Síndrome del colon irritable: revisión bibliográfica
Autora principal: Lucía Rodríguez Andión
Vol. XIX; nº 19; 877
Irritable bowel syndrome: literature review
Fecha de recepción: 02/09/2024
Fecha de aceptación: 10/10/2024
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 19 Primera quincena de Octubre de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 19; 877
AUTORES:
- Lucía Rodríguez Andión. Dietista-Nutricionista en Centro de Salud Corgo-Meira, Lugo, Galicia, España
- Mónica Pérez Fernández. Dietista-Nutricionista en Centro de Salud Ribadeo-Mondoñedo, Lugo, Galicia, España
RESUMEN
El Síndrome de Intestino Irritable (SII) pertenece a lo que se denominan Trastornos Funcionales Digestivos (TFD).
Los TFD incluyen un espectro de trastornos gastrointestinales crónicos que se caracterizan por síntomas como dolor abdominal, distensión abdominal y hábitos intestinales alterados.
Son diagnosticados utilizando criterios de síntomas, y donde lo indique el escenario clínico, tras la exclusión de otras enfermedades gastrointestinales, como la enfermedad celíaca y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
Dentro de los TFD, si nos centramos únicamente en aquellos que afectan concretamente al intestino, hablaríamos de trastornos funcionales intestinales y podemos clasificarlos en 5 categorías distintas: síndrome del intestino irritable (SII), estreñimiento funcional (EF), diarrea funcional (DF), distensión abdominal funcional (DAF) y TFI no especificado.
Se distinguen de otros trastornos gastrointestinales basándose en la cronicidad, síntomas de más de 6 meses de evolución antes del diagnóstico; actividad actual, los síntomas están presentes en los últimos 3 meses; frecuencia, síntomas presentes al menos un día a la semana de media; y ausencia de otras anomalías, anatómicas, metabólicas o fisiológicas evidentes.
PALABRAS CLAVE
Síndrome de intestino irritable, eje intestino-cerebro, estreñimiento funcional, diarrea funcional, dieta FODMAPs.
ABSTRACT
Irritable Bowel Syndrome (IBS) belongs to what are called Functional Digestive Disorders (PDT).
PDTs include a spectrum of chronic gastrointestinal disorders characterized by symptoms such as abdominal pain, bloating, and altered bowel habits.
They are diagnosed using symptom criteria, and where indicated by the clinical scenario, after exclusion of other gastrointestinal diseases, such as celiac disease and inflammatory bowel disease (IBD).
Within PDTs, if we focus only on those that specifically affect the intestine, we would talk about functional intestinal disorders and we can classify them into 5 different categories: irritable bowel syndrome (IBS), functional constipation (FD), functional diarrhea (DF), functional abdominal distension (FAD) and unspecified TFI.
They are distinguished from other gastrointestinal disorders based on chronicity, symptoms lasting more than 6 months before diagnosis; current activity, symptoms are present in the last 3 months; frequency, symptoms present at least one day a week on average; and absence of other obvious anatomical, metabolic or physiological anomalies.
KEYWORDS
Irritable bowel syndrome, gut-brain axis, functional constipation, functional diarrhea, FODMAPs diet.
DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
INTRODUCCIÓN
Mientras que la hinchazón y la distensión pueden estar presentes en cualquiera de los TFD, el dolor suele estar presente en SII, pero no en estreñimiento funcional o diarrea funcional. Por lo tanto, el Síndrome de Intestino Irritable (SII) es un Trastorno Funcional Digestivo (TFD) que se engloba dentro de los Trastornos Funcionales Intestinales (TFI). Cursa con distensión abdominal molesta o dolorosa, acompañado de una mejora con la defecación y/o variación en la frecuencia y/o consistencia de las heces, entre otros síntomas.
Los criterios diagnósticos para SII, según los criterios Roma IV, contemplan el dolor abdominal recurrente, que es el síntoma predominante, al menos un día por semana en los últimos tres meses, asociado con dos o más de los siguientes criterios: la defecación, un cambio en la frecuencia de las heces y un cambio en la forma/aspecto de las heces. Los síntomas deben ocurrir al menos 6 meses antes del diagnóstico y estar presentes durante los últimos 3 meses.
El SII es una afección relativamente común que a menudo no se diagnostica. El subdiagnóstico del SII se describe como un “efecto iceberg”, por lo que hay más casos no diagnosticados que los diagnosticados. Mientras que alrededor del 11% de la población tiene SII, sólo alrededor de un tercio de estos casos han sido formalmente diagnosticados. El SII no diagnosticado es problemático para el paciente y puede influir negativamente en la calidad de vida. Los pacientes se sienten ansiosos, frustrados y buscan una causa orgánica para sus síntomas, pero no pueden utilizar terapias eficaces y dirigidas, además pueden sentir que sus síntomas son emocionales o psicológicos, pero no reales.
El SII no afecta a la esperanza de vida, pero su naturaleza crónica y fluctuación de sus síntomas pueden tener un efecto profundo en la calidad de vida y las actividades diarias. Los síntomas del SII pueden resolverse durante un período y más tarde desarrollarse nuevos síntomas, además, los síntomas y la gravedad pueden cambiar de ser bastante leve, a otras veces ser bastante grave y el hábito intestinal habitual o «predominante» (diarrea o estreñimiento) puede cambiar.
Esto crea, a los afectados, incertidumbre y miedo pudiendo sentirse avergonzados por sus síntomas con el impacto en la calidad de vida que les conlleva, en casos graves, impide a la persona salir de casa causando aislamiento social. Estudios realizados muestran que pacientes de alto grado de SII están dispuestos a renunciar a 15 años de su vida restante a cambio de curarse. La incertidumbre en el diagnóstico y el diagnostico tardío produce en los pacientes ansiedad sobre la causa sus síntomas.
Algunos de los impactos que el SII puede generar en la evolución de la vida diaria son:
- Estrategias de afrontamiento para normalizar la función intestinal (ej. cafeína, tabaco, medicación…).
- Ansiedad y depresión.
- Alienación de los servicios de salud: síntomas trivializados, incertidumbre y rediagnóstico.
- Miedo a viajar (viajes o excursiones largas).
- Trabajo (baja por enfermedad, reducción de la productividad…).
- Relaciones con amigos, familia y relaciones sexuales.
- Sueño y cansancio.
- Apariencia física (ej. Distensión abdominal).
- Miedo de la sintomatología y del diagnóstico erróneo.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial tiene gran importancia. Para que sea SII es condición indispensable que no haya ninguna otra causa orgánica que justifique su sintomatología. Actualmente, no hay pruebas diagnósticas para determinar el SII, por lo que el diagnóstico se basa en cumplir una serie de signos y síntomas. Principalmente, es necesario garantizar que no se está confundiendo un SII con una enfermedad que podría suponer un retraso en el diagnóstico de esta y un peor pronóstico para el paciente.
Un SII podría confundirse con otras enfermedades como celiaquía, enfermedad intestinal inflamatoria, enfermedad diverticular, insuficiencia pancreática exocrina, endometriosis, desórdenes endocrinos, malabsorción de sales biliares, desórdenes del suelo pélvico o cánceres intestinales.
Para descartar otras enfermedades, se pueden realizar pruebas de diagnóstico diferencial que puedan ayudar a conseguir un diagnóstico positivo del SII. Estas pruebas deben adaptarse a las necesidades del paciente y, entre ellas, podemos realizar:
- Pruebas en heces:
- Calprotectina fecal (para excluir la EII).
- Coprocultivo y parásitos.
- Sangre en heces.
- Estudio o análisis de heces.
- En sangre:
- Cribado básico de celiaquía: anti-transglutaminasa tisular II (IgA) e Inmunoglobulina A.
- Algunas vitaminas y minerales que, por su lugar de absorción, podrían darnos pistas si se muestran en déficit: parámetros del hierro, ácido fólico, vitamina B12 y D.
- Pruebas en aire espirado:
- Test de lactulosa/lactitol o glucosa en aire espirado con medición tanto de hidrógeno como de metano para descartar sobrecrecimiento bacteriano intestinal (SIBO).
- Otras pruebas de intolerancias (lactosa, fructosa, sorbitol…).
Según los resultados obtenidos en las pruebas anteriores, también podría estar indicado para el diagnóstico diferencial en SII la ecografía y las endoscopias digestivas alta y baja.
Las principales señales de alarma que pueden indicar la presencia de condiciones distintas del SII son la pérdida de peso inexplicable, antecedentes familiares de enfermedades digestivas, vómitos recurrentes, síntomas progresivos que empeoran, sangrado rectal y/o anemia, fiebre, diarrea diaria persistente, movimientos intestinales de predominio nocturno y debutar con más de 50 años.
Para la clasificación del SII se emplean los criterios Roma que permiten a los pacientes ser subclasificados de acuerdo con su hábito intestinal predominante usando la tabla de heces de Bristol, una herramienta diseñada para clasificar la forma de las heces utilizando una escala de forma de heces de 7 puntos.
Con esta escala se recomienda que se realicen subtipos en función de los días en que las deposiciones son anormales, para clasificar la consistencia de las heces y para aportar información sobre los hábitos intestinales antes de que el paciente comenzara con los laxantes o los agentes antidiarreicos.
SII con predominancia del estreñimiento (SII-E) | >25% de las deposiciones son Bristol 1-2 y <25% de las deposiciones son Bristol 6-7 |
SII con predominancia de la diarrea (SII-D) | >25% de las deposiciones son Bristol 6-7 y <25% de las deposiciones son Bristol 1-2 |
SII con hábitos intestinales mixtos (SII-M) | >25% de las deposiciones son Bristol 1-2 y >25% de las deposiciones son Bristol 6-7 |
SII no clasificado (SII-nC) | Pacientes que cumplen con los criterios diagnósticos para SII, pero cuyo patrón de deposiciones no puede clasificarse en ninguno de los grupos anteriores. |
El SII-E se define como dolor abdominal recurrente asociado con la defecación y con una frecuencia reducida de heces y/o heces duras >75% del tiempo. Por definición, todos los pacientes con SII-E experimentan dolor abdominal y estreñimiento, aunque a menudo hay otros síntomas entre los que se incluyen distensión abdominal, gases, esfuerzo defecatorio, heces poco frecuentes, heces duras y sensación de evacuación incompleta u obstruida.
Los pacientes con SII-D suelen presentar dolor abdominal asociado con heces sueltas (Bristol 6-7 que se caracteriza como heces blandas o acuosas sin trozos sólidos) frecuentes y calambres, urgencia que no se alivia con la defecación, moco en las heces, variabilidad diaria en el hábito intestinal y una serie de factores pueden contribuir al desarrollo de SII-D, tales como el tránsito gastrointestinal acelerado, la hipersensibilidad visceral y la alteración de la microbiota intestinal.
El SII-M se define como una alternancia entre estreñimiento y diarrea que ocurre en el 50% de las veces. En la práctica, SII-M es una condición heterogénea, caracterizada por síntomas variables relacionados con SII-D y SII-E. Por ejemplo, se ha demostrado que los brotes de SII-M tienden a ser relativamente cortos (duran menos de una semana), los síntomas más molestos son la irregularidad intestinal, la distensión y el dolor abdominal y los síntomas gastrointestinales psicológicos son similares a los de las personas con SII-D o SII-E.
La heterogeneidad que caracteriza al SII-M plantea desafíos en la investigación y en la práctica clínica, en parte, porque pocos estudios han examinado la eficacia de los tratamientos en este subgrupo. Se considera que los pacientes que cumplen los criterios de diagnóstico para el SII, pero cuyos hábitos intestinales no pueden clasificarse con precisión como SII-D, SII-M o SII-E tienen SII-nC.
Un paciente puede ser categorizado como SII-nC si tiene cambios frecuentes en la dieta y/o medicamentos, o si no puede detener los medicamentos que se sabe que afectan el hábito intestinal o el tránsito gastrointestinal.
Algunos puntos para considerar con respecto a los subtipos del SII son:
- En los subtipos del SII, los síntomas predominantes y la gravedad de los síntomas pueden cambiar con el tiempo, por lo que el tratamiento debe ajustarse en consecuencia.
- No todos los pacientes presentarán un determinado “subtipo” por lo que es necesario considerar sus síntomas predominantes.
- Algunos pacientes pueden considerar que otros síntomas predominan (por ejemplo, dolor abdominal, distensión abdominal y/o distensión).
El estreñimiento funcional (EF) es también un trastorno digestivo funcional (TFD), definido por los criterios Roma con presencia de dos o más de las siguientes condiciones durante los 3 meses anteriores:
- Tensión defecatoria (en el 25% de las deposiciones).
- Heces duras o caprinas (en el 25% de las deposiciones).
- Sensación de evacuación incompleta (en el 25% de las deposiciones).
- Obstrucción defecatoria (en el 25% de las deposiciones).
- Maniobras manuales para facilitar la defecación (en el 25% de las deposiciones).
- Menos de 3 deposiciones completas espontáneas por semana.
Los síntomas deben estar presentes durante al menos 6 meses antes de que se pueda hacer un diagnóstico.
El EF y el SII-E son distinguidos por el dolor abdominal que caracteriza al SII-E, pero no al EF; en la práctica, pueden parecer muy similares, o indistinguibles. Las dos afecciones comparten numerosos síntomas similares (estreñimiento, distensión abdominal y/o distensión, tensión, gases, heces duras, malestar abdominal y/o dolor, heces infrecuentes y una sensación de evacuación incompleta), ambas afectan negativamente a la calidad de vida y responden favorablemente a los mismos medicamentos.
Además, los pacientes con EF pueden sentir algo de dolor, y no siempre es fácil determinar una asociación entre el dolor y la defecación. El SII-E y el EF pueden existir en un espectro, por el cual los pacientes que experimentan dolor abdominal severo y estreñimiento están en un extremo (SII-E), y los pacientes que experimentan estreñimiento sin dolor en absoluto están en el otro extremo (EF). Los pacientes también pueden “migrar” con el tiempo de un diagnóstico al otro.
Epidemiología y prevalencia del SII
El SII es una de las afecciones más comunes que ven los gastroenterólogos y los médicos de atención primaria, y se asocia con altos costos médicos. Se cree que el SII afecta entre el 7 y el 15% de la población en todo el mundo, aunque se han notificado tasas de más del 20%.
Entre las principales característica de afectación del SII podemos encontrar que:
- El SII es 1,5-2 veces más común en las mujeres que en los hombres.
- Más común en las personas con un estatus socioeconómico bajo.
- Comúnmente diagnosticado antes de los 50 años.
- El SII a menudo se “agrupa” en familias, aunque esto puede deberse más a comportamientos aprendidos y a la exposición ambiental que a la predisposición genética. Esta teoría está respaldada por estudios gemelos que muestran que tener una madre o padre con SII es un predictor más fuerte de tener SII que tener un gemelo con SII.
Brotes intermitentes de SII
Los brotes intermitentes se consideran una afección crónica, caracterizada por síntomas que se solapan y cambian con el tiempo. La naturaleza recurrente y remitente de los síntomas del SII se puso de relieve en un estudio que recopiló datos de seguimiento basales y de 10 años de casi 4000 individuos. El estudio mostró que 2/3 de las personas con SII al inicio permanecieron sintomáticas a los 10 años de seguimiento. Del mismo modo, una revisión sistemática mostró que durante un período de seguimiento de 2 años:
- 2-18% de las personas experimentaron empeoramiento de los síntomas.
- 30%-50% experimentaron síntomas estables.
- 12%-38% experimentaron resolución completa de síntomas.
Síntomas predominantes en SII
Los tipos de síntomas experimentados por las personas con SII también pueden cambiar con el tiempo. Las personas suelen pasar de tener SII-E o SII-D, a un subtipo mixto (SII-M), pero con menos frecuencia pasar de tener SII-E a SII-D (o viceversa).
El SII afecta a personas de todas las edades (incluidos los niños y los ancianos), aunque generalmente se diagnostica antes de los 40 años y es menos frecuente en personas mayores de 50 años. Hay una serie de teorías para explicar esta observación:
- Las personas más jóvenes pueden ser más propensas a buscar asesoramiento profesional de salud para los síntomas similares al SII.
- Mejores técnicas para identificar y diagnosticar la afección pueden haber dado lugar a una detección temprana y diagnóstico.
- Con el tiempo, las personas mayores pueden haber identificado y aprendido a controlar mejor los síntomas del SII.
- Los síntomas del SII pueden disminuir con el tiempo.
El SII tiene un predominio femenino, afecta a un 67% más de mujeres que de hombres. En regiones como Asia meridional, América del Sur y África, las tasas de prevalencia entre sexos son más similares, y posiblemente más altas en hombres. Estas diferencias sexuales internacionales reflejan diferencias en el comportamiento de búsqueda de salud de hombres y mujeres. En la mayoría (pero no en todas) partes del mundo, las mujeres son más propensas a buscar consejo de los profesionales de la salud para sus síntomas, y por lo tanto, son más propensas a recibir un diagnóstico.
Se estima que el 10% de la población reportará por primera vez síntomas en el periodo de un año y un número similar de personas mejorarán en el mismo lapso. Aunque hay pocos estudios que evalúen la incidencia, se han reportado 200 nuevos casos por cada 100.000 personas/año. Otros autores mencionan una incidencia de 1.9/1000 hombres y 5.7/1000 mujeres mayores de 15 años.
Etiología del SII
La gastroenteritis aguda después de la exposición a los patógenos puede precipitar el desarrollo del SII, y los estudios han demostrado cambios en el microbioma intestinal en pacientes con SII. Estos cambios pueden explicar algunos de los síntomas del SII, incluida la hipersensibilidad visceral, ya que los microbios intestinales ejercen efectos sobre el sistema inmunitario del huésped y la función de barrera intestinal, así como sobre el eje cerebro-intestino. Las diferencias microbianas también parecen ser la base de las dos categorías funcionales principales del SII. El SII-D se asocia con un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, que puede diagnosticarse mediante una prueba de aliento de hidrógeno positiva, y el SII-E se asocia con mayores niveles de arqueas metanogénicas, que pueden ser diagnosticado por una prueba de aliento de metano positiva. Mecánicamente, los patógenos que causan gastroenteritis y desencadenan el desarrollo posterior del SII producen una toxina común, la toxina B de distensión citoletal (CdtB) y los anticuerpos producidos contra la CdtB reaccionan de forma cruzada con la vinculina de la proteína del citoesqueleto y deterioran la motilidad intestinal, facilitando el crecimiento bacteriano. Por el contrario, el gas metano disminuye la contractilidad intestinal, lo que puede facilitar el desarrollo del estreñimiento. Si bien los antibióticos y las manipulaciones dietéticas se han utilizado para aliviar los síntomas del SII, con un éxito variable dilucidando los mecanismos específicos por los cuales los microbios intestinales ejercen sus efectos sobre el huésped, pueden permitir el desarrollo de tratamientos dirigidos que pueden tratar con éxito las causas subyacentes del SII.
Actualmente no hay una explicación clara sobre las causas y los factores de riesgo del SII. Los factores patogénicos que probablemente intervienen son, entre otros:
- Cierta predisposición genética a infecciones intestinales.
- Alimentación.
- Sexo femenino.
- Sufrir una gastroenteritis aguda.
- Sensibilidades, intolerancias, alergias y malabsorciones alimentarias.
- Trastornos de ansiedad, depresión o el estrés crónico.
El «eje intestino-cerebro» es el complejo circuito reflejo que facilita la comunicación entre el cerebro y el intestino, conectados por el SNC de forma bidireccional. Los estudios que han medido la hipersensibilidad visceral a través de la distensión del balón rectal han demostrado una mayor activación de las regiones cerebrales utilizadas en la modulación del dolor endógeno. Estos hallazgos confirman que la desregulación del sistema nervioso central existe en el SII. Sin embargo, en lo que respecta al estrés psíquico otros estudios no consideran una relación causal que intervenga siempre, pero lo consideran cofactor de la sintomatología.
El SII se asocia con frecuencia con estrés y ansiedad, aunque no ha quedado claro en qué medida contribuyen al desarrollo del SII, o viceversa. Los factores psicológicos, como el estrés y la ansiedad, pueden influir de forma bidireccional en la motilidad gastrointestinal (ya sea aumentando o disminuyendo el tiempo de tránsito). Habitualmente afectan el umbral del dolor, y deterioran las funciones de secretor de la mucosa y barrera del tracto gastrointestinal.
Los avances tecnológicos han mejorado nuestra capacidad de caracterizar el microbioma y han llevado a observaciones de que puede haber diferencias entre la microbiota fecal de las personas con SII y otras saludables. Sin embargo, se desconoce si estas diferencias son causa o consecuencia de la condición. La fermentación colónica también puede ser mayor en algunas personas con SII en comparación con personas sanas, aunque generalmente es similar. La dieta se considera un modulador externo importante de la microbiota colónica, con hábitos dietéticos a corto y largo plazo que afectan a las poblaciones bacterianas.
Otras causas etiológicas del SII también pueden ser:
- La permeabilidad intestinal: en condiciones normales, la pared intestinal actúa como barrera selectiva o filtro de lo que permite entrar y lo que no y que está regulada por las llamadas uniones estrechas intercelulares.
- Otros trastornos: se ha detectado una permeabilidad de la mucosa alterada en el 50%-70% de pacientes mostrando una mayor actividad de las proteasas, que se atribuye a una activación de la tripsina, afectando a las uniones estrechas, con un aumento de permeabilidad. El perfil de mediador alterado de la mucosa provoca una activación del sistema nervioso entérico que produce una ampliación de las fibras nerviosas. La mayor transmisión espinal de los estímulos intestinales refuerza la activación de los centros en el SNC.
- Inflamación de bajo grado y activación del sistema inmune: en la inflamación de bajo grado en la mucosa intestinal aumentan la densidad de mastocitos y la liberación de mediadores mastocitarios. El SII a menudo se asocia a una activación inmunológica de la mucosa enteral. La inflamación de bajo grado y los procesos neuroinmunológicos que suceden en la mucosa provocan un aumento local de diversas células inmunitarias (ej., mastocitos y linfocitos T).
Tratamiento del SII
No existe una cura para el SII, pero los tratamientos se centran en aliviar los síntomas. Estos incluyen:
- Modificaciones dietéticas:
- Dieta baja en FODMAPs: reducción de ciertos carbohidratos fermentables que pueden agravar los síntomas.
- Fibra dietética: puede mejorar el estreñimiento en algunos pacientes, aunque en otros puede empeorar la distensión abdominal.
- Evitar alimentos desencadenantes: grasas, alcohol, cafeína y alimentos picantes.
- Tratamiento farmacológico:
- Antiespasmódicos: alivian los calambres y el dolor abdominal.
- Laxantes: para el SII con predominio de estreñimiento.
- Antidiarreicos: como la loperamida para el SII con diarrea.
- Antidepresivos tricíclicos y inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS): en dosis bajas, se utilizan para modular el dolor y los síntomas digestivos.
- Probióticos: el uso de probióticos ha mostrado beneficios en la regulación de la microbiota intestinal y en la reducción de los síntomas en algunos pacientes.
- Terapias psicológicas:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): demostrada para mejorar la calidad de vida de los pacientes con SII.
OBJETIVO
Los objetivos pueden ser diversos, dependiendo del enfoque de la investigación, en este caso los objetivos de esta revisión son los que se presentan a continuación:
- Objetivos generales:
- Revisión de la evidencia científica disponible sobre el síndrome de intestino irritable, incluyendo su diagnóstico, etiología, clasificación y tratamiento.
- Evaluación de la efectividad de las intervenciones terapéuticas (dietéticas, farmacológicas, psicológicas, etc.) en el manejo de los síntomas del SII.
- Síntesis y comparación de los enfoques actuales para el diagnóstico y tratamiento del SII, con el fin de identificar áreas de mejora o necesidad de investigación adicional.
- Objetivos específicos:
- Explorar los mecanismos etiopatogénicos implicados en el desarrollo del SII, incluyendo la hipersensibilidad visceral, disbiosis intestinal, y factores psicológicos.
- Analizar la efectividad de diferentes dietas (como la dieta baja en FODMAPs) y su impacto en los subtipos del SII.
- Evaluar el papel de la microbiota intestinal y la efectividad de los probióticos en el tratamiento del SII.
- Investigar la efectividad de tratamientos farmacológicos y su impacto en los diferentes subtipos de SII (SII con diarrea, estreñimiento o mixto).
- Revisar el impacto de las terapias psicológicas (como la terapia cognitivo-conductual) en la mejora de la calidad de vida de los pacientes con SII.
- Determinar el impacto del SII en la calidad de vida y la salud mental de los pacientes, así como identificar estrategias efectivas para su manejo.
METODOLOGÍA
La metodología de esta revisión sistemática sobre el síndrome de intestino irritable (SII) sigue un enfoque riguroso y estructurado para garantizar que los resultados sean fiables y reproducibles. A continuación, se describe el proceso metodológico a emplear en esta revisión sistemática:
- Se establece una pregunta clara basada en el formato PICO (Población, Intervención, Comparador, Resultados).
- Población: pacientes con diagnóstico de SII.
- Intervención: dietas, tratamientos farmacológicos, terapias psicológicas, etc.
- Comparador: grupos control o comparación entre diferentes tratamientos.
- Resultados: mejoría de los síntomas, calidad de vida, efectos adversos, etc.
- Se definen los criterios de inclusión y exclusión para seleccionar los estudios:
- Tipo de estudios: ensayos clínicos aleatorizados, estudios observacionales, revisiones sistemáticas previas, metaanálisis…
- Población: estudios que incluyan pacientes diagnosticados con SII según los criterios de Roma IV.
- Intervenciones: dietas, probióticos, medicamentos, terapias psicológicas…
- Resultados evaluados: reducción de síntomas, mejora en la calidad de vida, efectos adversos…
- Se realiza una búsqueda exhaustiva de la literatura en bases de datos electrónicas como: PubMed, Cochrane Library, Embase, Scopus y Web of Science.
- Se crea un formulario de extracción de datos para recoger la información relevante de cada estudio: datos generales, población, intervención, resultados, seguimiento y efectos adversos.
- En función de los estudios incluidos, se evalúa la heterogeneidad de los mismos segundo la intervención y los resultados obtenidos.
- Se identifican y analizan subgrupos específicos (pacientes con SII-D vs SII-E) para explorar posibles diferencias en la respuesta al tratamiento o la intervención.
- Interpretación de los resultados:
- Discutir los hallazgos en el contexto de la literatura existente, identificando puntos clave y limitaciones.
- Señalar áreas de incertidumbre y hacer recomendaciones para la práctica clínica y la investigación futura.
- Interpretación los resultados teniendo en cuenta el riesgo de sesgo, la heterogeneidad de los estudios y el nivel de evidencia
RESULTADOS
Los resultados de esta revisión sistemática sobre el síndrome de intestino irritable (SII) varían según los estudios incluidos, pero los hallazgos clave típicos se centran en las intervenciones terapéuticas más comunes (dieta, fármacos, probióticos y terapias psicológicas), la efectividad de estas en reducir los síntomas, así como su impacto en la calidad de vida de los pacientes. A continuación, se describe el resumen de resultados según los tipos de tratamiento o intervención:
- Dietas y cambios alimentarios:
- Dieta baja en FODMAPs: la mayoría de los estudios incluidos muestran una mejora significativa de los síntomas en pacientes que siguen una dieta baja en FODMAPs (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables). Se observó reducción del dolor abdominal, la distensión y mejora en los hábitos intestinales en aproximadamente el 70% de los pacientes. Sin embargo, la adherencia a largo plazo puede ser un desafío debido a la restricción de ciertos alimentos.
- Fibra dietética: los estudios sugieren que el uso de fibra soluble puede ser beneficioso para los pacientes con SII, especialmente aquellos con predominio de estreñimiento (SII-E), mientras que la fibra insoluble puede empeorar los síntomas, especialmente la distensión y el dolor.
- Tratamientos farmacológicos
- Antiespasmódicos: demostraron resultados positivos en el alivio del dolor abdominal y la distensión. Los ensayos clínicos indican una mejora moderada en la calidad de vida y una reducción de los síntomas en comparación con placebo.
- Laxantes y antidiarreicos: en pacientes con SII-E, los laxantes como el polietilenglicol (PEG) demostraron ser efectivos en la mejora de la regularidad intestinal, aunque no influyeron significativamente en el alivio del dolor. En pacientes con SII-D, la loperamida y el rifaximina (un antibiótico no absorbible) mostraron buenos resultados en la reducción de la frecuencia de las deposiciones y la mejora de la consistencia fecal.
- Antidepresivos: los antidepresivos tricíclicos y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) mostraron ser eficaces en dosis bajas para el manejo del dolor abdominal crónico y otros síntomas del SII, mejorando el bienestar general de los pacientes, especialmente aquellos con síntomas más graves o coexistencia de trastornos psicológicos. Los ISRS fueron más efectivos para los pacientes con predominio de estreñimiento, mientras que los tricíclicos funcionaron mejor para pacientes con diarrea.
- Probióticos y microbiota intestinal:
- El uso de probióticos (particularmente cepas de Bifidobacterium y Lactobacillus) fue asociado con una reducción de los síntomas del SII, especialmente la hinchazón y los gases. Los resultados de los estudios mostraron mejoras moderadas en el dolor abdominal y la consistencia de las heces.
- Sin embargo, hubo variabilidad en los efectos de los probióticos según la cepa utilizada, y algunos estudios indicaron resultados no concluyentes, lo que sugiere que se necesita más investigación para identificar las cepas más efectivas y su dosificación óptima.
- Terapias psicológicas: los estudios revisados indicaron que la terapia cognitivo-conductual (TCC) es altamente efectiva para mejorar la calidad de vida y reducir los síntomas del SII, en particular para los pacientes en los que los factores psicológicos juegan un papel importante. Los resultados mostraron una reducción significativa en el dolor abdominal, ansiedad y depresión asociada al SII.
La mayoría de los estudios incluidos en la revisión resaltaron que las intervenciones dietéticas, farmacológicas y psicológicas no solo mejoran los síntomas físicos del SII, sino también la calidad de vida de los pacientes. Muchos pacientes experimentaron una disminución en la frecuencia y severidad de los síntomas, lo que les permitió una mayor participación en las actividades cotidianas.
Sin embargo, la calidad de vida sigue siendo significativamente inferior en pacientes con SII en comparación con la población general, lo que resalta la necesidad de un enfoque multidisciplinario en su manejo.
La heterogeneidad entre los estudios fue alta, especialmente en relación con la variabilidad de las intervenciones dietéticas y el uso de probióticos.
En cuanto a los efectos adversos, los tratamientos farmacológicos como los antidepresivos y los probióticos se asociaron con una baja incidencia de efectos secundarios, pero la tolerabilidad a largo plazo aún requiere más estudio.
CONCLUSIONES
El SII es una enfermedad crónica y recurrente. Los síntomas a menudo pueden disminuir y la gravedad de los síntomas varía entre individuos y en diferentes momentos del propio paciente.
Una mejor comprensión de la microbiota colónica ha propuesto causas adicionales del SII, las cuales se relacionan con interacciones microbios-huésped a través de respuestas inmunitarias y metabólicas, que también se cree que están influenciadas por la ingesta dietética.
El aumento de la permeabilidad de la mucosa y la activación inmune pueden ocurrir después de un episodio de gastroenteritis, por lo general se asocian con síntomas predominantes de diarrea. La evidencia de una mayor permeabilidad de la mucosa en el SII post-infeccioso sugiere que la permeabilidad anormal puede estar implicada en la patogénesis de la enfermedad.
El mayor riesgo de desarrollar SII después de una gastroenteritis apoya la afectación de inflamación de bajo grado y alteraciones inmunitarias en la patogénesis del SII. Sin embargo, el papel de estos factores en la génesis de los síntomas y cómo se pueden utilizar para guiar el tratamiento requiere más estudios.
El manejo del SII requiere un enfoque multifactorial que incluya tanto intervenciones dietéticas como farmacológicas, además de un soporte psicológico cuando sea necesario. La variabilidad individual en la respuesta al tratamiento resalta la necesidad de un enfoque personalizado en el manejo del SII. Las investigaciones en curso están centradas en identificar biomarcadores y tratamientos que permitan una mejor identificación y manejo del SII.
BIBLIOGRAFÍA
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