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Uso del rebozo durante el trabajo de parto: a propósito de un caso. Revisión de la literatura

Uso del rebozo durante el trabajo de parto: a propósito de un caso. Revisión de la literatura

Autora principal: Carolina Bravo Vaquero

Vol. XVII; nº 19; 778

Use of the rebozo in labor: about a case. Literature review

Fecha de recepción: 11/09/2022

Fecha de aceptación: 10/10/2022

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVII. Número 19 Primera quincena de Octubre de 2022 – Página inicial: Vol. XVII; nº 19; 778

Autoras:

Carolina Bravo Vaquero. Matrona en Hospital Universitario Valle del Henares (Torrejón de Ardoz, España).

Beatriz Pulgarín Pulgarín. Matrona en Hospital Materno-infantil de Zaragoza (Zaragoza, España).

María Salud Benítez García. Matrona en Hospital Universitario de Jerez de la Frontera (Jerez de la Frontera, España).

Resumen.

El rebozo es una técnica tradicional de origen mexicano y tradición de la partería azteca, que consiste en el uso de un fular o chal tejido para diferentes prácticas durante embarazo, parto y postparto1. Entre las diversas finalidades para las que podemos utilizar el rebozo tradicional, podemos enumerar, por ejemplo, reconfortar a la mujer embarazada cuando esta incómoda o siente dolor, reposicionar al bebé durante el parto, cargar el bebé ya nacido (porteo) o incluso llevar alimentos o intervenir en rituales de paso importantes en la vida de las mujeres3.  En este texto nos centraremos en su uso durante el parto, empleándose para cumplir funciones de alivio del dolor y acomodación fetal a la pelvis materna.

Objetivo:

  • Analizar un caso clínico ocurrido en el Hospital Mancha Centro y contrastarlo con la literatura publicada.
  • Conocer los beneficios y aplicaciones del rebozo durante el trabajo activo de parto.

Caso clínico: Paciente de 37 años que ingresa para inducción por embarazo en vías de prolongación. Tras varias horas de inducción, con presentación fetal alta y dilatación estancada se realiza técnica de rebozo consiguiendo un correcto descenso fetal y una rápida progresión de la dilatación.

Conclusiones: El uso del rebozo durante el trabajo de parto presenta diversas ventajas como la facilitación de la acomodación de la presentación fetal a la pelvis materna o la disminución del dolor y del tiempo de dilatación. Es por ello, por lo que el rebozo está cada vez más extendido por las distintas unidades hospitalarias de maternidad y es cada vez más  utilizado por los profesionales en el ámbito de la obstetricia.

Palabras Clave:

Rebozo, medicina tradicional, trabajo de parto

Abstract.

The rebozo is a traditional technique of Mexican origin and Aztec midwifery tradition, which consists of the use of a knitted scarf or shawl for different practices during pregnancy, childbirth and postpartum. Among the various purposes for which we can use the traditional rebozo, we can list, for example, comforting the pregnant woman when she is uncomfortable or in pain, repositioning the baby during childbirth, carrying the baby already born (carrying) or even carrying food or intervene in rituals of passage that are important in the lives of women. In this text we will focus on its use during childbirth, being used to fulfill functions of pain relief and fetal accommodation to the maternal pelvis.

Objective:

 – Analyze a clinical case that occurred at the Mancha Centro Hospital and contrast it with the published literature.

– Know the benefits and applications of the rebozo during active labor.

Clinical case: A 37-year-old patient admitted for induction due to a pregnancy in the process of being prolonged. After several hours of induction, with high fetal presentation and stagnant dilatation, a rebozo technique is performed, achieving correct fetal descent and rapid progression of dilatation.

Conclusions: The use of the rebozo during labor has various advantages, such as facilitating the accommodation of the fetal presentation to the maternal pelvis, reducing pain and dilation time. That is why the rebozo is becoming more widespread in the different maternity hospital units and is increasingly used by professionals in the field of obstetrics.

Keywords:

Rebozo, traditional medicine, labor

Declaración de buenas prácticas

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.

Introducción

El rebozo es una técnica tradicional de origen mexicano y tradición de la partería azteca, que consiste en el uso de un fular o chal tejido para diferentes prácticas durante embarazo, parto y postparto1. Este pañuelo, antiguamente denominado ayete o mamatl, mide aproximadamente dos metros de longitud y 60 cm de ancho, y está flecado en sus extremos para acoplarse a abdomen, caderas, muslos o cabeza de la gestante depende de la finalidad para la que se use1.

En el documento “Guía General de Metodologías en Investigación y Evaluación de la Medicina Tradicional”, la OMS anima a la comunidad científica al estudio de técnicas típicas de la medicina tradicional para su implantación en el sistema actual, ya que declara y avala a la medicina tradicional como la “suma de conocimientos, habilidades y prácticas basadas en teorías, creencias y experiencias indígenas de diferentes culturas”; y añade que “la falta de estudios de las prácticas tradicionales no debería ser un obstáculo para su desarrollo”2. En este aspecto, el rebozo se integra dentro de este tipo de técnicas y parece que, en la actualidad, el colectivo obstétrico empieza a fomentar el estudio de su uso y beneficios1.

Entre las diversas finalidades para las que podemos utilizar el rebozo tradicional, podemos enumerar, por ejemplo, reconfortar a la mujer embarazada cuando esta incómoda o siente dolor, reposicionar al bebé durante el parto, cargar el bebé ya nacido (porteo) o incluso llevar alimentos o intervenir en rituales de paso importantes en la vida de las mujeres3.

Actualmente,  existen grupos de profesionales de la obstetricia que tienen como objetivo conservar la tradición  y,  al tiempo, desarrollar una partería profesional, entrando así en un terreno algo controvertido ya que, si bien ambos objetivos podrían complementarse, también entran irremediablemente en conflicto1.

En este texto nos centraremos en su uso durante el parto, empleándose para cumplir funciones de alivio del dolor y mejora del confort durante la fase de dilatación mediante la movilización de la mujer  a través de ligamentos y músculos durante el trabajo de parto, facilitando la rotación, flexión y colocación del feto en la pelvis1. También se emplea para estimular el inicio del trabajo de parto, ya que potencia la dinámica uterina y favorece una evolución más fisiológica del proceso de parto1.

Objetivo:

  • Analizar un caso clínico ocurrido en el Hospital Mancha Centro y contrastarlo con la literatura publicada.
  • Conocer los beneficios y aplicaciones del rebozo durante el trabajo activo de parto.

Presentación del caso:

Paciente de 37 años, sin antecedentes de interés clínico, quinta gestación, dos abortos previos. Embarazo  de alto riesgo por diabetes gestacional controlada con dieta, con adecuado control desde la consulta de alto riesgo obstétrico. Presenta una cesárea previa en 2014 por desproporción pélvico-cefálica y un parto eutócico en 2016. Ingresa para inducción del parto por embarazo en vías de prolongación con 41 semanas más 3 días de gestación. Peso fetal estimado 3400g.

Se inicia inducción mediante estimulación con prostaglandinas (propess) por cérvix poco favorable (posterior, consistencia media, borrado un 30% y permeable 2cm). Tras 24 horas de exposición a prostaglandinas no se consigue inicio de dinámica uterina efectiva por lo que se retira propess, se realiza amniorrexis artificial (líquido abundante, claro) y se inicia perfusión de oxitocina intravenosa.

Dos horas después, la paciente comienza a percibir contracciones regulares y dolorosas, acusadas especialmente en región suprapúbica, que describe como “en forma de cuchillada” y solicita analgesia epidural. Se realiza exploración vaginal para comprobar progreso del proceso de dilatación, sin hallarse grandes avances en la misma: cérvix posterior, consistencia media, borrado un 50%, permeable 3 cm. Presentación fetal  sobre estrecho superior. Tras 4 horas de estimulación oxitócica, con dinámica uterina regular y RCTG tranquilizador, se realiza nueva exploración vaginal: sin progresos significativos y presentación fetal notablemente alta (sobre estrecho). Se intentan cambios posturales con mala tolerancia materna por dolor suprapúbico cuando se coloca en decúbito lateral derecho o izquierdo o sedestación.

Se inicia entonces técnica de rebozo. Con la paciente en decúbito supino, se coloca entremetida extendida abarcando la pelvis desde el cóccix hasta las espinas ciáticas y realizando movimientos de vibración y balanceo, con una matrona tirando de cada extremo de la entremetida, durante 4 contracciones.

Pasados 15 minutos de la realización de la técnica, la gestante avisa por sensación de presión y se realiza nuevo tacto vaginal: dilatación completa y presentación fetal entrando en III plano de Hodge. Se inicia expulsivo activo en ese momento ante la gran sensación de pujo por parte de la paciente. Nace varón vivo por parto eutócico tras 12 minutos de pujos espontáneos: feto único, presentación cefálica, peso 3800g, test de Apgar 10/10. Se realiza alumbramiento dirigido mediante bolo IV de 5UI de oxitocina. Periné integro. Buena evolución. Puerperio sin complicaciones.

Discusión

En la actualidad, existe una creciente preocupación por los efectos que puedan tener las intervenciones médicas durante el parto normal. Como consecuencia de esto, en los últimos años podemos observar cómo se han ido incorporando a la práctica asistencial diversas técnicas, estrategias y recursos no farmacológicos para abordar el trabajo de parto y fomentar su evolución normal1.

En este contexto surge el incremento del uso del rebozo en las unidades de maternidad como alternativa en el abordaje de diversas problemáticas que pudieran surgir durante el proceso de dilatación. Así mismo, podemos observar la progresiva aplicación de esta técnica con el objetivo de promover una adecuada colocación y descenso del objeto del parto1.

No obstante, aunque esta práctica está cada vez más extendida en nuestro entorno, nos encontramos con una literatura científica publicada muy limitada sobre este tema, lo cual no implica necesariamente que esta técnica no pueda ser utilizada con cierto respaldo:

Por un lado, en cuanto a los artículos consultados podemos citar los siguientes:

La revista sueca “Sexual and Reproductive Healthcare” publicó en 2016 un estudio sobre la vivencia del rebozo durante el parto en Dinamarca. Concluyó que esta medida tiene un impacto positivo sobre la experiencia del parto y que, por lo general, las mujeres se encuentran muy motivadas hacia el uso de este tipo de técnicas4. Se registra también un aumento del uso del rebozo desde 2014, con una prevalencia de entorno al 9%4. Además, se halló que la mayoría de las mujeres participantes en el estudio identificaron un incremento del confort corporal y un mejor manejo del dolor4. Así mismo, también se exponen resultados positivos tras el uso del rebozo en lo referido  al refuerzo de la relación matrona-paciente4. No obstante, este estudio pone de manifiesto la necesidad de publicar evidencia sobre la satisfacción que produce este tipo de prácticas ya que no existen fuentes oficiales y científicas4.

Publicado con anterioridad, encontramos un caso clínico publicado en 2015 por la revista “Journal of Midwifery & Women’s Health” que presenta junto a  un programa iniciado en 2008 para la introducción del rebozo a nivel hospitalario a través de técnicas concretas para abordar las presentaciones en occipito posterior durante el trabajo de parto5,6. Se abordan también otros procedimientos para el manejo de malposiciones, evaluando su eficacia, e identificándose  la rotación externa como la única que demuestra resultados significativos pero que precisa de unas condiciones determinadas y de gran habilidad por parte del obstetra5. Además, puede producir molestias y disconfort en la mujer5. En este sentido,  desde esta publicación, destaca el énfasis en promover la investigación de nuevas herramientas que nos permitan corregir malposiciones fetales, las cuales se asocian con un mayor dolor durante la fase de dilatación y con los partos prolongados5.

La publicación más reciente la encontramos en “Research, Society and Development”, en el año 2020, que realiza una revisión acerca del uso de la técnica del rebozo7. En este artículo se concluye que esta técnica se debería utilizar como una estrategia integral y humanizadora de los cuidados de la mujer y emplearse en cualquier fase del trabajo de parto7. Se identifica, además, una mejora de la experiencia del parto en aquellas mujeres con las que emplea el rebozo, así como una disminución del disconfort musculoesquelético o una optimización de la colocación fetal7. En defintiva, se señalan aspectos positivos tanto a nivel físico como emocional tras el uso del rebozo durante el parto7.

Por otro lado, podemos observar la existencia de diversas páginas web, que podríamos tratar como fuentes de información gris, no por ello menos validas para obtener información al respecto, la mayoría editadas por matronas, que presentan el rebozo como técnica alternativa para corregir malposiciones fetales y acomodar al feto a la pelvis materna1.

Con estos datos, teniendo en cuenta el caso clínico presentado en este texto, podemos observar como el uso del rebozo en esa ocasión si propició la resolución de una aparente malposición definida por una presentación alta, una dilatación estancada y un aumento del  disconfort y dolor a nivel suprapúbico en la paciente. Tras el uso de esta técnica se consiguió una adecuada acomodación fetal a la pelvis materna facilitándose así un rápido descenso de la presentación, asociada a una acelerada evolución de la dilatación que finalizó de forma satisfactoria y sin incidencias. Por ello, podemos incidir en la necesidad de crear más evidencia científica y generar una investigación más exhaustiva frente a una práctica tan novedosa que demuestra una asociación llamativa con resoluciones favorables de trabajos de parto prolongados o significativamente dolorosos, para poder utilizarla así a nivel clínico sobre una base más sólida8.

Conclusión.

Como ya se ha comentado, la OMS apoya el estudio de prácticas pertenecientes a la medicina tradicional. El rebozo, originario de la partería azteca, se está transformando hoy en día en una técnica moderna en el marco de la asistencia actual al parto, renaciendo como una herramienta valiosa para los profesionales. Progresivamente, se pueden observar cada vez más fuentes de información en forma de páginas web, talleres o literatura científica referentes a la práctica del rebozo, aunque aún siguen siendo escasas. Es sobre todo el colectivo de matronas  el que parece tener un mayor interés en la investigación sobre esta temática con el objetivo de obtener un respaldo científico para el empleo de esta técnica a nivel hospitalario.

En resumen, podemos hablar de las ventajas que presenta la utilización de esta técnica señalando,  sobre todo, la facilitación de la acomodación de la presentación fetal a la pelvis materna, la disminución del dolor y del tiempo de dilatación. Es por ello, por lo que el rebozo está cada vez más extendido por las distintas unidades hospitalarias de maternidad y es cada vez más  utilizado por los profesionales en el ámbito de la obstetricia.

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