de forma inadecuada (dolor, hemorragia, fiebre, etc.).
– Desconexión accidental:
– Si nos avisan o descubrimos que el tubo de conexión al paciente se ha soltado de forma accidental del tubo torácico, existe el riesgo de entrada de aire a la cavidad pleural por lo tanto, pinzaremos (o cerraremos la llave si la lleva) el tubo torácico de forma instantánea, una vez conectado al sistema de nuevo, lo despinzamos (o abrimos la llave) y lo volvemos a conectar a aspiración. Inmediatamente después avisaremos al médico de guardia para que valore la necesidad o no de tomar alguna otra medida (radiografía de control, auscultación, etc.)
– Sonda torácica desplazada:
– En el caso de que sospechemos que la sonda torácica (que normalmente va fijada en su punto de inserción con puntos de sutura) se ha desplazado de su lugar inicial (puntos sueltos, ausencia de drenaje de forma imprevista, etc.), avisaremos al médico de guardia para que lo valore y en NINGÚN CASO reintroduciremos la sonda torácica.
– Curas de la zona de punción:
– Se valorará diariamente la necesidad o no de realizar la cura del punto de inserción de la sonda. Se curará según los procedimientos de planta (empleando antiséptico tipo povidona yodada o clorhexidina) y se cubrirá con apósitos estériles almohadillando la zona para evitar úlceras por presión. Las curas se registrarán en la HCE en el formulario de “Curas y Heridas”.
– Sonda Torácica (llave de paso)(ver Figura 6):
– Es importante comentar que hay determinadas sondas torácicas que llevan una llave con tres posiciones. La posición correcta será la de abierta al paciente, pero debemos saber que este tipo de sonda puede conducir a error ya que utiliza un sistema distinto al habitual de las llaves de tres vías tan comúnmente usadas en las unidades de hospitalización. A continuación se muestran las posiciones adecuadas y aquellas que debemos evitar.
– ¿Cuándo solicitaremos valoración facultativa?
Además de lo ya especificado anteriormente, siempre que a juicio del personal de Enfermería lo considere necesario y especialmente:
-En caso de disnea, dolor torácico, inestabilidad hemodinámica, desaturación del paciente, etc.
-Comprobación o duda en cuanto a la situación extratorácica de los orificios del tubo del tórax del paciente.
-Mal funcionamiento o dudas sobre el buen funcionamiento del sistema, tras realizar las comprobaciones básicas o el recambio del sistema indicados en los apartados anteriores.
-Drenaje líquido o hemático no esperado, o con características o volúmenes mayores de lo establecido como seguro en la hoja de tratamiento.
6.- Interpretación del funcionamiento del sistema 2:
Verificar que el sistema está bien posicionado, tras comprobar que no hay desconexión, obstrucción o torsión de los tubos y que los niveles son los adecuados (ver tabla 1).
7.- Traslados del paciente:
Siempre, a no ser que el facultativo lo especifique expresamente se traslada con el sistema de aspiración conectado al tubo torácico (sin desconectar). Pondremos en OFF la toma de vacío de la pared y soltaremos la conexión del sistema (8) dejándola en la habitación. Cerraremos el regulador de presión de la aspiración (9) y colgando la unidad con los ganchos en la cama ya podrá trasladarse. Es muy importante que el equipo no se coloque, EN NINGÚN MOMENTO, por encima del tórax. En caso de tener que realizar el traslado con el equipo de drenaje en posición más elevada de lo habitual (pies de la cama), durante el traslado, con el fin de evitar reflujo deberemos colocar unas pinzas en el tubo flexible utilizando una gasa (que cubrirá el tubo) para evitar roturas accidentales o desgarramientos del tubo con la pinza. Una vez esté el paciente el servicio de destino, el sistema se colocará de nuevo en el suelo o el lateral y se realizará el despinzado del tubo. En todos los casos y con el fin de controlar el volumen de drenaje, antes de cualquier traslado es necesario hacer una marca (ver Figura 5) para verificar, una vez regrese el paciente, que todo está correcto y no ha ocurrido ninguna incidencia (volcado del sistema, rotura, etc.).
A nivel intrahospitalario y teniendo en cuenta las características de las camas de nuestro hospital, con el fin de evitar golpes accidentales con cualquier elemento físico, durante el traslado recomendamos colocar el drenaje torácico en los pies de la cama, siempre controlado el sistema por el celador tal y como aparece en la figura (Ver Figura 7) y será en este caso por tanto cuando recomendamos pinzar el tubo con unas pinzas tipo Kocher (sin dientes) para evitar un posible reflujo del contenido del tubo a la cavidad pleural. No obstante según el tipo de traslado (áreas abiertas sin riesgo de golpes) el sistema de drenaje también podrá colocarse en un lateral de la cama (ver Figura 8).
En el caso de tener que trasladar al paciente a otro hospital o dependencia, el procedimiento hasta el traspaso a la camilla de la ambulancia será idéntico. Una vez colocado el paciente en la camilla de la ambulancia el equipo deberá quedar colocado, al igual que en los casos anteriores siempre en un plano inferior al tórax y con el sistema abierto o cerrado tal y como haya indicado el facultativo (Ver figuras 9 y 10). En ningún caso durante el traslado en ambulancia el sistema se colocará en el suelo, siempre deberá ir colgado de algún elemento físico de la camilla.