- Oswestry de discapacidad en mínima o moderada y Escala visual analógica de dolor en 3 o menos.
- – Índice de Oswestry de discapacidad en severa y Escala visual analógica de dolor entre 4 y 5.
- – Índice de Oswestry de discapacidad mayor a severa y Escala visual analógica de dolor en 6 o mayor.
Igualmente se recogieron otras variables descriptivas de la muestra con posible valor predictivo sobre los resultados del tratamiento quirúrgico tales como:
Años de evolución Niveles afectados
Síntoma predominante Comorbilidad presente
Complicaciones
Aspectos éticos: El protocolo de esta investigación fue revisado y evaluado desde el punto de vista metodológico, científico y ético por el comité científico y de ética del Centro de Investigaciones en Longevidad, Envejecimiento y Salud el cual lo aprobó.
Instrumentos y método de recogida de datos: Los datos fueron recogidos desde la aceptación del paciente de participar en el estudio, se elaboró una planilla (anexo 1) para el registro de la información, las variables a evaluar y los datos de los pacientes. Se confeccionó un modelo para aplicar el instrumento de evaluación Índice de discapacidad de Oswestry preoperatorio y a los dos años del posoperatorio, con los datos generales del paciente para la comparación final.
Se confeccionó otro modelo a semejanza del recogido en la literatura para aplicar la Escala visual analógica de dolor preoperatorio y dos años del posoperatorio.
Técnica quirúrgica: Se realizaron dos técnicas quirúrgicas:
1- Laminectomía posterior con resección total de láminas y su porción cefálica, así como facetectomía medial en el receso lateral y foraminectomía para descomprimir la raíz nerviosa en el foramen, sin fusión concomitante.
Ver Gráficos – Tablas – Tratamiento quirúrgico de la estenosis lumbar degenerativa en octogenarios, al final del artículo
Figura 1. Representación de la técnica de laminectomía.
2- Recalibraje con abordaje bilateral del o los segmentos afectados a través del espacio lateral entre las láminas, se resecó el ligamento amarillo y de ser necesario con empleo de Kerrison se amplió ese foramen y se eliminaron los bordes de hueso de las láminas contiguas (figura 2). Se resecó todo el ligamento amarillo que estaba engrosado y producía compresión al saco dural, así como el tercio interno de las articulares hipertrofiadas.
Ver Gráficos – Tablas – Tratamiento quirúrgico de la estenosis lumbar degenerativa en octogenarios, al final del artículo
Figura 2. Representación de la técnica de recalibraje.
Resultados.
En este estudio fueron reclutados de manera secuencial probabilística 13 pacientes, siete (53,85%) correspondieron al sexo masculino; y seis al sexo femenino (46,15%). La mayoría de nuestros pacientes, once, refirieron padecer de síntomas, como dolor en la espalda baja, irradiado a una o ambas piernas y claudicación, en un periodo de tiempo mayor a los dos años, con solo dos que refirieron un tiempo con sintomatología entre uno y dos años.
En referencia al número de niveles afectados, predomino el grupo con cuatro y más niveles, siete pacientes, seguido por los que presentaban tres niveles con cuatro y los restantes dos con afectación de dos niveles. Esto guarda lógica relación con el carácter degenerativo de la estenosis lumbar y su relación proporcional con los años de la edad cronológica en este grupo de pacientes mayores de 80 años.
Es ampliamente reconocido el carácter secuencial en la aparición de los síntomas y signos de la estenosis lumbar degenerativa, donde al dolor en la espalda baja, paulatinamente, lo sustituye el dolor irradiado a uno o ambos miembros inferiores, con la subsiguiente aparición de claudicación de origen neurógeno. Nuestros hallazgos guardan relación con dicho carácter secuencial, pues en este grupo de 13 octogenarios, 11 de ellos refirieron presentar como síntoma principal la limitación creciente a la deambulación y la obligatoriedad de detener la marcha o incluso sentarse al caminar distancias cada vez menores, claudicación neurológica, y solo dos pacientes refirieron como síntoma principal la irradiación del dolor a miembros inferiores. En ningún caso, el dolor en la espalda baja fue expuesto como molestia clínica principal.
Muy significativo resulto, igualmente, la existencia de comorbilidades en todos los pacientes, predominando las de origen cardiovascular en los trece pacientes y las respiratorias en once, las de origen endocrinometabólicas, diabetes mellitus, solo estuvieron presentes en dos pacientes.
Siguiendo nuestra metodología habitual al tratar pacientes con estenosis lumbar degenerativa, clasificamos las imágenes por radiografías y resonancia magnética siguiendo los criterios de Kellgren y Pfirrmann respectivamente, en base al grado de degeneración discal visualizado en dichas imágenes. Así encontramos que 11 pacientes se ubicaban en los mayores grados de degeneración discal visualizada por dichos estudios, grado 4 de Kellgren y V de Pfirrmann, situando los restantes dos en los grados inmediatos inferiores de degeneración, 3 de Kellgren y IV de Pfirrmann.
La experiencia acumulada en el tratamiento de esta afección, nos llevo a realizar la técnica de recalibraje a los dos pacientes con menor reflejo imaginológico de degeneración discal; mientras que a los restantes 11 se les realizó la técnica de laminectomía posterior.
En esta serie de pacientes octogenarios, se presentaron cinco complicaciones perioperatorias, todas clasificadas como menores al no poner en riesgo el desenlace del tratamiento quirúrgico, predominó la lesión de la duramadre, generalmente asociada con estenosis severas y de larga evolución, en tres de nuestros pacientes, y trastorno temporal de esfínter vesical e infección superficial de la herida en otros dos, ocho pacientes no sufrieron complicaciones perioperatorias.
La variable principal con la cual damos respuesta a nuestra hipótesis y evaluamos nuestros resultados, está determinada por dos instrumentos evaluativos del estado funcional y clínico de nuestros pacientes.
La tabla 1 muestra la variación lograda concerniente al dolor referido por los pacientes y medido a través de la escala analógica de dolor. Es notorio el cambio expresado por los pacientes en cuanto a su percepción de este síntoma-signo, pues inicialmente cinco pacientes referían dolor de nivel nueve y los ocho restantes de nivel diez en la escala, lo cual a los dos años de operados, migraron a las categorías del tres al cinco, muy significativo, con solo tres pacientes en el nivel cinco y los restantes ocho entre nivel cuatro y nivel tres. Las pruebas estadísticas empleadas corroboran esta importante migración en lo referente a la percepción del dolor, con una p=0,002.
Tabla 1. Significación evolutiva del dolor antes y dos años después de la cirugía.