Creemos que el desconocimiento de los métodos anticonceptivos reflejado en la presente investigación obedece a la poca información que tienen los estudiantes de estos temas y por los tabúes sociales y discriminativos respecto a la sexualidad que a pesar del desarrollo seguimos arrastrando y son muy frecuentes en este municipio, por la repercusión del entorno social y por la poca información de estos temas en la proyección de los programas educativos de las escuelas.
En la tabla 2(ver tabla 2) muestra la distribución de los encuestados según sexo y utilización de los métodos anticonceptivos un predominio de la no utilización de métodos anticonceptivos, solo el 44% afirmó emplear los mismos. El sexo femenino sobresalió dentro del grupo que negó el uso de la anticoncepción representando el 57%, y solo un 43% refirió utilizarlos.
Los resultados de esta investigación no coinciden con los obtenidos por el Dr. Rafael Abreu Naranjo 1, Dr. Oliva Reyes Amat 1, métodos empleados por estos adolescentes fueron en primer lugar el condón (23.9%: primer grupo y 31.9 segundo grupo), seguidos por método del ritmo (19,4%: primer grupo y 12,5 segundo grupo) y el DIU (11.99%: primer grupo y 18,1 segundo grupo). las pastillas anticonceptivas en muy pocas ocasiones, (38)
González LI.los métodos anticonceptivos empleados con su pareja según grupos etarios, el mayor porcentaje de los adolescentes en ambos grupos corresponde al uso del condón, aunque se queda por debajo del 50%. Estos datos son similares a los encontrados en la literatura donde se plantea que en países industrializados como Estados Unidos, se reporta que solo aproximadamente el 60% de los adolescentes sexualmente activos utilizan los métodos anticonceptivos (39)
Los resultados de esta investigación coinciden con los obtenidos por Molina M (40). Quizás también influyera en esto la educación familiar ya que se ha demostrado que aunque esta sea muy buena en este grupo de edades en específico existen muchos criterios negativos que pueden provocar la conducta irresponsables en los adolescentes. Donde se manifiesta el rol de hombre mayor y la independencia de la mujer, como expreso Ofelia Bravo Fernández (41): “es posible que en la medida en que avanza la adolescencia como confirmación de ser mujer, ella desee comprobar su posibilidad de quedar embarazada y quizás también compensar con la maternidad las sensaciones de minusvalía o inseguridades propias de la edad.” Respecto al rol del hombre, no se demuestra que tenga presente la paternidad desde la infancia; sin embargo, en la adolescencia la posibilidad de fecundar es sobrevalorada y aún en algunas familias no existe la preocupación de advertir al hijo varón sobre su nueva facultad y las valoraciones que deben acompañarla (40).
Así mismo Enríquez y col (42) encontraron en un estudio realizado en una población de adolescentes de La Habana, que el mayor número de las y los jóvenes no usaban ningún método anticonceptivo.
La no utilización de métodos anticonceptivos pudiera estar determinada por el no comienzo de las relaciones sexuales en la gran mayoría del estudiantado en cuestión. Si tenemos en cuenta que los adolescentes no tienen percepción de riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual ni de la posibilidad de un embarazo, por la deficiente educación sobre sexualidad y métodos anticonceptivos.
En la tabla número 3 (ver tabla 3) aparece la distribución de los encuestados según su consideración del aborto como método anticonceptivo, existiendo un predominio del 95% que no lo consideran como un método anticonceptivo.
Los resultados de esta investigación coinciden, con los datos obtenidos por otros autores Liliana Libreros, Luzmila Fuentes y Amílcar Pérez. La mayoría de los estudiantes mostraron una actitud desfavorable hacia el aborto. (43)
Para las adolescentes en particular, se ha planteado que cada año, 17000 000 tienen un parto, 60 000 mueren durante este y entre dos a cuatro millones se someten a abortos, la mayoría en condiciones de riesgo (44).
Santos I (45) en su investigación del aborto inducido en la adolescencia reporta que el 41.7% refirieron tener el antecedente de aborto previo mientras que el 35.8% estaban repitiendo la experiencia de someterse a una interrupción de la gestación, lo que avala que usaban el aborto como un método anticonceptivo.
Molina, M (40) al referirse al aborto como método anticonceptivo en su trabajo encontró que de los encuestados solo el 5,9% consideró el aborto como método anticonceptivo, predominando en este grupo el sexo masculino (11.6% del total de ellos). El 94,1% de los estudiantes desaprobó al aborto como anticoncepción, coincidiendo con el presente estudio.
En Cuba, donde el aborto es legalmente aceptado y también lo es desde lo social por una parte considerable de la población, predomina no obstante el rechazo de los jóvenes al aborto, el cual es asumido generalmente como solución del problema específico (embarazo); y aunque no deja de ser significativa su incidencia en estos grupos (el mayor número de abortos se concentra en la adolescencia tardía), existe una tendencia actual a la disminución del aborto en todos los grupos de edades.
Si tenemos en consideración los riesgos que el aborto ocasiona a la salud, fundamentalmente en la etapa de la adolescencia y la juventud temprana, nos vemos en la necesidad de incrementar y perfeccionar la educación que realiza el equipo de salud a la familia
En cuanto a las fuentes de información inicial de educación sexual (ver tabla No.4, al final del artículo), se obtuvo un predominio de la madre (73%), seguida del amigo (36%) y la Televisión (32%). El padre con un 31% se encuentra en un cuarto lugar. El maestro queda en un quinto lugar lo que indica que aún éste no ejerce el papel decisivo en el proceso de formación y orientación de la esfera psicosexual de los adolescentes, desaprovechándose las posibilidades que brinda el escenario escolar en este sentido.
Los resultados de este estudio no coinciden con la investigación de Raymond (46) y J de Christner (47), conocimientos acerca de la sexualidad, se aprecia que en ambos grupos el mayor porcentaje de la información la obtienen mediante las amistades y el médico de la familia ocupa el último lugar, cuestión esta que hay que mejorar, pues el médico de la