultos, la obstrucción con cálculos biliares o microlitiasis es causa frecuente de PA en niños, oscilando entre el 3% y el 30% de todos los casos. (7,8)

Con notables excepciones, solo unos pocos casos de PAR o PC pediátricas pueden atribuirse a pancreatitis biliar, ya que el diagnóstico suele hacerse temprano en el curso de la enfermedad. (8)

Por otro lado, del 5 al 20 % de los niños con PA tienen anomalías del páncreas asociadas. Entre las anomalías del sistema pancreatobiliar se encuentran el quiste de colédoco, páncreas divisum, consolidación defectuosa, pancreato biliar y páncreas anular. (12) La anomalía más común es el páncreas divisum, y aunque es común en un  5–10% de la población occidental, la gran mayoría nunca desarrolla pancreatitis. (12) Sin embargo, hay varios informes que demuestran que los niños con PAR y PC tienen una mayor frecuencia de páncreas divisum que la población general. Se sugiere que podría haber un pequeño subconjunto de pacientes con páncreas divisum (PD) que desarrollan pancreatitis obstructiva o que la anomalía en general confiere un riesgo aditivo  de desarrollar pancreatitis. En todas estas anomalías, el mecanismo de la pancreatitis probablemente se deba a la obstrucción de la salida que produce hipertensión ductal. (8)

Mutaciones genéticas: La pancreatitis hereditaria se debe a una herencia autosómica dominante con una penetrancia de alrededor del 80%. (12) Las variantes genéticas son el principal factor de riesgo en los ataques recurrentes de pancreatitis en la infancia, que afectan aproximadamente al 50 % de los niños con PAR y al 75 % con PC. (7,9)

En un esfuerzo por comprender mejor la PAR y la CP pediátricas, se formó el grupo INSPPIRE  (International Study Group of Pediatric Pancreatitis: In search for a cure, como se mencionó anteriormente. Hasta la mitad de los pacientes de la cohorte INSPPIRE con PAR tenían al menos un factor de riesgo genético, y en PC, la probabilidad de identificar un factor de riesgo genético fue aún mayor. (11)

Las mutaciones más frecuentes involucran los siguientes genes: tripsinogeno cationico (PRSS1), inhibidor de la serina proteasa Kazal tipo 1 ( SPINK1), quimiotripsina C (CTRC), el gen regulador de conductancia transmembrana de fibrosis quística (CFTR) (12) y, más recientemente CPA1, CASR, SBDS, CLDN2, CEL y CEL-HYB  asociados a un mayor riesgo que la población general de desarrollar PAR (3), también la  quimotripsina B1 and B2 (CTRB1/CTRB2)  se han documentado que juegan un papel clave en la etiología de la PC. (12)

Se cree que la pancreatitis aguda, la pancreatitis aguda recurrente  y la pancreatitis crónica  son una enfermedad continua, con una mediana de tiempo de progresión de 3,79 años desde el primer episodio de PA a PC. (13)

De todos los factores involucrados se ha encontrado que tener una variante PRSS1, o la ausencia de un factor metabólico tóxico o una edad más avanzada en el primer episodio de PA (mayor a los 6 años) se asoció significativamente con una tasa más rápida de progresión de PA a PC.(13) La mutación del PRSS1 está presente en el 80 % de los casos con PC  y se asocia además con la probabilidad de desarrollar cáncer de páncreas.(3)

Se observa que los pacientes con SPINK1 tienen mayor riesgo de desarrollar PC, la mutación más común es la p.N34S, presente incluso en el 1-2% de las personas por lo demás sanas.(12) Se cree que esta mutación es un factor modificador de la enfermedad que reduce el umbral de activación de la tripsina. (12)

Son necesarios estudios longitudinales en pacientes diagnosticados con pancreatitis durante la infancia para determinar la historia natural de la progresión de PAR a PC, luego  insuficiencia pancreática exocrina, diabetes, y potencialmente cáncer de páncreas y; lo que es más importante, identificar los determinantes que aceleran y, por el contrario, retrasan la progresión.(8) Además,  en el futuro sería deseable determinar la presencia de estas mutaciones a fin de realizar un seguimiento cercano de los pacientes que son portadores.(3)

Medicamentos: Los medicamentos se reconocen, a diferencia de los adultos, como un factor de riesgo frecuente de pancreatitis en niños. Se ha estimado que contribuyen hasta en una cuarta parte de los casos, y aproximadamente un tercio de los casos de PA asociados a medicamentos tienen otros factores de riesgo adicionales identificados. (8,7) Estas  condiciones comórbidas incluyeron enfermedad inflamatoria intestinal, trastornos convulsivos, fibrosis quística, trasplante, asma, leucemia y otros tipos de cáncer. (10)

Establecer la causalidad de un fármaco en particular como factor de riesgo de pancreatitis requiere varias líneas de evidencia, y la incidencia y  prevalencia reales parecen estar subestimadas debido a la falta de notificación debido a la dificultad de vincular un medicamento causal, además de la falta de un criterio de diagnóstico claro.  Se ha utilizado la asociación temporal al medicamento  y la reexposición con este para establecer un vínculo causal. (11)

Los medicamentos que más comúnmente se han visto asociados con pancreatitis son conocidos y pueden producir una enfermedad más grave en comparación con la pancreatitis que no está relacionada a medicamentos (10), tales medicamentos son los antiepilépticos, en particular el ácido valproico; el fármaco contra el cáncer L- asparaginasa; e inmunomoduladores como tiopurinas, mesalamina y corticoides. (7,8,10)

Infecciones: Las causas virales de la Pancreatitis en niños se conocen desde hace mucho tiempo con infecciones asociadas como las paperas, la familia de virus del herpes, la influenza, los virus de la hepatitis y la salmonella.(8), el morbillivirus del sarampión, el virus de Epstein-Barr y el virus coxsackie. Sin embargo,  la pandemia actual de SARS-CoV-2 además de asociarse recientemente con PA,  trajo estas causas infecciosas a la vanguardia. Para la mayoría de los pacientes pediátricos, la infección por coronavirus es asintomática o leve. A diferencia de los adultos, los niños con el nuevo coronavirus experimentan con mayor frecuencia síntomas gastrointestinales, y  ha habido varios informes de casos que demuestran una asociación entre la infección por SARS-CoV-2  y la pancreatitis en pacientes pediátricos, por lo que es imperativo que los pediatras estén al tanto. (10)

Factores de riesgo adicionales:Dentro de las etiologías menos comunes de PA pediátrica se incluye el trauma. Estos tanto los traumatismo  accidentales como no accidentales representan del 10% al 40% de los casos de PA en niños.(7)

La  pancreatitis autoinmune (PAI) es también una causa infrecuente dentro de las pancreatitis recurrentes y son escasos los casos publicados. (2) Un total del 27% de los niños y del 10 al 20% de los adultos diagnosticados con PAI tienen enfermedades inmuno inflamatorias concurrentes, especialmente colitis ulcerosa. Queda por dilucidar si la inflamación del páncreas impulsa la inflamación intestinal en estos casos o si la inflamación intestinal se extiende al páncreas.(1)

DEFINICIÓN CLÍNICA Y CLASIFICACIÓN:

De acuerdo a los criterios de INSPPIRE, se define PA  por la presencia de dolor abdominal característico, aumento de las enzimas pancreáticas por un factor de 3 y hallazgos de imagen sugestivos. El diagnóstico de PA se realiza cuando están presentes dos de estas tres características. (4,12)

También se ha definido que la PAR requiere al menos dos episodios distintos de PA, junto con: 1. Resolución completa del dolor (≥1 mes de intervalo sin dolor entre diagnósticos de PA) o  2. Normalización completa de los niveles de amilasa y lipasa sérica entre episodios. (3,12)

Según el grupo INSPPIRE se define como dos o más episodios distintos de pancreatitis aguda (PA) con resolución completa del dolor (con por lo menos un mes de intervalo) o normalización completa de enzimas pancreáticas antes del diagnóstico del próximo episodio junto con resolución del dolor, independientemente del tiempo transcurrido entre episodios de PA.(3)

Finalmente, el diagnóstico de pancreatitis crónica requiere cambios estructurales irreversibles en el páncreas, como destrucción difusa o focal, esclerosis, anomalías/obstrucción del conducto pancreático con al menos 1 de los siguientes:

  1. Algunos períodos de dolor abdominal constante o lipasa o amilasa al menos tres veces mayor que el límite superior de lo normal
  2. Insuficiencia pancreática exocrina. Insuficiencia pancreática endocrina (12)

La gravedad de la PA varía de leve a grave, la mayoría de los casos son leves y autolimitados, del 15% al 34% de los casos pediátricos son graves. (4) El panel de consenso de expertos de la Sociedad Norteamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (NASPGHAN) ha propuesto una clasificación y definición de Pancreatitis Aguda Severa (SAP por sus siglas en inglés) también para ayudar a guiar el manejo y determinar los resultados. Este panel ha propuesto las siguientes pautas de clasificación:

PA leve, es la forma más común, carece de falla orgánica u otras complicaciones locales o sistémicas, y generalmente se resuelve dentro de la primera semana después de la presentación.

PA moderadamente grave: se asocia con disfunción orgánica temporal (no dura más de 48 horas) o desarrollo de complicaciones locales o sistémicas. Las complicaciones focales incluyen el desarrollo de complicaciones peripancreáticas que incluyen colecciones de líquido o necrosis. Las complicaciones sistémicas incluyen el empeoramiento de enfermedades comórbidas previamente diagnosticadas.

Diagnóstico

El Diagnóstico está basado en los síntomas clínicos, pueden ser inespecíficos (dolor abdominal y vómitos), niveles séricos de enzimas pancreáticas y estudios de imágenes(7, 9). Para el diagnóstico la presencia de al menos 2 de 3 criterios son necesarios, los criterios incluyen dolor abdominal en epigastrio o en cuadrante superior derecho con o sin irradiación a espalda, amilasa o lipasa con niveles 3 veces superiores al límite normal e imágenes con datos consistentes de inflamación de vía pancreática, ya sea ultrasonido, tomografía axial computarizada o  colangiopancreatografía por resonancia magnética (10). Otros exámenes de gabinete se incluyen calcio sérico, electrolitos, nitrógeno ureico, creatinina, albúmina, transaminasas, bilirrubina, triglicéridos y leucocitos ayudan a identificar la causa y posibles complicaciones (1, 7). Para estudios de imágenes el ultrasonido abdominal es una de las modalidades más comunes, es capaz de diagnosticar pancreatitis por cálculo biliar, la tomografía computarizada y resonancia magnética están reservados para pancreatitis aguda complicada o pancreatitis crónica y estos estudios de imágenes tienen una sensibilidad mayor para la detección de necrosis pancreática y otras complicaciones de la enfermedad(6, 7, 12). Estudios recientes han demostrado una alta prevalencia de alteraciones genéticas en paciente pediátricos con pancreatitis aguda recurrente y pancreatitis crónica (12), El test de sudor es también recomendado para el para la confirmación de fibrosis quística, nuevas investigaciones han demostrado la correlación de la fibrosis quística con la pancreatitis crónica por lo que se vuelve necesario revisar esta recomendación (12).

Manejo

El diagnóstico temprano es la clave para el manejo y recuperación de un niño con pancreatitis(7). El manejo estándar consiste en analgesia, hidratación intravenosa, antieméticos y restricción enteral (9, 10).

El uso de opioides intravenoso u oral son usualmente requeridos para el manejo del dolor. Contrario a lo creído que la morfina debe ser evitada por el espasmo del esfínter de oddi, esta creencia no ha sido clínicamente probada, por lo que su uso es apropiado y seguro (7,10). La resucitación con fluidos continúa siendo un importante y un aspecto crítico en el manejo de la pancreatitis(7). Es sabido que la respuesta inflamatoria resulta en la dilatación de la vasculatura pancreática, promueve el incremento de la permeabilidad vascular, extravasación de fluidos en el tejido extrapancreatico y el potencial de isquemia y necrosis del tejido pancreático causando “un tercer espacio” de fluidos, llevando a hipovolemia y shock (7). La resucitación agresiva con fluidos en las primeras 24 horas de hospitalización es crítica para mantener la perfusión pancreática y reducir la lisis celular y la difusión de enzimas pancreáticas en el tejido circundante (7). La solución salina y lactato de ringer son las soluciones más frecuentemente utilizadas, sin embargo no hay un tipo de solución óptima(10). Mientras que la alimentación temprana y la nutrición deben ser uno de los objetivos en el manejo en pancreatitis aguda, encuestas del manejo pediátrico en pancreatitis aguda han demostrado que solo un 3% de los pacientes pediátricos se les da alimentación enteral mientras que el 44% recibe nutrición parenteral (7, 8). El modo de la nutrición enteral debe ser dictada por la situación clínica y preferencia del paciente. Si la alimentación oral no es lograda, la alimentación por sonda nasogástrica o nasojejunal debe ser considerada y el inicio de rango de alimentación debe ser de 1 ⁄ 4 a 1 ⁄ 8 del requerimiento calórico y un rango lento continuo y aumentar según tolerancia (7).

Complicaciones

Las Complicaciones se pueden dividir en locales y sistémicas (10).

Posibles complicaciones de pancreatitis aguda (10).

Complicaciones locales Complicaciones sistémicas
Edema Shock
Necrosis  grasa Edema pulmonar
Flemón Lesión renal aguda
Necrosis pancreatica Fallo sistémico multiorgánico
Absceso pancreatico Síndrome de fuga capilar
Hemorragia Hemoconcentración
Trombosis de vasos sanguíneos adyacentes Coagulopatía
Colecciones de fluidos Infección (Sepsis)
Pseudoquistes Hipocalcemia
Ruptura del ducto pancreático Hiperglucemia
Estenosis del ducto pancreático Pseudoaneurisma de arteria esplénica
Extensión a órganos vecinos Estado Hipermetabólico.

La complicación local más frecuente son las colecciones intra y peripancreáticas usualmente causadas por necrosis o trauma(10, 14). Estas colecciones de fluidos ricos en amilasa son  rodeadas por una capa de tejido de granulación y toman aproximadamente 30 días en desarrollarse(10). El tamaño del pseudoquiste no se correlaciona con la probabilidad de complicaciones, usualmente resuelve por sí solo(10). La necrosis pancreática en o alrededor de esta colección de fluidos puede ser un foco de infección; por eso, monitorear por síntomas sistémicos es importante(10). Son recomendados antibióticos que penetran el tejido necrótico, como carbapenémicos, han demostrado el retraso de intervenciones quirúrgicas y disminución de la mortalidad (10). Una de las complicaciones sistémicas más comunes incluyen bacteriemia a través de la disfunción multiorgánica y shock pueden ser secuela de una pancreatitis aguda. taquicardia e hipotensión son asociados con una respuesta inflamatoria sistémica(10, 15). En la población pediátrica solo un pequeño porcentaje se reportan con complicaciones severas, aproximadamente 6% de los pacientes pediátricos desarrollan disfunción multiorgánica o necrosis pancreática (10).

A Continuación se muestran los criterios de respuesta inflamatoria sistémica(15).

Tabla 2. Criterios pediatricos de respuesta inflamatoria sistemica (15)
Temperatura corporal (rectal u oral) mayor de 38,5° C o menos de 36 °C (Temperatura axilar, timpanica o plantar no son recomendadas)
Taquicardia
Taquipnea
Niveles de conteos altos o bajos de leucocitos para la edad o bandemia (>10% neutrofilos inmaduros)
Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica: 2  de estos 4  criterios con al menos 1 siendo anormalidad en la temperatura o conteo leucocitario.

En la pancreatitis crónica el daño en los islotes de langerhans es usualmente moderado comparado con el daño del tejido pancreático exocrino(12). Los cohortes de INSPPIRE revelan que el 34% de los niños tienen disfunción exocrina y 1% tienen diabetes mellitus(12). La causa de complicaciones, como el cáncer pancreático, en la pancreatitis crónica, es causado por la hiperplasia y metaplasia del epitelio del ducto debido a la inflamación crónica.

Conclusión

La pancreatitis en niños no es una enfermedad rara, puede presentarse de maneras moderadas y severas, debe ser considerada en el dolor abdominal típico, y se puede confirmar con niveles de las características enzimas pancreáticas  y estudios de imágenes. Es crítico su diagnóstico temprano para una adecuada hidratación, manejo de dolor y soporte nutricional. Los médicos deben tener mucho cuidado en el seguimiento de los pacientes pediátricos, en particular paciente con alteraciones genéticas por su alto riesgo de desarrollar insuficiencia pancreática exocrina, diabetes mellitus y cáncer pancreático.

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