es la evacuación, con tiempo suficiente de las personas que están en zonas de riesgo. Se organizan dispositivos de movimiento de miles de residentes en regiones inseguras hacia lugares donde no tengan peligro. Otras de las medidas es desconectar la electricidad para evitar muertes por electrocución; cuando los vientos ya tienen demasiada intensidad, los circuitos se apagan. El servicio de agua potable se suspende con anticipación, con el objetivo de evitar una posible contaminación.
Ben Wisner, profesor visitante del Instituto de Estudios del Desarrollo London School of Economics, escribió sobre cómo aprender de Cuba, basado en lo sucedido durante el huracán Michelle, que abatió la isla en el 2001. Wisner afirmó que la cohesión social y solidaridad, la ayuda mutua y protección social de la ciudadanía en el vecindario, la confianza entre las autoridades (nacional, regional o municipal) y la sociedad civil (la población en general) constituyen reglas de oro en la protección de vidas humanas en la isla caribeña. (13)
Para este experto, las inversiones en desarrollo económico para atenuar riesgos ante desastres, el desarrollo humano y el financiamiento destinado para mejorar la capacidad científica de centros como el Instituto de Meteorología y otras instituciones científicas, la atención a los grupos más vulnerables de la sociedad, la infraestructura indispensable para la supervivencia y el compromiso político en la reducción del riesgo de desastres, constituyen razones para que otras naciones se ilustren del ejemplo cubano. Este país isleño, de más de 11 millones de habitantes, tiene lecciones que dar al resto del Caribe y el hemisferio, afirmó. (14)
Conociendo las amenazas y peligros potenciales a que está sometido cada territorio, cada comunidad y cada institución de salud, y con el conocimiento de los riesgos, los planes de medidas- incluida la capacitación de los recursos humanos- cobran suma importancia. La experiencia demuestra que se comenten errores, cuando no existe una organización adecuada ni personal preparado para actuar conforme con un plan previamente elaborado, con grupos multidisciplinarios de especialistas y multisectorial, con la participación de otros organismos y la comunidad.
El programa del Médico y la Enfermera de la Familia en nuestro país, permite contar con un personal de salud que juega un papel activo en la identificación de riesgos, la educación de la población, así como en la organización y preparación en los primeros auxilios y cuidados básicos de los Brigadistas Sanitarios. Se ha realizado un gran esfuerzo en la preparación del personal médico y paramédico a todos los niveles a través de cursos sobre urgencia y emergencia médica. Se cuenta además con un sistema computarizado de vigilancia en salud que ofrece información a todos los niveles del sistema de salud para la acción, el control y la ejecución de medidas correctivas frente a cualquier evento que pueda afectar la salud de la población.
En 1987 la Resolución No. 169 aprobada en la 42 Asamblea General de las Naciones Unidas exhortó a la comunidad internacional a prestar especial atención al fomento de la cooperación internacional en la esfera de la reducción de los desastres. Con la proclamación del Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales, que se iniciaría a partir del año 90 se aprobó un marco internacional de acción dirigido a mejorar la capacidad de cada país- especialmente en los países en desarrollo- fomentar los conocimientos científicos y técnicos, y formular medidas para evaluar, pronosticar, prevenir y mitigar los desastres naturales mediante la asistencia técnica, la transferencia de tecnología, los proyectos de demostración, la educación y la capacitación. (15)
Durante los 90´ en Cuba se creó el Centro Veterinario para la prevención de Desastres, con el propósito de revisar los programas de formación en la rama veterinaria a todos los niveles y en todas las especialidades, promover cursos y eventos, así como fomentar la investigación, la producción de literatura y la colaboración internacional, siendo creada la Sociedad de Medicina Veterinaria de Desastres.
Todo ello, unido al principio inviolable e histórico de nuestro pueblo, y en particular de los trabajadores del sector de la salud, de brindar su ayuda solidaria a cualquier pueblo del mundo que haya sido afectado por desastres causados por fenómenos naturales o antropológicos, sin tener en cuenta diferencias ideológicas ni sociales, e inspirados en el más humanitario sentimiento de mitigar el dolor que generan las catástrofes, constituyen antecedentes que propiciaron que en 1996- a instancias del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil y con el coauspicio de la OPS/OMS y la Asociación Médica del Caribe (AMECA)- fuera constituido el Centro Latinoamericano de Medicina del Desastre (CLAMED), que subordinado al Ministerio de Salud Pública aglutinara el potencial científico del personal y las instituciones de más alto nivel científico – preventivo, asistencial e investigativo, para constituir un poderoso instrumento para el perfeccionamiento del trabajo en la coordinación de las acciones, sobre bases científicas y en constante perfeccionamiento, de las medidas de prevención y mitigación en la esfera de la salud humana.
En ese mismo año fue celebrado el I Congreso de la AMECA, que con el tema central, “El personal de salud en ante los desastres” trató importantes aspectos sobre la organización de estos servicios para enfrentar los desastres, la preparación de los distintos elementos de la comunidad, el papel del personal de salud, la identificación de las víctimas y la coordinación con los organismos internacionales para la colaboración en desastres, de cuyo foro surgió la creación de una Red Caribeña de Desastres y en el mismo fue presentado el proyecto CLAMED como centro de referencia para la medicina de desastres en el área del Caribe y Centroamérica, aprobado por representantes de los 35 países participantes y organismos internacionales de la región. (16)
La integración de las acciones en salud con un centro coordinador y la apertura de su Centro de Información y Documentación en 1999 facilitó la creación de capacidades en gestión de información sobre el tema de salud y desastres en el país a través de la red de centros y bibliotecas de información de Ciencias Médicas. Se cuenta con una base de datos sobre literatura cubana especializada disponible en el país e información sobre documentos físicos, y se ofrecen productos y servicios de valor agregado facilitados por el establecimiento de mecanismos de coordinación y colaboración con los principales centros de América Latina y el Caribe y el empleo de medios tecnológicos avanzados de comunicación e información.
Actualmente CLAMED cuenta con un sitio web en el que se puede encontrar información oportuna para la toma de decisiones en materia de salud y desastres,