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Vía intraósea y cuidados de enfermería en situación de emergencia

NIC 6550: Protección contra las infecciones:

  • Observar los signos y síntomas de infección sistémica y localizada.
  • Observar el grado de vulnerabilidad del paciente a las infecciones.
  • Vigilar el recuento de granulocitos absoluto, el recuento de glóbulos blancos y los resultados diferenciales.
  • Seguir las precauciones propias de una neutropenia, si es el caso.
  • Limitar el número de visitas, si procede.
  • Analizar todas las visitas por si padecen enfermedades transmisibles.
  • Mantener las normas de asepsia para el paciente de riesgo.
  • Realizar técnicas de aislamiento, si es preciso.
  • Proporcionar los cuidados adecuados a la piel en las zonas edematosas.
  • Inspeccionar la existencia de enrojecimiento, calor extremo o drenaje en la piel y las membranas mucosas.
  • Inspeccionar el estado de cualquier incisión/herida quirúrgica.
  • Obtener muestras para realizar un cultivo, si es necesario.
  • Fomentar una ingesta nutricional suficiente.
  • Fomentar la ingesta de líquidos, si procede.
  • Facilitar el descanso.
  • Observar si hay cambios en el nivel de vitalidad/malestar

NIC 6680: Monitorización de los signos vitales.

  • Controlar periódicamente presión sanguínea, pulso, temperatura y estado respiratorio, si procede.
  • Anotar tendencias y fluctuaciones de la presión sanguínea.
  • Controlar la presión sanguínea mientras el paciente está acostado, sentado y de pie antes y después de cambiar de posición, si procede.
  • Monitorizar la presión sanguínea después de que el paciente tome las medicaciones, si es posible.
  • Auscultar las presiones sanguíneas en ambos brazos y comparar, si procede.
  • Controlar la presión sanguínea, pulso y respiraciones antes, durante y después de la actividad, si procede.
  • Poner en marcha y mantener un dispositivo de control continuo de la temperatura, si procede.
  • Observar y registrar si hay signos y síntomas de hipotermia e hipertermia.
  • Observar la presencia y calidad de los pulsos.
  • Tomar pulsos apicales y radiales al mismo tiempo y anotar las diferencias, si procede.
  • Observar si hay pulso paradójico.
  • Observar si hay pulso alternante.
  • Observar si hay disminución o aumento de la presión del pulso.
  • Controlar periódicamente el ritmo y la frecuencia cardíacos.
  • Controlar periódicamente los tonos cardíacos.
  • Controlar periódicamente la frecuencia y el ritmo respiratorio (profundidad y simetría).
  • Controlar periódicamente los sonidos pulmonares.
  • Controlar periódicamente la pulsioximetría.
  • Observar si se producen esquemas respiratorios anormales (Cheyne-Stokes, Kussmaul, Biot, apnéustico, atáxico y suspiros excesivos).
  • Observar periódicamente el color, la temperatura y la humedad de la piel.
  • Observar si hay cianosis central y periférica.
  • Observar si hay relleno capilar normal.
  • Observar si se presenta el trío de Cushing (presión de pulso ancha, bradicardia y aumento de la presión sistólica).
  • Identificar causas posibles de los cambios en los signos vitales.
  • Comprobar periódicamente la precisión de los instrumentos utilizados para la recogida de los datos del paciente.

NOC 1902: Control del riesgo.

NIC 1400: Manejo del dolor:

  • Realizar una valoración exhaustiva del dolor que incluya la localización, características, aparición/duración, frecuencia, calidad, intensidad o severidad del dolor y factores desencadenantes.
  • Observar claves no verbales de molestias, especialmente en aquellos que no pueden comunicarse eficazmente.
  • Asegurarse de que el paciente reciba los cuidados analgésicos correspondientes.
  • Utilizar estrategias de comunicación terapéuticas para reconocer la experiencia del dolor y mostrar la aceptación de la respuesta del paciente al dolor.
  • Explorar el conocimiento y las creencias del paciente sobre el dolor.
  • Considerar las influencias culturales sobre la respuesta al dolor.
  • Determinar el impacto de la experiencia del dolor sobre la calidad de vida (sueño, apetito, actividad, función cognoscitiva, humor, relaciones, trabajo y responsabilidad de roles).
  • Explorar con el paciente los factores que alivian/empeoran el dolor.
  • Evaluar las experiencias pasadas con el dolor que incluyan el historial individual y familiar de dolores crónicos o que conlleven discapacidad, si es el caso.
  • Evaluar, con el paciente y el equipo de cuidados, la eficacia de las medidas pasadas de control del dolor que se hayan utilizado.
  • Ayudar al paciente y a la familia a obtener y proporcionar apoyo.
  • Utilizar un método de valoración adecuado que permita el seguimiento de los cambios en el dolor y que ayude a identificar los factores desencadenantes reales y potenciales (hoja de informe, llevar un diario).
  • Determinar la frecuencia necesaria para la realización de una valoración de la comodidad del paciente y poner en práctica un plan de seguimiento.
  • Proporcionar información acerca del dolor, tal como causas del dolor, el tiempo que durará y las incomodidades que se esperan debido a los procedimientos.
  • Controlar los factores ambientales que puedan influir en la respuesta del paciente a las molestias (temperatura de la habitación, iluminación y ruidos).
  • Disminuir o eliminar los factores que precipiten o aumenten la experiencia del dolor (miedo, fatiga, monotonía y falta de conocimientos).
  • Considerar la disponibilidad del paciente a participar, capacidad de participar, preferencias, apoyo del método por parte de los seres queridos, y contraindicaciones al seleccionar una estrategia de alivio del dolor.
  • Seleccionar y desarrollar aquellas medidas (farmacológica, no farmacológica e interpersonal) que faciliten el alivio del dolor, si procede.
  • Enseñar los principios de control del dolor.
  • Considerar el tipo y la fuente del dolor al seleccionar una estrategia de alivio del mismo.
  • Animar al paciente a vigilar su propio dolor y a intervenir en consecuencia.
  • Enseñar el uso de técnicas no farmacológicas (retroalimentación, estimulación nerviosa eléctrica transcutánea, hipnosis, relajación, capacidad de imaginación guiada, musicoterapia, distracción, terapia de juegos, terapia de actividad, acupresión, aplicación de calor / frío y masajes) antes, después y, si fuera posible, durante las actividades dolorosas; antes de que se produzca el dolor o de que aumente, y junto con las otras medidas de alivio del dolor.
  • Explorar el uso actual del paciente de métodos farmacológicos de alivio del dolor.
  • Enseñar métodos farmacológicos de alivio del dolor.
  • Animar al paciente a utilizar medicación para el dolor adecuada.
  • Colaborar con el paciente, seres queridos y demás cuidadores para seleccionar y desarrollar las medidas no farmacológicas de alivio del dolor, si procede.
  • Proporcionar a la persona un alivio del dolor óptimo mediante analgésicos prescritos – Poner en práctica el uso de la analgesia controlada por el paciente, si se considera oportuno.
  • Utilizar medidas de control del dolor antes de que el dolor sea severo.
  • Medicar antes de una actividad para aumentar la participación, aunque valorando el peligro de la sedación.
  • Asegurar las estrategias de analgesia de pretratamiento y/o no farmacológica antes de los procedimientos dolorosos.
  • Verificar el nivel de molestia con el paciente, anotar los cambios en el registro médico e informar a otros cuidadores que trabajen con el paciente.
  • Evaluar la eficacia de las medidas de alivio del dolor a través de una valoración continua de la experiencia dolorosa.
  • Instaurar y modificar las medidas de control del dolor en función de la respuesta del paciente.
  • Fomentar períodos de descanso/sueño adecuados que faciliten el alivio del dolor.
  • Alentar al paciente a que discuta la experiencia dolorosa, si es el caso.
  • Notificar al médico si las medidas no tienen éxito o si la queja actual constituye un cambio significativo en las experiencias pasadas del dolor del paciente.
  • Informar a otros cuidadores/miembros de la familia sobre las estrategias no farmacológicas utilizadas por el paciente para fomentar actitudes preventivas en el manejo del dolor.
  • Utilizar un enfoque multidisciplinar para el manejo del dolor, cuando corresponda.
  • Considerar la posibilidad de remitir el paciente, familia y seres queridos a grupos de apoyo y otros recursos existentes, si procede.
  • Proporcionar una información veraz para alentar el conocimiento y respuesta de la familia a la experiencia del dolor.
  • Integrar a la familia en la modalidad de alivio del dolor, si fuera posible.
  • Monitorizar el grado de satisfacción del paciente con el control del dolor a intervalos especificados.

NIC 2210: Administración de analgésico:

  • Determinar la ubicación, características, calidad y gravedad del dolor antes de medicar al paciente.
  • Comprobar las órdenes médicas en cuanto al medicamento, dosis y frecuencia del analgésico prescrito.
  • Comprobar el historial de alergias a medicamentos.
  • Evaluar la capacidad del paciente para participar en la selección del analgésico, vía y dosis, e implicar al paciente, si procede.
  • Elegir el analgésico o combinación de analgésicos adecuados cuando se prescriba más de uno.
  • Determinar la selección de analgésicos (narcóticos, no narcóticos o antiinflamatorios no esteroideos) según el tipo y la severidad del dolor.
  • Determinar el analgésico preferido, vía de administración y dosis para conseguir un efecto analgésico óptimo.
  • Elegir la vía intravenosa, en vez de intramuscular para inyecciones frecuentes de medicación contra el dolor, cuando sea posible.
  • Descartar narcóticos y otros medicamentos restringidos de acuerdo con el protocolo de la institución.
  • Controlar los signos vitales antes y después de la administración de los analgésicos narcóticos, a la primera dosis o si se observan signos inusuales.
  • Atender a las necesidades de comodidad y otras actividades que ayuden en la relajación para facilitar la respuesta a la analgesia.
  • Administrar los analgésicos a la hora adecuada para evitar picos y valles de la analgesia, especialmente con el dolor severo.
  • Establecer expectativas positivas respecto de la eficacia de los analgésicos para optimizar la respuesta del paciente.
  • Administrar analgésicos y/o fármacos complementarios cuando sea necesario para potenciar la analgesia.
  • Considerar el uso de infusión continua, ya sea sola o juntamente con opiáceos en bolo, para mantener los niveles en suero.
  • Instituir precauciones de seguridad para los que reciban analgésicos narcóticos, si procede.
  • Instruir para que se solicite la medicación según necesidades para el dolor antes de que el dolor sea severo.
  • Informar a la persona que con la administración de narcóticos puede producirse somnolencia durante los primeros 2 a 3 días, que luego remite.
  • Corregir los conceptos equivocados o mitos del paciente o miembros de la familia sobre los analgésicos, especialmente los opiáceos (adicción y riesgos de sobredosis).
  • Evaluar la eficacia del analgésico a intervalos regulares después de cada administración, pero especialmente después de las dosis iniciales, y se debe observar también si hay señales y síntomas de efectos adversos (depresión respiratoria, náuseas y vómitos, sequedad de boca y estreñimiento).
  • Registrar la respuesta al analgésico y cualquier efecto adverso.
  • Evaluar y registrar el nivel de sedación de los pacientes que reciben opiáceos.
  • Llevar a cabo aquellas acciones que disminuyan los efectos adversos de los analgésicos (p. ej., estreñimiento e irritación gástrica).
  • Colaborar con el médico si se indican fármacos, dosis, vía de administración o cambios de intervalo con recomendaciones específicas en función de los principios de la analgesia.
  • Enseñar el uso de analgésicos, estrategias para disminuir los efectos secundarios y expectativas de implicación en las decisiones sobre el alivio del dolor.

NIC 6480: Manejo ambiental: confort:

  • Crear un ambiente seguro para el paciente.
  • Identificar las necesidades de seguridad del paciente, según la función física, cognoscitiva y el historial de conducta.
  • Eliminar los factores de peligro del ambiente (alfombras o mantas flojas y muebles pequeños, móviles).
  • Retirar del ambiente los objetos que sean peligrosos.
  • Disponer medidas de seguridad mediante barandillas laterales o el acolchamiento de barandillas, si procede.
  • Acompañar al paciente en las actividades realizadas fuera de la sala, si procede.
  • Disponer de camas de baja altura, para cuando se precise.
  • Disponer dispositivos de adaptación (banco de escalera o barandillas), si procede.
  • Colocar los muebles en la habitación de una manera que se acomode mejor a las discapacidades del paciente o de la familia.
  • Facilitar una sonda suficientemente larga que permita libertad de movimientos, si procede.
  • Colocar los objetos de uso frecuente al alcance del paciente.
  • Proporcionar una habitación individual, si está indicado.
  • Al escoger el mobiliario tener en cuenta la estética del entorno.
  • Proporcionar una cama y un entorno limpios y cómodos.
  • Proporcionar un colchón firme.
  • Proporcionar ropa de cama y vestidos en buen estado, libres de tintes residuales.
  • Colocar el interruptor de posición de la cama al alcance del paciente.
  • Arreglar con esmero la ropa de cama y todo el material que esté a la vista del paciente.
  • Obstaculizar la visión del paciente del aseo y de cualquier equipo utilizado para la eliminación.
  • Eliminar los materiales utilizados durante el cambio de apósitos y la eliminación, así como cualquier olor residual antes de las visitas y de las comidas.
  • Disminuir los estímulos ambientales, si procede.
  • Evitar las exposiciones innecesarias, corrientes, exceso de calefacción o frío.
  • Ajustar una temperatura ambiental adaptada a las necesidades del paciente, en caso de que se altere la temperatura corporal.
  • Controlar o evitar ruidos indeseables o excesivos, cuando sea posible.
  • Proporcionar música.
  • Proporcionar auriculares para escuchar música en privado cuando ésta pueda molestar a otras personas.
  • Controlar la iluminación para conseguir beneficios terapéuticos.
  • Proporcionar comidas y tentempiés atractivos.
  • Limpiar las zonas utilizadas para colocar utensilios para comer y beber antes de que el paciente los use.
  • Limitar las visitas.
  • Individualizar las restricciones de visitas para que se adapten a las necesidades del paciente o de la familia/ser querido.
  • Individualizar la rutina diaria de forma que se adapte a las necesidades del paciente.
  • Traer objetos familiares del hogar.
  • Facilitar el uso de efectos personales como pijamas, albornoces y productos de aseo.
  • Mantener una coherencia en cuanto a la asignación de personal en el tiempo.
  • Establecer medios inmediatos y continuos de llamada a los cuidadores y permitir que el paciente y la familia sepan que se les responderá inmediatamente.
  • Permitir que la familia/ser querido se queden con el paciente.
  • Educar al paciente y a las visitas acerca de los cambios y precauciones, de forma que no interrumpan inadvertidamente el ambiente planificado.
  • Proporcionar a la familia/ser querido información sobre la composición de un ambiente hogareño seguro para el paciente.
  • Favorecer la seguridad contra incendios, si procede.
  • Controlar plagas ambientales, si es el caso.
  • Proporcionar ambientadores, si es necesario.
  • Proporcionar cuidados a las flores/plantas.
  • Ayudar al paciente o a su familia a disponer postales, flores y regalos para facilitar que el paciente los vea

NOC1605: Control del dolor.

RERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

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