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Evaluación de riesgos del personal de Enfermería en área quirúrgica como una necesidad permanente

de Enfermería.

Con relación a la postura y movimientos, el 60% del personal permanece en una postura fija por más de seis horas y el 40% restante por más de tres horas. El 40% menciona que no están expuestos a movimientos y adoptan posturas forzadas, mientras que el 60% expone que si adoptan posturas forzadas debido a que tienen horario de 12 horas. Al respecto, el 85% ha sufrido lumbalgia. Respecto a la exposición a ruidos, 15% está expuesto a la radio, 40% a monitores y 45% a ruidos de la máquina de anestesia.

Y referente a la sobrecarga de trabajo como factor de accidentes, el 85% considera que efectivamente es un factor determinante y el mismo porcentaje afirma que la Comisión de Seguridad e Higiene del Hospital no ha practicado estudios para detectar errores y/o riesgos en el área quirúrgica. El 100% desconoce la existencia de algún manual de seguridad e higiene del trabajo y el mismo porcentaje considera necesario contar con un Sistema de Gestión del Riesgo Laboral.

Por último, únicamente el 8% menciona haber recibido algún tipo de capacitación sobre riesgos laborales y medidas protocolarias de atención por riesgos laborales, pero que ha sido buscado de forma particular.

Discusión.

Tomando en cuenta los resultados del presente estudio y atendiendo el objetivo principal del mismo, evaluar los factores de riesgo a los cuales se expone el personal de Enfermería que labora en área quirúrgica de un hospital de segundo nivel, podemos discutir lo siguiente.

Los autores consideramos como principal factor de riesgo, el desconocimiento, es decir, no contar con una capacitación con relación a la identificación, prevención y manejo de riesgos, afirmación que aplica para todo personal de salud. Para este estudio, aunque el 100% del personal de Enfermería del área quirúrgica, reconoce algún tipo de factor de riesgo, solo el 45% conoce y aplica las medidas de seguridad indicadas. Entendiendo por medidas de seguridad a la serie de normas encaminadas a lograr actitudes y conductas que disminuyan los riesgos del trabajador de salud. Esto puede confirmarse aún más, si consideramos que la totalidad de entrevistados desconoce la existencia de un manual de seguridad e higiene del trabajo. Así también, es solamente un reducido porcentaje del personal entrevistado, que reconoce haber recibido capacitación de riesgos laborales, aunque de modo independiente y no de manera institucional.

Lo anterior, es una problemática que varios países han ido atendiendo mediante la capacitación continua, logrando elevar los conocimientos respecto a la identificación, evaluación y manejo de riesgos en el área de la salud, tal es el caso de lo reportado por Condori (1997), Soto-Cáceres y Olano (2001), Soto-Cáceres y Olano (2004) para algunos países latinoamericanos.

Según Berry y Khon (2005) el personal debe estar protegido de cualquier condición de riesgo que haya en las distintas áreas de un hospital. El equipo de protección está en función de los riesgos que existan, así como el tipo y las características de esta indumentaria van a depender de la función y el grado de riesgo previstos. La indumentaria de protección no debe permitir que la sangre u otros productos potencialmente peligrosos alcancen la ropa interior, la piel o los ojos. Ahora bien, en este estudio, un alto porcentaje del personal de Enfermería de quirófano, considera utilizar las medidas de protección básica, pero no es la totalidad, lo cual transgrede la norma. Además de que paradójicamente, existe un porcentaje considerable que no mantiene un manejo cuidadoso de desechos punzocortantes; no realiza lavado de manos ni desinfección correcta posterior a procedimientos dentro del área quirúrgica.

Consecuencia de lo anterior, es alto el porcentaje de personal que ha padecido enfermedades virales, parasitarias e infectocontagiosas. También, es considerable el porcentaje que ha sufrido accidentes como cortaduras, pinchazos, rasguños y solamente una pequeña proporción de ellos notifica estos accidentes. Al respecto Galíndez y Rodríguez (2007) afirman que las heridas punzocortantes no representan solo un problema relacionado con la infección o la enfermedad, sino que contiene un impacto emocional significativo y prolongado, ya que el trabajador que se lesiona, recibe un impacto severo cuando la lesión causa exposición al VIH, pese a existir hoy en día excelentes tratamientos con drogas retrovirales, y es entonces que tanto el trabajador de salud como compañeros de trabajo y miembros de su familia se ven afectados emocionalmente.

Tanto los procesos de ventilación como de iluminación son muy importantes en las características del microclima laboral, ello facilita el confort o no del área física, así como el adecuado intercambio de aire de estas salas (Terán et al, 2007). Ahora bien, en este estudio se encontró que la ventilación del área quirúrgica no es adecuada, lo cual está gravemente asociado a factores de riesgo ante el constante manejo de sustancias químicas como formol, alkasyme, alkacide y cloro, principalmente. Así también su asociación con la diseminación microbiana.

Con relación a los riesgos por postura y movimiento, el estudio reporta altos índices, debido a la permanencia en postura fija por largos períodos de tiempo, ello está relacionado con un elevado porcentaje del personal que ha presentado lumbalgias. Esto coincide con lo expuesto por varios autores, entre ellos Peña y Solano (2009) y Duque et al (2011), cuando mencionan que las lumbalgias son casos frecuentes y prevalentes en los servidores de salud y se asocia a posturas inadecuadas y a una mala ergonomía en el trabajo. Aunque existen tratamientos sencillos y eficaces, lo importante es la prevención.

Dentro de los factores de riesgos por exposición a ruidos, en el área quirúrgica, es elevada la proporción del personal sometido a ruido de radio, monitores y máquina de anestesia. Factores