demográficas y explorar el grado de conocimiento de la enfermedad, así como su estado emocional pre quirúrgico y expectativas originadas por la recomendación quirúrgica. En este estudio el rango de edad de 51 a 60 años es el que prevalece para los pacientes estudiados con enfermedades cardiovasculares en espera de cirugía cardiaca.
También concuerda con el informe presentado por la Oficina Nacional de Estadística en el Anuario de Salud del año 2011, donde se refiere que la presencia de enfermedades cardiovasculares ocupa el primer lugar y su mayor tasa de incidencia ocurre en las edades a partir de los 40 años de edad y aumenta proporcionalmente a la edad (2).
Podemos decir además que en los Grupos de Tratamiento estudiados se aprecia que la Cirugía Cardiovascular es un método quirúrgico poco empleado en pacientes con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años de edad, lo que corresponde a los datos de estudios de cohortes prospectivos, según estimaciones de la American Heart Association (1) , la cual habla de la influencia de los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares como: hipertensión, diabetes mellitus, inactividad física, tabaquismo, obesidad abdominal, bajo consumo diario de frutas y hortalizas, el consumo excesivo de alcohol y los factores psicológicos asociados al estrés, los estados afectivos negativos y factores de personalidad, así como el escaso apoyo social.
Tabla 2. Pacientes de ambos grupos según Sexo.
Sexo | Grupos de Tratamiento | Total | ||||
Medicina Natural
y Tradicional |
Convencional | |||||
Nº | % | Nº | % | Nº | % | |
Masculino | 18 | 32,14 | 18 | 32,14 | 36 | 64,28 |
Femenino | 10 | 17,86 | 10 | 17,86 | 20 | 35,72 |
Total | 28 | 100 | 28 | 100 | 56 | 100 |
Fuente: Cuaderno de Recogida de Datos.
Del total de los pacientes estudiados 36 corresponden al sexo masculino, lo que representa el 64,28% y el restante 35,72%, 20 pacientes pertenecen al sexo femenino.
Estos resultados no se corresponden con algunos estudios epidemiológicos. Murphy y colaboradores señalan una relación entre el sexo femenino y el masculino de 2:11.
No obstante en estudios realizados en España, por Fernando Rodríguez y colaboradores (1), refieren que actualmente la enfermedad isquémica del corazón es la que ocasiona un mayor número de muertes cardiovasculares, un 38% en varones y 24% en mujeres, lo que reafirma que los hombres son más afectados que las mujeres por las enfermedades del aparato cardiovascular.
Carmen R, Alfonso plantea que las enfermedades del corazón, fundamentalmente las cardiopatías isquémicas son las responsables del 80% de las muertes en el país y son más frecuentes en hombres que en mujeres.
Elles y colaboradores llevaron a cabo un meta análisis para examinar cuantificadamente la relación entre múltiples factores psicosociales relacionados con el trabajo y la cardiopatía isquémica, estos autores observaron que la elevada exigencia psicológica, la falta de apoyo social y la isotensión, se asociaban a un aumento del riesgo de cardiopatía isquémica, mientras que el desequilibrio entre esfuerzos y recompensa, la inseguridad laboral y la jornada laboral prolongada no mostraban esta relación. Sin embargo, este estudio solo se pudo generalizar en hombres, puesto que son pocos los estudios que han examinado estos efectos en las mujeres. (1)
Tabla 3. Distribución de los pacientes de ambos grupos, según Status marital.
Status marital | Grupos de Tratamiento | Total | ||||
Medicina Natural y Tradicional | Convencional | Nº | % | |||
Nº | % | Nº | % | |||
Con pareja | 21 | 75 | 22 | 78,57 | 43 | 76,8 |
Sin pareja | 7 | 25 | 6 | 21,43 | 13 | 23,2 |
Total | 28 | 100 | 28 | 100 | 56 | 100 |
Fuente: Cuaderno de Recogida de Datos.
Con respecto al Status marital el hecho de que 43 pacientes mantengan relación de pareja estable, lo que representa el 76,8% del total, habla a favor de una adecuada estabilidad emocional y apoyo social, ya que la pareja funciona como proveedor primario de la estabilidad emocional, fuente de ayuda económica y apoyo en la educación de sus descendientes, así como en el mantenimiento de la salud y el bienestar psíquico.
Los individuos con pareja estable presentan mayor apoyo emocional y una mejor calidad de vida. Por otro lado el vivir solo puede estar relacionado al aumento de la tasa de retorno de pacientes con enfermedades crónicas. El apoyo de la pareja puede actuar como amortiguador contra los eventos vitales negativos y ejercer una función protectora.
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