con sibilancias, entre niños que asisten a centros de atención diurna. Sin embargo, el cuidado diurno tiene un efecto protector si la madre es una fumadora asidua, más de una cajetilla de cigarros al día. (6,8)
Respecto al hábito de fumar Sánchez (9) ha señalado que la exposición al humo del cigarro incrementa cuatro veces el riesgo de sufrir bronquiolitis y tres veces el riesgo de contraer cualquier enfermedad de las vías respiratorias inferiores que produzcan episodios de Sibilancia recurrente..
El riesgo se relaciona con tabaquismo materno más que paterno y podría deberse, en parte, al mayor tiempo que las madres suelen pasar con sus hijos. (9) No obstante, estudios preliminares también han sugerido que ocurren alteraciones en los pulmones durante el desarrollo del feto debido a que las madres fuman durante el embarazo, lo que da como resultado una disminución de la función pulmonar al momento del nacimiento y una reactividad alterada de las vías respiratorias en las primeras 10 semanas de vida. (6,12,13).
LLánes (8) y Walderralla (13) reportaron en su estudios que la causa más frecuente de Sibilancia son las Bronquiolitis, lo cual coincidió con nuestros resultados al igual que lo revisado en la literatura internacional (1,9,14,15) La importancia de las Bronquiolitis virales, como factor de riesgo para sibilancias, fue mostrada en un estudio que midió la función pulmonar en lactantes antes de que hubieran contraído cualquier enfermedad de vías respiratorias inferiores. Los lactantes con permeabilidad disminuida de las vías respiratorias tuvieron un riesgo de tres a seis veces mayor de padecer sibilancias en el primer año de vida. Más aún, el riesgo de sibilancias todavía se encontraba presente en el segundo año de seguimiento (16).
Tal parece que las vías respiratorias más estrechas o más pequeñas podrían tener mayor probabilidad de obstruirse cuando están infectadas, lo que conduciría a sibilancias e hiperinflación.
Hay evidencias crecientes de que algunos lactantes tienen una respuesta inmune anormal contra algunos virus respiratorios. (17) Una falta de regulación inmune podría conducir a un aumento de infecciones, pero no está claro si los lactantes con sibilancias son más susceptibles de contraer resfriados o si los resfriados son simplemente más manifiestos en estos niños, debido a síntomas adicionales de tos y sibilancias, sin embargo, es probable que operen ambos factores. De igual manera, una respuesta inmune exagerada o demasiado vigorosa podría ser perjudicial para el hospedero. (13,16,17), hecho que se demuestra en nuestra casuística con numerosos pacientes con hiperreactividad bronquial como enfermedad crónica de base. No obstante se plantea por varios científicos (11,18) que la hiperreactividad bronquial subyacente no es un factor importante en las sibilancias del lactante.
El daño pulmonar temprano también aumenta el riesgo de padecer enfermedad de vías respiratorias inferiores y sibilancias. (6,8,19,20-22) Los lactantes prematuros tienen mayor riesgo de padecer sibilancias, en particular si requirieron ventilación mecánica, y los lactantes con displasia broncopulmonar están en riesgo grave de desarrollar bronquiolitis que ponga en peligro su vida. En estos casos, algunos lactantes muestran una reactividad incrementada de las vías respiratorias, aunque su papel en la enfermedad de vías respiratorias inferiores con sibilancias no está claro.
La capacidad de respuesta antiviral define la susceptibilidad a una infección viral sintomática y es una de las variables que determinan la predisposición a la presencia de sibilancias. Diversos factores tanto endógenos como exógenos, colocan a ciertos lactantes en mayor riesgo de desarrollar sibilancias de origen viral. Sin embargo, un 18% de los niños mayores de 1 año de edad con sibilancias no presentaron ninguno de los principales factores de riesgo reconocidos, de tal manera que, deben existir otros factores inherentes que aún se desconocen.
No todo lo que silba es asma, lo que obliga a realizar un diagnóstico diferencial adecuado de las sibilancias: bronquiolitis vírica, síndrome de croup laríngeo, reflujo gastroesofágico, fibrosis quística, aspiración de cuerpo extraño, miocarditis vírica, neumonitis por hipersensibilidad, deficiencia de alfa-1-antitripsina, aspergilosis y la traqueomalacia. (12,19,21,23,24).
Fernández (25) demostró que la mayoría de los niños menores de dos años con Sibilancia recurrente tuvieron una estadía hospitalaria de más de 4 días para su estudio y tratamiento, lo cual tuvo un comportamiento similar en el presente estudio. Esto se debe al hecho de que la respuesta es lenta o están asocuados varios factores de riesgos.
El riesgo moderado se complementa con el hecho de que existe un nivel de vida regular estando prsesente varios factores desfavorables.
Los estudiantes de medicina representan la principal arma a través de su estudio y educación a la población para disminuir la incidencia de sibilancia recurrente en los niños menores de dos años así como los factores de riegos vinculados con su origen. Es necesario continuar investigando acerca de esta temática que constituye un reto diagnóstico-terapéutico del campo pediátrico y extender un plan de acción no sólo a los demás Hospitales pediátricos, policlínicos y consultorios sino también a la FAMILIA.
CONCLUSIONES
¨ En nuestra investigación encontramos un predominio de pacientes con edades comprendidas entre 6 y 12 meses, masculinos, procedentes de zonas rurales.
¨ La mayoría de los pacientes vivían en hogares catalogados con un índice de hacinamiento regular y cuyos familiares fumaban.
¨ La Bronquiolitis y las Infecciones Respiratorias Bajas fueron las causas más frecuentes de Sibilancia recurrente en el niño menor de 2 años.
¨ Prevalecieron la Hiperreactividad bronquial y el Bajo Peso al Nacer y la Prematuridad como las factores de cronicidad de base que más afectaron a los pacientes estudiados.
¨ Hubo una mayor incidencia de niños enfermos cuya estadía hospitalaria fue de más de tres días.
¨ Numerosos pacientes fueron catalogados con un riesgo moderado según escala pediátrica.
RECOMENDACIONES
1. Mejorar las condiciones de vida del lactante y la familia
2. Eliminar el hábito de fumar tanto en la embarazada como en la mamá que lacta.
- Insistir en la lactancia materna.
- Acudir al médico de familia ante el primer síntoma de sibilancia