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Equipo multidisciplinar en el tratamiento de la obesidad mórbida en el Servicio Andaluz de Salud

LÍQUIDOS:

La meta durante estas primeras semanas es la toma de al menos 64 onzas (8 tazas) de líquido, incluidos 60-120 gramos de proteína. Dado lo pequeño del estómago y el hecho de que estará inflamado algún tiempo después de la cirugía, esto puede ser difícil. Se hará lo mejor que se pueda, sorbiendo no más frecuentemente que una vez cada cinco minutos. No se debe forzar la ingesta más allá de la comodidad del paciente.

Evitar la cafeína, las bebidas carbonatadas, los líquidos con altas calorías y los líquidos ácidos (como jugos de naranja y tomate, café o té).

Etapa 2: Etapa de alimentos suaves/en puré (segundas tres semanas)

SUPLEMENTOS:

Además del calcio, vitamina D y vitamina B12 que se va a estar tomando, diariamente se añadirá:

– Multivitamina/mineral (comparable a una pastilla Centrum A-Z): puede tomarlos en forma líquida, masticable o en pastilla. Si una pastilla es un poco demasiado grande, puede romperla y tomarse los trozos con un poco de yogur o salsa de manzana.

– Complejo B Hierro: 325 mg de sulfato ferroso o 65 mg de hierro elemental.

ALIMENTOS EN PURÉ (añadir a los alimentos usados en la etapa 1)

Las metas durante estas primeras tres semanas es tomar al menos 64 onzas (8 tazas) de líquido y 60-120 gramos de proteína. Esto puede ser difícil dado el pequeño tamaño de su estómago y el hecho de que aún puede estar inflamado. Se hará lo mejor que se pueda, sorbiendo no más frecuentemente que una vez cada cinco minutos. No se debe forzar la ingesta más allá de la comodidad del paciente. Hay que limitar cada comida a ¼ de taza o cuatro cucharadas rasas.

Etapa 3: Alimentos de suaves a regulares (comenzando la séptima semana)

SUPLEMENTOS:

Continúe tomando todas las vitaminas y suplementos para siempre, a menos que su médico le indique que haga cambios.

ALIMENTOS SUAVES a REGULARES (añadir a los alimentos usados en las etapas 1 y 2)

Las metas durante esta etapa son continuar tomando suficientes líquidos (al menos 64 onzas) y proteínas conforme desarrolla gradualmente un tipo de alimentación que apoye la pérdida de peso, se ajuste al estilo de vida y satisfaga el gusto y las preferencias del paciente respecto a la textura. A fin de proteger el tamaño del nuevo estómago pequeño, se debe esperar al menos 5 minutos entre sorbos o bocados de comidas suaves y 10 minutos entre bocados de comidas más densas. No se debe forzar la ingesta más allá de la comodidad del paciente.

Las necesidades de proteínas varían entre personas. Los expertos en obesidad y cirugía gástrica recomiendan altos niveles de proteína mientras se pierde peso o para mantener una pérdida de peso significativa. Conforme se desarrolla el nuevo estilo de vida, se debe experimentar con diferentes niveles de proteína y ver cómo la energía, resistencia y hambre resultan afectadas con diferentes ingestas de proteína. La talla, cantidad de músculo y cantidad de actividad física muy probablemente afectarán la cantidad de proteína que se necesita. No se debe probar más de una comida nueva a la vez.

GANANCIA DE PESO TRAS LA CIRUGÍA BARIÁTRICA 2,27,28

La cirugía bariátrica ha demostrado ser eficaz para el tratamiento de la obesidad mórbida y las comorbilidades asociadas. Los estudios han demostrado que el tratamiento quirúrgico logra una mayor pérdida de peso que el tratamiento médico para la obesidad de cualquier grado de severidad. Sin embargo, con ningún tipo de cirugía se ha logrado asegurar la mantención del peso en el largo plazo.

Reducción del peso

En los estudios de revisión, se observan cifras de reducción del exceso de peso con un amplio rango. Entre 29 y 87% con banding gástrico (BG), la cirugía más común en el mundo. Las técnicas que incorporan un componente de malabsorción como el bypass gástrico (BPG) y la diversión biliopancreática (DBP) reducen entre 48 y 85% del exceso de peso. Estas técnicas, también producen una rápida llegada de alimentos al intestino distal, donde existe gran concentración de células L que producen enteropéptidos llamados incretinas (PYY, GIP,GLP-1). Estas entero hormonas tienen efecto sobre la reducción del apetito, la motilidad intestinal, la resistencia insulínica y el control de la glicemia, por lo que también se las relaciona con la rápida mejoría de las comorbilidades metabólicas observadas antes que ocurra una disminución significativa del peso. La gastrectomía subtotal vertical (GSTV) o manga gástrica, inicialmente propuesta para su-perobesidad, reporta reducción entre 33 y 66% del exceso de peso. Esta técnica restrictiva, debido a la gran resección gástrica, reduce drásticamente los niveles de la hormona orexígena grhelina y también estimula la producción de incretinas por causa del acelerado vaciamiento del tubo gástrico remanente.

Con todas las técnicas, la reducción del peso ocurre durante los 12 a 18 meses que siguen a la cirugía, aun en pacientes con superobesidad. La principal causa de la pérdida de peso es la obvia disminución de la ingesta calórica, debido a la restricción alimentaria impuesta por la cirugía. Además se produce anorexia y estímulo de la lipolisis por cambios en los niveles de hormonas que controlan el apetito y el metabolismo energético. A lo anterior se suma la malabsorción parcial cuando se utilizan técnicas que incluyen bypass de segmentos intestinales y aumento en la velocidad de tránsito. Se ha estudiado si existen aspectos de la técnica quirúrgica que puedan influir en la reducción del peso. En bypass gástrico, la reducción del diámetro de la anastomosis gastroyeyunal no ha demostrado influir en la cantidad de peso reducido.

Por otra parte, el largo del asa alimentaria tampoco tiene efecto sobre la pérdida de peso según una revisión recientemente publicada. Sólo en pacientes superobesos, un estudio reportó mayor pérdida de peso en pacientes con asa alimentaria de 150 cm que en pacientes con un asa de 70 cms. Estos resultados, sin embargo, no se han reproducido en pacientes con obesidad de menor índice de masa corporal (IMC). Por tanto, en pacientes con obesidad mórbida, el largo del asa alimentaria no influye en la reducción y tampoco en la mantención del peso a largo plazo.

En manga gástrica, Weiner realizó en 117 pacientes 3 tamaños del tubo gástrico, un grupo calibrado con bujía 32 Fr otro con bujía 44 Fr y un tercer grupo sin calibración. Evaluó la evolución del índice de masa corporal (IMC) durante 5 años y sus resultados mostraron que los pacientes que quedaron con menos estómago remanente y en los que se usó una bujía menor, tuvieron una pérdida de peso significativamente mayor que los pacientes en que se resecó menos estómago y no se utilizó bujía para calibrar. Al parecer el tamaño del tubo gástrico es el único factor de la técnica quirúrgica que influye en la pérdida de peso.

Además de la técnica quirúrgica, en el análisis de la reducción de peso, se han considerado aspectos conductuales. Leite y cols, evaluaron la influencia de la composición de la dieta postoperatoria en el proceso de descenso de peso. Se calculó el promedio de baja de peso mensual, se analizó la frecuencia de consumo de alimentos y la proporción de los diferentes macronutrientes (lípidos, proteínas y carbohidratos) que los pacientes incluían en su dieta después del bypass gástrico. Sus resultados mostraron que los pacientes que comían más veces en el día reducían menos peso. Por otra parte, también aquellos que preferían carbohidratos y comidas con elevada carga glucémica incorporando chocolate, harinas, arroz y patatas, redujeron significativamente menos peso comparado con los que elegían alimentos más proteicos y con menor índice glucémico.

Mediante una fórmula matemática, ellos estimaron que las comidas con alta carga glucémica dieron cuenta del 63% del promedio mensual de reducción del peso después de un bypass gástrico y que por cada 10 puntos menos de carga glicémica en la dieta, se lograba una mejoría del 2% en la reducción mensual de peso. Los autores recomendaron que después del bypass gástrico la frecuencia de comida y la composición de la dieta debieran ser asesoradas para optimizar la reducción del peso. Sugerman, propuso que el BPG era una mejor alternativa quirúrgica que la gastroplastia para comedores de dulce, reconociendo la negativa influencia del consumo de dulces en el resultado de la cirugía bariátrica.

Ganancia de peso tras la cirugía

El aumento de peso posterior a la cirugía bariátrica es reconocido en todas las series con seguimiento mayor a 2 años. Se ha reportado desde 20 a 87% de pacientes con reganancia de peso en diversas series. La magnitud de la ganancia de peso descrita, es en promedio 10 Kg con rango de 0,5 Kg y hasta 60 Kg. El aumento de peso ocurre más frecuentemente entre 3 y 6 años después de la cirugía. La reganancia de un 25% del peso perdido previamente por efecto de la cirugía bariátrica ha sido considerada por algunos autores como un criterio suficiente para realizar cirugía revisional. En otros estudios se ha considerado que la reganancia de peso ha favorecido la reaparición de comorbilidades como la Diabetes. Se han reportado diversos factores que influyen en el aumento de peso posterior a una cirugía exitosa. Una observación frecuente, es que los pacientes que lograron menos reducción de peso con la operación tienden a una rápida reganancia.

Según tipo de operación, el banding gástrico aparece con mayor reganancia de peso según un estudio con seguimiento a 10 años. Mantener una pérdida de peso de al menos 20% se observa sólo en 28% de los pacientes con banding gástrico comparado con 74% de los pacientes con bypass gástrico. En cuanto a aspectos de la técnica quirúrgica, Abbu Dayyieh y cols, analizaron con un modelo de regresión, la relación entre diámetro de la anastomosis gastroyeyunal y el cambio de peso en 167 pacientes con 4 años de evolución postoperatoria. En esta serie, el 59% de los pacientes había reganado más de 20% del peso perdido previamente.

Los autores estimaron que el aumento del diámetro de la anastomosis tenía valor predictivo para la reganancia de peso, su hipótesis es que el aumento en el diámetro de la anastomosis provocaría pérdida de la contención y rápido vaciamiento del pouch gástrico con disminución en la saciedad postprandial facilitando la mayor ingesta de alimentos. Christou, en pacientes con obesidad mórbida y superobesos que tenían más de 10 años de BPG, comparó la evolución del peso según el largo del asa de la Y de Roux. Los autores concluyeron que el largo del asa no influye en la reganancia de peso a largo plazo.

En el seguimiento de pacientes con manga gástrica, Braghetto y cols, ha descrito que con el paso del tiempo existe importante aumento de la capacidad de la manga, evaluando con técnicas radiológicas e isotópicas. Al comparar imágenes postoperatorias precoces de la capacidad de la manga calibrada con bujías 32, con imágenes del mismo paciente tomadas años después, se ha encontrado una capacidad del tubo gástrico significativamente mayor.

Los aspectos hormonales también han sido considerados. En un estudio en animales con modelo experimental de bypass gástrico, se evaluó niveles de varias incretinas y se observó que sólo los niveles de PYY mostraron relación con reganancia de peso. Los autores, a partir de sus resultados, plantearon como hipótesis que existirían pacientes con imposibilidad de mantener elevados los niveles de PYY (hormona anorexígena y que estimula la lipolisis), lo que produciría aumento en el deseo de ingerir alimentos con la consecuente ganancia de peso.

Después de la reducción de peso provocada por la cirugía, se produce una baja en el metabolismo basal, lo que contribuye a la reganancia de peso en el largo plazo. Esto es concordante con los resultados de estudios que muestran que el sedentarismo en pacientes con antecedente de bypass gástrico, es una variable predictora de reganancia de peso. La disminución en la tasa metabólica puede ser contrarrestada con ejercicio físico, resaltando la importancia de incorporar actividad física para evitar la reganancia de peso.

Los aspectos de la conducta del paciente son los factores más relacionados con la reganancia de peso después de cualquier tipo de tratamiento para la obesidad.

El aumento progresivo en la ingesta calórica en pacientes con cirugía bariátrica es bien conocido. En un estudio de Brolin, se reportó que los pacientes 6 meses después de un bypass gástrico ingerían aproximadamente 900 Kcal/día y después de 2,5 años aumentaban a 1.400 Kcal/día. Aunque esta cantidad no justificaría un aumento de peso, hay que recordar que los pacientes pueden subestimar su ingesta real hasta en un 40%. Por otra parte, este incremento del consumo calórico produce mayor efecto lipogénico en pacientes con bajo metabolismo.

El consumo frecuente de carbohidratos se asocia a una mayor ganancia de peso. Independiente de su aporte calórico, los azúcares y alimentos de mayor índice glicémico estimulan la producción de insulina y disminuyen la lipolisis.

En un análisis de los factores conductuales que facilitan la reganancia después de la cirugía, encontraron que el comer por impulso aumentaba en 5 veces la probabilidad de ganar peso, al igual que el no asistir a controles periódicamente. Además los individuos con malestar sicológico tenían 25 veces más posibilidad de reganar peso. Estas estimaciones son concordantes con los estudios que muestran que pacientes que después de la cirugía bariátrica padecen enfermedades psiquiátricas, tienen alta tasa de reganancia de peso. Rutledge, demostró una correlación positiva entre el número de enfermedades psiquiátricas diagnosticadas después de la cirugía y la magnitud del aumento de peso.

Todas las técnicas de cirugía bariátrica permiten reducir exitosamente el exceso de peso, aun en los casos de obesidad más severa. Sin embargo, ninguna operación asegura la mantención del peso reducido. En la reganancia de peso participan cambios adaptativos como el aumento en la capacidad del estómago remanente, aumento del diámetro de las anastomosis y la adaptación intestinal posterior a una enterectomia.

Todos son factores anatómico-funcionales que facilitan y potencian el aumento de la ingestión de alimentos. Pero, el factor más relevante en el aumento de peso después de la cirugía bariátrica, es la pérdida del control de la alimentación retornando a una conducta alimentaria inapropiada cuyas características más frecuentes son: El desorden en los horarios de comida con incorporación frecuente de snacks (picoteos), la ingestión de alimentos por ansiedad o en relación a estímulos emocionales y la frecuente elección de alimentos con alta carga glicémica.

La mayoría de estas conductas se favorecen en pacientes con malestar sicológico. Los trastornos ansiosos motivados por eventos de estrés como duelos, divorcios o pérdida del trabajo, los trastornos de personalidad o enfermedades siquiátricas como la depresión o el alcoholismo, son una causa frecuente de pérdida del control y del autocuidado que experimentan los pacientes que reganan peso. Además del alejamiento de los controles periódicos necesarios con los profesionales encargados del cuidado del paciente con cirugía bariátrica.

Conclusiones: 

En conclusión, los factores no quirúrgicos, los psicológicos y conductuales son más relevantes que los factores quirúrgicos en la reganancia de peso del paciente con cirugía bariátrica, porque los cambios anatómicos postoperatorios también tienen relación con la conducta alimentaria del paciente y sobretodo porque hay pacientes que mantienen el peso reducido a pesar de tener cambios anatómicos.

Muchos de los factores conductuales y psicológicos estudiados, se pueden detectar o prever en la etapa preoperatoria, en la cual se puede planificar e iniciar un tratamiento, pero lo más importante, es informar al paciente cuáles son sus factores de riesgo para reganancia de peso que no serán modificados por la cirugía. Esto permite esclarecer que la responsabilidad de la mantención del peso después de la cirugía es responsabilidad del paciente y no de la técnica quirúrgica o del cirujano. Los factores involucrados en la reganancia de peso, confirman que el tratamiento quirúrgico de la obesidad debe ser realizado en centros de excelencia, con cirujanos y equipo multidisciplinario expertos, capaces de enfrentar todos los aspectos del paciente candidato a cirugía bariátrica.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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