marca en la escala según el estado psicomotor en que se encuentra cada día, y la une con las de los días anteriores. Anota, además, los acontecimientos emocionales o psíquicos significativos, las menstruaciones, los medicamentos tomados y sus dosis, o cualquier factor que considere relevante. Transcurridos unos meses, entre el paciente y el médico tienen que poder establecer unas pautas para detectar los posibles orígenes de los episodios bipolares que permitan al paciente tomar medidas para reducir la brusquedad de los cambios emocionales. Por ejemplo, si el indicativo de períodos maníacos o depresivos es el insomnio, el médico prescribe medicamentos o métodos inductores del sueño y, probablemente, se reducirá así la severidad de la manía emergente.
v Tratamiento del sueño
Un buen hábito de sueño puede ser de especial relevancia para los enfermos bipolares. Un interesante estudio indicó que las técnicas utilizadas para mejorar el sueño resultaban muy eficaces en la reducción de los ciclos emocionales.
Terapia rítmica interpersonal y social (TRIS)
Los problemas interpersonales, como las disputas familiares, y las disrupciones de la rutina diaria del ritmo social, como la pérdida de sueño o los cambios en la hora de las comidas, puede hacer que las personas con trastorno bipolar sean más susceptibles a nuevos episodios de la enfermedad. Una forma de tratamiento psicosocial llamada TRIS se centra en minimizar estos potenciales desencadenantes. Las evidencias preliminares sugieren que la TRIS, en combinación con el tratamiento farmacológico, puede ayudar a controlar los síntomas depresivos y es superior al tratamiento médico aislado.
- Apoyo familiar
Es muy importante que los médicos que llevan la psicoterapia de los pacientes bipolares conozcan a los familiares, parejas o amigos cercanos para reforzar el apoyo social y emocional de los enfermos. Se vio en un estudio que la instrucción a la pareja del paciente para convivir con la enfermedad aumenta las probabilidades de que éste sea constante en el tratamiento. A diferencia de los familiares de los alcohólicos, que se les recomienda dureza, los familiares de los pacientes bipolares deben ser extremadamente comprensivos, por el alto riesgo de suicidio que implica este trastorno. Puede ser de gran apoyo simplemente escucharles con atención y dar muestras de que les entienden.
No se debe hacer sentir culpable al paciente; el trastorno no es culpa suya, sino el resultado de un desequilibrio químico del cerebro. Aun así se deben mantener firmes en cuanto a la continuidad del tratamiento, amenazando incluso al paciente con hospitalizarle si no lo cumple. Se les recomienda tener a mano un número de teléfono de asistencia 24 horas o el número de un psiquiatra autorizado a internar al paciente, y deben estar dispuestos a mantener sus amenazas si el paciente se vuelve agresivo o la familia está a punto de derrumbarse. Desafortunadamente, estas acciones no son intuitivas, y siempre sale alguien malparado. Además, los allegados deben cuidarse ya que también ellos pueden caer en depresión profunda. Deben probar cada uno de los métodos para mantenerse enérgicos y evitar el estrés. Por ejemplo, hacer deporte, meditación, técnicas de relajación, vacaciones para separarse un tiempo del paciente, o adquirir algún hobby. Los grupos de apoyo son importantes, y se pueden encontrar en casi todas las localidades.
- Factores dietéticos
Algunas investigaciones llevan a creer que el consumo de ácidos grasos omega-3 poliinsaturados, extraídos de los pescados grasos como la caballa, la sardina y el pez azul, puede reducir los síntomas de varias enfermedades psiquiátricas, incluido el trastorno bipolar. En cualquier caso, el consumo de pescado es importante para la salud. También se está estudiando un elemento del complejo de vitaminas B, el Inositol, que puede tener un buen efecto en la depresión.
PREVENCIÓN
En la actualidad hay suficientes datos que demuestran que en los trastornos bipolares, por lo general, se da un largo período entre:
– el inicio de la enfermedad.
– y la instauración de medidas terapéuticas adecuadas.
Aunque en ocasiones se debe a un fracaso en el reconocimiento de la patología por parte del médico, suele ser más bien debido a un fallo en el proceso de búsqueda de ayuda por parte del paciente.
Para su prevención, tenemos que tener en cuenta una serie de factores para su detección:
– Edad de inicio del trastorno bipolar:
Hoy en día existen crecientes datos que demuestran la presencia del trastorno bipolar ya en la infancia y la adolescencia, y que hay una gran variedad de síntomas, incluyendo los afectivos, tienden a preceder en varios años a la aparición de los trastornos bipolares.
Este trastorno suele comenzar en la infancia, adolescencia o inicio en la edad adulta, con pequeñas oscilaciones en el estado de ánimo, que son principalmente depresivas.
El 59% de los adultos con trastornos bipolares presentan los primeros síntomas afectivos en la infancia y la adolescencia, (ya entre los 9-12 años se instaura el primer episodio maniaco-depresivo).