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Factores de riesgo y caries dental en embarazadas

enfermedad anterior al efecto que se está estudiando, que por su presencia o ausencia se relaciona con la enfermedad investigada, o puede ser la causa que contribuye a su aparición en determinadas personas, en un determinado lugar y en un tiempo dado.

La finalidad del enfoque riesgo es la acción sobre la población en general o en forma específica en los grupos de riesgo, orientado a controlar los factores de riesgo conocidos y vulnerables en un intento por disminuir la morbilidad dentaria y la morbilidad bucal .

En la formación de la caries dental pueden participar varios factores de riesgo: Dentro de estos se deben mencionar:

  • Alto grado de infección por Streptococcus mutans
  • Alto grado de infección por lactobacilos
  • Experiencia anterior de caries en personas muy afectadas por la enfermedad
  • Deficiente resistencia del esmalte al ataque ácido
  • Deficiente capacidad de mineralización
  • Dieta cariogénica
  • Mala higiene bucal
  • Baja capacidad buffer salival
  • Flujo salival escaso (xerostomía)
  • Viscosidad salival
  • Apiñamiento dentario moderado y severo, tratamientos ortodóncicos y de prótesis
  • Anomalías del esmalte
  • Recesión gingival
  • Enfermedad periodontal
  • Factores sociales

Otros factores de riesgo: el bajo peso al nacer, la diabetes mellitus, embarazo, malnutrición, hipoparatiroidismo, hipotiroidismo, pacientes epilépticos, parálisis cerebral, discapacitados físicos y/o mentales, déficit vitamínico (1).

Internacionalmente se ha planteado que las poblaciones que tienen mayor riesgo son las de bajo nivel socioeconómico o con padres de bajo nivel educacional, las que no reciben atención estomatológica periódica (anual) o que no pueden acceder a los servicios. Por otra parte, las personas pueden tener un alto riesgo de caries dental aunque no presenten ninguno de los factores anteriores.

El riesgo puede aumentar cuando cualquiera de estos factores se combina con dietas cariogénicas, como las ricas en hidratos de carbono refinados (5).

Los factores de riesgo no actúan aisladamente, sino en conjunto, interrelacionadamente.

El embarazo constituye un fenómeno fisiológico que por sí solo constituye un riesgo, pues durante este periodo aumenta la demanda de alimentos, y de todos es conocido que las embarazadas ingieren abundantes alimentos azucarados y no azucarados en esta etapa, en horarios indeterminados y, por consiguiente, no mantienen una higiene bucal adecuada (6).

Si para cualquier persona se trata del problema buco-dental más frecuente, en las mujeres embarazadas se acentúa más. Se debe tanto a las alteraciones hormonales como a los cambios alimenticios. También contribuyen las irregularidades dietéticas con los frecuentes “antojos” (que generalmente son dulces) lo cual favorece la formación de placa que puede terminar en caries dental (7).

Varias embarazadas creen que la aparición de caries dental durante la gestación se debe a la pérdida de calcio en la estructura dentaria, tomado por el feto; sin embargo, el calcio necesario para la formación del futuro bebé, es proporcionado por la dieta (8).

El esmalte dentario está compuesto por cristales de hidroxiapatita que no responden a los cambios bioquímicos del embarazo, o al cambio en el metabolismo del calcio que trae aparejado. Estudios realizados han demostrado que el esmalte tiene un intercambio mineral muy lento, de manera que conserva su contenido mineral toda la vida. Gran parte de lo que ocurre en él tiene lugar por recambio de minerales con los de la saliva y no por disminución de calcio sistémico, aun cuando los requerimientos de este elemento están aumentados en un 33% en comparación con mujeres no gestantes (9).

La predisposición que ocurre a esta patología durante este período, obedece fundamentalmente a su etiología, ya que la primera etapa en el desarrollo de la caries dental es el depósito, también denominado placa, una película de productos precipitados de saliva y alimentos en los dientes (16).Esta placa está habitada por un gran número de bacterias disponibles fácilmente para formar la caries dental (10).

En cualquier caso, hoy en día, un hijo no cuesta un diente como se solía decir antiguamente, basta solo con realizar revisiones periódicas y extremar la higiene (11). Durante el embarazo la caries dental también aumenta debido a que en muchas mujeres se producen náuseas y un fenómeno llamado” reflujo gástrico» que consiste en la invasión de los jugos del estómago hacia la parte superior del tracto digestivo, pudiendo llegar hasta la boca, lo que aumenta la acidez de la misma durante los primeros meses (12).

Las caries dentales se producen con mayor frecuencia en bocas con alta acidez porque las bacterias que las forman se desarrollan con más facilidad en un medio ácido. Las embarazadas ingieren alimentos dulces que generalmente se convierten en ácidos y, por tanto, aumenta el riesgo de contraer la enfermedad (13).

Señalar que la boca desempeña un papel fundamental en nuestra salud y bienestar general, forma parte de nuestra apariencia física y es reflejo de un cuerpo sano. Por eso desde el embarazo los padres deben informarse sobre las medidas preventivas a tomar en cuenta para enfrentar los cambios bucales que pueden ocurrir en la futura mamá y en su hijo, para que ambos gocen de una excelente salud bucal (14).

En esta etapa es fundamental tener una alimentación equilibrada no sólo para evitar las alteraciones bucales sino para la salud general de la madre y el bebé (15).

Es importante un aporte adecuado de vitaminas como la vitamina A y la D, minerales como calcio y fósforo cuyo aporte es esencial para la formación de los huesos y los dientes del futuro bebé (16).

Es necesario también un aporte adecuado de lípidos, como son los ácidos grasos esenciales (17).

Las proteínas de calidad que aportan la carne, el pescado, los huevos y la leche son imprescindibles como material de construcción de todos los órganos del bebé.

Los hidratos de carbono preferiblemente los llamados hidratos complejos, como el pan, las pastas, las patatas, el arroz, etc (18).

Los hidratos de carbono simples o refinados son más cariogénicos que los complejos y pertenecen a este grupo el azúcar, y los alimentos dulces como los caramelos, los pasteles, la repostería (19).

Básicamente «todos los azúcares y sus derivados en glucosa son los responsables de iniciar la cadena de la placa bacteriana». Cuando se ingieren dulces o