Tratamiento de la Meralgia Parestésica: Revisión y experiencia con Parche de Capsaicina 8%
Autor principal: Ricardo Vázquez Fernández
Vol. XIX; nº 20; 917
Meralgia Paresthetica Treatment: Review and Experience with 8% Capsaicin Patch
Fecha de recepción: 10/09/2024
Fecha de aceptación: 18/10/2024
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 20 Segunda quincena de Octubre de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 20; 917
Autores:
Ricardo Vázquez Fernández a, Álvaro González Fernández b, Ana Marta Riba Torres c, Ignacia López de Arechaga Marínd, Ana Bonachela Guhmann e, Elena Castillo Ruiz f, Joel Cuesta Gascón g, Mercedes Ramírez Ortega h.
a Servicio de Medicina Física y Rehabilitación. Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña, A Coruña, España.
b Servicio de Medicina Física y Rehabilitación. Hospital Universitario 12 de Octubre, Madrid, España.
c Servicio de Medicina Física y Rehabilitación, Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España.
d Servicio de Medicina Física y Rehabilitación. Hospital Universitario 12 de Octubre, Madrid, España.
e Servicio de Medicina Física y Rehabilitación. Hospital Universitario Regional de Málaga, Málaga, España.
f Servicio de Medicina Física y Rehabilitación. Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Madrid, España.
g Servicio de Medicina Física y Rehabilitación. Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Madrid, España.
h Servicio de Medicina Física y Rehabilitación. Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Madrid, España.
Resumen
La meralgia parestésica (MP) es una neuropatía sensitiva periférica causada por la compresión o irritación del nervio cutáneo femoral lateral (NCFL). Se caracteriza por dolor neuropático y alteraciones sensitivas en la cara lateral del muslo, afectando significativamente la calidad de vida de las personas con MP. La etiología de la MP es multifactorial, involucrando factores mecánicos, metabólicos y posturales, con prevalencia en individuos de 30 a 40 años. El diagnóstico es principalmente clínico, complementado por pruebas de imagen y electrofisiológicas si es necesario.
El manejo de la MP incluye tratamientos conservadores como modificaciones en el estilo de vida, medicación analgésica, AINES, antidepresivos tricíclicos, anticonvulsivantes, TENS, parches de lidocaína y crema de capsaicina. Las opciones intervencionistas incluyen infiltración local del nervio, radiofrecuencia pulsada y, en casos refractarios, cirugía como la neurólisis y neurectomía.
Presentamos una serie de tres casos de MP tratados con parches de capsaicina tópica (PCT) 8%, una opción emergente para el dolor neuropático. El primer caso, una mujer de 23 años, mostró mejoría significativa del dolor y las parestesias tras el tratamiento. El segundo caso, un varón de 63 años, no presentó mejoría. El tercer caso, un varón de 33 años, experimentó una reducción del dolor y la alodinia, aunque inicialmente presentó efectos adversos.
La MP es autolimitada en muchos casos, por lo que el tratamiento inicial debería ser no invasivo. En pacientes refractarios, las técnicas intervencionistas y quirúrgicas pueden ser necesarias. El PCT 8% se presenta como una opción prometedora para pacientes con síntomas positivos que no responden a la medicación oral.
Palabras clave: meralgia parestésica, nervio cutáneo femoral lateral, neuropatía sensitiva, dolor neuropático, parche de capsaicina
Abstract
Meralgia paresthetica (MP) is a peripheral sensory neuropathy caused by the compression or irritation of the lateral femoral cutaneous nerve (LFCN). It is characterized by neuropathic pain and sensory disturbances on the lateral aspect of the thigh, significantly impacting the quality of life of individuals with MP. The etiology of MP is multifactorial, involving mechanical, metabolic, and postural factors, with a prevalence in individuals aged 30 to 40 years. Diagnosis is primarily clinical, supplemented by imaging and electrophysiological tests if necessary.
Management of MP includes conservative treatments such as lifestyle modifications, analgesic medication, NSAIDs, tricyclic antidepressants, anticonvulsants, TENS, lidocaine patches, and capsaicin cream. Interventional options include local nerve infiltration, pulsed radiofrequency, and, in refractory cases, surgery such as neurolysis and neurectomy.
We present a series of three cases of MP treated with 8% topical capsaicin patches (TCP), an emerging option for neuropathic pain. The first case, a 23-year-old woman, showed significant improvement in pain and paresthesia after treatment. The second case, a 63-year-old man, showed no improvement. The third case, a 33-year-old man, experienced a reduction in pain and allodynia, although he initially presented with adverse effects.
MP is self-limiting in many cases, so initial treatment should be non-invasive. In refractory patients, interventional and surgical techniques may be necessary. The 8% TCP presents as a promising option for patients with positive symptoms who do not respond to oral medication.
Keywords: meralgia parsthetica, lateral femoral cutaneous nerve, sensory neuropathy, neuropathic pain, capsaicin patch
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en la colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
Introducción
La meralgia parestésica (MP) es una neuropatía sensitiva periférica producida por la compresión o irritación del nervio cutáneo femoral lateral (NCFL), responsable de la inervación sensitiva de la piel en la región anterolateral del muslo. Se caracteriza por alteraciones sensitivas como dolor neuropático, alodinia, disestesia, hipoestesia o parestesias; llegando a afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes (1).
La etiología de la MP es multifactorial, involucrando factores mecánicos, metabólicos y posturales. Entre las causas más comunes se encuentran el uso de ropa ajustada, traumatismos, cirugía pélvica, embarazo, y alteraciones metabólicas como la diabetes mellitus o el hipotiroidismo. Además, la obesidad y los cambios posturales prolongados pueden contribuir a la aparición de esta neuropatía (2). Se da principalmente en individuos de 30 a 40 años, con una incidencia de 4,3 casos por 10.000 pacientes/año en la población general y 24,7 casos por 10.000 pacientes/año en individuos con diabetes mellitus (3,4).
El diagnóstico de la MP es principalmente clínico, basado en la historia médica y la exploración física del paciente. En caso de duda, pueden resultar de utilidad pruebas de imagen como la resonancia magnética (RM), tomografía computarizada (TC) o ecografía; además de pruebas electrofisiológicas. El diagnóstico diferencial es amplio e incluye patologías que producen dolor o parestesias en la región anterolateral del muslo, siendo las más frecuentes las radiculopatías L2 o L3, la estenosis de canal lumbar y la patología de cadera (5).
Tratamiento
El manejo de la MP incluye una variedad de tratamientos que van desde medidas conservadoras hasta opciones más invasivas (6). Las opciones de tratamiento para la MP idiopática no alcanzan una evidencia nivel 1 debido a la falta de estudios de alta calidad (7).
Tratamiento médico:
- Medidas higiénico-dietéticas: modificaciones en el estilo de vida, como evitar cinturones o ropa apretada que puedan comprimir el área alrededor de la cintura y perder peso en caso de obesidad.
- Medicación analgésica y antiinflamatorios no esteroideos (AINES).
- Antidepresivos tricíclicos y/o anticonvulsivantes como la pregabalina: se ha documentado su uso, aunque su eficacia no ha sido sistemáticamente estudiada (8).
- Electroestimulación percutánea de nervio (TENS): se ha utilizado en pacientes con síntomas incapacitantes (9).
- Parche de Lidocaína tópica: se ha empleado con éxito en pacientes refractarios (10).
- Crema de Capsaicina 0,025% tópica: únicamente 1 caso publicado con alivio de los síntomas durante el uso de la crema (11).
Tratamiento intervencionista:
- Infiltración local del nervio: con anestésicos locales con o sin corticoides. El uso de la ecografía mejora la precisión de la técnica, ya que existe variabilidad anatómica del NCFL (12).
- Radiofrecuencia pulsada (RFP): descrito su uso en MP desde 2009 (13), ha demostrado una resolución completa de la clínica en más de un 60% de los casos (14).
- Estimulador de la médula espinal: únicamente hay un caso reportado en la literatura (15).
Cirugía:
- Neurólisis: liberación del nervio en el espacio comprimido (16), por debajo del ligamento inguinal.
- Neurectomía: resección de una porción del NFCL. Suele reservarse para casos refractarios o en el caso de recidiva tras otros tratamientos quirúrgicos previos. Produce anestesia permanente en la cara lateral del muslo (16,17).
Parche de Capsaicina tópica 8%
Hasta la fecha, no existen casos de MP tratada con parches de capsaicina tópica (PCT) 8% publicados en la literatura científica. En los últimos años se ha destacado como una opción terapéutica eficaz para el manejo del dolor neuropático. La capsaicina es el componente activo del chile, responsable de la sensación de ardor al contacto con la piel y las mucosas. Su mecanismo de acción se basa en su capacidad para interactuar con los receptores vanilloides tipo 1 (TRPV1), que son canales iónicos presentes en las fibras nerviosas sensoriales (18).
Cuando la capsaicina se aplica tópicamente, se une y activa los TRPV1 en las terminaciones nerviosas cutáneas. Esta activación provoca una afluencia de iones de calcio y sodio en la célula, lo que inicialmente genera una sensación de ardor y dolor. Sin embargo, con la aplicación prolongada y repetida, esta activación continua de TRPV1 lleva a la desensibilización de las fibras nerviosas y a una disminución de la liberación de neurotransmisores como la sustancia P, implicada en la transmisión del dolor. Además, se ha observado que la capsaicina puede inducir una degeneración reversible de las fibras nerviosas epidérmicas, lo que contribuye a la reducción del dolor. Esta degeneración es seguida por una reinervación gradual que no está asociada con el mismo nivel de sensibilidad al dolor que las fibras originales (19).
Presentamos tres casos de MP confirmados mediante electroneurografía y tratados con PCT.
El primero se trata de una mujer de 23 años que presenta dolor en cara lateral de muslo derecho con una puntuación de 7 en la Escala Visual Analógica (EVA) para valorar el dolor. Igualmente, tenía una puntuación de 5 en el cuestionario Douleur Neuropathique-4 items (DN4) para valorar el dolor neuropático. La paciente presentaba parestesias, alodinia y disestesia al tacto. Se aplicó un único PCT en la zona afectada durante 60 minutos, tras ello la paciente refirió una importante sensación de calor en el área, motivo por el que consultó con su médico de atención primaria esa misma tarde. Al día siguiente, la sensación remitió. En el seguimiento a los tres meses, las parestesias habían cedido y el dolor mejorado a un 3 en la escala EVA.
El segundo paciente es un varón de 63 años con un una MP izquierda de tres años de evolución. Presentaba un dolor EVA de 7 y DN4 de 7. En este caso no tenía alodinia, pero sí disestesia en muslo. Fue tratado con PCT sin incidencias. A los tres meses el dolor se mantenía exactamente igual, sin mejoría en la sensación disestésica.
El tercer paciente es un varón de 33 años con una MP derecha de 2 años de evolución. Presentaba un dolor de intensidad muy elevada EVA 10 y DN4 de 5 con muy importante sensación de alodinia, hiperalgesia y disestesia. Dada la extensión cutánea alterada, se emplearon 2 PCT que tuvieron que ser retirados a los 30 minutos porque el paciente refirió una importante sensación de pinchazos. Por dicho motivo, acudió al centro de salud el mismo día y recibió una dosis de diclofenaco intramuscular, con resolución completa de dicha clínica a los dos días. En cuanto a su dolor de base a los 3 meses presentaba un EVA de 8 con mejoría sustancial de la alodinia.
Discusión
La MP es una enfermedad autolimitada en la mayor parte de los pacientes, en la que la remisión espontánea es frecuente (20). Los tratamientos para la MP son diversos. El tratamiento inicial debería consistir en medidas higiénicas asociadas o no a AINES. En caso de no mejoría, se pueden asociar anticonvulsivantes como la pregabalina.
La tendencia en los últimos años en el tratamiento hospitalario es hacia técnicas no invasivas. En un estudio de Cohortes llevado a cabo en Alemania en el periodo 2005 a 2018, incluyendo 5.828 pacientes evidenció una importante disminución del manejo quirúrgico (pasando del 53% al 37%) a favor de técnicas menos invasivas (21).
Si a pesar de las medidas iniciales persiste la clínica, el siguiente paso podrían ser las técnicas intervencionistas. En un reciente metaanálisis sobre la eficacia de las infiltraciones de corticoides en MP que incluyó 243 pacientes demostró que son eficaces para lograr la resolución completa de la clínica y disminuir el dolor a los 15 días (22). La RFP emerge como un tratamiento intervencionista prometedor, que además puede prolongar el efecto terapéutico (23). Con medicación analgésica e infiltraciones, un resultado satisfactorio se objtiene entre el 22 y 85% de los pacientes (5,24,25)
En caso de persistir el dolor, debería valorarse una opción quirúrgica. Un reciente metaanálisis reveló que la neurectomía se asocia a mayores tasas de resolución completa de la clínica y menor tasa de recaidas (26), aunque es preciso tener en cuenta la anestesia secuelar que produce la división completa del NCFL.
A pesar de la aparente simplicidad del cuadro clínico provocado por la compresión de un único nervio sensitivo, es recomendable tener un abordaje multidisciplinar e individualizar ante los factores clínicos asociados en cada paciente (24).
Dado su mecanismo de acción, el PCT puede tener relevancia en el manejo conservador de pacientes que presenten síntomas positivos como alodinia o disestesias y que no hayan respondido a la medicación oral.
Un punto débil significativo de este estudio es el hecho de que se realizó una sesión de tratamiento de PCT por paciente, ya que tienen un efecto acumulado. Este efecto acumulado se debe a la naturaleza temporal del mecanismo de acción de la capsaicina, que desensibiliza las fibras nerviosas periféricas al activar y luego desensibilizar los receptores TRPV1. Con el tiempo, las fibras nerviosas se regeneran, lo que puede llevar a la reaparición de los síntomas si no se administra un nuevo tratamiento. Además, se ha descubierto que la capsaicina puede causar una degeneración temporal de las fibras nerviosas epidérmicas, lo cual ayuda a reducir el dolor. Posteriormente, estas fibras nerviosas se regeneran gradualmente, pero sin alcanzar el mismo nivel de sensibilidad al dolor que tenían originalmente.
Es necesario llevar a cabo ensayos clínicos aleatorizados para establecer una base de evidencia sólida en el tratamiento de la meralgia parestésica y optimizar las estrategias terapéuticas.
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