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Valoración del profesional médico de acuerdo a su apariencia personal según los pacientes del hospital San Borja Arriarán

78). El factor 3 agrupo las variables uñas cortas (0.92) y uñas limpias (0.83). El factor 4 agrupó las variables polerón (0.73) y polera sin cuello (0.90). El factor 5 agrupo las variables polera con cuello (0.88) y barba corta (0.76). El factor 6 agrupo las variables camisa con corbata (0.83) y colonia (0.80).

En el análisis factorial de las categorías Femeninas, fueron retenidos 4 factores representado el 67% de la variabilidad. La matriz de factores fue rotada. El factor uno agrupo las variables lápiz labial (0.86) y maquillaje (0.80). El factor 2 agrupo las variables aros largos (0.84) y vestido/falda larga (0.82). El factor 3 agrupo las variables pantalones (0.80) y pelo largo (0.79), mientras que el factor 4 agrupó las variables uñas cortas (0.84) y uñas limpias (0.85).

Discusión

En relación a los resultados de las tablas de frecuencia y según las características consideradas para ambos sexos se puede decir que el hecho de que tanto la identificación, el delantal blanco y el fonendoscopio visible tengan una valorización indiscutiblemente positiva se puede atribuir a que estos atributos son marcadores históricos de la práctica médica, siendo insignias del profesional diferenciándolo del resto.

Sobre el resto de los ítems que se refieren a tipos de pantalones y calzado a pesar de que prima el no ser relevantes, cuando esto no es así hay una tendencia a escoger lo considerado más “formal” (pantalones y zapatos) pues esta se atribuye a competencia.

Con respecto a la vestimenta correspondiente a la zona superior a la cintura (camisa con/sin corbata, polera con/sin cuello, polerón) en médicos de género masculino, todos los atributos consultados presentaron valoraciones similares, en el sentido de no ser consideradas en ningún caso como negativas. Sin embargo se puede ver una preferencia generalizada por la opción que represente mayor formalidad (se prefiere camisa con corbata y polera con cuello).

Dado que la opción “indiferencia” es la que prima cuando se refiere a este tipo de vestimenta, puede pensarse que existe una relación causal con el hecho de que esta se encuentre bajo el delantal y presente menor visibilidad.

En relación a pelo y vello facial, a pesar de que prima la indiferencia, existe preferencia por pelo corto y barba y bigotes ordenados, lo que denota mayor orden e higiene, características siempre deseables en un profesional de la salud. Esto va en directa relación con el hecho de que los dreadlocks son atributos rechazados, así como tatuajes y piercings, que además representan “desorden y rebeldía”, características que no se correlacionan con la seriedad esperable de un profesional.

Los atributos relacionados a las uñas son la principal evidencia a favor de que la higiene es el factor más relevante al momento de otorgar una valoración positiva a la presentación del médico. Las uñas se prefieren cortas y limpias.

Sobre la vestimenta de la mujer no hay preferencias claras. Sin embargo la tendencia se dirige hacia una mejor valoración por el uso de pantalón por sobre el uso de falda o vestido. Esto puede deberse a una búsqueda del paciente por una homogeneización del género en el rol de médico como “profesional neutral” y no como “mujer con atributos femeninos”, de manera de reducir al mínimo el pudor en la relación médico paciente.

Los otros atributos femeninos consultados causan mayor indiferencia en la opinión generalizada, con excepción de las uñas. Las uñas cortas y limpias se prefieren siempre y con respecto al esmalte de uñas hay opiniones contradictorias, de manera que no se puede generalizar sobre esto.

El análisis de las variables que obtuvieron medianas 1 o 5 permite establecer los aspectos de la apariencia que deben estar presentes para todos los pacientes o que no deben estar presentes para que la apariencia del médico sea bien valorada. Las variables Identificación, Delantal blanco, Fonendoscopio visible uñas limpias y uñas cortas obtuvieron mediana 1 en sus respuestas para ambos sexos, lo cual se condice con en análisis de las tablas de frecuencia de estas mismas. En el caso de la variable femenina “Tatuaje” esta obtuvo mediana 5 en sus respuestas, lo que la constituye como la variable peor evaluada por los pacientes en su conjunto. Llama la atención que esta valoración haya sido solo para el sexo femenino, lo cual podría explicarse por que los tatuajes se contraponen al estereotipo de feminidad que los pacientes podrían tener.

A partir del análisis factorial podemos inferir que en el inconsciente de las personas existen prototipos preformados de médicos, lo cual explica ciertas asociaciones encontradas entre diferentes características, a pesar de la valoración positiva o negativa que cada uno de estos modelos pueda tener.

Otras investigaciones considerando variables similares han obtenido resultados que concuerdan con los de este trabajo. Así por ejemplo en un estudio Chileno realizado en el ámbito de la pediatría en el año 2007 se concluyo que los pacientes prefirieron médicos que utilizaban atuendos identificados con la atención en salud. (3) Así mismo un estudio norteamericano del año 2003 también llego a la conclusión de que los pacientes prefieren médicos que utilicen vestimentas más formales y menos casuales, y que lleven elementos que los identifiquen con la profesión tales como el delantal blanco, identificación personal y fonendoscopio visible. (9) Con respecto al aseo como se mencionaba en la introducción existe un estudio que señala que este sería el aspecto más importante de la presentación del médico según los pacientes, lo que se puede ver reflejado en este estudio en la valoración que se le dio a las uñas limpias y cortas.

Dentro de las fortalezas de este trabajo se puede destacar que es una investigación en un área que no ha sido explorada anteriormente. Si bien hay trabajos chilenos sobre las preferencias de los pacientes en cuanto a su presentación y aseo (2), esta investigación ahonda en estos aspectos de forma más acuciosa y logra objetivarlos. Por otro lado las dificultades se encontraron mayormente en el instrumento de recolección de datos, el cual fue una encuesta que no se encuentra validada, ya que es la modificación de una encuesta similar utilizada en un trabajo en Estados Unidos. (9)

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