En el estudio participaron 40 pacientes obesos o con sobrepeso, no insulino-dependientes y preferentemente de reciente inicio de la enfermedad y seleccionados en los centros de salud. Se realizó una consulta interactiva por trimestre, que aparte de informar al paciente tenía la función de hacerle participar e interactuar. Los objetivos a corto plazo eran los siguientes: conseguir un incremento del conocimiento de la enfermedad, una mejoría en cuanto a los síntomas, una disminución de peso, la práctica de ejercicio de manera continua, un registro de glucosurias y una disminución de la dosis diaria de compuestos orales hipoglucemiantes. A largo plazo los objetivos eran conseguir una disminución de hemoglobina glucosilada, del número de hipoglucemias y de cifras elevadas de hipertensión.
Los conocimientos sobre la diabetes se midieron a través de dos cuestionarios antes del tratamiento, y a los cuatro años, cuando terminó. Como resultado, se obtuvo una mayor compresión de la enfermedad por parte de los participantes, que empezaron a controlar de manera más regular las glucosurias, y esto conllevó a una disminución de la ingesta de hipoglucemiantes. Se consiguió que llevaran a cabo una alimentación adecuada por lo que se obtuvo una reducción de peso del 100% de los participantes al año, aunque un 2% volvió a subir de peso al final del estudio. También disminuyeron los valores de Hba1c, colesterol y triglicéridos y el número de hospitalizaciones por hipoglucemias. No se obtuvo buen resultado en la práctica de la actividad física.
Una vez más se puede observar que la educación tuvo resultados positivos a corto y a largo plazo, por lo que se observa su importancia. (12)
El cuarto estudio fue realizado en las Islas Marshall por el departamento de Enfermería del «College of Marshall Islands´´ en el año 2013. Participaron un número de 150 personas de centros de salud con diabetes tipo II. El objetivo del estudio era observar los niveles de educación, la autoeficacia de los pacientes y las conductas de autocuidado medidas mediante un cuestionario. Con los resultados obtenidos se llegó a la conclusión que los participantes con mayores conocimientos sobre la enfermedad tenían una mayor autoeficacia y por lo tanto un mayor autocuidado. Sin embargo la situación laboral y el estado civil también influyeron en los niveles de autoeficacia, ya que las personas casadas y con ingresos superiores tenían un mayor nivel de autoeficacia y de autocuidados. (13)
Desigualdades a la hora de acceder a atención primaria.
A pesar de que la diabetes mellitus es considerada uno de los mayores problemas de salud a nivel global y aunque es posible promover la salud y reducir las complicaciones de la enfermedad, la inequidad en salud es un factor negativo para realizar dichas actividades. Dentro de la sociedad la diabetes mellitus impacta de manera muy diferente a los ciudadanos, estando condicionada por los determinantes sociales y siendo difícil el acceso para distintos grupos de personas a la atención primaria.
El factor más importante es la clase económica y social de la persona, siendo la cantidad de muertes prematuras mucho más elevada. Esto es debido a que este grupo de personas accede mucho menos a los chequeos usuales realizados principalmente en atención primara como son: índice de masa corporal (IMC), nivel de glucosa en sangre, tensión arterial etc. También es de elevada importancia el factor de nivel educacional (falta de conocimientos sobre la salud entre otros), etnia (afectando más a personas de raza negra y del sur de Asia) y género (afectando más a la mujer). (14)
En un estudio realizado por la profesora Sara Darías Curvo en Canarias, se utiliza como fuente de datos la Encuesta de Salud de Canarias 2004, La salud de la población Canaria según el nivel de ingreso 2004 y la Encuesta Nacional de Salud 2006 para ver la relación que existe entre un bajo nivel social y económico con la salud. Se obtiene como resultado que las personas que vive por debajo del umbral de la pobreza, es decir con ingresos mensuales menores a 456,73 euros, presentan una mayor prevalencia en la diabetes y en la obesidad. Se obtiene una prevalencia de 9,3% en mujeres% y de un 7,1% en hombres en personas que viven por debajo del umbral de la pobreza. Es decir, este grupo de personas tiene una prevalencia 4 veces mayor que las personas mejor posicionadas socioeconómicamente. (15)
Por todo esto, sería de gran interés un planteamiento de políticas en vista a cambiar esta situación de la enfermedad a nivel global y permitir un mayor acceso a la atención primaria a todos los grupos de personas y facilitar una mayor información sobre la enfermedad y sus cuidados.
CONCLUSIÓN
La atención primaria es un elemento clave para la mejora de la calidad de vida de las personas con diabetes mellitus tipo II y de otras enfermedades crónicas.
A la hora del tratamiento de la diabetes, tiene una gran importancia que haya un seguimiento periódico de las personas afectadas y sobre todo que ellos reciban un apoyo por parte del profesional de la salud, porque además de los problemas físicos conlleva problemas psicológicos.
Al tratarse de una enfermedad crónica, es habitual que los pacientes se enteren de repente de que padecen diabetes y complicado que haya una aceptación inmediata de la enfermedad. Hay que tener en cuenta que estas personas van a tener que cambiar muchos hábitos de su vida por lo que es muy importante ponerse en su lugar y ser capaces de entender su nueva situación, tratar a estas personas de manera que se sientan comprendidas. En general los afectados tienen una percepción de su calidad de vida muy negativa en comparación con el resto de la población.
Las intervenciones de educación para la salud han demostrado repetidas veces ser efectivas para mejorar la cronicidad de la enfermedad y para evitar problemas que pueden aparecer debido a esta. Si todas las personas tuvieran las mismas oportunidades de ir a los centros de salud, tuvieran un correcto tratamiento, un seguimiento y una buena información sobre la enfermedad, se reduciría la cantidad de futuras complicaciones. Además, el hecho de que la población en general tenga una educación adecuada, sería la clave para que en un futuro el número de personas afectadas por la diabetes