Técnicas innovadoras para el abordaje del embarazo ectópico: avances diagnósticos y terapéuticos
Autora principal: Dra. Karla Agüero Jiménez
Vol. XX; nº 08; 382
Innovative techniques in the management of ectopic pregnancy: diagnostic and therapeutic advances
Fecha de recepción: 16 de marzo de 2025
Fecha de aceptación: 14 de abril de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 08 Segunda quincena de abril de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 08; 382
Autores:
Dra. Karla Agüero Jiménez
Médico general, en Hospital Nacional de Niños. San José, Costa Rica.
Orcid: https://orcid.org/0009-0001-2962-1455
Código Medico 14704
Dra. Keylin Gabriela Chavarría Castro
Médico general, en Hospital San Francisco de Asís. Alajuela, Costa Rica.
Orcid: https://orcid.org/0009-0003-2541-0567
Código Médico 18000
Dr. Gustavo Alberto Salvatierra Guadamuz
Médico general, en el Instituto Nacional de Seguro. San José, Costa Rica.
Orcid: https://orcid.org/0009-0005-8740-9523
Código Medico 18832
Dra. Alexandra Mora Quirós
Médico general, en Caja Costarricense de Seguro Social. San José, Costa Rica.
Orcid: https://orcid.org/0000-0002-3093-1864
Código Médico 18671
Dra. Yirlania Campos Picado
Médico general, investigadora Independiente. Heredia, Costa Rica.
Orcid: https://orcid.org/0009-0007-8262-0228
Código Médico 11147
Dra. Daniela Consumi Cordero
Médico general, Investigadora Independiente. Alajuela, Costa Rica.
Orcid: https://orcid.org/ 0000-0003-3655-9343
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
Palabras clave: embarazo ectópico, diagnóstico temprano, biomarcadores séricos, Doppler color, inteligencia artificial en ginecología, intervenciones terapéuticas novedosas.
Key words: ectopic pregnancy, early diagnosis, serum biomarkers, Doppler color imaging, artificial intelligence in gynecology, novel therapeutic interventions.
Resumen:
El manejo del embarazo ectópico (EE) ha evolucionado con diversas estrategias terapéuticas, incluyendo el manejo expectante, tratamiento farmacológico y técnicas mínimamente invasivas. El manejo expectante se aplica en mujeres hemodinámicamente estables con embarazos menores de 35 mm, sin signos de hemorragia activa, donde se espera una resolución espontánea, bajo un seguimiento riguroso con medición de β-hCG y ecografía. El tratamiento farmacológico con metotrexato (MTX) es eficaz en embarazos con niveles bajos de β-hCG, y su eficacia se mejora con esquemas de dosis múltiple y combinaciones con otros agentes. Las intervenciones mínimamente invasivas como la laparoscopia permiten procedimientos como salpingectomía y salpingostomía, preservando la fertilidad. Opciones no quirúrgicas innovadoras, como la embolización arterial selectiva (EAS) y agentes esclerosantes, ofrecen alternativas efectivas. El futuro del manejo del EE se encuentra en la integración de tecnologías como la inteligencia artificial y la telemedicina para mejorar la detección y los resultados terapéuticos.
Abstract:
The management of ectopic pregnancy (EP) has evolved with various therapeutic strategies, including expectant management, pharmacological treatment, and minimally invasive techniques. Expectant management is applied to hemodynamically stable women with pregnancies smaller than 35 mm, without signs of active hemorrhage, where spontaneous resolution is expected, under strict monitoring with β-hCG measurement and ultrasound. Pharmacological treatment with methotrexate (MTX) is effective in pregnancies with low β-hCG levels, and its efficacy improves with multiple dosing regimens and combinations with other agents. Minimally invasive interventions such as laparoscopy allow procedures like salpingectomy and salpingostomy, preserving fertility. Innovative non-surgical options, such as selective arterial embolization (SAE) and sclerosing agents, provide effective alternatives. The future of EP management lies in the integration of technologies such as artificial intelligence and telemedicine to improve detection and therapeutic outcomes.
Introducción:
El embarazo ectópico (EE) es una complicación obstétrica grave en la que el óvulo fecundado se implanta fuera de la cavidad uterina, lo que imposibilita su desarrollo normal y puede derivar en complicaciones potencialmente mortales (1-4). La localización más frecuente de esta condición es en las trompas de Falopio, representando aproximadamente el 97% de los casos, con mayor prevalencia en la región ampular. No obstante, también puede producirse en otros sitios menos comunes, como el intersticio tubárico, el cérvix, los ovarios, la cicatriz de una cesárea, la cavidad abdominal o incluso el espacio retroperitoneal (4-10). En particular, el embarazo ectópico abdominal, aunque poco frecuente, con una incidencia cercana al 1%, representa un alto riesgo tanto para la madre como para el feto debido a las dificultades en su detección y tratamiento oportuno (8,9).
En las últimas décadas, se ha observado un incremento en la incidencia del EE, con estimaciones que oscilan entre el 1% y el 2% de todos los embarazos (2,6,9). Investigaciones realizadas en diferentes regiones del mundo reflejan variaciones en la prevalencia de esta patología, como en Pakistán, donde se ha reportado un 1.56% de casos entre los embarazos estudiados, o en Egipto, donde la incidencia ha variado entre el 0.52% y el 0.72% en los últimos años (5,11). Existen múltiples factores de riesgo asociados con el EE, entre ellos cirugías tubarias previas, enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), endometriosis, procedimientos de reproducción asistida como la fertilización in vitro (FIV), uso de dispositivos intrauterinos (DIU), tabaquismo, edad materna avanzada y antecedentes de aborto (2,5,6,7,8,11,12). Sin embargo, en una proporción considerable de pacientes no se identifica un factor predisponente, lo que subraya la necesidad de mejorar las estrategias diagnósticas (6).
El diagnóstico oportuno del EE es esencial para reducir complicaciones severas como la ruptura tubárica y la hemorragia masiva, que pueden poner en riesgo la vida de la paciente y afectar su capacidad reproductiva a futuro (3,5,6,13). Se estima que el embarazo ectópico es la principal causa de mortalidad materna, especialmente durante el primer trimestre (2,6,7,14). Además, la hemorragia obstétrica provocada por la ruptura de un EE sigue siendo una de las principales causas de mortalidad materna, especialmente en países con recursos limitados (3,7). Sin embargo, su detección sigue representando un desafío, ya que sus manifestaciones clínicas pueden ser inespecíficas y solaparse con otras condiciones ginecológicas, incluyendo dolor abdominal, sangrado vaginal irregular y alteraciones en los niveles de gonadotropina coriónica humana (β-hCG) (7,14).
En los últimos años, el avance en técnicas de imagen y herramientas predictivas ha permitido mejorar el abordaje diagnóstico del EE. La ecografía transvaginal (TVUS) es una de las principales herramientas utilizadas en la identificación temprana de esta condición, permitiendo una localización más precisa del embarazo y facilitando su diferenciación de otras patologías (6,8). Estudios recientes han evaluado el uso del ultrasonido tridimensional (3D-US) y del Doppler color como métodos complementarios para mejorar la detección de embarazos ectópicos en cicatrices de cesárea, mientras que el desarrollo de modelos de inteligencia artificial (IA) ha abierto nuevas posibilidades para optimizar el diagnóstico (7,10,14,15).
En cuanto al tratamiento, las opciones terapéuticas han evolucionado significativamente, pasando de abordajes quirúrgicos convencionales a estrategias mínimamente invasivas y tratamientos farmacológicos. Aunque la salpingectomía laparoscópica sigue siendo la intervención de elección en casos complicados, el uso de metotrexato (MTX) como alternativa terapéutica ha permitido reducir la necesidad de cirugía en determinados pacientes (2,4,6,9,13). Asimismo, en situaciones específicas, el manejo expectante ha sido documentado como una posibilidad, lo que sugiere la importancia de una individualización del tratamiento en función de cada caso (8,6).
Dada la relevancia del EE en la salud materna y la complejidad de su manejo, el presente artículo tiene como propósito describir las estrategias diagnósticas emergentes y opciones terapéuticas innovadoras para proporcionar una perspectiva actualizada que contribuya a optimizar la detección y manejo de esta patología.
Metodología:
Para la elaboración de este manuscrito, se realizó una búsqueda bibliográfica en bases de datos como PubMed, ScienceDirect, ClinicalKey y Google Scholar. Se definieron criterios de inclusión y exclusión con el propósito de garantizar la relevancia, actualidad y precisión de la información recopilada. Se incluyeron artículos publicados en inglés y español entre los años 2020 y 2025.
La estrategia de búsqueda se estructuró mediante el uso de términos clave relevantes para el tema, incluyendo: “embarazo ectópico”, “diagnóstico temprano”, “Doppler color”, “biomarcadores séricos”, “tratamiento farmacológico”, “metotrexato”, “cirugía mínimamente invasiva” e “inteligencia artificial en ginecología”.
Se seleccionaron un total de 20 referencias, incluyendo revisiones sistemáticas, estudios clínicos, ensayos controlados aleatorizados y reportes de casos. La información se organizó en secciones que abordan los avances en el diagnóstico del embarazo ectópico, así como las innovaciones en el tratamiento, destacando opciones farmacológicas, quirúrgicas y mínimamente invasivas.
Avances en el diagnóstico:
Métodos de imagen
En casos clínicos complejos o atípicos, los métodos de imagen complementarios como el ultrasonido transvaginal de alta resolución, el Doppler color, la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM), permiten mejorar la precisión diagnóstica y optimizan la caracterización del EE (8).
La ecografía transvaginal se considera el método de referencia para la detección precoz del EE, debido a su elevada sensibilidad y especificidad. Su ventaja sobre la ecografía transabdominal (TAUS) radica en su capacidad de proporcionar una visualización más detallada de las estructuras uterinas y anexiales, lo que permite una identificación más precisa del embarazo ectópico. La TVUS posibilita la detección del saco gestacional cuando su diámetro se encuentra entre 2 y 5 mm, alrededor de la quinta semana de gestación. La ausencia de un saco gestacional intrauterino en pacientes con niveles de β-hCG superiores a 1500-2000 mUI/ml es altamente sugestiva de EE, con una precisión diagnóstica cercana al 86%. La confirmación se logra cuando la TVUS revela un saco gestacional extrauterino con saco vitelino o embrión en estructuras como los anexos o el cérvix (6,7). En casos específicos, como el embarazo ectópico en cicatriz de cesárea (ECC), la ecografía transvaginal permite identificar anomalías en la cicatriz uterina con la presencia de una masa gestacional incrustada. Además, la incorporación de la ecografía tridimensional ha demostrado mejorar la localización y la precisión diagnóstica en estos casos específicos (10,15).
El Doppler color se ha consolidado como un complemento valioso en la evaluación del EE, ya que permite analizar el flujo sanguíneo y diferenciar entre lesiones benignas y malignas, además de proporcionar información clave sobre la viabilidad embrionaria (16). En el caso del ECC, la combinación de TVUS 3D con Doppler color ha demostrado una precisión diagnóstica del 92.96%, superando la obtenida con la TVUS 3D sola, que alcanza el 71.83% (15). Los hallazgos característicos del Doppler color incluyen un flujo peritrofoblástico de baja impedancia, reflejado en un índice de pulsatilidad inferior a 1, junto con una velocidad de flujo sanguíneo elevada (mayor a 20 cm/s) y un índice de resistencia bajo (< 0.5) (10). La detección de un patrón vascular prominente en la cicatriz de cesárea permite una identificación más temprana del ECC y facilita una planificación terapéutica más adecuada (16).
Cuando la ecografía no proporciona un diagnóstico definitivo, la tomografía computarizada y la resonancia magnética pueden ser herramientas esenciales, especialmente en embarazos ectópicos con localización inusual o en contextos de emergencia (8). En el caso del embarazo ectópico abdominal, la TC resulta útil para evaluar la relación del feto con los órganos internos y la placenta, aunque su uso es limitado por la exposición a radiación ionizante (8,9). En contraste, la RM se considera la técnica de elección para la evaluación de EE en ubicaciones atípicas como el retroperitoneo, permitiendo una visualización detallada de la interacción del saco gestacional con estructuras vasculares circundantes (9). En el contexto del ECC, la RM es útil para determinar el grado de invasión miometrial y la posible afectación de la vejiga, lo que favorece una planificación quirúrgica más precisa. Asimismo, en casos de EE esplénico o retroperitoneal, la combinación de TC y RM permite detectar hemorragias activas y evaluar la interacción del saco gestacional con estructuras vasculares críticas, facilitando una intervención médica más segura y efectiva (4,9,10).
Biomarcadores
El diagnóstico del EE ha dependido históricamente de la evaluación clínica, la medición de los niveles de β-hCG en suero y la ecografía transvaginal (1,6,7). A pesar de estos avances, la detección temprana sigue siendo un desafío, lo que ha motivado la búsqueda de biomarcadores adicionales para mejorar la precisión diagnóstica. Diversos estudios han explorado nuevos marcadores séricos y hematológicos con el fin de desarrollar herramientas complementarias que optimicen el diagnóstico precoz del EE y lo diferencien de embarazos intrauterinos normales o pérdidas gestacionales tempranas (7).
La medición repetida de los niveles séricos de β-hCG es esencial en la evaluación de pacientes con sospecha de EE. Esta hormona, producida por el sincitiotrofoblasto, es detectable en suero materno a partir de los 8-10 días post-fecundación y aumenta exponencialmente durante las primeras semanas del embarazo. Normalmente, los niveles se duplican aproximadamente cada 48 horas hasta la sexta semana de gestación. Sin embargo, en casos de EE, el ascenso suele ser más lento o irregular, lo que indica una implantación anómala (1,2,6,7).
La «zona de discriminación» se ha establecido para definir los niveles de β-hCG en los cuales se espera visualizar un saco gestacional intrauterino mediante TVUS. Este umbral varía entre 1500 y 2000 mUI/ml, mientras que para la ecografía transabdominal, el valor es entre 6000 y 6500 mUI/ml. La ausencia de un saco gestacional intrauterino cuando los niveles de β-hCG superan estos valores sugiere un EE con una precisión cercana al 86%. Sin embargo, estudios recientes han propuesto un nuevo umbral superior a 3500 mUI/ml, lo que aumenta la probabilidad de detectar un embarazo intrauterino a un 99% (2,6,7,17).
La evaluación de la cinética de β-hCG es clave en el diagnóstico del EE. En un embarazo intrauterino viable con niveles iniciales de β-hCG inferiores a 1500 mUI/ml, se espera un incremento mínimo del 49% en 48 horas. Si los valores iniciales son más altos, el incremento esperado disminuye (40% para 1500-3000 mUI/ml y 33% para >3000 mUI/ml). Un aumento inferior al 35% en 48 horas sugiere un EE con una precisión del 80.2%, especialmente en embarazos de localización desconocida (PUL). Asimismo, una disminución superior al 21% en 48 horas sugiere una probable pérdida gestacional intrauterina, mientras que una caída menor puede estar asociada a un EE (2,6,7,17).
Dado que la β-hCG no siempre permite un diagnóstico definitivo, se han investigado otros biomarcadores potenciales. La progesterona ha sido ampliamente estudiada como complemento diagnóstico. Sus niveles permanecen relativamente constantes durante el primer trimestre, lo que la hace útil para evaluar la viabilidad gestacional. Se ha observado que niveles de progesterona ≤5 ng/mL se asocian con embarazos no viables, mientras que valores >22 ng/mL sugieren un embarazo intrauterino viable. Sin embargo, la progesterona por sí sola no discrimina de manera confiable entre EE y embarazos intrauterinos (6,7).
Otros biomarcadores emergentes incluyen la inhibina A y las activinas, proteínas implicadas en la regulación del crecimiento placentario. La activina-AB ha mostrado una correlación significativa con el EE, aunque la evidencia sobre su utilidad clínica es aún limitada. Por su parte, la proteína plasmática asociada al embarazo A (PAPP-A) presenta niveles reducidos en pacientes con EE, lo que sugiere su posible valor diagnóstico (7).
La proteína ADAM-12 es otro marcador prometedor para el EE, aunque los estudios han producido resultados contradictorios. Además, los micro-ARNs, como el miR-378d presente en exosomas séricos, han demostrado un alto potencial para el diagnóstico del EE, especialmente cuando se combina con β-hCG y progesterona en un panel diagnóstico (7).
El análisis de biomarcadores hematológicos ha surgido como una estrategia complementaria en la evaluación del EE. Se ha observado que el recuento de glóbulos blancos, en particular el aumento de monocitos, es más elevado en pacientes con EE tubáricos. También se ha propuesto la amplitud de distribución plaquetaria (ADP) como un posible indicador de EE, aunque su interpretación aún está en debate. Además, la creatina fosfoquinasa (CPK) ha mostrado potencial en la detección temprana del EE, aunque su uso aún no ha sido validado clínicamente (7).
Inteligencia artificial y herramientas digitales
El uso de la inteligencia artificial y las herramientas digitales está ganando relevancia en el diagnóstico del embarazo ectópico, ofreciendo un gran potencial para mejorar la detección temprana y la toma de decisiones clínicas. Estas tecnologías están siendo investigadas para optimizar la precisión del diagnóstico, especialmente en situaciones complejas o cuando los hallazgos iniciales no son concluyentes (18).
El aprendizaje automático o machine learning (ML) se está utilizando para predecir el riesgo y diagnóstico del embarazo ectópico, particularmente en casos PUL. Estos algoritmos analizan datos clínicos, serológicos y ecográficos, buscando patrones que puedan indicar la presencia de EE. En un estudio comparativo entre modelos estadísticos tradicionales, como la regresión logística, y modelos de ML, como redes neuronales (NNs), árboles de decisión (DT) y máquinas de vectores de soporte (SVMs), se encontró que ambos enfoques lograban predecir adecuadamente los resultados del embarazo en mujeres con PUL. Sin embargo, en la validación externa, los modelos de ML (NNs y SVMs) superaron al modelo estadístico, lo que sugiere que la IA puede ser especialmente útil cuando se manejan conjuntos de datos más complejos (14).
El objetivo de estas investigaciones es desarrollar modelos que combinen datos clínicos, niveles de hCG y resultados ecográficos. La IA tiene la capacidad de detectar patrones que podrían ser difíciles de identificar por los médicos, lo que la hace adecuada para predecir casos de EE en fases tempranas. La aplicación de estos modelos en la primera consulta de la paciente podría ser valiosa, especialmente cuando los hallazgos no son concluyentes o cuando no se dispone de especialistas en hospitales de atención primaria. Esto ayudaría a reducir el número de diagnósticos erróneos y mejoraría la precisión clínica (14).
Además de los algoritmos predictivos, se están desarrollando sistemas de apoyo a la decisión basados en IA que podrían facilitar el manejo del embarazo ectópico. Algunas investigaciones están creando herramientas que predicen el tratamiento adecuado para EE, apoyando a los profesionales en la elección del enfoque más adecuado en función de los datos clínicos y diagnósticos (6,18).
En el ámbito de la endometriosis pélvica, un factor de riesgo para el EE, se han utilizado herramientas basadas en IA para mejorar la detección mediante imágenes y la formación de profesionales en radiología. Aunque no se centra directamente en EE, este enfoque muestra el potencial de la IA para mejorar la precisión diagnóstica en ginecología (6,19).
Innovaciones en el tratamiento:
Manejo expectante
El manejo expectante del embarazo ectópico es una opción terapéutica conservadora basada en la observación y seguimiento riguroso de la paciente, sin una intervención inmediata, con la expectativa de que la gestación ectópica se resuelva de manera espontánea (1,7). A diferencia de los tratamientos médicos o quirúrgicos, esta estrategia se reserva para casos específicos en los que el riesgo de complicaciones es bajo y la evolución clínica sugiere una posible regresión natural del embarazo ectópico (13).
Para que una paciente sea candidata a este enfoque, es fundamental una selección cuidadosa (13). Solo se considera en mujeres hemodinámicamente estables, sin signos de hemorragia activa y con síntomas leves o ausentes. Además, la evaluación ecográfica debe evidenciar una masa ectópica menor de 35 mm sin actividad cardíaca fetal. En situaciones de embarazo heterotópico (EH), esta opción puede ser viable si la actividad cardíaca en la gestación ectópica es muy débil o desaparece durante el seguimiento. Asimismo, la presencia de líquido libre en el fondo de saco de Douglas debe ser mínima, sin indicios de hemorragia significativa (6,7,12,13).
El éxito del manejo expectante depende de un control clínico riguroso y de la cooperación de la paciente, quien debe acudir a consultas periódicas y comprender los riesgos y beneficios de esta estrategia (6,13). El monitoreo de los niveles de β-hCG es esencial para evaluar la evolución del embarazo ectópico. En caso de que los niveles no disminuyan adecuadamente o aumenten, se considera un fracaso del manejo expectante y se debe optar por un tratamiento médico con metotrexato o una intervención quirúrgica (6).
Asimismo, la TVUS es crucial en la supervisión del manejo expectante, pues permite la confirmar la localización y características del embarazo ectópico, facilita la evaluación de la reducción progresiva de la masa ectópica y es de gran utilidad para detectar signos de complicación (6,12).
Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico del EE constituye una alternativa innovadora a la cirugía en casos seleccionados, permitiendo su resolución sin procedimientos invasivos, siendo el metotrexato el principal fármaco empleado en este abordaje (2,7,13,20). Este se administra tradicionalmente mediante esquemas de dosis única o múltiple (2,4,7). La primera opción, con una dosis intramuscular de 50 mg/m², es la más utilizada por su menor riesgo de efectos adversos, siendo especialmente efectiva en pacientes con niveles de β-hCG inferiores a 3600 UI/L (2,6). En caso de que la reducción de β-hCG entre los días 4 y 7 sea inferior al 15%, puede indicarse una segunda dosis. Para pacientes con niveles superiores a 5000 UI/L, se ha observado que un esquema de dos dosis mejora la eficacia en comparación con la dosis única. Por otro lado, el protocolo multidosis, que alterna MTX con leucovorina para reducir efectos adversos, aunque menos usado por su mayor toxicidad, puede ser útil en casos específicos como la obesidad (2,6,7,17).
Nuevas estrategias de monitoreo tras la administración de MTX han sido evaluadas. Un estudio sugiere que medir los niveles de β-hCG en los días 1 y 7, con una reducción del 7% como criterio de éxito, podría ser un enfoque costo-efectivo en comparación con el seguimiento tradicional entre los días 4 y 7 (20).
Para mejorar la eficacia del tratamiento y preservar la fertilidad, se han explorado combinaciones del MTX con otros agentes y técnicas. El gefitinib, un inhibidor de tirosina quinasa administrado por vía oral, ha mostrado resultados prometedores en combinación con MTX en embarazos ectópicos tubáricos estables, evitando la cirugía. Sin embargo, su eficacia debe confirmarse mediante estudios controlados. Otra alternativa es la administración local de MTX directamente en el saco gestacional bajo guía ecográfica, lo que permite una mayor concentración del fármaco en la zona afectada y reduce los efectos sistémicos. También se han evaluado otros agentes para la inyección local, como el cloruro de potasio (4,6,7).
En ECC, la embolización de la arteria uterina (EAU) combinada con la infusión intrauterina de MTX ha sido utilizada para reducir la vascularización y favorecer la reabsorción del tejido gestacional. También se ha investigado la combinación de EAU con la infusión de MTX y 5-fluorouracilo (5-FU), aunque esta última ha mostrado más efectos adversos (7,10).
A pesar de que el MTX sigue siendo el tratamiento farmacológico principal, la investigación continúa en busca de nuevas opciones que optimicen su eficacia y reduzcan sus efectos secundarios. Se han explorado diferentes esquemas de dosificación según la localización del embarazo y los niveles de β-hCG, así como nuevos agentes farmacológicos con potencial terapéutico. Asimismo, se han desarrollado estrategias para mejorar el seguimiento postratamiento y detectar de manera temprana posibles fallos terapéuticos, minimizando riesgos y evitando complicaciones (2,4,7,20).
Intervenciones mínimamente invasivas
Las intervenciones mínimamente invasivas han transformado el manejo del embarazo ectópico al ofrecer opciones seguras y efectivas con menor impacto quirúrgico en comparación con la cirugía abierta. Estas técnicas permiten una recuperación más rápida, reducen el tiempo de hospitalización y disminuyen los riesgos asociados a procedimientos más invasivos (13). Dentro de este enfoque, la laparoscopía es la opción preferida para pacientes hemodinámicamente estables, ya que facilita la resolución del embarazo ectópico con menor morbilidad y mejores resultados postoperatorios (2,3,6,9).
En cirugía laparoscópica, las principales técnicas utilizadas son la salpingectomía y la salpingostomía La primera consiste en la extracción completa de la trompa de Falopio afectada y se recomienda en casos de embarazo ectópico recurrente en la misma trompa, integridad de la trompa contralateral, ruptura tubárica o adherencias significativas. Al eliminar la estructura afectada, se reduce el riesgo de recurrencia, siendo una opción adecuada cuando la preservación de la fertilidad no es prioritaria. Por otro lado, la salpingostomía implica la apertura de la trompa para extraer el embarazo ectópico sin resecar la estructura tubárica. Aunque esta técnica favorece la posibilidad de embarazos futuros, presenta riesgos como la persistencia de tejido gestacional y una mayor probabilidad de recurrencia (2,6,9,13). Sin embargo, en pacientes con factores de infertilidad y deseo de concebir, puede ofrecer ventajas en términos de fertilidad en comparación con la salpingectomía. Estudios recientes han mostrado tasas comparables de embarazo intrauterino y recurrencia entre ambas técnicas, por lo que la elección del procedimiento debe basarse en criterios clínicos y reproductivos individuales (6,7).
El avance en las técnicas quirúrgicas ha permitido mejorar la preservación de la fertilidad y optimizar los resultados postoperatorios. Una alternativa en evaluación es la resección tubárica parcial con anastomosis término-terminal, que ha demostrado una mayor tasa de permeabilidad tubárica en comparación con la salpingectomía total. Además, en embarazos ectópicos retroperitoneales, la laparoscopía ha mostrado beneficios al reducir el tiempo quirúrgico y la pérdida sanguínea (7).
En cuanto al ECC, la detección temprana mediante TVUS es clave para definir la estrategia terapéutica. Aunque el uso de tecnología láser y electrocirugía avanzada no se ha documentado específicamente en este contexto, estas herramientas forman parte del instrumental laparoscópico, facilitando la coagulación y disección tisular con mayor precisión (10).
Abordajes no quirúrgicos novedosos
Los avances recientes en el tratamiento del embarazo ectópico han permitido el desarrollo de opciones no quirúrgicas que ofrecen alternativas menos invasivas a la cirugía, especialmente en casos seleccionados. Entre las estrategias más destacadas se encuentran la embolización arterial selectiva (EAS) y las terapias con agentes esclerosantes intra-tubáricos.
La EAS es un procedimiento mínimamente invasivo que se utiliza para controlar el sangrado en diversos contextos ginecológicos, incluido el EE. Este enfoque se basa en la obstrucción del flujo sanguíneo hacia el sitio de implantación ectópica mediante la liberación de agentes embólicos en los vasos que irrigan el embarazo. El procedimiento comienza con la inserción de un catéter a través de una arteria periférica, usualmente la arteria femoral, guiado por fluoroscopia hasta las arterias uterinas. Una vez identificados los vasos afectados, se administran micropartículas o espirales metálicas que bloquean el flujo sanguíneo hacia el área del embarazo ectópico. Este método tiene la capacidad de detener el sangrado y contribuir a la regresión del embarazo, evitando la necesidad de cirugía (4,7,9).
La EAS ha demostrado ser eficaz en situaciones complejas, como el manejo de embarazos ectópicos abdominales y esplénicos, donde la hemorragia activa puede ser controlada sin intervención quirúrgica. Además, su uso combinado con MTX ha mostrado buenos resultados, ya que la reducción del flujo sanguíneo aumenta la concentración local del fármaco, facilitando la involución del embarazo (7,9,10).
Otra opción innovadora es el uso de agentes esclerosantes administrados directamente en la trompa de Falopio afectada. A través de una inyección guiada por ecografía transvaginal o salpingografía, estos agentes buscan destruir el tejido trofoblástico del embarazo ectópico sin la necesidad de cirugía (6).
Futuras direcciones:
El manejo del embarazo ectópico sigue evolucionando, pero es crucial realizar estudios clínicos más amplios y multicéntricos para validar las nuevas estrategias y tecnologías emergentes (7). Aunque algunos tratamientos innovadores han mostrado buenos resultados, se necesita más evidencia para confirmar su eficacia en diversos contextos. Por ejemplo, protocolos como la medición de β-hCG en días específicos requieren ser evaluados mediante estudios controlados aleatorizados para comparar su seguridad y eficacia con los tratamientos actuales. También, la resección tubárica parcial laparoscópica con anastomosis, una técnica para preservar la fertilidad, aún necesita mayor validación en estudios clínicos (20).
La telemedicina tiene el potencial de mejorar el diagnóstico precoz mediante la consulta remota, lo que facilita la educación tanto a profesionales de salud como a pacientes sobre los riesgos y síntomas del embarazo ectópico. Esto podría reducir los retrasos en la búsqueda de atención y mejorar los resultados generales. La IA, por su parte, puede desempeñar un papel clave en la predicción y diagnóstico precoz mediante el análisis de grandes volúmenes de datos. Los modelos de aprendizaje automático, que combinan factores clínicos, niveles séricos de hCG y hallazgos ecográficos, han mostrado una alta precisión y podrían mejorar la capacidad diagnóstica. Además, la IA podría optimizar la interpretación de imágenes ecográficas, ayudando a identificar signos tempranos de embarazo ectópico, especialmente en casos complejos (5,8,11,14,18,19).
El uso de sistemas electrónicos de gestión de datos de pacientes podría permitir que la IA aprenda de los datos clínicos, mejorando aún más la predicción y proporcionando nuevos conocimientos sobre el embarazo ectópico. En conjunto, la telemedicina y la inteligencia artificial tienen el potencial de mejorar significativamente la atención temprana, reducir la morbilidad y mortalidad materna, y preservar la fertilidad, lo que representa un avance significativo en el manejo de esta condición (14).
Conclusiones:
La investigación sigue avanzando en la identificación de combinaciones óptimas de biomarcadores que mejoren la sensibilidad y especificidad del diagnóstico del embarazo ectópico, facilitando una detección más temprana y reduciendo la necesidad de procedimientos invasivos. A medida que estos biomarcadores sean validados en estudios más amplios, podrían integrarse en la práctica clínica para optimizar el diagnóstico y mejorar los resultados maternos.
El uso de la inteligencia artificial y las herramientas digitales en el diagnóstico del embarazo ectópico, aunque aún emergente, tiene el potencial de complementar métodos tradicionales como la ultrasonografía y la medición de los niveles de β-hCG, lo que podría llevar a diagnósticos más rápidos y precisos. Sin embargo, se necesitan más estudios para validar estos enfoques y asegurar su implementación efectiva en la práctica clínica.
La cirugía mínimamente invasiva sigue evolucionando para mejorar la seguridad, eficacia y preservación de la fertilidad en las pacientes afectadas. La cirugía robótica se perfila como un avance potencial, aunque su aplicación requiere más respaldo científico.
El futuro del manejo del embarazo ectópico depende de la validación continua de nuevas estrategias diagnósticas y terapéuticas. Es crucial realizar estudios clínicos más amplios y multicéntricos para confirmar la eficacia y seguridad de los tratamientos emergentes, mejorar las guías basadas en evidencia y optimizar los protocolos existentes.
Bibliografía:
- Hiregouda JM, Itagi L, Devarmani M. A retrospective study of risk factors, clinical presentation, outcome of ectopic pregnancy. Int J Adv Res. 2024 Aug;12(8):1515-1520. Disponible en: https://dx.doi.org/10.21474/IJAR01/19398
- Hendriks E, Rosenberg R, Prine L. Ectopic pregnancy: Diagnosis and management. Am Fam Physician. 2020;101(10):599–606.
- Rahman S, Barkat S, Khan M, Amin S, Akter F. Ectopic pregnancy: Appraisal of risk factors and management strategies. Sch Int J Obstet Gynec [Internet]. 2024;7(12):616–22. Disponible en: http://dx.doi.org/10.36348/sijog.2024.v07i12.005
- Strakšytė V, Mikšytė R, Kulnickaitė U, Gudelevičius S. Minimally invasive management and diagnosis of ectopic splenic pregnancy. Medicina (Kaunas) [Internet]. 2024;60(3):470. Disponible en: http://dx.doi.org/10.3390/medicina60030470
- Abdullah NM, Elsayed YA, AbdElhalim DA, Abdelmonem AS. Prevalence and associated risk factors of ectopic pregnancy among pregnant women at El-Galaa Teaching Hospital. Egypt Nurs J [Internet]. 2022;19(3):306–12. Disponible en: http://dx.doi.org/10.4103/enj.enj_39_22
- Rivera C, Pomés C, Díaz V, Espinoza P, Zamboni M. Actualización del enfrentamiento y manejo del embarazo ectópico tubario. Rev Chil Obstet Ginecol [Internet]. 2020;85(6):697–708. Disponible en: http://dx.doi.org/10.4067/s0717-75262020000600697
- Mullany K, Minneci M, Monjazeb R, C Coiado O. Overview of ectopic pregnancy diagnosis, management, and innovation. Womens Health (Lond Engl) [Internet]. 2023;19:17455057231160349. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1177/17455057231160349
- Soto-López S, González-Montenegro KI, Zamora-López C. Embarazo ectópico abdominal de 23 semanas en primigestante. Reporte de caso. Rev médicas UIS [Internet]. 2022;35(3). Disponible en: http://dx.doi.org/10.18273/revmed.v35n3-2022003
- Reyna-Villasmil E, Torres-Cepeda D, Rondon-Tapia M. Embarazo ectópico retroperitoneal primario. Rev Peru Ginecol Obstet [Internet]. 2023;69(2). Disponible en: http://dx.doi.org/10.31403/rpgo.v69i2521
- Darwish HS, Habash YH, Habash MY. Ectopic pregnancies in caesarean section scars: 5 years experience. Clin Imaging [Internet]. 2020;66:26–34. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.clinimag.2020.04.037
- Iqbal S, Ashraf S, Husnain G, Munir S, Iqbal A, Bibi A, et al. Incidence, clinical presentation, and risk factors of ectopic pregnancy: A cross-sectional study in Sialkot district, Pakistan. Biol Clin Sci Res J [Internet]. 2024;2024(1):1337. Disponible en: http://dx.doi.org/10.54112/bcsrj.v2024i1.1337
- Mao Y, Peng Y, Zheng M, Cai P, Gong F, Chen H, et al. Is expectant management feasible for select patients diagnosed with a heterotopic tubal pregnancy following in vitro fertilization/intracytoplasmic sperm injection? BMC Pregnancy Childbirth [Internet]. 2024;24(1):813. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1186/s12884-024-07029-2
- Okagua KE, Eli S, Adewale O, Ocheche U, Wakama IE, Nwosu C. Medical management/Non-surgical of ectopic pregnancy: Case report and review of literature. World J Adv Res Rev [Internet]. 2023;20(1):836–9. Disponible en: http://dx.doi.org/10.30574/wjarr.2023.20.1.1889
- Rueangket P, Rittiluechai K, Prayote APA. Predictive Analytical Model for Ectopic pregnancy diagnosis: Statistics vs. Machine learning methods [Internet]. Research Square. 2022. Disponible en: http://dx.doi.org/10.21203/rs.3.rs-1580372/v1
- Shi L, Huang L, Liu L, Yang X, Yao D, Chen D, et al. Diagnostic value of transvaginal three-dimensional ultrasound combined with color Doppler ultrasound for early cesarean scar pregnancy. Ann Palliat Med [Internet]. 2021;10(10):10486–94. Disponible en: http://dx.doi.org/10.21037/apm-21-2208
- Sujana KR, Pranathi L, Jyothi SM. To evaluate the efficacy of ultrasonography and colour Doppler in the diagnosis and characterization of gynaecological pelvic masses. Journal of Population Therapeutics and Clinical Pharmacology [Internet]. 2024; Disponible en: http://dx.doi.org/10.53555/gedfqa50
- Prabhu SR, Sabavat A, Mishra N. Clinical profile and treatment outcome of non-surgical management of tubal ectopic pregnancy in a tertiary care hospital: retrospective study. Int J Reprod Contracept Obstet Gynecol [Internet]. 2024;13(11):3094–101. Disponible en: http://dx.doi.org/10.18203/2320-1770.ijrcog20243157
- Abuelezz I, Hassan A, Jaber BA, Sharique M, Abd-Alrazaq A, Househ M, et al. Contribution of Artificial Intelligence in pregnancy: A scoping review. Stud Health Technol Inform [Internet]. 2022;289:333–6. Disponible en: http://dx.doi.org/10.3233/SHTI210927
- Shenoy-Bhangle AS, Jha P. Transvaginal ultrasound: a reliable tool for detection and preoperative mapping of pelvic endometriosis. Fertil Steril [Internet]. 2024;121(3):449–50. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.fertnstert.2023.12.035
- Dayan-Schwartz A, Abd Elgani S, Abdul-Ghani T, Kogan L, Reiss A, Tal A. Pharmacological treatment of ectopic pregnancy: Accuracy, safety and cost-effectiveness of day 1-7 β-hCG measurements. Int J Gynaecol Obstet [Internet]. 2024;166(3):1330–6. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1002/ijgo.15511