Tipos de estrés. Características personales implicadas y técnicas basadas en su control
Generalmente el estrés es una reacción adaptativa de nuestro organismo ante un cambio importante, pero cuando se prolonga en el tiempo puede llegar a ser perjudicial para la salud.
Autoras
María del Rocío Ruiz Calzado, DUE. Hospital Reina Sofía, Córdoba.
Amparo Camacho Reyes, DUE, Oncología pediátrica. Hospital Universitario La Paz, Madrid.
Rosa María Zamorano Antonio. DUE. Master oficial en Cuidados críticos. Servicio de Dermatología. Hospital Universitario de Torrejón. Madrid.
Resumen
El objetivo ha sido describir las fases del estrés, las características personales implicadas en el estrés y definir las técnicas basadas en su control.
En la actualidad, casi todo cuanto nos rodea (trabajo, familia, circunstancias personales) genera grandes dosis de tensión, que producen en el individuo un estado de inquietud y malestar, que en muchos casos desencadena graves dolencias físicas. Puede haber cierta confusión entre los conceptos de estrés y ansiedad.
Cuando la demanda del ambiente (laboral, social, etc.) es excesiva en relación con los recursos de afrontamiento que posee el individuo, desarrollará una serie de reacciones adaptativas, de movilización de recursos, que implican activación fisiológica. A su vez, esta reacción se acompaña de una serie de emociones negativas (desagradables), entre las que destacan la ansiedad, la ira y la depresión.
Son múltiples los factores que nos pueden llevar a desarrollar estrés. Generalmente el estrés es una reacción adaptativa de nuestro organismo ante un cambio importante, pero cuando se prolonga en el tiempo puede llegar a ser perjudicial para la salud. Por esta razón, es importante conocer técnicas basadas en el control del estrés para poder modificar las características personales implicadas en éste y prevenir su aparición.
Palabras clave
Factores emocionales, estrés, educación sanitaria, Enfermería, técnicas de control de estrés.
Introducción
El estrés (del inglés stress, “tensión”) es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. El estrés es descrito como una sensación de estar abrumado, preocupado o deteriorado pudiendo afectar a personas de todas las edades, géneros y circunstancias y puede conducir a problemas de salud tanto físicos como psicológicos. Según otros autores el estrés es cualquier factor incómodo “experiencia emocional “acompañada de previsibles cambios bioquímicos, fisiológicos y de comportamiento.
Estrés y/o ansiedad
El estrés y la ansiedad se han implicado como contribuyentes de muchas enfermedades crónicas y a la disminución de la calidad de vida, incluso con tratamiento farmacológico. Se están realizando esfuerzos para encontrar terapias no farmacológicas para aliviar el estrés y la ansiedad.
El estrés suele tener como manifestación la ansiedad, en cuyo caso se trata de una respuesta emocional provocada por un agente desencadenante (denominado agente estresante) interno o externo. De hecho, en el trastorno de la ansiedad, la sintomatología ansiosa no depende de la existencia de agentes estresantes, si bien quienes la padecen son más vulnerables a las situaciones de estrés. El estrés se inicia ante un conjunto de demandas ambientales que recibe el individuo, a las que debe dar una respuesta adecuada poniendo en marcha sus recursos de afrontamiento.
La ansiedad, además de ser una respuesta emocional al estrés, puede ser una reacción emocional de alerta ante una amenaza que puede originarse sin agentes estresantes. El estrés produce ansiedad, pero el individuo que padece ansiedad no necesariamente padece de estrés.
Fases del estrés
El estrés tiene 3 fases de respuesta:
Alarma: ante un estímulo estresante., el organismo reacción automáticamente preparándose para la respuesta, para la acción, tanto para luchar como para escapar del estímulo estresante, se genera activación del sistema nerviosos con las típicas manifestaciones de sequedad de boca, pupilas dilatadas, sudoración, tensión muscular, taquicardia, aumento de frecuencia respiratoria, aumento de la tensión arterial, aumento de síntesis de glucosa y de la secreción de adrenalina y noradrenalina.
Adaptación: Aparece cuando el organismo no tiene tiempo de recuperarse y continúa reaccionando para hacer frente a la situación.
Agotamiento: Como la energía de adaptación es limitada, si el estrés, continúa o adquiere más intensidad pueden llegar a superarse las capacidades de resistencia, y el organismo entra en una fase de agotamiento, con aparición de alteraciones psicosomáticas.
Tipos de estrés
Euestrés: hace referencia al estrés “bueno”, se asocia a un comportamiento adaptativo orientado al conocimiento y mejora de la realidad. El control adecuado del estrés produce salud, a través de aumentar maestría personal por el aprendizaje y el desarrollo de nuevas habilidades.
Distrés: es el estrés “malo”, produce deterioro y sufrimiento, se asocia a un comportamiento desadaptativo, como conducta de riesgo y/o de escape de la realidad.
Características personales implicadas en la respuesta del estrés
Según Friedman y Roserman, diferencian 2 patrones de conductas que nos hacen más vulnerables a unos que a otros, estos son:
Las personas del tipo A: Son más competitivas y dinámicas. Impacientes consigo mismas y con los demás e inflexibles en sus enfoques. Les gustan los plazos cortos y la presión. Les gusta sentir que tienen el control de las situaciones y pueden hacer múltiples cosas a la vez. Éste tipo de personas son más susceptibles de padecer estrés.
Las personas del tipo B: Se toman la vida con más calma. Mantienen plazos realistas, son menos impacientes y tienden a trabajar más lenta y metódicamente. Saben cómo relajarse y son pacientes con las personas y los acontecimientos. Este grupo de personas son menos propensas a padecer estrés.
Técnicas basadas en el control del estrés
Es de gran importancia la detección precoz de los síntomas y signos individuales del estrés, para adoptar medidas para su control.
Una vez identificadas las respuestas del estrés lo antes posible, el segundo paso es aprender a relajarse y a pensar en los distintos factores determinantes de la situación del estrés, en las distintas soluciones posibles, los pros y los contras de cada una de ellas, las prioridades personales.
Para prevenir el estrés habría que tomar en cuenta la eliminación de los factores estresantes de origen, es decir, los que actúan en el ambiente.
Las técnicas sobre las que actuar pueden ser: generales, cognitivas, fisiológicas y conductuales.
Los aspectos sobre los que se debe trabajar son:
– Establecer sistemas de apoyo social; emocional, instrumental, informativo y evaluativo.
– Trabajar sobre uno mismo
Técnicas basadas en el control del estrés: Trabajar sobre uno mismo
Técnicas generales: Prepararse ante el estrés. Saber que es inevitable hoy por hoy en nuestra vida. Servirse de él para progresar y tomándolo como un problema a resolver. Descanso adecuado, ejercicios, ratos de ocio, expresar emociones, terminar asuntos pendientes son factores importantes.
Técnicas cognitivas: Se basan en la capacidad que tenemos de modificar nuestro pensamiento. Cambiar la percepción, interpretación y evaluación de los acontecimientos que nos estresan.
Técnicas de distorsiones cognitivas de Beck: Se basa en que las personas empleamos esquemas de generalización y magnificación y desarrollamos disonancias cognitivas.
Detención del pensamiento: Practicar la detención del pensamiento negativo vocalizando en alto una palabra escogida y cubrir el espacio que deja ese pensamiento interrumpido por ideas más realistas.
Técnicas fisiológicas. Contrarrestan los síntomas orgánicos que crea la ansiedad mediante ejercicio que producen relajación de la tensión. Entre ellas tenemos ejercicios de respiración y las técnicas de relajación de Jacobson y el entrenamiento autógeno de Schult.
Técnicas conductuales: tienen la finalidad de adquirir comportamientos adaptativos que podamos aplicar a la situación o problema que se desee resolver.
Resolución de problemas, método de Chang y Kelly:
– Definir el problema
– Analizar las causas potenciales. Aclarar el objetivo.
– Identificar soluciones posibles.
– Seleccionar la mejor solución.
– Crear un plan de acción.
– Ponerlo en práctica
Técnicas más habituales de afrontamiento y superación del estrés. (Ver tabla 1)
Encontramos un artículo que implementó en el tratamiento farmacológico de 35 personas con estrés y ansiedad la práctica de yoga. Se demostró que de los 35 ensayos que abordaron los efectos del yoga sobre la ansiedad y el estrés, 25 observaron una disminución significativa de los síntomas de estrés y / o ansiedad.
Anexos
Anexos – Tipos de estrés. Características personales implicadas y técnicas
Anexos – Tipos de estrés. Características personales implicadas y técnicas