parto.
La partera en el medio primitivo se limita a manipulaciones externas unas veces (masajes, frotaciones con hierbas húmedas, presiones sobre el abdomen, cantos apropiados al momento con objeto de tranquilizar a la madre), y otras veces llegan a introducir la mano hasta el útero para realizar la extracción de la placenta o el propio feto 4.
Las maniobras que hoy llamamos de Credé, de Braxton Hiks, para orientar el polo fetal, ya eran conocidas por muchas matronas de pueblos primitivos que desde tiempo inmemorial han realizado la expresión del útero aplicando la vis a tergo en el fondo del mismo.
Tras el parto, la propia partera recibe al niño, fricciona o lava su cuerpo, limpia su cavidad bucal de posibles flemas.
Entre los indios cuna, el parto es atendido por una mu o por varias (mugana en plural) que significa abuela y es sinónimo de útero.
Es muy común entre los primitivos que se utilice una banda o venda, cinturón de cuero o cuerda para comprimir la parte superior del abdomen y apretar el fondo del útero. En algunos pueblos como en el norte de Finlandia o los indios mexicanos, sacuden a la mujer para que salga el niño 4.
FARMACOLOGÍA DEL PARTO EN LA SOCIEDAD PRIMITIVA
Es muy frecuente la administración de infusiones de plantas para calmar los dolores, así como fricciones con sustancias oleaginosas sobre el abdomen.
La mayoría de las matronas de los pueblos primitivos conocen y utilizan, cuando lo consideran necesario, plantas de efecto abortivo, así como otras que producen la esterilidad temporal. La limitación de la natalidad se ha practicado casi sistemáticamente desde remotos tiempos en muchas culturas, bien por métodos anticonceptivos, bien por el aborto o el infanticidio. Emenagogos y purgantes no faltan en ninguna farmacopea primitiva.
En México se administran vomitivos para estimular las contracciones diafragmáticas y en Somalia, laxantes.
El uso de laxantes y vomitivos es muy común para acelerar el parto o la expulsión de la placenta.
ALUMBRAMIENTO
En algunas culturas acostumbra la partera a tirar del cordón umbilical, peligrosa maniobra que no pocas veces rompe el cordón y hace retener la placenta, con grave riesgo para la vida de la madre.
Las zulús de Sudáfrica dan una botella (antiguamente una vejiga o caña cerrada por un extremo) para que la parturienta sople en ella y haga fuerzas con el diafragma para la expulsión del feto o placenta.
Los birmanos dan masajes con los pies sobre el abdomen para provocar la contracción del útero y la expulsión placentaria.
En las Islas Sándwich no cortan el cordón umbilical después del parto sino cuando ya ha salido la placenta. Para acelerar su salida, la propia parturienta se introduce los dedos en la garganta para provocar las náuseas y con ellas las contracciones del diafragma.
Algunos pueblos hacen una sola ligadura del cordón, mientras otros hacen dos y cortan entre ambas.
En cuanto a la placenta, lo más frecuente es enterrarla. En el Japón la introducen en una cajita especial y se entierra ésta.
Los indios chocóes la entierran cerca de la vivienda, plantan sobre ella un esqueje de árbol. Cuando se les preguntaba sobre el significado de ésta ceremonia decían: «Este arbolito crecerá a la par que el niño. Cuando éste sea grande le diremos: Este es tu árbol, cuídale».
En Brasil se comen la placenta como si fuera el más delicado pastel, invitando a los familiares y amigos a los que toca una pequeña parte. Igual hacen los yakutos de Siberia.
Los negros filipinos colocan ladrillos o piedras calientes sobre el abdomen para hacer expulsar la placenta.
El vendaje abdominal tras el parto, lo han usado muchos pueblos, entre ellos los indios sioux, los comanches y otros.
INTIMIDAD EN EL PARTO
Muchos pueblos acostumbran a aislar a la mujer durante el parto, apartándola de la vista de los niños y de los hombres.
Los indios cuna fabrican un recinto (surba) de hojas de platanillo dentro de la casa, en un rincón, dentro del cual se realiza el parto en una hamaca. A los hombres, como en muchos otros pueblos, les está prohibido presenciar el parto.
En cambio, en las Islas Sandwich, en Oceanía, el parto es un espectáculo público como en la India entre los musulmanes o en las Islas Andamán, donde familiares y amigos llenan la habitación para presenciar el parto y animar con sus gritos y sus cantos a la paciente.
En Nueva Caledonia hay una casa de partos, donde sólo las mujeres pueden penetrar.
Los comanches también aíslan a la mujer parturienta, pero en un recinto que construyen detrás de la casa, colocando tres postes delante de él para que se pasee entre ellos antes del parto.
LACTANCIA
Unos pueblos ponen al niño al pecho enseguida después del parto, otros esperan dos o tres días a que tenga lugar la «subida de la leche» y mientras tanto le dan a beber aguamiel, agua de arroz o simplemente agua.
El período de lactancia es variable, pero entre los primitivos suele ser prolongado hasta que otro nuevo embarazo tenga lugar. Dos años suele ser, sin embargo, el período más común de lactancia, variando el destete de unos a otros pueblos.
LA POSTURA DURANTE EL PARTO
Hay muy pocos pueblos primitivos que adopten la postura horizontal. En los pueblos primitivos, el parto se desarrolla de pie, de pies suspendidos por cuerdas, de rodillas, en posición sentada o a cuatro patas, postura esta última recomendada por Rhazes, Hipócrates, Galeno, Pablo Aegineta y otros autores de la antigüedad 5.
Hipócrates y Sorano aconsejaban a las mujeres griegas el uso de las sillas. En Palestina aún es hoy día una institución la silla obstétrica.
De rodillas paren en