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Síndrome de burn-out en personal de la salud. Una revisión actualizada

Síndrome de burn-out en personal de la salud. Una revisión actualizada

Autora principal: Dra. Diana Ureña Jiménez

Vol. XX; nº 08; 358

Burn-out syndrome in healthcare personnel: an updated review

Fecha de recepción: 14 de marzo de 2025
Fecha de aceptación: 7 de abril de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 08 Segunda quincena de abril de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 08; 358

 

Autora Principal

Dra. Diana Ureña Jiménez. Médico General. Caja Costarricense del Seguro Social. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0006-9638-6228

 

Autores

 

Dra. María Gabriela Benavides Jiménez. Médico General. Centro de Investigación y Manejo del Cáncer. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. https://orcid.org/0000-0002-5206-3965.

 

Dr. José Ignacio Chacón Soto. Médico General. Caja Costarricense del Seguro Social. Investigador independiente. San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0009-8359-5401

 

Dra. Tiffany Chavarría Morales. Médico General. Caja Costarricense del Seguro Social. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. https://orcid.org/0000-0003-1944-9505

 

Dra. Nazaret Noelia Ovares Benavides. Médico General. Hospital Clínica Bíblica. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0003-4263-3754

 

Dra. Alexia Campos Borge, Médico General. Caja Costarricense del Seguro Social. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0007-1720-739X

 

Dra. Irene Navarro Ureña, Médico General. Caja Costarricense del Seguro Social. Investigadora independiente. San José, Costa Rica.https://orcid.org/0009-0002-9331-9477

 

Declaración de buenas prácticas

Los autores de este manuscrito declaran que: Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses. La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS). El manuscrito es original y no contiene plagio. El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista. Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y tablas utilizadas. Además se han preservado las identidades de los pacientes.

Financiamiento

 

No existen fuentes de financiamiento públicas o privadas para esta investigación.

 

RESUMEN

El síndrome de desgaste ocupacional, conocido como síndrome de Burnout, ha ganado relevancia desde el siglo pasado, siendo reconocido por la Organización Mundial de la Salud como un síndrome resultante del estrés crónico en el entorno laboral. Este fenómeno es especialmente prevalente entre los médicos, quienes enfrentan múltiples factores estresantes en su práctica clínica y ambiente laboral. Es crucial que los profesionales de la salud reconozcan su riesgo y estén atentos a las manifestaciones del síndrome para prevenir su progresión, priorizando la prevención sobre el tratamiento. El síndrome de Burnout se caracteriza por tres dimensiones: agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal. Estudios en Latinoamérica han evidenciado altos niveles de despersonalización y agotamiento emocional en el personal sanitario, lo que puede llevar al desarrollo del síndrome. Estos factores no solo afectan el bienestar del individuo, sino que también impactan en su desempeño laboral y en el sistema de salud en general. El estrés laboral, una de las principales fuentes de Burnout, se ha vuelto omnipresente, y se ha observado que los médicos son más susceptibles a este síndrome en comparación con otras profesiones. Las causas incluyen cargas laborales excesivas, falta de flexibilidad horaria y demandas administrativas. Se han identificado patrones epidemiológicos que permiten enfocar intervenciones preventivas y terapéuticas en grupos de riesgo, abarcando desde la revisión organizacional hasta el abordaje clínico individualizado. Esta revisión bibliográfica destaca la importancia de abordar el síndrome de Burnout en personal de salud, enfatizando la necesidad de estrategias preventivas y un enfoque integral para mejorar su bienestar y el de sus pacientes en el contexto laboral actual.

Palabras clave: burnout, médicos, agotamientolaboral, fenómeno ocupacional, personal de salud.

ABSTRACT

The occupational burnout syndrome, known as Burnout syndrome, has gained relevance since the last century, being recognized by the World Health Organization as a syndrome resulting from chronic stress in the workplace. This phenomenon is especially prevalent among doctors, who face multiple stressors in their clinical practice and work environment. It is crucial for healthcare professionals to recognize their risk and be alert to the manifestations of the syndrome to prevent its progression, prioritizing prevention over treatment. Burnout syndrome is characterized by three dimensions: emotional exhaustion, depersonalization, and low personal accomplishment. Studies in Latin America have shown high levels of depersonalization and emotional exhaustion among healthcare personnel, which can lead to the development of the syndrome. These factors not only affect the individual’s well-being but also impact their job performance and the healthcare system as a whole. Work-related stress, one of the main sources of burnout, has become ubiquitous, and it has been observed that doctors are more susceptible to this syndrome compared to other professions. The causes include excessive workloads, lack of schedule flexibility, and administrative demands. Epidemiological patterns have been identified that allow for the targeting of preventive and therapeutic interventions in at-risk groups, ranging from organizational review to individualized clinical approaches. This literature review highlights the importance of addressing burnout syndrome in healthcare personnel, emphasizing the need for preventive strategies and a comprehensive approach to improve their well-being and that of their patients in the current work context.

Keywords:burnout, doctors, work-related exhaustion, occupational phenomenon, healthcare professionals.

INTRODUCCIÓN

El síndrome de Burnout, también conocido como síndrome de desgaste profesional, ha emergido como una preocupación significativa en el ámbito de la salud, especialmente entre los profesionales que enfrentan diariamente el estrés y la presión inherentes a su labor. En Costa Rica, el personal de salud, que incluye médicos, enfermeras, terapeutas y otros profesionales, ha estado expuesto a condiciones laborales que pueden contribuir al desarrollo de este síndrome, exacerbadas por factores como la alta carga de trabajo, la falta de recursos y, más recientemente, la crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19.

La literatura existente indica que el síndrome de Burnout no solo afecta la salud mental y emocional de los profesionales, sino que también repercute en la calidad de atención que reciben los pacientes, generando un ciclo perjudicial que impacta tanto a los trabajadores como a los sistemas de salud en su conjunto. A medida que se incrementan las demandas sobre el personal de salud, se hace imperativo comprender las causas, consecuencias y posibles intervenciones para mitigar este fenómeno.

Esta revisión bibliográfica tiene como objetivo explorar el estado actual del conocimiento sobre el síndrome de Burnout en el personal de salud en Costa Rica, analizando estudios previos, identificando factores de riesgo y proponiendo estrategias de intervención. A través de esta revisión, se busca contribuir a la creación de un entorno laboral más saludable y sostenible para los profesionales de la salud, promoviendo su bienestar y, en última instancia, mejorando la atención al paciente en el país.Aunque la investigación sobre el SB en médicos es abundante y permite identificar subgrupos y situaciones de riesgo, aún queda mucho por hacer para abordar este problema de manera efectiva. La caracterización de los factores de riesgo es fundamental para desarrollar intervenciones preventivas y terapéuticas que mejoren la salud y el bienestar de los profesionales de la salud.

METODOLOGÍA

Este artículo se concretó mediante una exhaustiva una recopilación bibliográfica actualizada de artículos y revistas científicas, publicaciones, metaanálisis y revisiones sistemáticas, tanto en inglés como en español. Se utiliza bibliografía,  en idioma inglés y español únicamente del año 2018 a la actualidad de diferentes revistas, fuentes de búsqueda sistemática como: Elsevier, Scielo, Redalyc, SEMERGEN, Dialnet.

Además, se excluyó información desactualizada, focalizando la atención en avances y perspectivas contemporáneas. Se hizo una búsqueda bajo las palabras clave “síndrome de burnout” “agotamiento laboral en personal de salud”. En total, se revisaron 9publicaciones . Cumpliendo los criterios mencionados anteriormente.

DEFINICION

 

El Burnout, o «síndrome de estar quemado», fue definido por Freudenberg en 1974 como un estado de fatiga o frustración debido a relaciones profesionales insatisfactorias. Maslach lo amplió en 1982, describiéndolo como agotamiento emocional, cinismo y sensación de ineficacia en el trabajo, especialmente en servicios esenciales. Clínicamente, se manifiesta con síntomas como depresión, ansiedad, falta de interés, alteraciones del sueño y pensamientos suicidas.4,9

EPIDEMIOLOGÍA

La investigación epidemiológica sobre el síndrome de burnout (SB) en médicos es extensa y permite identificar subgrupos, prácticas y situaciones de riesgo específicas. Esta caracterización es fundamental para guiar las intervenciones preventivas y terapéuticas dirigidas a esta población, ya que el SB afecta significativamente la salud de los médicos, con una prevalencia estimada entre el 25% y el 65%, lo que es aproximadamente el doble que en otras profesiones.7 La prevalencia del SB varía considerablemente entre países, especialidades y áreas de trabajo, influenciada por estresores ambientales. Además, la prevalencia puede diferir según la dimensión del síndrome que se evalúe, lo que complica la comparación de datos. Por ejemplo, se ha observado que el SB afecta a los médicos a lo largo de su formación, comenzando desde el primer año de estudios de Medicina, debido a factores como la carga de estudio y la falta de atención a su propia salud.7,9

Los estudios han demostrado que las especialidades más relacionadas con emergencias, como cirugía general, anestesiología, ginecoobstetricia y ortopedia, presentan tasas más altas de SB. En un metaanálisis, algunas especialidades mostraron prevalencias de hasta el 70%, especialmente en medicina de emergencias. 7,9Un estudio en Estados Unidos reveló que el 46% de los médicos encuestados presentaban al menos un síntoma de SB, mientras que en Europa, un 12% mostraba desgaste en las tres dimensiones del síndrome: agotamiento emocional, despersonalización y bajos logros personales.7

En Costa Rica, dos estudios realizados en 2009 entre médicos de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) mostraron que el 72% de los encuestados presentaba síndrome de desgaste, sin diferencias significativas en función del género, estado civil, tener hijos, edad o especialidad. En otro estudio, se documentó una incidencia del 23.5% en médicos de un hospital específico.9

La falta de una definición operativa universal para el SB dificulta la exploración epidemiológica, lo que resulta en variaciones en las cifras de prevalencia. Factores metodológicos como la localidad, la selección de poblaciones y las variaciones en el proceso diagnóstico también influyen en los resultados. En un estudio multicéntrico en Estados Unidos, se encontró que la prevalencia de SB era mayor en especialidades como urología y fisiatría, mientras que pediatría tenía la menor prevalencia.7,9

Extrapolación a Otros Grupos

Las características epidemiológicas del SB en médicos pueden extrapolarse a otros grupos profesionales, como enfermeros, dentistas y estudiantes de medicina. Este último grupo es especialmente relevante, ya que a menudo presenta tasas de SB incluso más altas que las de los médicos, así como una mayor propensión a la ideación suicida y al abuso de sustancias. Por lo tanto, los estudiantes de medicina representan un grupo de riesgo que requiere atención e investigación específicas. 3,9La investigación sobre el SB en médicos es crucial para entender y abordar este problema de salud laboral. La identificación de factores de riesgo y la caracterización de subgrupos son esenciales para desarrollar intervenciones efectivas que mejoren la salud y el bienestar de los profesionales de la salud.3,7

 

EL SÍNDROME DE BURN-OUT O AGOTAMIENTO LABORAL

El síndrome de burnout (SB), también conocido como síndrome de desgaste ocupacional, tiene su origen en el entorno laboral y afecta de manera significativa a profesionales de la salud, especialmente médicos y enfermeras, con una prevalencia que puede alcanzar hasta el 80,5%. Este fenómeno se manifiesta como resultado de la exposición a factores psicosociales adversos, como el exceso de trabajo y la falta de reconocimiento, que pueden derivar en problemas de salud tanto físicos como mentales.1,2,5

 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este síndrome es el resultado de un estrés crónico en el trabajo que no ha sido gestionado adecuadamente. La prevalencia del burnout es alarmante, con tasas que varían entre el 25% y el 80,5% en el personal médico y de enfermería. Los síntomas asociados incluyen depresión, ansiedad, alteraciones del sueño y sentimientos de inutilidad, lo que impacta negativamente en la salud física y mental de los afectados.1,2,4

 

La presentación clínica del síndrome de desgaste ocupacional se puede dividir en tres dominios principales, que se desarrollan de manera progresiva:1,2,9

 

  • Agotamiento emocional: En esta fase inicial, los individuos comienzan a sentirse apáticos respecto a su trabajo y pierden el interés en las situaciones que enfrentan durante su jornada laboral.1,2,9

 

  • Despersonalización y cinismo: A medida que avanza el síndrome, los profesionales desarrollan una actitud negativa hacia su trabajo y el entorno laboral. Esto se manifiesta en un proceso de deshumanización en la atención, donde pueden referirse a los pacientes de manera distante, como en el ejemplo de mencionar a «los familiares del paro cardíaco» de forma impersonal.1,2,9

 

  • Ineficacia: En la etapa final, los individuos experimentan sentimientos de incompetencia y una disminución en su productividad, a pesar de estar en la cúspide de su carrera profesional. Un ejemplo de esta fase es cuando los médicos sienten que, a pesar de su arduo trabajo, siempre hay más tareas por realizar, lo que les genera agobio. 1,2,9

 

Estos tres dominios reflejan la progresión del síndrome y sus efectos en la salud mental y emocional de los profesionales afectados.

 

Los factores que contribuyen al desarrollo del burnout son diversos, pero se destacan el exceso de trabajo, la falta de autonomía y las largas jornadas laborales. La evaluación del burnout se realiza comúnmente a través del Maslach Burnout Inventory (MBI), que se adapta a diferentes contextos laborales. 3,4,5Por ejemplo, en el Hospital San Jorge de Huesca se está llevando a cabo una evaluación del riesgo de burn-out entre el personal sanitario, reconociendo que este problema no solo afecta a los trabajadores, sino que también repercute en la calidad de atención que reciben los pacientes.5

 

Los factores de riesgo se dividen en varias categorías:5,9

 

  • Carga laboral: Incluye jornadas largas y eventos estresantes.
  • Control: Falta de liderazgo y conflictos en roles profesionales.
  • Recompensa: Percepción de recompensas inadecuadas (financieras, sociales, institucionales).
  • Incongruencia trabajo-persona: Desajuste entre el perfil del profesional y las tareas que realiza.
  • Valores: Incongruencia entre los valores institucionales y personales.
  • Comunidad: Falta de oportunidades para interactuar e influir en la comunidad.
  • Factores sociodemográficos y de estilo de vida Los ingresos económicos y la seguridad financiera influyen en la expresión del SB. Los médicos con menores ingresos son más propensos a sufrirlo, mientras que la edad avanzada y tener hijos son factores protectores. La falta de sueño y el ejercicio regular también afectan el riesgo de SB.
  • Rasgos de personalidad Rasgos como el perfeccionismo y la inflexibilidad aumentan el riesgo de SB, mientras que la resiliencia y el optimismo lo disminuyen. La adecuación de los rasgos a las demandas laborales es crucial para la satisfacción en el trabajo.

 

Según lo encontrado en un estudio realizado en Costa Rica por la UCR,  los médicos con menos de 10 años de experiencia presentan mayores tasas de síndrome de desgaste, contrario a aquellos con más de 30 años de experiencia tienden a tener tasas más bajas. Además,  un adecuado ambiente laboral y las buenas relaciones interpersonales están asociadas con una menor incidencia de este síndrome. 5,9

 

Los cambios en los sistemas de salud, junto con la presión por cumplir con demandas administrativas y tecnológicas, han llevado a los médicos a trabajar más horas y a experimentar una menor satisfacción en su labor. Esto ha generado un debate sobre la distinción entre el agotamiento y la depresión, aunque muchos expertos coinciden en que es crucial diferenciarlos para proteger la salud de los profesionales.2,3,5

 

El bienestar de los médicos está intrínsecamente relacionado con la calidad de atención que pueden ofrecer a sus pacientes. Por ello, se ha propuesto un enfoque de «objetivo cuádruple» que busca no solo mejorar la experiencia del paciente y la salud de la población, sino también abordar el burnout en los proveedores de atención médica. Esto implica que tanto los individuos como las organizaciones y la sociedad en general tienen la responsabilidad de cuidar el bienestar de los profesionales de la salud.2,5

 

A pesar de que el burnout es un problema emergente en el personal médico de emergencia, en España se han realizado pocos estudios al respecto. Sin embargo, la literatura internacional indica que los índices de burnout son elevados en este grupo, convirtiéndolo en un riesgo laboral significativo.Un estudio reciente en un hospital de segundo nivel ha revelado altos niveles de agotamiento emocional y bajos niveles de despersonalización y realización personal entre el personal médico de emergencia, siguiendo la tendencia observada en investigaciones anteriores.6,8

 

El burnout es un síndrome que afecta gravemente a los profesionales de la salud, y su reconocimiento y tratamiento son esenciales para mejorar tanto el bienestar de los médicos como la calidad de atención que reciben los pacientes. 6,8Es fundamental implementar intervenciones efectivas que aborden este problema en el ámbito laboral. Reconocido en la 11.ª Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) como un fenómeno ocupacional, el burnout no se clasifica como una condición médica, sino que se incluye en el capítulo que aborda factores que influyen en la salud y el contacto con los servicios de salud.1,4,7,

 

El agotamiento emocional se refiere a la disminución del estado emocional, mientras que la despersonalización implica desarrollar actitudes negativas hacia los pacientes. La falta de realización personal se manifiesta como desmotivación y desvalorización del propio trabajo. Este síndrome puede llevar a un deterioro físico e intelectual, afectando la calidad de atención en el ámbito de la salud. Los síntomas incluyen debilidad física, problemas de sueño, labilidad emocional y depresión, lo que puede resultar en ausentismo y una disminución del rendimiento laboral.4,7

 

En Latinoamérica, se han realizado estudios que revelan altos niveles de estrés entre los profesionales de la salud, con cifras que varían entre el 12% y el 28% de los encuestados reportando altos niveles de tensión. En Ecuador, un estudio mostró que el 2.6% de los profesionales de salud se ve afectado por el síndrome de burn-out, mientras que en otros países como Argentina y Brasil, se reportaron porcentajes significativos de agotamiento laboral.1,5

 

El SB se ha convertido en un problema de salud pública, con una prevalencia global que supera el 11.5%. En un estudio realizado en un centro de salud en Ecuador, se encontró que el 75% del personal de salud experimentaba despersonalización, el 65% agotamiento emocional y el 50% baja realización personal. Estos datos reflejan la gravedad del problema y la necesidad de abordar el bienestar mental y emocional de los profesionales de la salud, quienes enfrentan un entorno laboral estresante y exigente.1,5

 

El síndrome de desgaste ocupacional es un trastorno con múltiples causas, que se relacionan principalmente con dos ámbitos: las responsabilidades en la práctica clínica y el ambiente laboral del profesional. Las causas identificadas incluyen:5,9

 

  • Burocracia: Procesos administrativos que complican la práctica médica.
  • Largas jornadas de trabajo: Horarios extensos que limitan el tiempo de descanso.
  • Falta de respeto por parte de colegas: Relaciones interpersonales conflictivas.
  • Informatización de la práctica clínica: Adaptación a nuevas tecnologías que puede ser estresante.
  • Compensación insuficiente: Remuneración que no refleja el esfuerzo y dedicación.
  • Limitación de la autonomía: Falta de control sobre las decisiones laborales.

 

Además, se ha observado una discordancia entre el interés del médico por la medicina y la realidad laboral, lo que se traduce en una sobrecarga de tareas administrativas.9 Por lo que dicho síndrome es un fenómeno que afecta a muchos profesionales de la salud, con consecuencias significativas tanto para su bienestar personal como para la calidad de atención que brindan. Es crucial reconocer y abordar este problema para mejorar la salud mental de estos trabajadores y, por ende, la atención que reciben los pacientes.5,7.

 

DIAGNÓSTICO

 

El diagnóstico del síndrome de desgaste ocupacional (SB) es un desafío en la práctica clínica, ya que se entiende como una entidad tridimensional que incluye síntomas depresivos, despersonalización y desarrollo personal deficiente. Factores como la carga emocional y física del trabajo, la remuneración insuficiente, la pérdida de autonomía y las dificultades en la relación con pacientes son comunes, siendo este último el que más afecta al personal médico. A largo plazo, el SB puede llevar a la pérdida del equilibrio entre trabajo y tiempo libre, así como a la sobrecarga laboral.6,7,8,9

 

La medición del SB es complicada, y la escala MBI es la más utilizada y con mayor evidencia, especialmente en su versión para recursos humanos en el ámbito de la salud. Esta escala consta de 22 ítems que evalúan despersonalización, logros personales y agotamiento emocional. Sin embargo, su uso en la práctica clínica puede ser limitado, lo que ha llevado a la creación de versiones abreviadas que aún no tienen suficiente respaldo. Otras escalas, como el Copenhagen Burnout Inventory y el Oldenburg Burnout Inventory, también se utilizan, pero el MBI sigue siendo considerado el estándar de oro. Sin embargo se pueden tomar en cuenta los siguientes aspectos para el diagnóstico del síndrome de burnout:6,7,8,9

 

  1. Medición del SB:

La escala Maslach Burnout Inventory (MBI) es el instrumento más utilizado y validado para medir el síndrome de desgaste ocupacional. Tiene varias versiones, siendo la de recursos humanos la más aplicada en el ámbito de la salud. Consta de 22 ítems que evalúan tres dominios: agotamiento emocional, despersonalización y logros personales.6,7,8,9

 

  1. Desafíos en el diagnóstico

El diagnóstico del SB es complicado en la práctica clínica. Se considera una entidad tridimensional que incluye síntomas depresivos, despersonalización y desarrollo personal deficiente. Factores como la carga emocional, la remuneración insuficiente y la falta de autonomía son comunes en quienes lo padecen.7,9

 

  1. Falta de consenso

No hay un consenso claro sobre los criterios diagnósticos del SB, y su ausencia en clasificaciones como la CIE-11 y el DSM-5 es notable. Esto ha llevado a críticas sobre su solapamiento con otros trastornos mentales, como la depresión.6,7,9

 

  1. Impacto en la salud pública

El SB tiene un impacto significativo en los sistemas de salud pública, incluyendo altos costos médicos y un aumento en la incapacidad laboral. La evaluación del SB como una categoría diagnóstica independiente es urgente.7,9

 

  1. Alcance del agotamiento médico

La prevalencia del agotamiento entre médicos es alta, con tasas que superan a las de la población general. Esto se asocia con una disminución en la calidad de atención y un aumento en errores médicos.2,7

 

  1. Relación esfuerzo-recompensa

Un desequilibrio entre el esfuerzo laboral y la recompensa está relacionado con problemas de salud, incluyendo depresión y enfermedades coronarias.2,7,9

 

Por todo lo anterior se puede decir que el síndrome de desgaste ocupacional es un problema complejo que afecta a muchos trabajadores, especialmente en el ámbito de la salud. Su diagnóstico y medición presentan desafíos significativos, y su impacto en la salud pública es considerable. Es fundamental avanzar en la comprensión y tratamiento del SB para mejorar la calidad de vida de los profesionales afectados y la atención que brindan a sus pacientes.

ABORDAJE PRÁCTICO DEL SÍNDROME DE BURNOUT

El tratamiento del síndrome de desgaste ocupacional (SB) comienza con el reconocimiento de sus síntomas, lo que requiere capacitación para médicos y personal de salud. El apoyo entre colegas es fundamental para enfrentar esta situación. Aunque se han explorado intervenciones como la meditación y el entrenamiento, no hay evidencia suficiente de su efectividad a largo plazo. Por ello, se sugiere centrar las estrategias en modificar el sistema de salud y proporcionar herramientas adecuadas para el personal vulnerable.2,5,9

Puntos clave

  1. Modificación del Sistema de Salud

Las estrategias deben centrarse en modificar el sistema de salud y proporcionar herramientas para el personal vulnerable. Esto incluye atender las necesidades básicas del personal, como fomentar el respeto, la comunicación, la empatía, el compañerismo y la solidaridad.9

 

  1. Cambios en el Entorno Laboral9

Se proponen cambios en los centros de trabajo para combatir el agotamiento, tales como:

  • Disminuir la burocracia.
  • Aumentar la disponibilidad de personal capacitado.
  • Reducir jornadas laborales extenuantes.
  • implementar políticas de trato igualitario.
  • Mejorar la distribución del trabajo informático.
  • Establecer programas de reconocimiento personal.

 

  1. Medidas Específicas para Servicios de Salud9

Algunas medidas que pueden implementarse incluyen:

  • Programas que involucren a organizaciones y personal de apoyo para cuidar la salud mental y física de los trabajadores.
  • Estrategias para equilibrar la carga de trabajo.
  • Replantear jornadas laborales menos extenuantes.
  • Crear espacios de descanso adecuados.
  • Promover el trabajo en equipo y herramientas para manejar la incertidumbre clínica.
  • Fomentar la retroalimentación positiva en el entorno laboral.

 

  1. Frecuencia y Reconocimiento del Síndrome

El síndrome de desgaste ocupacional es cada vez más común, especialmente entre médicos, quienes presentan altas tasas de prevalencia. Aunque no se ha reconocido formalmente como una enfermedad, se están desarrollando definiciones más específicas.2,9

 

  1. Identificación de Riesgos

Estudiar las causas, factores contribuyentes y manifestaciones clínicas del síndrome permite identificar a los profesionales en riesgo o que ya están experimentando desgaste.2,9

 

  1. Red de Apoyo y Autoconocimiento

Es importante que los profesionales cuenten con una red de apoyo que incluya colegas, amigos y familiares. También deben establecer límites entre su vida personal, familiar y profesional, y ser conscientes de sus propias fortalezas y debilidades, así como de las del entorno laboral. Reconocer los detonantes del agotamiento emocional es clave para la prevención.6,8

Intervenciones preventivas

Al igual que con todos los problemas de salud, la prevención es esencial en la aproximación clínica al SB. Las intervenciones preventivas contra el SB pueden estratificarse en tres niveles: 6,8

  1. Importancia de la Prevención: La prevención es fundamental en la gestión del síndrome de desgaste (SB). 6,8
  2. Optimización de Estructuras Organizacionales: Se refiere a la modificación de jerarquías, roles, normativas y políticas dentro de la organización. Un clima organizacional positivo, caracterizado por la participación activa en la toma de decisiones y la comunicación efectiva, puede prevenir el SB. Por el contrario, estilos de supervisión autoritarios y falta de autonomía pueden contribuir a su desarrollo.6,8,9
  3. Facilitación de la Integración del Médico: Es crucial que los médicos se integren adecuadamente en su entorno laboral. Esto incluye mantener un equilibrio entre trabajo y tiempo libre, asegurar una remuneración justa, y ofrecer beneficios como atención médica y flexibilidad horaria. La disponibilidad de servicios de recursos humanos y atención en salud mental también es esencial para prevenir el SB.6,8,9
  4. Abordaje de Aspectos Personales: Las intervenciones deben centrarse en el desarrollo de habilidades individuales, como la inteligencia emocional y la comunicación asertiva. La construcción de resiliencia es un enfoque clave, que implica discutir actitudes hacia la profesión médica y fomentar el autocuidado, estableciendo límites adecuados y desarrollando relaciones de apoyo.6,8,9
  5. Grupos de Riesgo: Las intervenciones deben dirigirse a grupos específicos que son más vulnerables al SB, como médicos jóvenes, solteros o aquellos en situaciones socioeconómicas precarias.6,8,9

Intervenciones terapéuticas

  1. Acciones Post-Diagnóstico: Una vez que se identifica el SB, es crucial abordar las fuentes de estrés laboral de manera inmediata. Los departamentos de recursos humanos deben enfocarse en resolver problemas concretos antes de tratar patrones disfuncionales más amplios.6,8
  2. Evaluación Psicológica: La evaluación del médico con SB debe ser exhaustiva, similar a la de un paciente con depresión, considerando aspectos como el estado de ánimo, funciones cognitivas, y conductas relacionadas con el autocuidado.6,8
  3. Tratamiento: El tratamiento puede incluir medicación para aliviar síntomas y enfoques psicoterapéuticos que incorporen técnicas de relajación, ejercicio físico y reconocimiento de patrones cognitivos autodestructivos. La creación de relaciones duraderas con mentores también se sugiere como una alternativa prometedora para el tratamiento del SB.6,8

La optimización de las estructuras organizacionales, la integración efectiva de los médicos en su entorno laboral y el enfoque en el autocuidado son fundamentales para prevenir y tratar esta condición. Además, la atención a las necesidades individuales y la creación de un ambiente de apoyo son claves para fomentar la resiliencia y el bienestar en el ámbito médico.6,8,9.

CONCLUSIÓN

En conclusión, el síndrome de Burn-Out se ha consolidado como un desafío crítico para el personal de salud, especialmente en el contexto de atención primaria en Costa Rica. La evidencia recopilada resalta la necesidad urgente de implementar estrategias personalizadas que fomenten un ambiente laboral saludable y equilibrado, donde la integración del personal y una adecuada remuneración sean pilares fundamentales. Los altos niveles de estrés, la sobrecarga laboral y las relaciones interpersonales deficientes son factores que contribuyen significativamente al desarrollo de este síndrome, afectando no solo la salud de los profesionales, sino también la calidad de atención que reciben los pacientes.

A pesar de las limitaciones en la muestra de los estudios revisados y el bajo nivel de respuesta, los datos obtenidos destacan la importancia de abordar el Burn-Out desde múltiples frentes: individual, organizacional y formativo. Es esencial que las instituciones de salud reconozcan el impacto de las condiciones laborales en el bienestar de sus trabajadores y adopten medidas proactivas, como la supervisión adecuada y el apoyo emocional, para mitigar los efectos del Burn-Out.

Además, se hace evidente la necesidad de una revisión del sistema formativo actual, que debe incluir no solo aspectos técnicos, sino también el desarrollo de habilidades emocionales y de manejo de relaciones interpersonales. La figura del tutor emerge como un recurso valioso en este proceso, proporcionando apoyo y seguridad a los residentes en su formación.

Finalmente, es crucial que futuras investigaciones se enfoquen en profundizar en la relación entre el Burn-Out y la calidad de atención, así como en explorar factores adicionales que puedan influir en su desarrollo. Solo a través de un enfoque integral y colaborativo se podrá avanzar hacia un entorno laboral más saludable para los profesionales de la salud, lo que, a su vez, repercutirá positivamente en la atención al paciente y en la sostenibilidad del sistema de salud.

 

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