de las variables analizada fue los antimicrobianos más prescritos para combatir las infecciones. El resultado del análisis se muestra en la figura 8.

Figura 8. Distribución de la muestra de acuerdo al antimicrobiano más prescrito durante todo el periodo en estudio. Se muestra la información en porcentaje.
Se aprecia en la figura 8 que los antimicrobianos más prescritos durante todo el tiempo de estudio fueron azitromicina, metronidazol, clotrimazol y nistatina.
Se evaluó también el número de gestantes a las que se les prescribió más de una vez los antimicrobianos analizados para la sepsis vaginal. Los resultados se muestran en la figura 9.

Como se aprecia en la figura 9 hubo un gran número de gestantes a las cuales se les prescribió los antimicrobianos en más de una ocasión. Esto pudo estar debido a ineficacia en el tratamiento ó aparición de reinfección. Esta última pudo originarse por no haber tratado a la pareja, por no adherencia de las gestantes al tratamiento, abandono voluntario del hogar y por tanto, abandono del tratamiento u otras causas no conocidas en este estudio.Figura 9. Distribución de la muestra de acuerdo al número de gestantes que se les prescribió antimicrobianos para la sepsis vaginal en más de una ocasión durante el tiempo de estadía en el hogar. Se muestra la información en porcentaje.
Discusión
El predominio de las gestantes con edades comprendidas entre los 21 y 30 años está en concordancia con las edades consideradas como óptimas para el embarazo en la mujer. Esta tendencia corresponde con la que aparece en países desarrollados. En edades extremas se presentan mayores riesgos tanto para la madre como para el feto. Por esta causa en muchas ocasiones se deciden ingresos en el hogar materno. Tanto en los embarazos a edades tardías como en la adolescencia, se corren riesgos como el peligro de aborto, complicaciones en el parto, anemia, bajo peso fetal y desórdenes genéticos. Durante la adolescencia además, no se tiene la madurez necesaria tanto biológica como social para lograr una gestación adecuada. (3,4)
Entre las 11 y 30 semanas de gestación comienzan a presentarse situaciones que en ocasiones requieren cuidados especiales. Tal es el caso de la hipertensión y diabetes gestacional, anemia, sepsis urinarias, variaciones de peso no adecuado, etc., las que conjuntamente con situaciones de tipo social pueden conllevar a la necesidad de un ingreso en el hogar materno. Constituyeron minoría los ingresos ocurridos en las semanas posteriores a las 30 y en las primeras 10, etapas correspondientes con el inicio y final de embarazo, y en las cuales existen un menor número de complicaciones como los riesgos de aborto espontáneo y de parto pre-término. Se debe tener presente también que la captación del embarazo se hace entre las 8 y las 10 semanas de gestación, lo cual influye en que los ingresos en el hogar materno durante las 10 primeras semanas sean minoría.
La generalidad de las gestantes ingresadas durante el tiempo de estudio presentó diagnóstico de sepsis vaginal. La sepsis vaginal constituye una de las principales causas del bajo peso al nacer y la pérdida del embarazo e incremento de la mortalidad infantil, por lo que resulta imprescindible el tratamiento oportuno y adecuado en la embarazada.
Si bien es cierto que los criterios diagnósticos para la sepsis vaginal están bien definidos, se debe tener en cuenta que se trata de pacientes embarazadas, por lo que a pesar de las limitaciones existentes para la realización de los diagnósticos microbiológicos diferenciales es importante realizar este tipo de examen. De esta manera se identifica el agente patógeno causante de la infección, lo que posibilita la prescripción del antimicrobiano de espectro más reducido posible y el más sensible al germen infectante. Resulta particularmente importante en los casos de reinfección para evitar la prescripción innecesaria de antimicrobianos en esta población de gran vulnerabilidad y precisamente en la muestra estudiada se detecta un gran número de casos de reinfección o de tratamientos no efectivos.
La historia clínica es el documento donde se refleja no sólo la práctica médica o acto médico, sino también el cumplimiento de algunos de los principales deberes del personal sanitario respecto al paciente: deber de asistencia, deber de informar, etc., convirtiéndose en la prueba documental que evalúa el nivel de la calidad asistencial. En las historias clínicas revisadas para realizar el estudio se pudo evidenciar un mal llenado de las mismas. No reflejaban todos los análisis realizados a las gestantes ni el resultado de los mismos, todos los criterios diagnósticos que se tuvieron en cuenta para el diagnóstico de las patologías y no estaban uniformemente completadas.
Estos aspectos dificultaron el análisis de los datos recogidos. Cabe señalar que se detectó una tendencia a la eliminación de estos malos hábitos de no reflejar en la historia clínica toda la información que puede resultar relevante para el tratamiento y control de la gestante, lo cual evidencia los cambios positivos en el control y exigencia en el trabajo asistencial en el hogar.
De acuerdo a los antimicrobianos más prescritos la azitromicina está clasificada por la FDA como medicamento categoría B según la clasificación de riesgo en el embarazo (5) y pertenece a la familia de los macrólidos, los que se caracterizan por ser antibióticos de primera elección en un escaso número de infecciones, siendo sin embargo numerosas sus indicaciones como alternativa a las penicilinas, especialmente en pacientes alérgicos a ellas. Se utilizan como una opción a las tetraciclinas en las infecciones por Chlamydia trachomatis, especialmente cuando las tetraciclinas están contraindicadas como es el caso de los niños menores de 8 años y de las embarazadas. (6)
Para prescribir este grupo de antibióticos se debe tener en cuenta que