adolescentes menores de 15 años tuvieron hijos con más complicaciones, como mayor prematuridad, infecciones bacterianas, sífilis congénita, paladar fisurado y mayor mortalidad. (10)
De las repercusiones en el recién nacido, todos los reportes internacionales coinciden en que los problemas comienzan en el útero: desnutrición, restricción del crecimiento intrauterino (CIUR) y bajo peso al nacer, que junto a la prematuridad, serán las condiciones determinantes en la mayor morbilidad y mortalidad de éstos en relación a la población general. Además de mayor riesgo de muerte intrauterina, riesgo de sufrir accidentes, enfermedades, o tener una alimentación inadecuada debido a falta de cuidados maternos, más incidencia de enfermedades cardiológicas y problemas funcionales, bajo rendimiento académico, ser madre/padre en la adolescencia, al igual que sus progenitores. (10, 11, 12)
Otros reportes señalan dentro de los efectos adversos que el embarazo traerá a la adolescente parto prematuro, preeclampsia, desprendimiento placentario, anemia, mayor número de abortos y cesáreas, así como a las condiciones propias del adolescente como inestabilidad emocional, dependencia económica, inexperiencia, uso de alcohol y otras droga, deserción escolar, signo de fracaso, violencia doméstica, infecciones de transmisión sexual, abandono, madre soltera, divorcio, entre otras tantas. (10, 14,15)
Hasta aquí hemos hecho referencia a los principales factores de riesgos que presentan las adolescentes al involucrarse en un embarazo, tanto para ellas como para el producto, a continuación analizaremos la repercusión de estos fenómenos si, a ellos, le sumamos las sepsis vaginales entre otras, que incuestionablemente incrementan y potencializan los riesgos.
La candidiasis vaginal es un tipo común de infección vaginal que es particularmente común en las mujeres embarazadas. Esta infección —también denominada vaginitis candidiásica— es ocasionada por hongos microscópicos de género de la cándida, en particular la cándida albicans. Durante el embarazo, el alto nivel de la hormona estrógeno causa que la vagina produzca más glucógeno, y esto a su vez facilita el crecimiento de este hongos, la que puede ser transmitida al neonato durante el trabajo de parto (16)
Las infecciones vaginales y de transmisión sexual son más frecuentes en las embarazadas adolescentes que en el otro grupo de gestantes y pueden provocar rompimiento prematuro de la bolsa, sepsis puerperal, sepsis neonatal, proteólisis del tapón mucoso con la consiguiente exposición del producto, parto pretérmino, prematuridad, bajo peso al nacer, enfermedad de la membrana hialina, infección y muerte. Incluye también daño cerebral, ceguera, sordera, hepatopatía y óbito fetal. (17)
Un estudio de la Universidad de Duke en Estados Unidos, constató que casi un tercio de los partos prematuros, se asocian con el rompimiento precoz de las membranas fetales, lo cual obedece a los altos niveles de bacterias que se asocian con romper la fuente en mujeres embarazadas. Las infecciones vaginales conllevan a la aparición de contracciones que podrían provocar partos prematuros. La presencia de vaginosis bacteriana se ha asociado con resultados adversos en el embarazo, con la ruptura prematura de membranas, bajo peso del bebé al nacer y amenaza de parto prematuro. (18)
Las alteraciones propias del embarazo provocan en la mujer embarazada un aumento del riesgo de contraer distintas infecciones que pueden ser peligrosas para su vida y para el buen crecimiento y desarrollo del bebé, lo cual se incrementa en las gestantes adolescentes, entre la que podemos citar están:
Sífilis: Esta es una infección que se contagia por vía sexual y no presenta síntomas pero puede afectar el normal crecimiento del recién nacido.
Citomegalovirus: Es la infección viral más frecuente. Es un virus que puede transmitirse al bebé a través de la placenta, en el momento del parto o incluso a través de la leche materna, generalmente es asintomático, y puede provocar problemas neurológicos, sordera, ceguera y hasta ocasionalmente, la muerte neonatal.
Herpes simple: Es un virus que se transmite por vía sexual y provoca úlceras que, de presentarse en forma precoz durante el embarazo puede llevar a que el bebé padezca daños cerebrales y riesgo de aborto, puede ser transmitido al recién nacido durante el parto por lo cual es conveniente un tratamiento preventivo durante los últimos meses del embarazo para reducir las posibilidades de contagio al neonato.
Clamidia: La clamidiasis es una enfermedad frecuente en la adolescencia dada la características y conductas sexuales de estas edades precoces, puede ser trasmitida al hijo de madre adolescentes durante el trabajo de parto y producir ceguera al recién nacido.
Estreptococo B: El estreptococo grupo B es una bacteria que puede encontrarse en el aparato digestivo, urinario y genital, puede ser inocua mientras la mujer no esté embarazada, representa graves consecuencias a la madre y el producto durante este período y el parto ya que puede transmitirse al bebé a través de las membranas. En las adolescentes embarazada puede generar infecciones urinarias, en el postparto endometritis, infecciones y en el niño puede ocasionar septicemia, infección localizadas y hasta meningitis. El riesgo de enfermedad aumenta en los prematuros. Este puede manifestar la enfermedad durante el primer mes de vida y hasta los seis meses. (19)
VIH: Según reportes de ONUSIDA, de los 33,4 millones de personas infectadas con VIH en el mundo, casi la mitad son mujeres. En todo el mundo, las dos causas principales de muertes en mujeres en edad reproductiva son el VIH y las complicaciones durante el embarazo y el parto, donde las adolescentes aportan una gran cuota. (19,20)
Las infecciones urinarias y las vaginales se encuentran entre las patologías más frecuentes en el embarazo, el mayor riesgo que estas conllevan es la aparición de contracciones con el riesgo de partos prematuros. En el embarazo pueden aparecer infecciones vaginales, sobretodo porque las defensas en las zonas periféricas disminuyen para proteger al feto de mejor manera. (20, 21,22)