2001 por causas relacionadas con esta (2).
América Latina no queda exenta de este grave problema de salud ya que en este continente se ha visto un auge marcado de la globalización en los últimos 15 años, trayendo consigo consecuencias como el estrés, una vida con menos calidad de salud, comidas que día tras día suplantan los alimentos más sanos por otros que nutren mal a los pobladores de hoy, todo esto asociado a los altos niveles de la temperatura por su ubicación en el trópico y en su mayoría factores relacionados con la ignorancia de los mismos, clasificando a Latinoamérica como una de las Regiones del Mundo con mayor número de enfermos y muertos por estas causas.
En Venezuela donde estos factores de riesgo son bastante importantes y en especial la hipertensión arterial (HTA), se presenta una prevalencia de 19 a 20% en su población, que al aumentar la edad de sus habitantes, la misma se incrementa a menos que se implementen medidas preventivas eficaces, según reportes de Jolón del 2008 (2).
Por su parte la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), registra que uno de cada 10 jóvenes, entre 20-25 años de edad podría tener hipertensión arterial (HTA) y la prevalencia de personas que sufren de sobrepeso y obesidad con hipertensión arterial (HTA) es del 75% siendo ambas causas el detonador de la enfermedad (3). No se debe dejar a un lado, que en Venezuela según cifras no oficiales, cerca de un 41% de la población padece de Enfermedades Cardiovasculares, que a su vez alcanzan a más personas jóvenes, traduciéndose en un número mayor de incapacitaciones y muertes en los mismos, disminuyendo así su calidad y esperanza de vida.
Los factores de riesgo cardiovascular (FRCV) se han dividido en modificables y no modificables. Los modificables como el peso, el consumo de alcohol, el exceso de grasa y sal en los alimentos, la falta de ejercicio físico, el tabaquismo, el estrés; los no modificables como la edad, el sexo, la raza y la herencia genética.
A través de investigaciones realizadas se han descrito resultados de interés como en el año 2006 cuando Portillo (4) tomo una muestra de 111 alumnos a los que se les realizaron examen físico, tomando peso, talla y presión arterial, concluyó que en el hombre hay mayor relación entre el aumento de masa corporal y las presiones arteriales. Ese mismo año Márquez (5) reveló que el sedentarismo se está convirtiendo en una epidemia de los países desarrollados, quedando demostrado que la actividad física reduce el riesgo de padecer afecciones cardiacas, diabetes y algunos tipos de cáncer, y permite controlar el peso y la salud de huesos y músculos con beneficios psicológicos.
Por otra parte, Campos (6) confirmo que el estrés psicosocial era causado por problemas familiares y otras circunstancias no guardando relación los niveles de presión arterial con este. Un año después, Riaño (7) demostró que la prevalencia de la obesidad en la infancia y en la adolescencia está aumentando considerablemente en los últimos 30 años en los países desarrollados y en los que están en vías de desarrollo, esto incrementa el riesgo de padecer obesidad en la edad adulta y el riesgo cardiovascular clásico, como el perfil lipídico aterogénico, la hipertensión arterial (HTA), la intolerancia a la glucosa y la diabetes tipo II. Ese mismo año Romero (8) destaco en su investigación que la obesidad en niños y adolescentes se asocia a riesgos elevados de presentar dislipidemia. Igualmente Robles (9) señala que el uso de tabaco en los jóvenes y todas las personas es maligno ya que daña las vías respiratorias y a su vez es un factor aterogénico importante. En otra investigación Velázquez (10) cito que las enfermedades cardiovasculares ocupan la tercera causa de muerte en pacientes menores de 15 años, y que la enfermedad coronaria es la primera causa de muerte en el mundo, responsable de un millón de fallecimientos anuales, estas causas se desarrollan en la infancia ya que la ateroesclerosis comienza a edades tempranas. Hernández (11) estudió los factores de riesgo y protectores para enfermedades cardiovasculares, en universitarios jóvenes normotensos donde concluyó que en relación a los factores de riesgo el 23% de la muestra fumaba lo cual indicó un factor de riesgo y 77% no lo hacían; lo cual representa un factor protector para este grupo.
Mas tarde para el año 2008, Weber (12) mostró que la hipertensión arterial (HTA), la diabetes y obesidad son problemas de salud universal que pueden encontrarse solas o como parte de un síndrome: el metabólico, que puede acompañarse con alteración de lípidos e insulina, y concluyó que el diagnostico de este síndrome, permite iniciar las medidas preventivas y terapéuticas para tratar de detener o revertir la evolución de los fenómenos tradicionalmente observados. También ese mismo año Calderón (13) señaló que los radicales libres y las especies reactivas al oxigeno están involucrados en la fisiopatología de la enfermedad aterogénica; se sabe que la actividad física tiene un gran papel como medida de salud pública para disminuir esa enfermedad en la población. Mientras que en Venezuela Flores (14) en su estudio titulado Origen Étnico y Enfermedad Cardiovascular describió que las poblaciones hispánicas caracterizadas por su origen multirracial presentan alta incidencia de obesidad y diabetes relacionada a leptinorresistencia e insulinorresistencia, con hiperinsulinemia compensadora de duración variable que aparentemente precede a la hipertensión arterial (HTA) esencial.
Durante el 2009, Suarez (15) indicó que en una población de adolescentes de entre 15 y 17 años predominó la categoría de la tensión arterial normal/alta por 2,4% y 2,3% respectivamente. Así mismo, Aglony (16) en una muestra de 112 niños, logró pesquisar 7 niños con presión arterial del rango normal, 3 niños con hipertensión arterial (HTA) y 4 con Pre HTA y que todos los niños Hipertensos estaban en estadio 1. En Otro Estudio llevado a cabo por Sandoval (17) se descubrió hipertensión arterial (HTA) en escolares, donde además 3 presentaron hipercolesterinemia e hipertrigliceridemia para una prevalencia de 1,9%. Igualmente, detectaron 2 adolescentes masculinos con hipertensión arterial diastólica, 2 hipercolesterolémicos y 6 hipertrigliceridémicos. Por otro lado, Cadenas (18) en un estudio realizado en al año 2009 en Caracas, a adolescentes entre 12 y 16 años, encontró que 40 de 112 jóvenes tenían sobrepeso.
Más recientemente en el año 2010, en Cuba, se mostró que los niveles bajos de actividad física y aptitud física aumentan de forma significativa el riesgo de desarrollar presión arterial alta y finalizan afirmando que los que tenían la menor aptitud física eran más propensos a sufrir hipertensión arterial (HTA) (19). Además, para ese mismo año, otra publicación mostró que en los profesionales de la Medicina también existen factores de riesgo cardiovasculares (20). Y que, el ruido es un factor desencadenante del problema cardiovascular según conclusiones de Fernández y Col (21).
Cabe destacar que varios componentes tóxicos del tabaco, participan significativamente en las distintas etapas de la aterogénesis: desde la disfunción endotelial, hasta la trombosis y su