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Estudio correlativo entre los test de inteligencia emocional y el sistema límbico avalado por la RMN

conscientes, si no, serán no conscientes. Ambos envían mensajes al hipotálamo y la base del cerebro que, a su vez, activan los cambios corporales de la emoción: respuestas endocrinas, autónomas y conductas músculo-esqueléticas. Estos cambios, a su vez, vuelven al cerebro y quedan representados como parte de la experiencia. No se sabe aún qué estímulos van por una vía o por otra. El hipocampo no sólo ejerce un rol en la memoria consciente, también regula la activación emocional. Todas estas respuestas hacen al circuito emocional que incluye tanto las respuestas reflejas como los matices de la memoria emocional.

El trastorno por déficit de atención o alteración en la atención emocional (AAE), es una de las alteraciones neuroconductuales más frecuentes en la primera etapa y durante la pubertad en los niños, y algunos de sus síntomas se mantienen hasta la edad adulta (5). La última edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV-TR) (6) describe los síntomas del trastorno en dos grandes grupos: inatención e impulsividad-hiperactividad. Tanto la presencia o ausencia de estos factores da lugar a tres subtipos: predominantemente inatento, predominantemente hiperactivo-impulsivo y combinado. También está relacionado directamente con patologías psiquiátricas como el estado de ánimo y de ansiedad, el trastorno negativista desafiante o los trastornos de aprendizaje, siendo habitual que las personas diagnosticadas de alteración en la atención emocional (AAE) presenten al menos uno de ellos (7).

Las causas de la alteración en la atención emocional (AAE) todavía no se han identificado claramente, la ciencia se basa en que los factores genéticos y neurobiológicos desempeñan un papel fundamental en el origen y en la expresión del trastorno (8). Datos sobre estudios anatómicos y funcionales señalan a distintas regiones cerebrales (corteza prefrontal lateral, corteza cingulada anterior, caudado, putamen y vermis) como las principales responsables de la patofisiología de la alteración en la atención emocional (AAE) (9).

La alteración en la atención emocional (AAE) no se caracteriza únicamente por la excesiva actividad motora y los problemas cognitivos (10). Las alteraciones emocionales en la alteración en la atención emocional (AAE) apenas se han explorado porque, como se ha indicado, el interés de los investigadores se ha centrado hasta el momento en los aspectos cognitivos del trastorno. Por este motivo, los estudios sobre el funcionamiento de las habilidades relacionadas con la competencia emocional (reconocimiento, regulación y expresión de las emociones [11]) en niños y adultos con alteración en la atención emocional (AAE) son escasos. Existen síntomas característicos del trastorno, la no atención y la impulsividad, pueden dificultar el reconocimiento de distintos estímulos emocionales como las expresiones faciales y la prosodia (12).

Respecto a la regulación y expresión de las emociones, existen teorías tradicionales sobre la alteración en la atención emocional (AAE) que definen a estas personas como individuos con importantes dificultades para controlar sus estados afectivos, ya que en este caso están implicados distintos procesos de control ejecutivo (13, 14). Según estas teorías, las disfunciones ejecutivas, especialmente las vinculadas con el control emocional y de impulsos, son las responsables de los altos niveles de agresividad, irritabilidad o frustración observados en algunos niños y adultos con alteración en la atención emocional (AAE).

Las principales investigaciones que han abordado el estudio de la inteligencia emocional (IE) en niños, adolescentes y adultos con alteración en la atención emocional (AAE), nos aportan los siguientes datos que se organizan en dos grupos: los relacionados con el reconocimiento de estímulos emocionales y los implicados con la regulación y la expresión de las emociones. Los principales objetivos de esta revisión son:

– Reconocer la verdadera importancia de las alteraciones emocionales en la alteración en la atención emocional (AAE), incluyendo las relacionadas con el reconocimiento emocional.

– Estimular nuevas investigaciones que aborden el estudio de las emociones en la alteración en la atención emocional (AAE), tanto desde el punto de vista conductual como neural.

– Evidenciar la necesidad de evaluar y tratar los problemas afectivos en la práctica clínica.

La competencia emocional como la emoción en sí misma, se construyen durante el desarrollo de la persona en interacción con los demás, a lo largo de su vida. Cuando dos personas interactúan se crean ciclos de mutua influencia en relación a la conducta emocional expresiva de ambos, que deben acompañarse para poder llegar a comunicarse. Sin esta experiencia la persona tendrá dificultades en reconocer que su comunicación emocional influye sobre los demás y que este proceso es recíproco. Si su comunicación emocional va en contra de lo que el consenso social considera apropiado, va a sufrir rechazo. Este proceso se va adquiriendo a lo largo de todo el desarrollo de la persona (15, 16).

En trabajos anteriores, se construyó un método de observación de los aspectos emocionales en la comunicación entre niños, que permitió establecer tres estilos de comunicación emocional:

a) con predominio de los componentes expresivos (estilo expresivo)

b) con predominio del control emocional (estilo normativo)

c) con predominio en la regulación de la emoción (estilo asertivo).

Se relacionaron los resultados del método de observación con las zonas cerebrales involucradas en las emociones, y se hallaron importantes relaciones (17). Se piensa que en los adultos también habría un estilo de comunicación emocional prevalente, ya que hipotéticamente la expresión, el control y la regulación emocional varían de acuerdo al tipo de cercanía emocional que la relación implica.

Mirando el desarrollo humano, las relaciones interpersonales son cruciales para la socialización emocional. A través de ellas los niños comienzan a apreciar la importancia de la emoción para sí mismos, los demás y la cultura en sí, aprenden las conductas que son apropiadas para la expresión emocional. Consecuentemente, tanto las habilidades para la competencia emocional, como la emoción en sí misma, se construyen a lo largo del desarrollo de la persona en interacción con los demás y durante toda su vida. Este encuentro que provoca emociones, obtiene su sentido del contexto social en el que ha crecido el individuo, y viceversa, es decir que se influyen mutuamente. (18).

Los efectos de la adquisición de las competencias emocionales adecuadas al nivel madurativo de la etapa en la que el niño se encuentre, se ven en la habilidad para manejar las emociones propias